entrevista a eduardo berrios y hugo zegarra

entrevista a eduardo berrios y hugo zegarra

 

 
 
 
 
Eduardo Berríos y Hugo Zegarra Vargas
Villa María del Triunfo, 04 de Octubre de 1989
 
 
Jorge León era del Callao, era Trujillano, tenía muy buenos gallos. En Piñonate conocí al Sr. Benavente, padre de Jorge Benavente. En una oportunidad fuimos un grupo al “Gallo de Oro” y cotejamos un gallito que tenía el Sr. Berríos y Montoya que en paz descanse, lo llamó “El Chupete”, por ese famoso criminal que salió de la Ciudad de Dios, del mismo nombre y en el momento que paramos el gallito, dijo este es el Chupete. Lo llevamos al gallo de Oro y se quería jugar bastante cantidad así que hablamos con el Sr. Guillén, diciéndole no teníamos ese dinero y veníamos a hacer espectáculo; nos dijo, “haber hasta cuanto alcanzan a reunir”, así llegamos a juntar una suma considerable aunque pensé que un gallero no debe ser tan orgulloso. Soltamos los gallos y en cuestión de 5 minutos se avalanzó y cogió su gallo porque estaba perdido; y el Sr. Bohorquez, le dice: “cómo levantas el gallo si has jugado tanta plata” y el le dice: “el gallo y la plata son míos” y levantó su gallo. Otro anécdotas fue con los señores Feijo, en la que tuvo la intervención de Guillen, y desde esa vez se acercó Guillen por el “Chupete”. Jugó cuatro veces; era un gallito que apenas picaba, soltaba la patita con acierto; en la tercera pelea que yo lo vi jugar en Piñonate, lo hicieron volar, le tocó un gallito cenizo chileno puro y regresó y creo que estuvo como tres minutos peleando así y no se corrió y demostró la finura. Fue descendiente de Señorita. El coliseo de Piñonate, era modesto, con su gradería de madera tipo antiguo, con ruedo reducido, menos reducido que el de “El Gallo de Oro”; como del de Herrera, de 3 ½ a 4 mts; se cobraba entrada y había bar. Llegábamos a las 4 o 5pm y ya habían jugadas. Montoya le gustaba hacer las peleas de día. Una vez perdimos 5 gallos seguidos. Los aficionados eran gente provinciana; iba el Sr. Balarezo, el Diputado Monroy, el Comandante Bravo. En el Callao habían tres coliseos; uno no recuerdo, después el de Rodríguez y el de Aguena. Yo he venido de 17 años de Tacna (Sr. Berríos) y me gustaban los gallos aproximadamente en el año 20 y no habían gallos de a pico, sólo navaja. Los gallos de a pico, empiezan a jugarse en el Callao principalmente en Aguena que tenía buenos gallos. Yo llegué de Moquegua a Lima (Sr. Zegarra) en el año 1947 y ya se jugaban gallos de a pico en el ruedo “La Pampilla” creo que lo llamaban, al frente del Gallo de Oro que hay como una quinta. Gallos de a pico han existido en Lima, desde el año 36, porque en ese año yo estaba en Mollendo, le obsequiaron a mi Padre un amigo y de Lima le envió un gallo de a pico. Cuando llegué a Lima, ya se jugaban gallos en el coliseo que antes fue “La Pampilla” un coliseo grande, como no había en Provincias. Algunas de las canchas del Callao, se remonta al año 36. Un coliseo quedaba en la calle Salon. Me parece que el dueño apellidaba Solano y funcionó en una casita que arrendaron. Según mi padre me contó, en Moquegua también hubo afición a los gallos de navaja. Pero desde que yo recuerdo, desde antes del año 30, jugábamos el gallo tipo japonés, fuertes y una amalgama de varias razas. Jugaban pollos de pitón entre ellos, gallos de estaca de media lanza y luego el gallo de estaca; eran tres etapas y se jugaba al peso en libras y tamaño. La última vez que regresé a mi tierra en el año 1972, encontré que ya no se jugaba a la coteja, sino al peso. O sea que ya no se sabía que contendor le tocaba a su gallo y el juez se encargaba de pactar las peleas; tal peso en la pizarra y el aficionado no sabía que gallo le tocaba, si era más grande o más chico y no estoy de acuerdo con ese sistema pues son animalitos que se defienden con sus propias lanzas y por lo tanto hay que darles mayor igualdad. Fui el año 72 y me llevé de Mollendo un gallito que me regalaron y me dice: “llévate este gallito”; un gallo giro tuerto que tenía 4 peleas y le digo, cuando regrese de Moquegua me lo llevo; “no” me dice “llévatelo ahora y te vas a quedar aún en Moquegua, llévalo y juégalo ahora”; efectivamente me llevé el gallo y lo llevo al coliseo, que me gustó mucho, el coliseo de gallos que está en la avenida Cuzco, que antes le llamábamos la alameda. Un coliseo bastante amplio y así siempre con su estructura; y llevé el gallito, pero el sistema era al peso y dije: “no, así no lo juego” y había un comandante de policía de acá de Lima que recién lo habían destacado y me dice: “señor, ¿Ud. es del Norte?” no señor le digo, yo soy de acá, pero he vuelto después de muchos años; me dice “yo no estoy de acuerdo tampoco que se jueguen los gallos al peso, pues los gallos deben jugar con su propia coteja”. Parece que él trató de convencer, pero no tuvo acogida, porque siempre se juegan al peso. En Lima, se jugaban desafíos en la calle Palacios en una pampita, se ponían ladrillos de cerco o con una marca marcada con tiza. Oscar Aspíllaga, tuvo un gallo famoso llamado “Celestino”, que a raíz de eso su Padre lo mandó a Estados Unidos para que no siga con los gallos. Un gallo Cenizo, que no se porqué le decían el Celestino, pero tenía una cualidad muy buena y me parece que era porque tenía los ojos de un gallo Calcuta que se lo compró a un Sr. Tirado en La Costanera, que tenía las rejas y unos perros Gran Daneses y “Celestino”, le pusieron porque tenía los ojos verdes del animal oriental y adentro tenía un color medio celeste. En Francisco Pizarro en el Rímac, había un coliseo, el famoso “El gallo Carmelo”; yo no lo legué a conocer, pero era en la época en que iba a “Piñonate”, en los años 52, 53. Sólo se jugaban gallos de a pico. En el Callao, he conocido tres coliseos, pero del que sí me acuerdo, es el de la calle Salón que fuimos cuando fuimos cuando el Sr. Rivera, lo agarraba a gallazos a Bobadilla; fue que perdió el gallo de este señor y Bobadilla le dice “para qué cría Ud. esas cochinadas” y agarró el gallo este señor molesto y con el mismo gallo, comenzó a tírale gallazos. Esa fue la última oportunidad que fui al Callao. El “Celestino jugó dos veces; con el Sr. Balarezo y con el Papá de Benavente y luego creo que lo llevó Benjamín Curoto a la casa y dice Zarumilla que lo ojeó y se murió el gallo; eso fue aproximadamente en el año 1958, en Piñonate. Yo me acuerdo, porque en esa oportunidad que ganó en pollón un gallo ajiseco amarillo machetón, en esa oportunidad, ganó el gallo “El Sereno”, ganó “El Tomate”, ganó “El Pinto”, ganó el de Curoto y ahí es donde vi jugar al famoso “Celestino”, un gallo de salida, que era criminal. El gallo era chico, pero como se prendía ahí, ¡seco!. Jugamos contra el Papá de Benavente. El gallo era medio catemo y lo armaban con una brea que preparaba el mismo Curoto, porque él era carpintero y preparaba cachos naturales y la manera cómo preparaba los cachos, los h
ervía en una latita con una liga en una lata. Yo he visto preparar cachos al Sr. Bustamente, que andaba con el Sr. Del Valle y siempre que estaba en el coliseo, lo observaba en Villa María y me decía que los cachos de los gallos perdedores, los llevaba a su casa y los hacía hervir y los hacía muy bien; todavía no se conocía las famosas espuelas de espina, que son criminales y da pena pues estropea a muy buenos animales que duran una sola pelea. Se jugaban 45 minutos en 1958. Y el “Celestino”, sacó corriendo a un gallo tuerto de Benavente que decía que era campeón de Camana. Lo que me gustaba de ese animal era la modalidad de pelea que tenía. Entró, dio dos jaladas y salió al torno y luego regresaba con las patas arriba con mucho acierto y lo iba acabando. Esa pelea debe haber durado 10 o 12 minutos. El “Celestino”, tenía unas hermosas espuelas muy bien puestas y en la pata izquierda, tenía un pitón casi recto, como una lanza y en la pata derecha, tenía una espuela como una media luna con una buena punta. Una vez le dijeron a Zarumilla, “que bien puestos en forma natural los cachos de ese gallo”. Las patas eran perfectas, patas anchas y no era ni chueco y bien puestas las patas y proporcionadas respecto al cuerpo. En Moquegua, había un grupo de galleros muy famosos que eran los señores Guerzi, los señores Zevallos, los señores Chavez, un señor Guillermo Rivera, los señores Collac de Moquegua y llevaban una gran rivalidad. Pero cuando se trataba de recibir a la visita de Tacna, entonces ahí se agrupaban. Han habido muy buenos gallos en mi tierra y hasta ahora se que los hay; pero siempre Tacna, nos ha superado. Muy rara vez los moqueguanos le ganábamos a Tacna; tanto en Moquegua, como en Tacna. Tiene Ud. los señores Nieto, Hernán Nieto que supongo debe ser el Papá de este señor Hernán Nieto de Tacna ahora; habían bastantes galleros. Se jugaban los Domingos y feriados y el Lima, se jugaban en fiestas y Domingos y terminaba tarde. Por lo general los días Sábado, se aprovechaban para hacer una serie de cosas que durante los días de semana no se podía, como limpieza general del galpón, curación, que la tiña, que las patas, que lo otro y poner las camadas y los huevos y el día Domingo era para el coliseo y quien manejaba era Hernán Leyva, que tenía un carro y era chofer del colegio Roosevelt y todos los día pasaba en el ómnibus. El era el menor del grupo y era con Montoya. Ahora sé que está en Trujillo. Y si vas Osquitar, lo saludas a mi compadre Leyva y dile que por un momento deje de ser trujillano. Fuimos buenos amigos con Jesús y Teodoro Dueñas. Es mayor Teodoro y Jesús es el famoso churre. En ese entonces Rómulo Contreras “My friend”; tenía un gallito muy bueno que le pusieron “El Churre” porque tenía el estómago muy ligero. En esa época, Jesús preparaba los gallos del Sr. Berríos y los míos y me dice, vamos al coliseo de Chanfaina que es muy cómodo, pero si le hubieran puesto techo, sin temor a equivocarme, sería mejor que Surco; pero le quitaron la licencia, por la influencia de Herrera sino, no hubiese cerrado. En ese coliseo, hemos hecho como cuatro jugadas y en esa oportunidad jugó “El Churre”. Había una cancha que estaba en la punta del cerro en Villa María que era de Campos. Zapata también hizo su cancha “San Juanito” y posteriormente fue la de “Chirinos” que pienso está muy mal ubicada y es un sitio muy peligroso. Pienso que ese coliseo deberían clausurarlo o esmerarse en el cuidado en la parte de afuera. Pienso que la afición ahora concurre ahí, porque no hay otro coliseo. Surco es ahora, el mejor coliseo de Lima. Es bueno, pero es caro y lo mejor, es la garantía de estar en la plaza de armas de Surco que no ocurren robos y le cuidan el carro y es otro ambiente y una serie de otros factores a favor. En la década del 50, el peso que más se jugaba, era 5 ½lbs; que era como el gallo actual de 4:00 – 4:04lbs. Habían también de 4 ½ a 5:00lbs; de 4:00lbs habían muy poco. Yo escuché en una oportunidad a Zarumilla de los gallos cariocos del Brasil y comprobé que existían. Quien tiene actualmente, es Don Félix Sam; son el perfecto anti gallos, pues tiene una maña y un estilo de pelea, que si no gana, entabla y es muy difícil de ganar con estilo de pelea poco convencional. Se iniciaba la preparación, topando dos o tres veces; un tope de 5 minutos, otro de 10 y hasta 12 máximo y ahí empezaba la preparación, empatarlo al gallo con el careador y correrlo y hacerle el 8 con la mano, presionándolo en el hombro con la mano; era la única manera de poder preparar un gallo fuerte como esos. Tenían cruces de Asil, Calcuta, Malayo, el famoso Shamo. Eduardo ha criado mucho gallo japonés y Calcuta. Toda la línea de Berríos viene de Trujillo e incluso trajo un gallito en un maletín. Eran gallos fuertes. Acá conocí el gallo Asil; en el sur he conocido el Japonés en Moquegua. Se dice que el gallo Japonés siempre fue grande, pero no es siempre así; yo conocí un gallo japonés al Sr. José Carlos Guerzi de Moquegua y lo mismo me contó un paisano y coinciden, que eran gallitos de aproximadamente 4:00lbs, con cola larga, cabeza redonda como un maní y ojos feos, con mirada de ave de rapiña y orgulloso. Es el gallo preciso para cruzar; había el gallo de mondongo, que era para carne. Podría ser el gallo Tuzo, que haciendo una comparación, les llaman el Asil Japonés, porque tiene las características del Asil de la India, pero es japonés y tal vez proceda del Asil. He visto tres tipos de gallo Japonés y son adecuados para cruzar con las gallinas chilenas. No se como lo obtuvo el Sr. Guerzi y yo era muy amigo de sus hijos, de Carlos Guerzi, que concurría al Callao; me dicen que hace dos meses ha muerto. No se si Ud. han oído hablar de un Sr. Aurelio Vargas tío carnal de mi pariente Julio Vargas que en paz descanse también y que vivía en el Callao. Jugaba mucho donde el Sr. Solano; yo lo vi en una oportunidad en Moquegua; tenía muy buenos gallitos; muy buen gallero y aficionado; tenía gallos de a pico y navaja. El Sr. Makino, también tenía gallos Japoneses que eran chatos y muy finos y los del japonés Sr. Taró. Había también un chinito gordito que vivía en la avenida Abancay, quien tenía muy buenos gallos y a donde fueras, lo encontrabas jugando gallos. El gallo Asil para cruzarlo, da mejor resultado que el Japonés, porque tiene una gran cualidad que es cuando le botan el ojo, no se para y hasta empieza a mosquear; en cambio el Japonés no, pues se queda parado y empieza a dar la vuelta y lo único que hace el gallo Japonés es levantar la cabeza. El primer premio del pollón que recuerdo, fue en Piñonate, en Francisco Pizarro que lo sacó Benavente y esa fecha llevamos cinco gallos, en la época de “Celestino” debe haber sido en el año 1958. El pollón se instituye en Piñonate, contrariamente a la versión de Don Arnoldo Guillen, que afirma haberlo creado en “El Gallo de Oro”. Se creó el pollón, para incentivar la afición y antes del pollón habían trofeos. Lo que sí, antes el aficionado, no tenía que pagar el derecho para entrar al pollón, sino la casa lo pagaba
. Ahora, el aficionado tiene que poner el dinero y en algunos casos muy raros, el aficionado dice, no entro al pollón y si lo saca, no le pagan el premio. Había canastas de víveres como premio. En Piñonate, pagaba por la entrada S/.1.5 y a Leyva le hacíamos un fondo de S/.7 soles para gasolina y con S/.5 soles, alcanzaba además para una butifarra y una gaseosa. Yo creo que gracias al “Celestino”, Oscar Aspíllaga se fue bien rápido a Estados Unidos. Recuerdo una gran tarde en Piñonate, en que ganó Kuroto, Zarumilla, Oscar Aspíllaga, con el famoso “Pinto” y esa tarde vi jugar al gran “Pollón”, que era hijo de su gallo “Tomate” que le trajo Leyva y en esa tarde vi que le pusieron para la tercera pelea al “Descachado”, que era el gallo “El Sereno”, que era un gallito de frentón como los españoles de ahora, pero no levantaba las patas por gusto y entonces agarra el Papá de Jorge Benavente y le dice: “oye Jorge anda trae un gallo chileno Cenizo”; que era buenazo, para ponerlo al “Sereno” que había peleado ya dos veces y le pone Benavente al gallo que pensaba se la llevaba a la fija. Recuerdo puse en aquella época S/.30 soles al “Sereno” y no recuerdo cuanto fue el monto que se jugó. Benavente quería jugar plata; cuando vio que “El Sereno” le pegó sus cuatro jaladas de costumbre y vio que lo estaba tumbando, se avalanzó Jorge al ruedo como llorando y le dice “Papá, Papá, este gallo no me lo matan”. Ese día Benavente perdió sus cinco gallos. El Papá de Benavente, tenía gallos muy buenos, de Malayo. Con el grupo del Sr. Benavante, andaban los hermanos Lazo y un Sr. Jorge que era comerciante mayorista en pescado del terminal pesquero de la Victoria. A este señor, le traían gallos de Trujillo. Hace muchos años en “El Gallo de Oro”, un señor Feijo, que jugaba mucho dinero, en una coteja contra nosotros, nos dice “que se recreen mis gallos” y es ahí donde Javier Montoya le comentó: “Sr. Guillen, nosotros venimos a hacer espectáculo y no a jugar cantidades de dinero; es la segunda vez que nos lo dicen y nos están queriendo humillar”; en ese entonces Montoya tenía 25 años y nosotros teníamos 40. En Chile, habían hasta tres tipos de gallo: el serrano, que era el que conocí y que mi Papá tenía, era el gallo con la cola para abajo. En cambio, ese tipo de gallo que hay en Lima, era el tipo de gallo costeño y he visto que el aficionado chileno cruza mucho con el gallo Inglés, que es el gallo costeño que vemos acá. Un gallo ojo de uva, patas negras, pescuezón, calancón; en cambio el gallo serrano, tiene de Asil. La cola para abajo, le viene del Asil, con la gallina chilena. El “Sorianito”, era hijo de una gallina blanca costarricense pata azul, con un gallo que le había dado Soriano, que parece que era hijo de un gallo de Constante Larco, no sé que enredo había ahí que Soriano le dijo, “tenme este gallo, que no quiero que nadie lo vea” y el gallo estaba todo lleno de chuchuy y no se sabía revolcar ni nada y lo crucé con esta gallina y salió el famoso “Sorianito” y lo jugué cuando Surco recién se iniciaba en un hueco de tierra y Don Marcelino Antezana era el dueño y tenía una entradita chiquitita como un callejón y tuvo problemas con la Municipalidad y después la amplió y ahora lo que es el coliseo y yo jugué contra Chanfaina grande, o sea contra el hermano de Chanfaina que jugaba en Lima y el me echó un gallo, aguijoneado por Wong en que iba siempre a la cancha grande, que no era Antonio ni Pepe, sino el otro y era un gallo Carmelo un poco más grande, pero el “Sorianito” era chico y tenía además las varas chicas, sobre todo un gallito muy violento; era un ajiseco prieto, pecho bien negro, cresta machete, un ojito oscuro muy vivo y si uno lo veía de cerca era de un color rojo, un animal vivísimo y se lo jugué y daban contra mi gallo a 7 pues en esa época no se jugaban gallos tan refinaditos. Y el “Sorianito estaba jugando y parecía que el gallo Carmelo de Chanfaina estaba metido y este tipo de gallo Centroamericano juega de afuera y tenía el tipo de juego ese pues los gallitos esconden la cabeza, jalan del buche y meten las patas en la base del pescuezo o a menos pescuezo y muy pocas veces son cabeceros y le meten dos patadas al gallo y como era un machete grande, le sangraba la cresta y todo el mundo pensaba que estaba degollado y empezaron a bajar a 6 las apuestas; algunos querían irse hasta 5 y de repente se me acerca uno de los aficionados y me dice “mira cómo se engañan contra tu gallo, si la sangre es del Carmelo y efectivamente el gallito ya lo había degollado y en el momento dado, se empezó a atorar un poco el Carmelo, el gallito chico se paró y de frente así a pie parado un respiro lo jala y ¡pac!. Le dije, “te mariposeé el gallo”, pues quedó con las alas como de mariposa, así abiertas y recién cuando lo recogió en las manos que parecía que estaba seco, le empezó a venir el degüello. Y Darío Chicoma, se enamoró del gallo y se lo ofrecí prestárselo para camada. El gallo el “Soriano”, tenía de Inglés y Japonés de Don Constante Larco. Es como todos los galleros que se enamoran de un animal y les es muy difícil olvidarlo, y llegan a los extremos de conseguirlo a como de lugar. Ahora la afición ha variado un poco. Antes con el tipo de gallo fuerte, los gallos no eran descartables como son ahora gallitos como pajaritos que hacen peleas espectaculares en que la gente aplaude y hierve el coliseo, pero a la hora de la hora, dicen “que buen gallo”, pero cuando llega a la casa, a los dos o tres días el gallo empieza a torcerse y si se le hace una pelea honda y el gallito prácticamente queda inservible para volverlo a jugar y de nada sirven las felicitaciones ni los aplausos, pero antes si le tocaba un gallo bueno y recibía castigo, había ver cómo jugaba después, pues el gallo se amaestraba. A los gallos españoles, panameños, colombianos, siempre hay que ponerle aunque oculto, una corriente de fuerte, entonces el animalito asimila. Al Ing· Guillermo Filomeno, gran aficionado de gallos a navaja y cría razas puras de pico, le digo: “caramba Guillermo, qué bonitos gallos” y él me responde: “no te engañes, porque toditos tienen su poquito de ajinomoto” es decir algo de oriental; siempre hay que meterle mínimo, un cuartito o un octavo. Una de las cosas mas bonitas es cuando se encuentran dos gallos que son buenos en su estilo de pelea y los dos tienen un estilo similar, entonces ahí se ve cual de los dos prevalece sobre el otro, cuando se encuentran dos gallos de defensa, es un espectáculo y cuando los dos son heridores, se espera de cual de los dos matará primero y es un espectáculo.
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