entrevista al sr felix chia kam

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FÉLIX CHÍA KAM

San Juan de Miraflores, 01 de Junio del 2004

 

Mira, en cuestión de Chincha en navaja tiene bastantes galleros, pero los galleros de allá, ahora he visto, menos cantidad criadora.  De galleros, por ejemplo, allá está Juan Grimaldi, un criador de tradición, sí.  Ya, está Humberto, Ernestito, los hijos de Serrano, Grimaldi.  Ya, ellos son los que más tienen.  Cucho viene a ser el papá de Juan, viene a ser hermano del papá de Serrano.  Sí, después estaba Alfredo y Atilio.  Eran los tíos abuelos. Hermano de don Cucho, y de ahí sale la ramificación de los Grimaldi.  Claro, bueno, casi la mayoría de los Grimaldi continúa.  Sí, toditos, con la línea de Serrano, con la línea de Cucho, que es Juan, después está su hijo de Juan, que es Ernesto, claro, y ellos crían un aproximado de quinientos, seiscientos animales.  No, de Juan.  Ernestito tiene unos ochocientos cincuenta más o menos.  Si.  Si.  Ajá.  Claro.  Tú sabes bien que todo gallo no sale, de una camada sale uno extraordinario, y algunos buenos también, como tú dices.  Ahora, ahora, está nivelándose, se está sacando más gallo  de nueve, nueve y medio; aunque todavía hay criadores, por ejemplo, Menchaca que cría el gallo fuerte de diez, once, de poder que le llaman.  Sí, pero lo veo bien difícil, bien difícil, bien difícil; porque el gallo americano es gallo chico, de bastante revuelo, muy rápido.  El gallo grande espera al gallo chico, en el momento que cae para refutar, una sola patada.  Claro, por el poder.  Claro.  Nooo, hay bastante aire, por ejemplo, los gallos de Humbertito Grimaldi, son gallos de aproximadamente, diez libras, once libras, y él tiene casi toda la línea de Belisario de las Casas, el gallo inglés.  Y las crías, del doctor Guillermo navarro.  Claro.  Sí. Guillermo Navarro, no, sigue criando, pero está criando con otro criador, que no me acuerdo.  Sí.  Él tiene Huachipa.  Sí. 

Mira, yo en cuestión de los gallos, ya, comencé a criarlos de diez, doce, quince animales, y jugaba animales, pero después comencé, el año sesenta, setenta, ochenta.  Uno se daba abasto para jugar los gallos, entonces dije, y para probar los animales mejor en una cancha chica, entonces hice el coliseo; no en forma de lucro, no.  No.  Claro.  Ajá.  Ajá.  Sí.  Claro.  Claro.  Claro.  O sea, el éxito que yo tuve acá, en el coliseo fue, porque yo en ese entonces ponía trescientos soles de pollón, y yo cobraba de entrada tres soles, entonces hacía un promedio de veinte, veinticinco peleas, y cobraba tres soles la inscripción, total que salía.  Tas con tas, el único movimiento que había era cuestión comida. Y licores, nada más, entonces a los aficionados los tuve contentos.    Ajá.  Claro.  Claro. Por eso es que hice yo el coliseo, y vuelo a reabrir el coliseo, porque ahora estoy criando mucho más, ahorita ya tengo, en el último censo en        , hemos contabilizado como dos cientos ochenta y cuatro animales, entre gallos, gallinas, pollos; dos cientos ochenta y cuatro animales, que hago con tanto animal, si juego una sola vez a la semana.  En casilla tengo ciento veinte.  Sí, y ya no se puede matar más animales, porque allá los probaba.  Sí, y cuando iba a jugar a Surco, también llevaba pollos nuevos, nunca jugaba, de frente nuevos, en el primer toque, eran bravos.  Estables todos.   Por la sencilla razón de que el día lunes, yo abría la primera vez acá, un día sábado y día domingo; los días sábados vinieron como doscientas ochenta personas.  Reventaba, porque la gente estaba hasta en la calle tomando.  Doscientas ochenta personas, y día domingo fue ciento setenta y tantas personas que no entraban, entonces dije, hay que ocupar un día de semana que no venga tanto público, porque era una capacidad para cien personas tranquilo, o ciento ochenta personas. Ajá.  Y ni creas, acá se han visto buenas peleas.  Sí, acá no se llena por vacaciones, acá al gallo más… lo han ganado.  Sí, claro.  Así, casi la mayoría juega por afición, jugaba un gallo de cincuenta soles, según los conocedores de gallos, están jugando cien, ciento cincuenta, doscientos soles.  No.  Claro.  Exactamente, esa fue, que acá me juntaba con Rómulo Contreras, que en paz descanse, él venía los días lunes y tomábamos desayuno acá, le invitaba a él, y comentábamos todas las peleas que se tenían el día viernes en Surco, el día sábado en la cancha grande, donde el chinito el día domingo; y comentábamos todas las peleas, todo lo que había sucedido en el coliseo, qué había pasado, todo, entonces también el día lunes se juntaban todos los galleros.  Y se comentaban todas las peleas del fin de semana que había.  Sí, a las seis o siete.  Claro.  Exactamente.  Claro.  Bueno, tú sabes que uno tiene anécdotas de borrachera de muchacho que pasa, y te voy a decir pues, que bueno no, cuando uno es muchacho no piensa.  Claro, uno es un poquito más belicoso.  Eso me ha sucedido a mí también de muchacho.  Sí, porque hay que tomar menos para estar más tranquilo, cuando uno toma ya es calmado, no es como antes; antes de muchachos tomabas y ya te creías un valiente. Ha crecido bastante, pero veo que están saliendo bastantes galleros, pero son galleros que digamos, que se hacen notar un año, dos años y se vienen de picada.  Sí.  No, sino yo pienso, que, los que tienen un poquito de plata.  Compra y figura en ese momento.  Y después están comprando padrillos recién, no le pega esto y siguen jugando plata.  Esta el caso de Jaime Sandoval que murió alcoholizado. Si.  Fue un gallero que llegó a comprar un gallo, hasta en cinco mil dólares a… no me acuerdo si fue por              o Santo Domingo, internacional.  Acá, y a él le sobraba la plata, tenía plata un montón.  En las apuestas paraba borracho.  Claro, y tenía unos corredores que le corrían, apostado, apostado quinientos soles, ya va; he perdido pagaba, él ni veía, y los que llevaban su plata eran los corredores.  Claro, no sacaba cuentas, sí se fue a la bancarrota.  No, todo.  Se le junto todo, total que en la borrachera, en las apuestas, el gallo que ganaba él, también perdía plata.  No, perdía plata por la sencilla razón de que.  No le entregaban. Y fue un gallero que más o menos, duró siete a ocho años.  Ese viene de Surco, viene de La Pascana.  Exactamente, y llegó a jugar en Chiclayo, llegó a jugar en Iquitos.  Sí.  Yo, por ejemplo a mí me dijo, Jaime Sandoval, prepara tus gallos y los jugamos, la plata que quieras, pero no me gustó sus seguidores.  Vividores, segundo, que yo gallo que yo no veía para jugar plata, yo no lo jugaba, yo veía con posibilidad de ganar un gallo, no porque mi gallo sea bueno y yo veo que el otro gallo es superior, si lo veo, lo conozco, yo no se lo echo.  Claro.  Claro.  Claro.  Claro.  Ya, por ejemplo, ahora la afición también es internacional con estos campeonatos que están haciendo, no me gustan.  Primero, que la plata del gallero, no se debe buscar del asentismo.   Sí.  Yo te digo porqué, que le cobren la entrada, conforme, si le ponen veinte, veinticinco soles, uno está llano a pagar.  Ya, pero la plata del aficionado es la inscripción que uno paga, y esa plata no debe entrar al bolsillo del asentista.  Sino para el premio del gallero, te pongo un caso, por ejemplo, un campeonato haces de sesenta galpones, e inscribe ochenta, noventa.  Frentes.  Noventa frentes que son cien dólares, y hay un premio de seis mil dólares total, y lo otro tres mil dólares.  Exactamente, seis mil dólares asegurados, previa.  Claro, claro, y si había cien peleas, se cobraba, el pollón es mil soles, ya hay cien peleas, a veinte soles por pelea.  Dos mil soles, como base.  Todo eso.  Solamente, el premio, para el premio.  Ahora si el asentista cobra treinta, cuarenta, cincuenta soles la entrada, ese es su negocio.  Eso es, el aficionado entra y paga su entrada.  Sí.  Ajá.  Mira, en Surco llega aficionados de todo sitio, entonces la competencia que se ve.  Es mayor, y se ve mejor competencia; por ejemplo, acá viene alguna gente de Surco y el resto es de la zona, ya; por ejemplo, una plaza difícil, difícil también es el cono norte.  En casi la mayoría.  Pero que es lo que pasa en el cono norte, en el cono norte tú llevas un gallo, ves gente desconocida, no te echan gallos.  Y si te echa gallo, te está poniendo un gallo de cuatro, cinco peleas.  Mientras que acá en el cono sur, no, en el cono sur, vas, juegas.  Sí, pero cuál es el factor, que tú estás jugando cincuenta sol
es.  Claro, al alcance, entonces tú sabes que cincuenta soles, un pollo nuevo le gana a un gallo campeón, y no estás exponiendo para jugar cien, doscientos.  Claro, y si te ganó, te ganó un buen gallo.  Lógico.  Claro.  Claro.  La afición gallística es muy bonita, muy bonita, pero hay que saber medirse también, porque yo he visto bastantes galleros que se han caído.  Jaime Sandoval, igualito también que ahorita hay un gallero, que está jugando fuerte.  Misilera, ah, él lo conoce, y ahora está jugando, pero ya no juega como antes.  Mira, José Ode, para mí.  Sí, es un aficionado que cría bastantes animales.  Sí, como aficionado, tengo un gran amigo, muy sincero.  Sí, ya, un gallo bueno que tiene, si le dices para jugar cien soles, lo juega.  Claro, y le dices para jugar quinientos, también lo juega, ya, total de que le gusta jugar sus animales; es uno de los galleros que ha invertido bastante plata en los gallos, porque ha comprado bastantes padrillos; ha comprado padrillos de Santo domingo, ha comprado como cinco gallos a Joaquín Sánchez, españoles, después a traído de Puerto Rico de la cría de       , de              , de Santo Domingo tiene.  Bastantes padrillos, y ha repartido a un montón de gente.  De amistad.  No, no, de amistad.  Generoso, por ejemplo, yo sé, y a nivel nacional casi un cincuenta por ciento tiene criadores.  De lo animales que él ha conseguido.  Claro.  Ponte el caso, él me daba a mí, claro, no viene su cría, porque se ha prestado el padrillo de Joaquín Sánchez, pero él lo ha conseguido.  Claro, en el momento que lo compra es de él.  Claro, y bastante, igualito que Luis Saetone, también bastantes gallos compraba y ahora.  No, él ahora tiene cincuenta y seis años.  Yo tengo cincuenta y seis.  De la mima edad de José.  No, él paraba acá.  Él ya ha vivido, él es tranquilo.  La vez pasada se dio un caso con “Chavo”, a “Chavo” le regalan un gallo, un pollo, la pata, ya, y este gallo venía a ser hijo de un gallo de Santo Domingo, que lo trajo José Ode y que se lo había prestado a Mafalda, y total que se lo había regalado a “Chavo”.  Y “Chavo” sale echándolo a José Godos, y le sale ganando en el sur, y después de la pelea nos enteramos, que era hijo del dominicano de la pelea, y así sucede.  Eso.  Bueno es una cuestión de amigos.  Sí, pero a José le amargó no la razón de que sea hijo del gallo que él ha conseguido.  No, le dolió, porque viene de otro lado; y el otro lado, le da la cría que él le había dado.  Sí, pero yo te voy a decir una cosa, si ustedes me dan un animal, ya, y yo se animal, es hijo el gallo de Carlos Cogorno; necesito que me regales un pollo, toma, llévatelo, pero por si acaso este hijo del gallo de Carlos Cogorno, no vaya a echarle por nada a don Carlitos.  Claro.  Claro.  Por ejemplo, yo tengo una línea.  Sí.  Yo por ejemplo, tengo una línea que usted me dio de la gallina.  No, de la gallina de la cría de Luis Antonio.  Claro, yo he tenido bastantes oportunidades de echarle a Luis Antonio, y por ética nunca le llegué a jugar un animal de esa línea a Luis Antonio.  Y. Claro.  Y ahora, esa línea no me ha dado Luis Antonio, me ha dado          usted; pero yo por ética, no le puedo, porque sé que viene de los millonarios.  Ahora, si José Godos me da un animal que él lo ha comprado, tengo la oportunidad de echarlo, lo echo, porque yo sé que no.  Claro.  Claro.  Claro.  De ética.  De principios.  Sí, yo con Luis Antonio he jugado un montón de gallos, un montón, me ha ganado.  Sí, claro.  Con ética, ahora por ejemplo, ahora tengo unos animalitos, de gallinas de José Odos, en unos cruces que él ha hecho, los portorriqueños con dominicano, con el gallo chileno             , que es para quitarse el sombrero.  Para quitarse el sombrero, según la categoría de tres dos, o tres tres.  Sí, claro pues, extraordinarios.  Sí.  Mira, cuando le pegan en la cara, el gallo se vuelve mucho más bravo, cuando viene un tiro al ojo y no le atraviesa el ojo, es raspón, queda ciego y sigue jugando.  No, el chileno.  El oriental también, mosquea, pero cuando le basea el ojo, queda así medio            .  Hasta el gallo más pintado se pierde.  Claro, solamente, que el gallo español, tiene mucha más bravura.  A mí me gustan mucho el gallo chileno con el español, y la base del gallo los centroamericanos con el español, pero no hablo de los gallos.  Del español con el chileno.  El chileno le va a dar un poquito más de alto, más caña.  Claro.  Claro.  Por ejemplo, para jugar en el sur.  Al peso.  Claro.  Exactamente, por ejemplo, acá se está imponiendo la jugada al peso también.  Sí, pero con el cacho borincano.  Sí.  Sí, pero también en Surco lo están haciendo, en Surco también los días viernes, cuando empecé a ponerle espuela borincana.  Al peso, no todavía en Surco, pero en Sandia lo hacían, pero el internacional que van a hacer el dos de junio.  Sí, ese día van a hacerlo al peso.  Al peso, con espuela borincana. No, fue Alfonso.  En el año cincuenta y siete llega Alfonso a Chincha, porque él se había perdido como dos años.  Y Alfonso estaba por Chepén, y en el año cincuenta y siete que regresa a la casa en Chincha, y me lleva un pollo, Alfonsito, que yo lo crío, y mi mamá que en ese entonces no quería saber nada de los gallos, y Alfonso que era aventurero, le gustaba, estaba muchacho; entonces, le decía algo, y Alfonso se quitaba, y se fue de nuevo a Lima, él se fue a trabajar a Lima, pero independientemente, en esa época; y me regala el pollo, que yo lo llamo en ese entonces “Homero”.  De Chepén, y lo llamo “Homero”, porque en ese entonces había un boxeador “Homero” se llamaba, y lo crío hasta más o menos siete u ocho meses, y llega Alfonso y como lo tenía suelto al gallo, corría en la chacra, de ahí lo lleva a jugar; ya llévatelo le dije, y se lo lleva a jugar, así sin preparación, sin nada, todo plumón el gallo, pero como corría era más huraño, para agarrarlo era bien difícil ese gallo, porque estaba en chacra.  Y lo juega para un veintiocho de julio, por Piñonate, y se trae la copa, al mejor gallo, pero me lo trajo todo el gallo destrozado. La natural, como una hora jugaba; y yo recién en el año cincuenta y nueve me lleva a la cancha de Piñonate, lo conozco y llego a la cancha del “Gallo de Oro” que lo inauguraban en ese año, el cincuenta y nueve.  En San Martín de Porres, que era, no sé si tú te acuerdas ahorita, por ahí hab&ia
cute;a un hospital de leprosos.  Sí, a la vueltecita, a media cuadra, de ese hospital, quedaba coliseo de “Céspedes”, me acuerdo ahí llegué a conocer al viejo Loyola, a Moisés.  Sí, Moisés que amarraba a todos los gallos en la fecha grande, que nadie sabía amarrar entonces lo llegué a conocer al chino Manuel, después.  Ya ni me acuerdo, estaba el papá de Benavente, otro gallero antiguo que conocí por ese entonces, e iba a esa cancha, el que era preparador de gallos de Martín Hidalgo, actual, es uno de los galleros antiguos, yo lo conozco desde el año sesenta, y un montón de galleros así; después ya, jugábamos en la cancha grande, jugábamos los gallos en Piñonate, los que ganaban se iban a la cancha grande, igual entonces el que jugaba era Alfonso, yo lo acompañaba.  Sí.  Sí.  Y ya yo empiezo a criar mis propios animales en mi casa.  En Lima por el año setenta y ocho.  Sí, y en el año ochenta y cuatro, bueno cuando fallece Alfonso, ya yo salgo, pero yo comienzo de cero, porque yo tuve una discusión con la viuda, yo tuve litigio defendiendo a las hijas de Alfonso en otra señora.  Entonces mis animales que yo tenía donde Alfonso se quedaron y desaparecieron,                se llevó una parte, los vendió, a un señor Gómez de Santa Rita, después se llevaron varios gallos a Tacna; y mi único recurso para conseguir animales, mi compadre Koko Nieto, y me voy a Tacna.  No, Víctor Nieto era el finado.  Su hijo.  Ya, y me voy a Tacna, y converso con mi compadre; compadre usted comience con bueno, me dice, este gallo, este gallo, este gallo; no, compadre, le digo, si usted quiere darme, dame dos gallinitas para sacar mis crías, y prestarme un gallo malogrado de buena línea.  No, ese gallino negro. A ya, ese fue después.  Esto que te estoy hablando es del año ochenta y cuatro.  Ya, entonces, este es el famoso saca verde, ese gallo preguntando, estaba en una esquina de Francisco Nieto, y le pregunto a mi compadre, y este gallo compadre; este gallo es hijo de              me dice, tiene once peleas, está cegatón de un ojo, tuerto del otro, está quebrado, ya lo tengo ahí como año y medio compadre, el gallo             , pero es de buena línea; entonces ese gallo se lo pedí.  A parte de eso, Tuco me regala tres gallinas, de los hermanos que le había comprado en ese entonces a Wilson, ya, y me regala dos camadas de una gallina con pollitos; compadre, para que comience a criar desde chiquito.  Sí, me regala, eso sí me dijo, que era hijo de un gallo chileno, no lo llegué a conocer; y los empecé a criar acá en San Juan, y de ahí crecieron los animales, y llegué a jugar en la cancha de “Chirinos”; después me compré unos gallos zapatitos, me regalaron un gallo blanco Paquibara de Tacna.  Sí, y de ahí, y todas las camadas que sacaba, me salieron buenas.  Me salieron buenos, buenos, buenos; entonces ya comencé a hacer un nombre en esta zona que jugaba, y después le di al “Chato” Saavedra, que estaba con los hermanos Tong en el Ecuador. Sí, de Machala.  Y me dice, para llevar unos gallitos tuyos, lleva, le digo, no tenía tiempo para jugar, yo tenía la panadería en ese entonces, trabajaba día y noche ahí, a veces ni tiempo tenía para jugar gallos, y llevaba, jugaba, oye, te quieres quedar con el gallo, ya, que es eso, regresa acá, lo crío acá yo; hasta que me entero yo, que el “Chato” se había traído un galito de Wilson Mazuelos, un ajiseco negro de cola blanca, y escucho por ahí, de que ese gallito, era un gallito extraordinario, y se lo pido al “Chato” Saavedra; no, me dijo,                     no quiere que le dé a nadie el gallo; a ya, o sea, un día quiso el “Chato”  gallos para llevarse al norte, no, voy a jugar acá le dije, anda pues ve; no le dije, voy a jugar acá, y no le di; no, te presto el gallo; no tampoco, le dije; y un día llega Monzón a Lima, y le digo, conversando así, le invité, vino acá al corral, le gustaba unos animalitos, lleva nomás paisano le dije; te llevaras un gallo bueno, después me darás otro le dije; y le digo paisano, usted tiene un gallito ahí donde Saavedra le digo, sí me dijo, présteme ese gallo para sacarle una cría, y ya el próximo año le doy lo suyo; a ya, lo llamó al “Chato”, oye traime el gallo ese, me salió regalando ese gallo. Y de ahí salen los famosos pincoreta, que yo les llamo, porque el gallo era pincoreta, así tenía el pico.  Del padrillo, ya, de ahí sale ese gallino negro, que le gana a usted, que tenía.  El Alazán, le regalo una gallina a Yataco también, que botaba bueno; me llevé seis hijos de ese gallo a Machala, ya, los seis ganaron, y uno repitió dos veces en una tarde, hijo de ese gallo; todo el mundo quería a los pincoreta.  Sí, se hizo famoso ese gallo, y ya toda la familia había  desaparecido, porque yo todo lo regalé, lo regalé; y el gallo que le ganó a usted, tiene también su historia ese gallo, después que le gano a usted, lo mando para cría, para sacar cría, después ese gallo, ya, y juego con Percy de Camaná, juego con su gallo campeón de nueve peleas de Percy, porque llanero era ese gallo, de Percy, y yo con Percy es mi gran amigo, yo no juego contra él, porque yo le daba animales, y viene sus amigos de Camaná.  Le meten carbón y esto, tiene que jugar como aficionado, y no es de su línea dijo; efectivamente, ese gallo moro de Percy, no era de mi línea, y juego contra él, era el mismo gallo que le había ganado a usted, y se lo salgo polloneando, pero yo salí perdiendo, porque agarré el gallo y se lo regalé a Percy.  Como amigo, toma, no quiero tenerlo, llévate el gallo, le dije, de ahí fue que le regalé el gallino.

LADO B:

Ese gallo le sacó cría a Segundo Ramírez. Ese gallo le sacó Segundo Ramírez, de la cual le mandó un gallo a Jorge Lam.  Claro. Ya, Jorge Lam, en ese entonces le daba los gallos al colorado Cuneo.  Ese gallo le dio como diecisiete peleas a Cucho.  Un hijo de ese gallo, y después de la mano de Cuneo, pasó a la mano de Breña, no sé la historia de ese gallo.  De Jesús, no sé la historia, porque a Jesús le gustaba ese gallo, era hijo de este gallito.  Sí, no te dicen, crían un animal, pero no te dicen de donde vienen.  Yo por ejemplo, tengo, cada vez que juego un animal, hijo del gallo de “Palito” Cogorno.  Claro, por ejemplo, el año pasado con el hijo de “Suspiro”, el menor tiempo de todo el año pasado, lo hizo un hijo de “Suspiro”, dos segundos, lo soltaron y lo mató.  En el Internacional.  En el Internacional, y ese gallo hasta ahora sigue sacando, ahorita acaba de sacar con una gallina chilena de la cría Carlos Fabre, para mantener la raza.  Una ajiseca.  Gallino tabaco, gallino tabaco.  Ese gallo que le dije yo, como lo tengo ahí, a Yataco a ver si quiere sacar unas crías, como lo tengo todavía parado, al hijo ah, porque el viejo ya no sale para nada del corral.  Es el único gallo.  Sí, aunque el viejo también, tú sabes quién me lo pidió José Godos, y me dijo que me daba cualquier animal, no le dije, es un gallo que me ha dado Carlitos Cogorno, le dije, te soy sincero, ya, y si por A, o por B, Carlitos Cogorno se entera que te he dado un gallo, no, este es un obsequio de Carlitos, y yo lo aprecio a este gallo. Si le he regalado un hijo que es campeón.  Sí, ganó en La Pascana, ha ganado en Trujillo, y ha ganado en Chiclayo y jugando plata al desafío, llévate todos los hijos que quieras, pero el padrillo si no, este es un regalo.  Tú sabes que llega ahí, el gallo está ahí, los tengo ahí.  Sí.  Sí, yo valoro mucho al animal.  No, cuando me lo obsequia un amigo, y sé lo que bota ese gallo; aunque José me ha dado padrillos, por todos lados, un montón de plata, todo.  Sí, claro, ah, y tú no sabes que una hermana de esa gallina, ha botado con un portorriqueño.  Una maravilla, una maravilla.  Sí.  La cenicita, esa cenicita.  Esa es hija de un español en una hija de Suspiro.  Claro, de Joaquín Sánchez.  Ya, ya, abre tenido el otro español de Joaquín Sánchez también, que me lo prestó, lo he sacado con dominicano, ahora está viejo.  Están bien.  Sí, pero un poco pesado, pero bien tiradores digamos, y me parece por la forma del tope que hay que poner cacho grande. Claro, y utilizan mucho el cacho grande, entonces en Surco no se va a poder jugar.  Claro.  En Surco.  Claro. 

Mira, ahí está Juan, está Grimaldi, está Koko Peláez.  Koko Peláez que el año pasado campeonó el cotejo, con gallos muy buenos, y Humberto Grimaldi.  Sí, y Fernando también,   que cría bastante también.  No, mi hermano.  Claro.  Ahora por ejemplo, Juan muy poco está saliendo a los gallos ahora, él manda los gallos a jugar.  Claro, me buscas y ya vamos, ya yo voy, converso con él, le digo.  En Cañete, están los hijos de Ramón, ellos horita están representando, y Danmert.  Sí, de Cañete, buenos gallos, para San Martín Danmert también le presté un gallo, un giro, mi hermano le estaba dando un hijo de gallo americano; no, préstame el americano puro, y bueno se lo llevó, me dijo, ya te lo llevo si quieres sacar para navaja.  Sí, tiene bastante, buenos gallos, muy buenos gallos, muy buenos.  Sí, sí, para otra ocasión de coliseos, en Surco también se juega todo nuevo.  No, traigo de Chincha. Sí.  Sí.  Acá los traigo cuatro, cinco días antes, como tengo casilleros, ya en descanso, entonces juego viernes en Surco, día domingo donde Chirinos, y el día lunes acá.  Sí, acá en Lima, y me quedo en Chincha de martes a jueves.  Sí, estoy alistando acá, y la razón es la huelga que hay en Chincha. Sí, no pasa nada de carga.  Desde ayer y hoy, cuarenta y ocho horas, ya, es por el factor del territorio chinchano.  Tiene toda la razón.  Toda la razón la tienen.  Sí. Por ejemplo, Tapará, está registrado, en el registro de Chincha, y ahora lo quiere, por ahí va a pasar, pasa, y por ahí, ahora Tapará lo quiere pasar a Cañete, a la región Lima.  Sí, yo te digo que ni lleguen por Chincha, porque seguro los matan, allá lo matan.  Si lo matan, lo consideran como un héroe ja, ja.

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