entrevista al sr alejandro portilla zapata “jano”

entrevista al sr alejandro portilla zapata “jano”

  

Alejandro Portilla Zapata “JANO”

Cieneguilla, 03 de Setiembre del 2002

 

 

Porque desde hace tiempo yo ya le cuidaba a Pepe Lucho sus gallos y justamente ahí estaba el Pitrimitri. Con Pepe Lucho nos conocemos desde los l5 o l6 años de la cancha de Farfán en Chosica el coliseo “Tres Amigos”, Orestes Ríos también era de Chosica y el Pitrimitri ya había terminado, era una leyenda, había hecho múltiples peleas. Los comentarios fueron que nunca transmitió nada tan bueno como él; hubo uno me dijiste este gallo pesa cinco libras y es un gallo Cotejero y me centré en una época, siempre me centro en una época, fue en el año 75-78, en esa época el gallo Cotejero era de cinco libras.

El Pitrimitri, un gallo muy bueno que todo el mundo gallístico lo conoce. El mundo antiguo se puede decir gallero antiguo y hasta el más joven de ahora, tienen esas nociones de que a ellos le han contado de cómo era ese gallo. A ese gallo comencé a prepararlo, porque el gallo fue de un gran amigo Luis Urbina, un gran amigo muy bueno, muy correcto: entonces ellos me contrataron, yo vivía en Huaral, porque trabajaba en la pesca de Chancay y me venía a Lima a ver los gallos, yo no tenía gallos tan caros. Salía y decía quiero irme por allá. Porque había de navaja en Huaral y me venía a Lima al Gallo de Oro, entonces en ese trayecto conocí a Pepe Lucho y me presenta a Lucho Urbina, entonces comenzamos a ser amigos. Unas copitas por ahí, entonces entramos. Ese gallo el Pitrimitri, ya estaba jugando y lo tenía este señor que ya es finado de Chosica, el señor Núñez lo tenía al Pitrimitri, con él empezó a jugar. Yo lo agarré después de varias jugaditas. En Chosica, ahí empezó la historia de Pitrimitri. A mí me lo da Pepe Lucho, y entonces comencé a cuidar los gallos tanto a Pepe Lucho, como a Lucho Urbina, es ahí donde yo llego acá a las Flores de Lima, donde usted llegó a la casa de un amigo que me la cedió incondicionalmente, ahí comienzo a preparar al Pitrimitri, hemos ido a jugar con Pitrimitri a Trujillo, a Chiclayo, Tumbes, Camaná, las fiestas y concentraciones. Buena plata, para mí, hasta ahora yo no he ganado un porcentaje más abultado que cuando lo cuide a Pitrimitri. Como he ganado con ese gallo, en una sola pelea. En Trujillo jugamos 30 mil soles. José Luis se debe acordar, había sido el año más del 70, puede haber sido, 76, algo por ahí, exactamente no me acuerdo. De ahí en un programa, en una concentración la primavera de Trujillo de ese entonces, en el programa que botaban para todo el Perú, porque todo el mundo iba, hicieron el programa invitando a todos, entonces allí abajo en el programa decía Nota: Hay un gallo cenizo llamado el Virrey de once peleas ganadas de propiedad del señor, bueno no me acuerdo, pero, su chapa sí Cabeza de Piedra su gallo llamado el Virrey que desafía a Lima y a todo el Perú, pero con la base de 30 mil soles, y en estos años 30 mil soles yo me acuerdo se jugaban con 500 soles buenos gallos, con mil soles, jugaban 2 mil, 3 mil, 5 mil, ya era un gallo excepcional, entonces dije voy a llevar dos gallos buenos, pero sin intención de jugar con miras a esa pelea. Inclusive leí el programa pero ya usted sabe el programa se deja por un lado y uno se olvida hasta que llega la fecha, viaja, uno llega, pone su gallo lo coteja y se olvida del programa. Me había olvidado justamente que había un desafío y porque faltando la fiesta de la Primavera en ese entonces era el 24 de setiembre, yo tenía que viajar un día antes para que mi gallo descanse un día allá, entonces quedamos con Pepe Lucho para irnos los dos juntos en su carro y le digo compadre, sacamos la cuenta usted viene aquí a las doce de la noche y aquí partimos. Ya ni hablar. Entonces. En lugar de llegar a las l2 de la noche, Pepe Lucho llega a las seis de la tarde, antes: se me anticipa y me agarra desprevenido y me dice compadre sabe que, aliste su maletín ahorita nos vamos. Pero compadre hemos quedado a las 12 de la noche, bueno en mi maletín estaba echando un par de pantalones, no -me dice- nos vamos porque, mira ven había traído un Volkswagen del año, de una semana de uso, pero era de su mamá, mira me dice el mío tiene  una pequeña avería y lo he dejado y me he sacado el de mi mamá prestadito y mi mamá no sabe, si llego otra vez mi mamá se da cuenta me lo quita y en que nos vamos. Bueno, el hecho es que me convenció, agarré mi maletín, dos gallos en costalillo con un cordel atrás en el Volkswagen y hemos arrancado de la casa. El otro gallo era un ajiseco pata blanca, pico blanco, chileno, que tenía varias peleas de Pepe Lucho, muy bueno, que él lo había comprado en Arica, lo había jugado varias veces, buen gallo. Ese y el Pitrimitri, amarrados cada uno en la parte de atrás, uno acá u otro acá en costalillo abajo con periódicos, para que estén cómodos.  Entonces mi compadre prende, pone que música te gusta, bueno le dije, ponte Los Ángeles Negros de ese tiempo, entonces compadre sabes que voy a meter la pata porque quiero vacilarme me dice a las 6 y 30 hemos salido y llego máximo a la una de la mañana a esa velocidad y en Pasamayo compadre no corra demasiado. Hacía rechinar las llantas. Le daba a 120 y en una bajada así cuando termina el Pasamayo, entre Chancay y Huaral y hay una bajada esa es una autopista que la divide una zanja, un canal y cuando veo 130, 120, le digo había una camioneta Ford de esas antiguas grandes que salía de la chacra, cuidado le digo.  No creo que sea tan imbécil este, es autopista, cuidado compadre tóquele claxon, que le avise y el hombre se paró en el filo de la pista y se mete y se le apaga el motor en toda la pista la camioneta se le apaga el motor. En ese momento me acordaba de mis hijos, en ese momento le salió una chispita, el reflejo rápido  y me dice agárrate compadre bien y yo me he agarrado de la guantera y he cerrado los ojos y entonces cuando la ha medido la camioneta y con la parte de atrás he salido como un trompo y el carro da vueltas y vueltas, se abre la puerta y yo caigo a la berma sentado, mirando medio grogi, aturdido y el Volkswagen se había quedado en medio de la pista cruzado de costado y un foquito de la luz roja, felizmente no había ningún tráiler cuando nos ha botado, sino no estaría contando nada, de repente los tráiler, camiones en una fila parados, porque el Volkswagen estaba en medio de la pista, un poquito así y he estado un rato mirando, yo no sabía por las bocinas me he venido a despertar y recién así, miro, se me ha venido a la mente y grito Pepe Lucho, Pepe Lucho y corro al Volkswagen porque ahí estaba atascado, muerto y el loco estaba dándole patadas a la puerta del Volkswagen no podía salir, no tenía ningún rasguño y se le fue encima al chofer de la camioneta a sacarle la mugre, en el momento que él ha estado en la pista, el patrullero, la policía habían llegado, el patrullero, la policía y Pepe Lucho lo sacaron al chofer que estaba dormido encima del timón, borracho, el chofer de la camioneta. Entonces yo con el golpe me puse saqué los dos gallos, lo saqué del Volkswagen y los tenía en la berma. Ya Pepe Lucho lo arregló todo, felizmente que el pata de la camioneta era hombre que tenía dinero, era solvente, entonces arreglaron, y me dijo compadre estás bien, sino para irnos a la clínica, pero yo dije si me voy a la clínica, el chinchón me dolía, con esos soles grandes con eso pasándome, si yo me voy a la clínica ya no me van a dejar, me  voy aguantar,  yo me voy a Trujillo con los gallos.  Así es, los gallos movidos todos. Entonces ya compadre me dice, acuerdo, agarró y me dio mil soles, tome y me fui al cruce entre Chancay y Huaral y me acuerdo un Norpacífico, ¿cuánto me cobras a Trujillo?, tanto, ya, subí con los gallos, me senté y amarré los dos gal
los en el apoyo y el conductor me dice oye hermano que cosa tienes, se me iba hinchando la frente y yo tenía sueño, me comenzaba a doler la cabeza, un accidente, y como tenían su  botiquín me dieron una pastilla, con un poquito de gaseosa y le pagué: me dice donde te quedas, me quedo en la Plaza Trujillo, ahí me quedo, por favor me voy a quedar dormido, ya hermano no te preocupes. Mira yo, me he despertado en la misma plaza, así de un solo, me he quedado seco, seco, cuando me desperté la frente estaba negro, azul, me dolía. Me he bajado despacito pero cuando hacía así me dolía, he agarrado una carrera hasta la gallera La Libertad. Calle La Libertad y la gallera se llama La Libertad también. Entonces he llegado y los amigos, los galleros de Lima estaban, el Dr. Ahón, el difunto Sarria, todos los limeños ya estaban cotejando temprano, así que me acuerdo más o menos a las ocho de la mañana, algo por el estilo, entonces el capitán Sarria me ve y me dice, ya ves cojudo, porque yo tenía confianza con él, seguro has estado chupando y has hecho problemas, ya ves eso te pasa y yo le digo: No capitán –ahí estaba el señor Ahón- no capitán. El señor Ahón me dio una receta, había una botica, me inyecté y tomaba quimoral, para eso me recetó el Dr. Ahón, el segundo día, tocaba jugar los gallos y una inyección que no me acuerdo, me inyectaron. Los gallos los dejamos en la misma gallera, entonces había recinto seguro. Bigote, Gamarra, nos atendió. Compré mi medicina, estaba mal, la eche al bolsillo y me regresé. Todo el mundo hablaba conmigo, pero estaba aturdido, con  un parche, ahí me curaron mejor en la farmacia, me pasó un parche y yo saco la cuenta, y yo digo, aquí tengo que estar con mis gallos y entonces hablé con Gamarra, me dio casillas. Mira hermano no te preocupes aquí no va a pasar nada. Aquí están bien seguros, entonces tenía que darles que comer a los gallos, tenía que esperarlos en la tarde de todas maneras, así que ya los gallos descansando, entonces fue día Viernes, el primer día hubo una asamblea de Lima, pero porque todos los gallos, pasaban para Sábado y Domingo.  Así que al siguiente día, me fui al hotel, siempre doliéndome y tomando mis pastillas, me vine a la gallera entonces, ya lo encontré a Lucho Urbina, ellos iban a pasar en la playa de Huanchaco, iban a pasar toda   la familia de él, en ese tiempo  Pepe Lucho estaba de novio con Mónica y Lucho con la señora Betty, se iban a pasar todos los años ahí y el día sábado a la hora de coteja Lucho Urbina ya estaba en la cancha, yo llegue y sacamos los gallos, el gallo chileno lo saqué y lo cotejé por dos mil soles por lado. El chileno pesaba 4:10 algo por ahí y era gallo chico. Pitrimitri pesaba 7:2, entonces cotejé al gallo y se me acerca el gallo cenizo el Virrey y lo llaman al gordo Walter que tenía mucho dinero en ese entonces y a Chilalo (Eduardo Rivas), ellos lo cuadran al gallo, porque treinta mil era un platal entonces lo llaman, pesé este 7:4, 7:5, el hecho que nos llevaba 3 onzas el Virrey a nosotros, pero  yo le llevaba un poquito de picada. Entonces pesan los gallos, gallo Virrey tipo japonés, tipo Asil, Malayo, porque era medio chatón pero fuerte. Pitrimitri era un gallo espigado,  largo, cola larga, muy lindo animal, finísimo, color ajíseco, ajíseco pinto, ajíseco con pintas pero lindísimo, tenía una estampa de gallo, entonces paramos los gallos. Lucho le digo, nos lleva 3 onzas pero nosotros le llevamos picada. Sí le dijo ligeramente. Pero la plata que se iba a jugar, me había olvidado, como le dije antes el desafío y con el golpe yo lo  que quería es descansar.  No, no tres onzas mucho. Paramos los gallos no fue la pelea, entonces parando con uno con otro, entonces con otro va y yo le digo a otro, cinco mil, no mucha plata, nosotros somos pobres, que este gallo juega quinientos o mil le podemos juntar. No compadrito ahí no más, entonces agarré mi gallo, otro por allá quería dos mil y Urbina no quería lo menos  de cinco mil soles, él iba cinco mil a jugar solito a su gallo, y bueno, otra vez para de nuevo el otro tampoco no cotejaba su gallo, treinta mil estaba desafiado, entonces otra vez pasamos, no compadre, muy fuerte y muy chico para el Pitrimitri le decía yo, el Pitrimitri era un gallo que tenía una entrada fabulosisima y en la entrada los hacía inclusive yo le he echado gallos más altos, todo el tiempo que yo lo he tenido, pero ese era más chatón, no me gustaban la coteja, no por él, pero porque tres onzas no era casi nada. Era más el tipo de gallo. Y yo dije aquí se va a sobrar y si lo agarro para buscarlo abajo y pensaba y lo llamé a Lucho a un costado y le digo y si no la agarra en la entrada, y me dice, a mí me gusta la pelea. A ti te gusta la pelea? ya pues, haber pásalo de nuevo ya le digo, va la pelea él me dice, él me pregunta, yo le digo cuanto, la coteja ya la había visto Rivas y el gordo Walter estaban mirando. Ellos, sabían que era el Virrey. Ellos lo jugaron, Rivas Cabeza de Piedra que era el dueño y el Gordo Walter, los tres, Cabeza de Piedra y el gordo  Walter son trujillanos, Rivas iba a apoyar con la plata. Rivas con el gordo son compadres y entre amigos se unieron  y pusieron su caja.  Los treinta mil lo iban a poner, los tres tenían bastante dinero, la plata valía entonces. Ya, les digo vamos, vamos a depositar dijo el otro. Hay que aclarar la suma, compadre, me dice y cuanto quieres jugar, ahí me dice  cuánto juega  tu gallo, hasta cuánto quieres jugar. No le digo, le dije así, para sondear. Y le digo será 2 mil soles, yo queriendo jugar más pero dos mil no, tres mil no,  y aquí lo voy  asustar digo, va cinco mil le digo, porque, nosotros habíamos quedado de cinco mil para arriba, pero no, 30 mil, era demasiado dinero, yo dije aquí lo corro y entre mí, va cinco mil más, entonces el gordo Walter estaba escuchando, oye compadre le dice a un amigo que estaba pasando el gallo, le dice anda tráete el programa, porque acá mi compadre no sabe leer, o no a leído el programa. Así me dijo, no sabe leer o no ha leído el programa, dijo así, entonces lo tome como una mozonada, porque, el gordo era chistoso, bromista. Traen el programa, oye compadre que dice acá: El gallo de once peleas ganadas El Virrey desafía, a Lima y a todo el Perú con 30 mil soles. Me quedé impresionado, oye Lucho, lee que cosa dice acá, este gallo se quiere pasear, está desafiando, con 30 mil soles, le digo de dónde vamos a sacar 30 mil soles? Le  dije a Lucho así. Espérate me dijo, la llamo a su mamá, a su hermana, a la que era su esposa. Estaban allí en la gallera, Lucho los había llevado,  entonces, Pepe Lucho, Núñez, toda la familia se reunieron en grupo, haber tú cuánto tienes, po,po,po, reunieron como 19 mil, casi 20 mil. Guardando para regresar. Entonces yo comencé a juntar, el que menos quería ir al gallo, hice una lista  de este tamaño, así de larga,  parecía un pergamino  de firmas. Uno iba 20 soles, el otro 15 soles, el otro 50 soles, el otro 100 soles, en ese plan para juntar 10 mil soles, el hecho es que juntamos la plata.  Va la pelea. Paga. Jugamos el pri
mer gallo Pepe Lucho gano rápido, entonces un par de cervezas, yo no podía tomar nada con las justas una gaseosita, me dolía, me pesaba el bulto. Entonces se llega a la pelea del gallo. La pelea si mal no recuerdo ha sido, a las 5 ó 6 de la tarde. El juez era Bigote y el asentista del coliseo, Bigote también. Entonces, Bigote me dio las pastillas nos dio los asientos, él era el hombre el asentista. Entonces agarre y amarre al gallo con Espina de pez sierra, más o menos  del Pitrimitri, de 5 centímetros, nunca lo he jugado con espuelas largas. Él tenía sus espuelas para él sólo medios curvos y su Pata pioja, Lucho le había mandado hacer, porque así era  del ancho de un dedo la base. Nadie tenía, esas pata piojas para ese gallo nadie. Todo Lima, me acuerdo de Chiclayo cuando jugamos a la última vez, recurrí, porque se había olvidado acá nadie tenía la pata pioja, para ese gallo. Entonces amarre el gallo en Trujillo y como yo no podía soltar al gallo, le dije tu lo vas a soltar le digo a Lucho. Compadre, Ud. lo va a soltar al gallo le digo, pero, bien picado y de lejos, no lo vayas a soltar cerca. Porque, este es de entrada, no más. Tiene una entrada fabulosa, que gallos de ahora, ni que gallos de ahora. Era atropellador, apenas lo medía al gallo de acá, ya se le iba, pero primero, con las espuelas, al cuerpo, por eso esa coteja a mí no me gustaba y el otro era más chico que el Pitrimitri. Acá lo tiene que hacer, en la entrada porque esa era su forma. La pelea  máximo, eran 30 minutos. Media hora. Y el pollón  eran 3 minutos. Bueno, amarro al gallo, ya Lucho, listo los gallos, armados todo, la plata contando, todo listo, entran los careadores. Le digo bien picado compadre, bien picado nomás, nada más. Si tiene una plumita en el pico, te aguantas, no lo vayas a soltar a lo loco. Éramos muchachos. Picó bien al gallo, lo suelta de lejos y desde que lo soltó se le fue encima, po, po, po, lo llevaba y lo traía y se le montó encima, créame no le dejo tirar una patada; lo agarro, de izquierda y derecha, de abajo, le metió tiros acá abajo, en el encuentro, entre la cadera y el fémur. En todo el cuerpo Encima del ala, chorreando. Lo acribilló. Degollado, lo hizo como una esponja  así chiquito, pero a punta de cachazos. Todo era cachos po, po, po. O sea, no fue rival. Para mí la pelea más fácil de todas las peleas, que yo  he cuidado ese gallo, ha sido esa pelea y lo sacó a la carrera, más o menos en minuto y medio algo así, ni siquiera, entramos al pollón porque, se corrió el gallo. El Virrey no podía desarrollar, ni sabía dónde esta, no lo dejó, lo amontonó, y tan es así que lo sacó a la carrera antes del pollón. Dicen porque siempre lo cuida al gallo, por que ha sido un gallo famoso, él dirá eso. Hasta  ahora hay testigos. Ahí está Eduardo Rivas, antes de los 3 minnutos, minuto y medio. Lo sacó a la carrera gritando. Cacareando, justamente por eso no fue pollón, pero destrozado a cachasos, encogido, con las justas. Fue una pelea, dónde la expectativa, ha sido un loquerio el coliseo. Todo el mundo  estaba esperando esa pelea. Del número no me acuerdo, la fecha no, pero fue así más o menos. Pero ya en ese tiempo el aficionado que estaba, no salía del coliseo, no salía como ahora que dicen, voy a comer, voy a bañarme, cambiarme de ropa. Entraban al coliseo y ahí se quedaban. Y antes las peleas comenzaban desde las 10 de la mañana y todos más por esa  pelea y ese platal  que se iba a jugar. Yo nunca, hasta ahora, me he ganado un porcentaje tan grande como el gane esa vez,  seis mil soles me gane de porcentaje. Me compré, un montón de cosas, equipo de música, muebles. Tú sabes que Lucho Urbina, ha sido millonario, su mamá, todos tenían plata, todos tenían su carro, inclusive Lucho era hacendado, tenía su hacienda en Huacho. Entonces, dese cuenta, que al comprar todo para hacer la caja, toda la plata que llevaban ellos, para distraerse. Le tenían tanta fe al gallo. Toda la plata que reunió Pepe Lucho y no llegó 30 mil soles inclusive con la plata de él y de Pepe lucho también incluido todo y no se llegó ni siquiera a 20 mil, 19 era mucho dinero. Y el resto lo tuvimos que recoger  así pero como en dos horas recoge y recoge, 10 mil. Fuimos amigos con Lucho y somos amigos no lo veo hace varios años y en aquella época y probablemente me decía que ese gallo tenía un cruce de navajero. Bueno, no lo podría definir muy bien como cruce con navajero porque, primeramente, yo no conocía gallos de navaja. Sé que son grandes nada más, pero como en  ese tiempo, un gallo de 7 libras se peleaba un piquero, era de 7 libras, 8 libras. Entonces yo lo definía como un piquero. Era un verdadero  piquero y de dónde le salía esa velocidad, el atropelle, cuando se jugaba ese peso de gallo oriental. Bueno esa entrada. No lo creo que haya tenido el chileno, porque este gallo era un  vendaval, un atropellador de primera y no sólo de entrada  seguía en todos los revuelos. Un gallo furioso, un gallo violento era  un gallo violento, pero, no loco, sabía lo que hacía. Cuando Ud. lo soltaba se iba a empatar pero  mirando, gallo vivo y metía bastante cacho.

En la hacienda Calusa, había un hombre mayor que era bromista y el dijo que le había dado el Pitrimitri. Tío, le decían, un coloradito, bajito. El era mi tío  carnal, Zapata. Era hermano de mi mamá, yo me apellido Zapata, yo soy Alejandro Portilla Zapata. Mi tío que en paz descanse, tenía su casa huerta en Chancay. Era como un muchacho de 15 años jugaba era bandido y era bien amigo de Lucho Urbina. Yo no sabía, pepe Lucho tenía unas vacas lechera, y Pepe Lucho le había encargado a mí tío. Y fuimos un día con Lucho y me choco con mi tío ahí. El era dueño de una casa huerta, habrán quedado ahí sus hijos su señora.

Jano, y ¿fue cierto lo que me dijo su tío  el señor Zapata, de qué  él le consiguió al Pitrimitri?. Según Lucho, dijo que  había comprado unos gallos a este señor que era árabe y que era dueño de la Cancha de Galos de Oro. Jamis, Raimundo al  mayor al padre, a Iza el padre. Iza Jamis. Al señor Iza le compró  un lote de gallos y de allí hizo camada y le sale el Pitrimitri, según versiones del mismo Lucho. Entonces por ahí se define esta historia de este gallo. El Pitri llegó a tener 14 peleas contadas. Ese gallo  en Chosica ganó en un día hasta dos veces. Y definía, rápido, estaba  entero el gallo. Inclusive en una oportunidad lo llevamos a Camaná, lo llevamos con un gallo de pepe Lucho y el Pitrimitri de Lucho Urbina. Vamos a Camaná, el gallo de Pepe Lucho, era un gallo Carmelo. Se lo habían dado  para que lo juegue un señor de acá en Chosica, este, el señor Teodolfo Portocarrero. El gallo bonito, lo cuide lo llevamos, los dos con Pitrimitri.  Llegamos, justamente cuando se inauguró la Cancha nueva, grande de Camaná. Entonces gente  cualquier  cantidad de todo el Perú. Cotejamos el Carmelo, y  cotejamos al  Pitrimitri. Un gallo  gallino me acuerdo de Camaná. Íbamos a jugar 10 mil soles que era plata. Bueno, estaba cotejando jugamos primero El Carmelo  estaba Chile iba ganando como 7 gallos a cero estaban  barriendo, unos gallos buenos, no me acuerdo de quien eran, muy buenos gallos. Entonces el Carmelo de pepe Lucho le toca  con Chile también con un gallo gallina negro, bien  bonito  me acuerdo. Entonces, calzamos, creo que jugamos 3 mil soles no más. Fue una pelea extraordinaria y para los chilenos de los siete que iban ganando  este era el mejor. Una pelea muy bonita.  Los dos  ciegos, degollados, los dos. Se habían hecho volar y regresaban los dos, bien bravos los dos gallos y así degollados, ciegos y el de nosotros lo mata al otro gallo. Más o menos habrá sido pasando los diez minutos. Los gallos muy buenos para qué, entonces ganamos esa pelea, después nos toca con el Pitrimitri, contra el gallo gallino, parece que a los de Camaná les metieron cuento los de acá mismo, los mismos limeños. Ya el gallo era bien voceado. Y agarro, amarro al gallo, la plata junta, yo le digo tú lo vas soltar Lucho. Reunimos la plata y bueno, esperamos al otro gallo, y lo traen al otro gallo, pero sin calzar y con el buche así a presentar al juez. No que al gallo, recuerdo que Lucho Urbina, agarró, se tomó la palabra en medio de la cancha con el Pitrimitri en sus brazos y dijo yo no esperaba esto de Camaná. Camaná, creo que todos ustedes no tienen la culpa, pero el aficionado que me ha tocado en este día por estos momentos, mi gallo está animado acá y cómo es posible que hagan este desplante dijo así, eso no se hace, con todo respeto yo les digo que de hoy en adelante nunca más vendré a Camaná les dijo. Lo veían bueno y se han acobardado. La pelea, de Camaná fue después de Trujillo. Ya venía con el pergamino tremenda expectativa y hubo una pelea que fue también espectacular que fue la última en Chiclayo. Pero antes le voy a contar otra pelea porque viniendo de Trujillo, como el gallo no salió herido, eso fue en setiembre y acá hubo el l2 de octubre, usted se acuerda que hubo una concentración por el Día de la Raza, que venían todos los provincianos, todos venían, y el gallo había ganado muy bien, bueno yo me vine. Lucho llega a los dos días a mi casa y  Jano, ¿Cómo está el gallo? el gallo estaba lindo, rebozando, sanito y bueno, no tenía nada. Le digo, el gallo no tiene nada, el abollado soy yo, mírame como estoy iba bajando por poquito, por poquito iba bajando y me dice, oye hay que sacarlo para el 12, no mira estás loco, el gallo se ha dado vuelta de campana, claro el gallo ha ganado rápido, no tiene casi nada, no le digo. No estaba de acuerdo. Yo no quería, francamente, ese gallo yo lo conservaba, era de buen nivel y jugaba plata; ya el que le echaba gallo al Pitrimitri, tenía que ser recontra bueno, fuera de serie. Porque nosotros jugábamos plata con ese gallo y ya era bien conocido por todo el mundo. Vamos sacándolo me dice, bueno yo lo voy a ver y te paso la voz; ya me dice, nos jugamos cinco mil para arriba. Llega el día y pues, le pegué una movidita más, sacamos el gallo, lo cotejando en la cancha, pues había jugado reciente y que todo mundo ya lo conocían.  La chismosería, esa es una cosa normal. Lindo, un gallo lindísimo. Bueno sale un gallo negro que le decían la Cobra, gallo gallino negro, bien bonito, fuerte: un poquito más que el Pitrimitri, paramos y el tío el difunto Bracamonte, una gran persona, pero él no era el dueño, el dueño era otro señor, que no me acuerdo de su nombre. Ya vamos, cuanto, digo cinco mil, ya pues sobrino, no pues sobrino carajo, porque el tío Braca, hablaba así, no puede ser tanto, oye ven le dice, el gallo es de él, no seas cojudo, era un buen gallo la Cobra, de primera línea. El gallero era de Lima, la Cobra era gallo de Lima. Entonces usted cuanto quiere, le dice cinco mil, no dos mil le juego, me dice dos mil, un poco más le digo, vamos a jugar tres mil, mire yo quisiera jugar los dos mil, pero el dueño no quiere, el dueño está allá, es el señor que está allá y no quiere jugar, el quiere cinco mil porque tiene plata, para tranquilizarlo. Bueno van los tres mil me dice. Tú anda solo le dije a Lucho, ya no importa después de jugar treinta mil a jugar tres mil no era fácil tampoco y con buen gallo y el tío Braca me dice, no sabes con quién te has metido. Este, tiene como seis, ocho peleas me dice. Él lo amarraba todas sus peleas. Bueno tío le dije, que gane el mejor, alzamos los gallos, llegó la pelea, el gallo ahí lo solté, agarró desde que lo solté, pum, pum, lo revolcó, seco, muerto. El Pollón eran tres minutos antes. Había metido menos de medio minuto, máximo. Era un gallo atropellador que metía las espuelas con una velocidad impresionante. Y en el aire nomás, lo agarró, pa, pa y el gallo iba y venía, lo tenía atorado, botando sangre, iba y venía, pa, pa, seco, muerto. No me acuerdo exactamente, adónde lo hemos llevado después. El hecho es que su última pelea fue en Chiclayo. La pelea fue en Chiclayo, en Punta Roja, de don Armando Baca Rossi, el treinta de agosto, todos los años celebraban ahí. Ya el Pitrimitri era gallo de Lima que todo el mundo lo quería. En mi poder ha tenido dos mudas y posiblemente era ya de tercera muda, o sea estaba ya en cuatro años. Pero en juego era un gallo que no salía acribillado. No podía decir que gallo es de calidad, porque no lo veía a fondo, no lo veía, no había rival para el gallo.  Por la violencia que tenía. Mire usted por ejemplo el de Trujillo, para jugar treinta mil soles, de once peleas ganadas, era un gallo muy bueno y no lo dejó ni tomar agua, era un gallo, muy bueno, no se vio absolutamente nada, para mí la pelea más fácil, fue esa, de todas las de Pitrimitri. Aparte de los pollones que ha tenido. Bueno la pelea en Chiclayo fue con este pata, galler
o, buen amigo, de sobrenombre Margarito, o era su nombre. Es cajamarquino, es negociante y vive en Chiclayo, iba y venía de Cajamarca y Chiclayo.  Reside en Chiclayo, pero era comerciante hasta ahora, buen aficionado, buen amigo, cajamarquino, entonces como todo Lima querían que le lleve el gallo y cotejamos con un gallo ajiseco, me acuerdo, este si era un poquito más grandecito que Pitrimitri y según ellos decía que tenía veintidós peleas ganadas. La pelea la hicimos con Margarito, va, va: pago diez mil, ni siquiera veinte mil, fueron diez mil entonces, nos llaman para armar los gallos, el número de pelea que nos tocaba y entonces le digo a Lucho, oye dame las patapiojas y comienza a buscar, no las había llevado las que le hacían para Pitrimitri, para el grosor de él, porque era bien grueso. Él había mandado a hacerlas entonces a Salas. Todo Lima se unió así un pocotón, un kilo de patapiojas y ninguna le hacía y el otro gallo ya estaba y en eso que estoy buscando la pata pioja el otro gallo ya estaba armado en la cancha esperando. Oye apura, oye que hacemos ahora agarre un pucho de cigarro y le ponía y no entraba, agarré un algodón fino y le pase ahí en el pitón, ralito también y así le puse la espuela y así lo arme pues, a la antigua. Pero mi preocupación era que no fijaba igual y era un gallo de fuerza donde siempre batía la pata, un gallo de entrada que siempre se va a encontrar con el otro, pero no había otra manera de amarrarlo. Tal es así, oye sabes que, dile que pasa esto y desás la pelea si quieres, porque como lo vamos a amarrar el gallo estos le van a sacar los pitones y estamos jugando plata y tú gallo es bien bueno, le digo nos vamos a arriesgar tanto. No es broma como sea vamos a quedar la gente esta piteando, amarré así no más, le pase un algodoncito ralito no más, a la de Dios, y el gallo era mansito, en la casilla lo agarraba como un borreguito, pero cuando a la hora de amarrar se volvía picalón. Y veo al gallo armado queriendo pelear y Lucho me dice yo lo iba a soltar, Jano quiero soltar el gallo yo. El gallo se ha puesto picalón y no vayas a soltarlo mal y compadre estamos jugando plata, por favor me dijo yo quiero soltarlo, pero ten cuidado. Vemos la plata, pican los gallos y como yo le dije, de lejos, Lucho veía la puertita para salir, donde está destinado para el careador, entonces lo pica así y lo suelta acá y el está caminando y el gallo por detrás de él pateándolo, se le va, cuidado, cuidado, lo agarró de la cola al gallo, lo desacomodó entonces, ya no lo soltó lejos, lo soltó más cerca, el gallo de todas maneras entró, el gallo a los dos minutos lo tenía así al otro, atorado, era bravo, parado botando sangre, cosa que nunca le he visto al gallo, comienza a meterse bajo el ala a jugar, yo nunca el gallo lo tenía así, paraba, queriendo patear, así, así paseado botando coágulos de sangre y el gallo se pone debajo del ala del otro, tiraba y en eso el otro le pasa,  le da tiempo a que se recupere, le mete un jalón al de nosotros y lo tumba, tumbado el gallo, que para muchos hasta ahora hay esa discusión, que dicen que estuvo perdido, puede ser, porque el reglamento en cada pueblo tiene su estilo, su reglamento, se asimilaba a un reglamento de pueblo, entonces el gallo rodado, rodado que podían haberlo sentenciado de juez estaba Gamarra, echado que no se podía parar, y en eso Bigote le dice carea, según Otto sería para que lo sentencie, que podría haber sido, según como jugaban allá. Cuando entonces Lucho viene a agarrar el gallo, lo acomoda, lo despierta, le machuca la rabadilla, las piernas, lo samaquea al gallo y lo para, el gallo entre que se paraba, se paraba y llegó a pararse, y se para así y comenzó a pelear, se agarró así como los gallos actuales, del pecho, po, po. El le empareja la pelea porque iba ganando de lejos le mete un jalón al otro, le quiebra el ala al Pitrimitri, le tiraba y se caía, pero cuando como el otro gallo era parado y estaba herido el Pitrimitri lo agarra de acá abajo, tiraba y se caía, pero como todo gallo así el otro no deja de morder, los dos gallos echados ahí y así careo, careo y careo, entonces Pitrimitri le botó un ojo, así en esas patadas le bota un ojo y el otro gallo no volteaba inmediatamente a buscar sus ojo y voltea la pelea así. Con un ala quebrada y el otro hace así y le mete un patadón y le quiebra la otra ala, o sea las dos alas quebradas y así el gallito tocaba y se caía, pero bien agarrado del otro acá y el otro así y se echaban los dos y careo, careo por careo y lo dejamos por faltas al otro. Con dos faltas una pelea que la veían de a pié, una pelea de calidad inmensa, la única y la última que yo le he visto a Pitrimitri y una calidad para regalar. En ese tiempo se jugaba treinta, ponte faltaba poco, creo que veinticinco, faltaba poco. Honda la pelea, bastantes aplausos, porque demostró la calidad de gallo y la única pelea que demostró la calidad en la última pelea. Me comentan dentro de las personas que han comentado, que un poco como que Gamarra le dio la mano al Pitrimitri, porque todo Lima se había metido con todo. Puede ser, como le digo, se presta, pues a opiniones sueltas, porque cuando mandó careo, cuando lo tumba, cuando lo ruedan al gallo demoraba digamos. Gamarra me parece que demoró, pero también para sentenciar una pelea de esas tiene que estar bien seguro, a su propia sentencia y el gallo se para un problemón, esperó a lo seguro y por eso dicen que dio la mano y mandó careo para más seguridad todavía, si en el careo el Pitrimitri se cae, ya era sentencia. Lógico y se paró el gallo, por eso dicen que él ha dado la mano. Jugamos diez mil soles. El Pitri era un ajiseco con plumas de pinto, con plumas de pecho. En las partes de las alas también era ala blanca, ajiseco con rasguitos blancos, con las guías blancas. Cabeza tipo moderna, su cabeza era larguita, no era cabezón. Era un gallo así como ese, pero largo, de siete libras. Ese gallo yo lo agarré del 76 y 78, y lo bajé a siete libras. Pesaba 7:7 allí ya se quedó, estándar. El gallo fue a la muda y ahí se le sacó camada. Le sacó crías al gallo, o sea en la muda lo llevaba a su casa y le sacaba cría. Allá en Chaclacayo. Dentro de eso tuvo, pero parece que no lograba los pollos, unos pollitos así nomás, tuvo un gallo negro muy bueno de bastante calidad. Con diferente estilo de pelea. Nosotros le hemos hecho camadas y botaba cenizos, ajisecos, hasta negros también. El mismo Lucho Urbina, dijo, me acuerdo me dio uno o dos hijos negros. Era gallo para pelear, más que para aparear. En cuanto a la alimentación actual, bueno los gallos en la mañana como desayuno les doy un poquito de Casta brava, granulada, hay algunos a cuyos preparados le echan agüita, yo no, le doy un poquito a cada gallo en preparación, y lo comen; después le doy su poco de alfalfa. En la misma mañana, sí, una vez come le dejo su poquito en el costado de la casilla y ellos ya lo comen. La hora de preparación, mejor, asimila mejor, yo creo que en las mañanas. Eso de las nueve o diez de la mañana se empieza. Nueve o diez de la mañana es la mejor hora; tengo bastante espacio, pero hay horas que te has dado cuenta que mejor es en la mañana. O sea que el gallo con su desayuno, t
iene cierta energía para desarrollar, lógico. Le doy  su desayuno a las siete de la mañana, máximo y los comienzo a mover a las nueve. Para terminar esto, la segunda comida es en la tarde,  al fin de tarde a media tarde, ya va a ser ahorita y ahí el gallo duerme hasta el siguiente día.

¿Cómo conoce uno, que ese es el día que va a salir el gallo?

Bueno, yo lo conceptúo de esta manera: me bazo en el trabajo que le doy al gallo, y antes de la última movida, en la penúltima movida, ya lo tengo que notar, alegre, bonito, como queriendo pelear, con un  ánimo al tope al cien por ciento, inclusive hay gallos que son mansitos y ya cuando le falta la última movida, están desesperados y cuando uno los va a sacar de la casilla, lo pican a uno. O sea te quiere decir, que los gallos están con ganas ya de pelear. Te hacen la rueda, los gallos tú los agarras y los pones en la traba y se quedan parados, hay gallos así  que son bien mansitos, pero, cuando ya están al final de la preparación para salir, por decir le falta la última movida, se ponen alegres, te hacen la ronda, hasta picalones se ponen. Porque tu identificas a cada gallo. Pero yo ya sé, yo digo este gallo está al cien por ciento, ese es el nivel del gallo que verdaderamente debe salir todo gallo para mí, debe salir en esas condiciones. Te va avisando, durante la  preparación. Especialmente al último, en la penúltima movida, así el gallo demuestra, que quiere pelear. Te hace la rueda. Eso se da tanto, en un pollo que va a la primera pelea como en un gallo maduro. Más, en gallo maduro. Ya entiende, ya sabe. Claro el oriental es gallo el tipo que se jugaba en los años setenta para atrás, o sea, gallos fuertes, también cabezón es diferente.

El comportamiento también es diferente, y la preparación es diferente. Los ejercicios son muy diferentes  de este gallo actual, con el tipo oriental. El tiempo de preparación de estos gallitos finos es más largo. Por decir yo, un gallo oriental yo lo saco en un mes de preparación, un mes exacto. Para mí ya es un gallo bien preparado. Y uno de estos gallitos, mes y medio  hasta dos meses. Son estos muy diferentes, muy diferentes. Si por ejemplo actualmente tuvieses que preparar un galpón que tiene gallos buenos, tú sabrías identificar que gallos necesitan que tipo de movidas Yo preparo los gallos según el tipo,                          ya te va avisando. Ya sé, por ejemplo antes preparaba gallo oriental, gallos fuertes nada más. No sabía preparar este tipo de gallos. Ahora sale este tipo de gallos, entonces de arranque no he sabido, pero ya uno va aprendiendo. Lo voy entendiendo. Este ha jugado así porque me he excedido en moverlo mucho, me excedido en meterle mucha mano revuelo mucho. Entonces uno va comprendiendo al gallo. Identificando cada uno de los animales que estamos viendo. No es en serie, dentro de la cantidad los identificas. Debe ser el mismo preparador el que suelte los gallos. Es importante eso, es importante la mano que siente el gallo no es igual ni con el mismo dueño que lo suelte, ahora otra cosa, hay que saber soltar un gallo. Quién mejor que el preparador, que lo topa siempre, que lo mueve que le dé de comer. Sabes todo en resumen las condiciones y efectos de cada gallo.  Por decir este gallo no tiene entrada y si no tiene entrada, como lo suelto, dice uno y hago topar planificando la estrategia de la pelea. De cómo lo voy a soltar a ese gallo. A ese gallo no, a este lo voy a soltar un poco cerca, porque este es gallo empatador, porque hay gallos empatadores sin ser ligeros, pero empatan no se dejan pasar. A este no le voy a soltar muy lejos, un poco cerca dice uno, el preparador dice este no y este sí. Es atropellador, entonces lo suelta un poco más lejos. De la misma forma, esa importancia tiene la espuela que le vas a elegir. A mí particularmente la espuela no me gusta muy larga. Ni así tenga gallo grande. Yo creo que no es necesario. De acuerdo al gallo yo más o menos le calculo el tamaño de la espuela, la curva, no me gusta muy curvoso, una cosa normal. Algunos dicen porque jala de acá que mete otro dice que cosa. Para eso, yo mejor le pongo una curva normal. Cierta curvatura, que le llegue a la mitad de la caña,  al punto más o menos de la altura en horizontal. A la mitad de la caña. Zoilo Meléndez es de Chimbote, tiene su  historia, tú sabes una historia va jalando la otra. El ha sido preparador de Dante Valdivieso.  Hubo un gallino fue de Lucho Urbina un gran gallo, muy,  muy  bueno. Yo le voy a hablar cuando me lo da a mí para prepararlo Nacido en criadero de Lucho o en Chaclacayo entonces me da el gallo y lo preparo yo lo llevo a Chosica. Lo jugamos contra gallo de Salomón Lazo de Arequipa y el gallo ganó rápido, entonces viniéndonos para acá, el gallo ya tenía como tres peleas en poder,  de eso que me acuerdo ya le estoy hablando, vinimos en el Volkswagen, con Lucho Urbina, con Pepe Luis, al Rímac, viniéndonos ya para acá porque el gallo lo jugamos en Chosica, entonces, tomamos una gaseosa y Lucho me dice, oye Jano mira te regalo el gallo gallino, no le digo, es un buen gallo, porque no puedes regalar un buen gallo, somos amigos, de todos, muchas gracias. Era su estado de ánimo, de ese momento, emotivo y como piénsalo mejor sabes porque, -estaba con sus tragos Lucho y yo también-, sabes que después de una pelea más, que te parece. No Jano, yo quiero regalártelo, un gallo bueno,  a ti, me dice, porque tú no tienes un gallo bueno, me dice y yo tengo varios, tú eres mi amigo y yo quiero que tú tengas un gallo bueno. Luchito, le digo, mira yo  con qué plata lo voy a jugar, le digo, tú tienes dinero y este gallo es para jugar plata, este es un gallo bueno, le dije así, para desanimarlo, me dijo, bueno me dice, cuánto tienes en tú bolsillo, para que te cueste. Entonces, saco la cantidad creo que tenía trescientos o cuatrocientos soles tengo acá ja, ja, ja, te lo vendo el gallo entonces ya, le di. Y así fue,  entonces el dinero de la casa mi gran amigo y gallero también. Ángel Velapatiño, tiene su rémora aquí en Acho. Entonces, dentro de de esa misma semana me dice Jano, quiero hablar contigo, si maestro que pasa. Me dice sabes que te voy hablar la verdad, me ha gustado bastante el gallo gallina. Le digo el gallo gallina de Lucho. Sí, me dice porqué, él venía también con nosotros. Tenían los gallos, en su casa. Como la casa me había dado para vivir,  yo vivía ahí y le digo, el gallo el suyo. Me gusta Jano, me dice porque él sabía ya, que Urbina me lo había vendido a mí, mira maestro, la cosa es así, sí ya sé, me ha contado Lucho, me dice, mira Jano, yo quiero saber, me ha gustado bastante, lo jugamos síguelo preparado tú mismo, lo jugaremos, y si sale bien, porque no hay nada seguro, yo le quiero sacar un par de camadas, esa es la verdad, no hay otra, le podía sacar con tu gallina también no había ningún problema, ya maestro le digo. Mira me dice, yo te voy a dar setecientos. No maestro, deme lo que me ha costado. No que tú tienes que ganar me dijo, sino este gallo no va a ser ni mío ni tuyo, así el no te lo hubiera regalado y yo también con el hombre quería quedar bien. Había un agradecimiento, un compromiso. Bueno, el hecho es que me dio setecientos soles, entonces el gallo pasa a sus manos y yo seguía preparándolo. Entonces  voy a  hablar de las dos últimas peleas de ese gallo, porque yo a ese gallo le saque como nueve peleas, entonces, lo jugamos acá en Lima, en descanso le pusimos un par de gallinas, bien descansado lo prepare y lo llevamos a Trujillo, en Trujillo yo había conversado con Mauro Luk, acá en la cancha. Oye socito sabes que, vas llevar gallos, si voy a llevar buenos gallos, cuántos vas a llevar. Voy a llevar tres. Un gallo gallina, un gallo negro y otro más, pero tres gallos buenos. Ya me dijo, cualquier cosa de plata, yo mismo soy, yo voy todo, Uds. Van lo que tienen, quieren  y yo topo la caja. Ya, palabra, ni hablar y me dice yo te llevo en mi camioneta. Yo te llevo tal día, tal hora, me recogió de Acho. En esas fechas jugaba el Chuchumeco, en esos tiempos. Era un gallo de Salaverry. Yo, lo conozco, yo he jugado con ese gallo también,  entablamos con un gallo que fue de Lucho Yáñez el Machetón, ese Gallo era de este señor que ya es finado Juan de Camaná, me lo dio para prepararlo. Era gallo pollón negro, tenía como cinco pollones. Y entabló el Chuchumeco y jugamos en ese tiempo, catorce mil quinientos en una primavera, lo llevamos a Trujillo, no me acurdo la cantidad pero, fue plata y el gallo ganó rápido, los otros dos también ganaron. Mauro, en la venida para Lima, me dice oiga socio, sus tres gallos me han gustado, véndamelos. Yo le digo, mío es uno solo, le digo,  tenía un gallo  giro que me lo había regalado un amigo ingeniero Herbert Uculmana, si Herbert me
lo había regalado, buen gallo, bueno, tuerto, ahí en una concentración lo dejaron tuerto, un 28 de julio, de una calidad inmensa, y ahí me lo regaló y el gallo tuero era mejor, bastante calidad, entonces el giro es mío, los otros gallos son del maestro de la renovadora ya lo conocían a Mauro Luk, yo lo había presentado al señor zapatero, porque tiene una zapatería en Acho; ahí, hasta ahora está ahí. Sí le dije. Socio me dice, mira ve, vendemos los tres gallos, el tuyo  y dígale palabréalo, yo le  doy  su comisión a Ud. a parte pero dígame una cifra, de más o menos cuanto está cada gallo. Yo le digo, mira este tiene tantas peleas, tiene seis, este tiene siete, el otro tiene cinco y los tres gallos son de calidad, le digo buenos. Un cálculo te voy hacer cuatro mil cada gallo, nada menos, Ud. decide. El mío vale cuatro mil soles. El mío  tenía seis peleas, tuerto ya, recién tuerto. Ya me dice, pero déjeme conversar con el hombre. Maestrazo ni hablar,  me voy agarro una carrera y me voy a la casa. Y maestro hay una propuesta por si acaso, don Mauro quiere comprar mi gallo y los dos gallos de Ud. vea por cada uno yo le he pedido cuatro mil soles, que era un precio recontra bueno, bueno, cuatro mil va a pagar?. Se sorprendió si le digo yo le he puesto ese precio y le he dicho que nada menos, que los gallos cuantas peleas tienen y son buenos. Al gallino, le había sacado camadas. Bueno Jano, me dice que vamos hacer, es buena plata. Claro maestro Ud. lo puede invertir aquí en su negocio le digo, entonces y ni hablar. Agarré y lo llame por teléfono a Mauro, y me dice, vente acá el tiene dos playas en Washington, entonces fui me estaba esperando. Ya le digo Maurito ni hablar, listo el negocio, listo el negocio. Me dio ocho mil, para darle aquí al hombre y lo tuyo te lo doy el sábado en la cancha. Listo, pero si quiero, que tú mismo lo prepares, sigue preparando a los gallos. El gallo negro estaba herido, yo le dije el gallo negro está herido, ese sí, que hay que hacerlo descansar, pero, los otros dos,  había ganado rápido, le dije. Y había una concentración aquí a la semana nomás, viniendo de allá. En el gallo de oro. Y me dice el tuyo puede salir, yo le dije, le pego unos revueltitos así nomás con la mano y se revuelca el gallo con su vitamina, en ese tiempo se usaba el Terragón, lo saco a la cancha y gana el gallo más o menos  en cinco  o seis minutos ganó bien. Era en la misma temporada del Pitrimitri. Entonces, la caja había llevado algo, me dio mi porcentaje, todo me dio. Cholito me dice te voy a dar dos mil soles ahorita, más tardecito te doy los dos mil más de mi gallo. Ya hermano, no te preocupes, está bien. Como el hombre tenía plata,                                                          y el hombre era de confianza, no había nada que ver. Ya hermano no te preocupes, lavé el gallo, eso sí, te lo llevas tu gallo, la caja me la devuelves, gracias hermano. Se lo llevó, lo guardó todo. Entonces el gallo gallina lo seguí preparando, voy a la cancha el sábado y Mauro me dice toma hermano mil más, mas tardecito te doy;  o sea, me quedaba cubriendo mil más. Y me dice el gallo gallina lo vamos a llevar a Mollendo y Mollendo es el seis de enero creo y me dice haya juegan plata que por aquí y por allá y ese es el gallo. Ni hablar, a jugar plata, tú juegas con lo que quieras, plata hay, olvídate. Ese gallo no más lleve, no lleve más, los gallos en ese tiempo entran a la muda y el llevaba once gallos, aparte, fuimos y volvió a ganar el gallo.

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