entrevista al sr julio leon flores

entrevista al sr julio leon flores

  

JULIO LEON FLÓRES

Salaverry- Trujillo, 02 de mayo del 2,005

 

Bueno, este gallo Chuchumeco nace aquí en el corral, un gallo que en su niñez, pollo, era difícil que arme, el gallo, era muy frío así, el gallo ha comenzado a armar a los diez meses y a los doce meses, al año hace su primera pelea. Su primera pelea y en Chiclín me acuerdo, le golpearon un poquito el ojo, el gallo se perdía un poquito, pero así pasaría pues minuto y medio y en uno mató. De ahí juega el gallo en Paiján, sí pues una presentación que era aniversario de Paiján, mató ahí y polloneo el gallo, de ahí ha seguido jugando solamente en presentaciones grandes, como ha sido las primaveras y jugaba los treinta de agosto. O sea que al año jugaba dos veces, mínimo el gallo, no jugaba así seguido. No, el gallo tenía un cuidado extraordinario y lo cuidábamos como un ser humano, porque era un gallo fuera de línea. El gallo cuando entraba a los empates, era demasiado fuerte, fuertesísimo el gallo, parecía un tractor, que se lo llevaba así, empujaba, pero con un látigo,  pasaba el empate y el otro todavía estaba ahí, lo quebraba y ahí lo agarraba y pun, pun, pun ya estaba. Así, el gallo llegó a un récord de veintiocho peleas y algo más todavía, no me acuerdo el resto de peleas. Un gallo tan lindo no, reunía dos condiciones, por presentación, fue premiado por presentación, por calidad y por físico. Un gallo extraordinario, que justamente decían pues acá muchos, caramba, este gallo es un rey; sí Pelé es rey en Brasil, Chuchumeco es rey aquí en el Perú. Sí, el rey Pelé en Brasil, y Chuchumeco es rey aquí en el Perú. Oye, un gallo tan, yo soy el preparador técnico, el director. No puedo ni creer lo que ha hecho el gallo, pero un gallo que mataba hasta por gusto a los animales. Sí, un gallo movido. Arriba, sí, cruzaba y la potencia, el acierto. Empatador, empataba y con la fuerza que tenía lo quebraba a los gallos. Figúrese que el gallo este, aquí enfrentó, yo preparaba gallos, jugó media hora, media hora es bien bravo para un gallo. Más antes, el gallo viene peleando, desde antes del setenta, porque el setenta y ocho me dan un premio, un diploma ahí lo tengo te lo voy a enseñar, por ahí debe estar.  El gallo que me premian a mí, me consideran como el mejor preparador del año, pero ahora, porque el gallo, era un cuidado único, que no hay quién cuide así un gallo como ese entonces. Sí, me premian como el mejor cuidador del año. Por presentación, porque era un gallo demasiado lindo, por calidad, que no había quién, no había competencia por calidad y por físico, dice ahí en condiciones, porque se le titula el mejor cuidador del año setenta y ocho, ya en cuestión de un momento te lo voy a enseñar. El representaba acá a su puerto, su tierra natal y la hinchada que todo Trujillo era pues. Claro, cuando el gallo se presentaba era un lleno, la gente esperaba de pie, era una multitud, un gallo millonario pues, ya el gallo fuera de todo, fuera de línea. No ha habido en todo el Perú, un gallo extraordinario como ese gallo. Bueno, el padre fue un gallo de un señor Fonseca, de la             capitanía, un gallo fino, muy fino, pero sin fama, porque el propietario lo cuidaba, lo tenía así, nos prestó, le sacamos una camada, con una gallina que tuvimos acá y sale ese gallo.  Sí, los otros salieron regulares nomás y este gallo salió extraordinario. Este gallo ha conmovido a todo el Perú. Hasta Chiclayo jugó, Chiclayo, Chimbote, Lima ya no. Sí, sí, sí, eh, después de ese gallo, es interminable su tradición del gallo, es una leyenda más claro, o sea que el gallo está considerado como una leyenda del Perú. Después de ese gallo, nosotros le hemos vendido un gallo al señor Baca Rossi, que poder de nosotros el gallo era similar a Chuchumeco, similar, este era más chato. Ese gallo aquí le pusimos el nombre de Capulí, era color Capulí. En Chimbote peleo dos domingos en una fiesta de San Pedrito. Sí, en una polloneo y en la otra mató, en un minuto. Y aquí en Trujillo barrió en pollones, uf, cualquier cantidad de gallos. Fuertes sí y ese gallito, ese gallo Capulí que le digo se enamoró el señor Baca Rossi y dijo yo pago, quiero comprar el gallo y nosotros no queríamos venderlo pues y llegó al extremo que mandó un intermediario para comprar el gallo, vinieron para acá, vinieron para acá, vino para acá a las diez de la mañana el señor Baca Rossi, me acuerdo todavía, un tipo así como usted, alto, colorado, un caballero él, me conocía, me dice, yo salía, me dice estoy interesado en el gallo Capulí me dice, usted dirá. En ese entonces, nosotros no queríamos vender el gallo, por ninguna plata. Claro, era el representante. Nosotros somos. Y aquí Salaverry es cuna de campeones más que todo, entonces yo quiero el gallo dijo, diga usted cuánto está este gallo. En ese entonces, un gallo más caro era dos mil soles, era un mundo de plata, ya no había gallo que le iguale. Entonces como soy socio con mi compadre Emilio Campos, él es dueño de ese gallo, yo soy el director técnico y socio de él. Me dice compadre le voy a pedir cuatro mil soles pues, porque yo no quiero vender ese gallo, porque yo hago la plata me dice compadre, pídele pues, dijo, diga señor Campos el gallo cuesta cuatro mil soles, no he hecho nada con eso. Pun, acá está, los cuatro mil soles. Un gallo que el hombre, me acuerdo que nos trajo una botella de whisky nos obsequió ahí, bueno yo no tomo le dije compadre, lo tomaron ustedes, ya, se llevó el gallo, contento. Cuando guste yo le presto el gallo para camadas. Ya en su poder de el gallo le puso el nombre de Dólar, de Dólar, ese gallo viajaba solito en avión y jugaba en dólares, jugó en Chile, jugó en Ecuador, en diferentes sitios. Y nunca llegó a perder, ya después en un reportaje en un periódico, lo saca él, con nombre de él. Que era de su gallina española. Así es. Espuela mediana era, un poquito larga, curva sí, curvas sí. El Chuchumeco jugaba con espuela de sierra, espuelas grandes, de sierra, si, son costosas, hoy día están costando un par de espuelas ciento cincuenta soles, doscientos soles. Sí, pero es muy caro también para los que juegan hoy. Más estamos jugando ahorita con mandinga, de plástico. No, la gente está pobre, para comprar una espuela así. Sí, entonces, bueno ya el Capulí dio pues, ya falleció, se entendía. Pero le voy a acabar de conversar, respecto a la historia del Chuchumeco. Chuchumeco hace una pelea con el mismo, con Baca Rossi en Chiclayo para un treinta de agosto, Santa Rosa. Entonces agarra y tenía un gallo llamado el Gran Yugo, era un gallo extraordinario, bueno también. Le paran al Chuchumeco, dijo, me parece muy bueno. Bueno mi gallo, mí gallo entra y hace fui fa. Y dijo fui fa. Entonces yo le dije a Baca Rossi mi gallo no va hacer fui fa, mi gallo va hacer nomás pis, se acab&
oacute; la pelea. Oiga y me sale, hasu, un tiro, se quedaron fríos, heladitos, se dieron cuenta, ni un solo tiro, sí. Como lisa, punpunpun en el aire, entonces, estaba el señor Pesantes de Lima, usted lo conoce a Pesantes, ya. Alfonso Pesantes, un hombre de plata, no sé cómo estará ahora. Sí y usted le puede preguntar; él vio la pelea y dijo que, yo compro gallos señores lo que cuesta, porque, porque él tenía un compromiso en Lima de haber llevado el gallo comprado, de parte de él. Yo voy a traer el gallo para jugar acá y ahora va a ser mío, pago lo que sea. El hombre desesperado pues, decía a mi compadre Emilio y a mí, firmen acá, ponga el precio al gallo, yo les pago dijo. Ahorita hay coliseo chico. No si hay presentaciones pequeñas también, pequeñas y ahí de los aniversarios de aquí de Salaverry también.  Entonces llegó a la conclusión que no le vendimos el gallo. Claro, mi compadre, nosotros, en la plata lo hacemos los dos. Y el gallo es como si fuera un hijo de nosotros, representa a todo el Perú y nosotros nos rompemos por el gallo. Así es que dijo, me manda un gancho pues no, a Coty Ganoza, capaz lo conoce a Coty Ganoza, lo manda a Coty, llega a Salaverry y yo le dejo mi camioneta por el gallo, una camioneta, yo quiero el gallo Carlos, lo que cueste, como quiera, yo quiero llevarme el gallo dice, te doy la camioneta, pero  quiero el gallo sí. Pero nosotros, no, bueno entonces pues mi compadre, tratándose de gallos, mi compadre un hombre acomodado y yo tampoco no quería pues salir de un animal que nos cuesta tanto trabajo el asistirlo y que en realidad nos ha estado dando plata, mucho más de lo que deseamos. Se quedó el hombre ahí, no le vendimos. Ya de ahí, de eso, bueno, ganó. Vino acá el gallo juega en otra presentación grande, acá en San Pedro, San Pedro de Lloc, entonces se presenta este Olivares. El señor Olivares es dueño de un fundo, una hacienda, un hombre de plata.  Llevamos al gallo Chuchumeco y lo vio y me para un gallo más grande, yo no quería, pero la afición, mi compadre, vamos don Julio, vamos, nosotros vamos a ganar, vamos. Yo nunca, tamaño de los gallos, no, porque no quiero abusar de los gallos. Sí, llegó el momento que me rogaban, por último, quizás le falte plata los de Salaverry, le presto le dijo. Entonces, eso nos molestó a nosotros. Yo le presto. Sí, sí, yo le presto. Entonces, al sentir eso mi papá dijo va la pelea, va la pelea. Yo estaba en la última fila del coliseo, me había subido arriba de cólera, no quería carear al gallo, mi compadre el cacho del gallo, vamos Richard y bajé porque tenía que partir el gallo. Yo quiero tener el lujo dijo Olivares de jugar con Chuchumeco, ese es mi lujo, pierda o gane yo quiero jugar con Chuchumeco, ganarme ese orgullo para toda mi vida, dice esa es mi satisfacción, quiero ver esa pelea de gallos. Hemos soltado los gallos, hemos soltado,  pa, pa, mira ni patear, lo mató. Vino él, nos abrazó, efectivamente, mi gallo, mucho gallo de ustedes, mi gallo no tenía que ver al lado de un gallo, un fenómeno dice. No me acuerdo, un montón de plata jugamos, el hombre nos puso dos cajas de cerveza, nos abrazó, nos invitó whisky, me alegro, en todo el Perú no hay, qué alegría para toda la gente y los que menos se quedaron ahí asombrados. Era un gallo fuera de todo y su preparación. Y el gallo, yo tenía el mayor cuidado con ese gallo, mi corral es grande, tiene más de veinte metros así. Porque había acá un paisano, que él era el amigo, medio quimboso, le gustaba pues, mujeriego, este gallo, es un chuchumecón el gallo, porque tan bonito dice. Entonces toda la población  que nombre le ponemos al gallo, tenemos que dar opiniones y él no lo daba. Pónganle Chuchumeco. Sí, sí, pónganle Chuchumeco al gallo. Y se quedó con Chuchumeco. Ya cuando estaba ganando, sí, Chuchumeco, se quedó con Chuchumeco para toda su vida el gallo. Entonces, pues Salaverry toda la vida ha pensado en su ídolo, no. Y que gallos así, no se ha visto nunca dice, nunca visto un gallo extraordinario, tan bonito, yo lo presentaba pero bien peluqueadito, coloradito, sus piernas esto, pero intocable. Sí, por eso que por presentación estaba. Lorena, ahorita voy a sacar un diploma, ya está viejo el diploma. Con él aluvión que hubo acá, pero lo guardo siempre, es el motivo. Dice: “Gran Coliseo de Gallos La Libertad, Honor al Mérito concedido al distinguido aficionado señor Julio León Flores, por la magnífica presentación, calidad y preparación física de sus gallos.” Sí, claro, tenía un montón de gallos. “Condiciones, por la que se le titula el mejor cuidador del presente año, Trujillo, diciembre de 1973.” Claro, de ahí para atrás y siguió. Alberto Gamarra, el mejor. Albertito. Claro, claro, mi pata del alma pues, ese es un hombre científico, sabe mucho, estudió conmigo también pues y él hoy día está mal hombre. Está así, por el trago, muy jugador y bueno, uno de los mejores, uno de los mejores galleros, e inclusive  juez. Como juez, claro, buen mando, era un hombre muy honesto, pero la fama a veces a uno. Sí, él como preparador de gallos también sabía, pero yo le preparaba, porque yo me dedicaba exclusivamente, porque mi vida es metódica, entonces yo me dedicaba, vengo preparando gallos, pise una gallera de la edad de cinco años. En Trujillo. Ahorita, tengo setenta y cinco años. Está en Lima, mi pata pues. Usted le pregunta a él por mí no más y eso fue en mi momento de gloria todavía, hace años, muy buena gente, claro, ganó.  Sí, sí, claro, Saúl Brhams, mi pata, he jugado con todos ellos, el señor Brahms mucho me aprecia, no sé si estará vivo el señor. Por supuesto. Concerniente a la preparación es diferente, el gallo moderno, en Lima hay mucho gallo moderno, yo he tenido muchos gallos, el portorriqueño, el español, el gallo pajarraco, un gallito liviano; el cuidado de esos gallos, es más medido pues, lógico se juega diez minutos, son gallos frágiles, no se le puede exigir mucho en la preparación. Darles por lo menos unos cinco minutos, seis minutos, porque esos gallos son de entrada nada más, pasa seis minutos, ya después el gallo se deshace, debe haber ganado en tres minutos, si pasa de ahí, sí es un gallito un poquito más fuerte, empata, o el gallo pierde, ese gallo tiene un tope, un límite. Por eso que esos gallos se cruzan con gallo nacional ah, qué es fuerte, un chileno, un calcuta, un malayo; se cruza y salen fuertes esos gallos. Claro, por supuesto, veloces y con más contundentes. Es más fuerte, más, un gallo cholo, grueso, es un serrano, como esos maceteados y un costeño más liviano, esa es la diferencia que hay. Gallo criollo fuerte, bien formado, robusto, un gallo que pesa cuatro libras, tres cinco, tres ocho, cuatro libras y media, cinco libras. Cuando, mientras el gallo moderno no pasa de tres libras, tres libras y media a lo mucho, es liviano. Y en ese sentido el gallo criollo es más fuerte. Sí, al gallo criollo hay que pegarlo quince minutos por lo menos, sí. Puesto, sí, un gallo bien cuidado. Claro, un careo semanal, semanal
. Bueno, hoy usan piquera, porque exige. No, al careador le ponen piquera, para qué, para qué no lastime al gallo. Yo no uso piquera al careador, porque para eso es la vista y la velocidad de la mano. Para que el gallo no lo pique pues, el gallo tiene que presentarse después del careo, intocable. Para eso es la velocidad de uno, yo no le pongo piquera, porque como voy a entrar con la piquera. Así no más la rapidez de la mano y todo, nada, la agilidad, no uso piquera, toda la vida sin piquera. El gallo, usted le da pues, más fuerte es la preparación del gallo nacional, más fuerte. Mira, ese ocho le hacen al gallo con el fin de que el gallo sea movido, esas cosas. Pero el gallo nace mañoso por raza, claro. Y si el gallo es decentón, nace decentón porque así ha nacido. No se va hacer usted de un gallo mañoso. Solamente el gallo de peso, con cuatro empates en realidad concertado, cuatro empates que quiten, comienza usted a hacer, si el gallo le gusta correr, usted le da unas diez, quince, veinte vueltas, el gallo fuerte, el gallo que va a jugar plata, que el gallo sigue, sigue, sigue, con veinte vueltas, quinientos saltos. El gallo pide, que el gallo está concentrado, pero le sigue trabajando. Quinientos, seiscientos saltos, los saltos están en los revuelos pues. Claro, usted se sienta dónde está el gallo y cada cien saltos, lo hace que el gallo arrastre, para que vaya la pierna, para que jueguen todos los tendones. Ésa es la preparación que hay actualmente. Ah, yo hoy día lunes careo, lo careo el domingo, toda la semana. Una vez por semana pero bien careado, no ves que ese careo le dura al gallo, queda adolorido, ya para que pelee una semana, no se toca al gallo. No se toca al gallo; ahí su sol, su sol y el día sábado. Su soleadero, yo le pongo traba larga.  Sí traba larga, oye por qué algunos, al gallo le damos empates y lo meten al soleadero y que el gallo rasque, se entierre solo, pero no es así pues, es el error que hay, ahora que están preparando ahora pues. Tiene soleadero, el gallo  rasca, se asolea. Lleva una pelea honda. Yo tengo ese orgullo, esa suerte, que mi gallo rara vez haya perdido por un mal tiro, o un tiro que el gallo lo ha matado, pero el físico, mi gallo hasta el final, patea.  Acabo de ganar un gallo, hará este un mes, me lo quiebran, así en la gallera, me lo quiebran, ya para levantar al gallo de arranque, sí de arranque, ya está para levantar, pero el gallo es bravo, es fino. Hace así, lo coge al otro, lo coge, lo jala, lo baja. Acá, estamos jugando diez minutos. Sí, diez minutos. Sí, pero se juega diez, pero diez, sobrado y verídico. Claro, cuando no haya físico, el gallo pierde. Exacto, claro, el gallo debe estar parado, pateando, pateando, exigiendo y ya no le dan las piernas, hasta con el pico, el pico; cada dos, tres picotones es como si le metieran una patada. Está peleando, está peleando, está siguiendo la pelea, está haciendo peleas, esta con el gallo. El gallo tiene que saber herir, haya algunos que patean, patean, patean, meten y pasa raspando.  Y sólo inca, hay chicos de tapiz, pero el gallo peleador, ya saben a dónde ponen sus espuelas, pun, y se acabó la pelea. Eso es lo que hacía, en el Gallo de Oro, el Chuchumeco, sabía su giro, porque, el gallo le viene las peleas seguidas que tenía, ya sabía pues, tenía experiencia, conocía todo los golpes, todo es, como el boxeador pues.  Claro, y buscaba cómo encontraba su tiro, y ahí agarraba pun. Era velocísimo el gallo pues. Claro, clavando, para definir pues; cuando los gallos están patea, patea, solamente hay maña, no hay nada de efectividad. El gallo tiene que ser acertado. Sí, en Trujillo.  Bueno, los coliseos que hay en Trujillo, ahora hay uno de Alberto Ganoza, es el coliseo Libertad, de ahí eso queda, está a un costado de Trujillo, después Taboada en Huanchaco y ahorita que estoy jugando y antes de jugar donde Taboada, se jugaba en la Libertad, la galleriza de la Libertad, donde jugaban los gallos famosos. Sí, una galleriza muy bonita en la campiña de acá, también he jugado ahí. Yo toda mi campaña más lo he hecho en Chimbote, Chiclayo, Lima y la gallera de Taboada y la gallera Libertad,  esta gallera aquí. Claro, sí, y la primera gallera fundadora aquí en Trujillo, donde yo pisé de cinco años, la gallera Junín, que estaba en la Calle Junín pero al final, ahí conocí al señor Víctor Revilla que era guardia, ahí pise gallos yo, con los grandes galleros,           yo me acuerdo todo.  Panchito Pinillos, millonario, que tenía una hacienda este, Yanasara,  los Orbegoso, Chuquizongo, el señor Víctor Yapoz, son hombres, grandes, famosos, también pues. Yo estaba chiquillo, me acuerdo de ellos. Alguno de ellos, están todavía vivos, algunos, los otros ya están ancianos. Pero yo sigo en mí pie, porque casi lo de mi época, ya parece que se han dejado dominar de la edad. Sí, ya no compite, nadie, ya no van a las galleras así. Sí, sí, aquí tengo tengo mis alumnos. Sí, mis alumnos acá, yo soy fundador acá. Yo soy el fundador, yo he hecho todos los coliseos acá. El último coliseo que hemos hecho acá, ya lo he hecho con el propietario. También he participado, claro, y ya después de ahí lo asesoro, soy coordinador del coliseo, cuando hay grandes fiestas, soy el coordinador. Sí, claro, en ese sentido hay muchos muchachos, que han aprendido bastante, a calzar, la preparación, casi el estilo mío; para qué, maestro me dicen, don Julio. Usted lo conoce a como se llama, Reyes Landa. Claro, sí, usted convérsele, pregúntele por mí, él me consideró. Claro, me dijo don Julio, usted es un ministro en gallos, me dijo, no lo voy a olvidar nunca, sanito y bueno. Porque, en la copia él conoce mi trayectoria. Yo soy mucho más gallo, más vivo que él pues, él todavía. Sí, porque él, todavía no pasa un gallo bien, así, yo soy su maestro, fuimos en Ascope y calzados gallos, los dos gallos pierden; yo calzo dos, dos gano; y él me dice, don Julio me dice, carambas, usted no tiene precio, me dice. Entonces, sanito y bueno, don Julio, mucho quiero manifestarle, pero antes, delante de todos los amigos, usted para mí, lo considero como un ministro en gallos, me dice; usted es un doctor, me dijo, porque yo opero, calzo, todito completo, todo, todo, claro, o sea un maestro y hago espuelas pues. Claro, compraba hasta el año pasado, pero dije, si esto no es cosa del otro mundo, entonces compré material. Ah, plástico, sí, compro acá donde el virrey, si no encargo a Lima al virrey o compro las tiras, son unos palitos, yo los lavo, todo su viaje, los pego, igualita a la espuela que venden. Ahora me dicen, don Julio, présteme las espuelas, yo les presto. Sí, para qué, tengo muchos admiradores acá, mi casa para mí es un hospital, todos los días, todas las noches, están don Julio, como se hace esto, quiero este otro, mi gallos está enfermo, como se puede carear un gallo, yo le digo pasa a mi corral y le digo así, todo lo que se cuando muera no lo voy a llevar les digo, eso es para ustedes. Sí, claro, incentivar más, incentivar más. Este animal que tiene. Ahora, ahora actualmente el limón es lo mejor. Porque el limón es una gran vit
amina, que absorbe el gallo. Sí, desinfecta también a los gallos, entonces si usted frota con frotación que antes preparaba con romero, alcanfor. Ya, eso le penetraba al gallo, usted cuando cría por ejemplo un gallo que lo matan, no quería ni comerlo. Entonces, ahora ya no ocurre eso, ahora yo uso el limón no más, ahora hay que utilizar el limón con cuidado, que el limón no tope la pluma porque el limón lo quema, lo quema la pluma, lo hace como, lo achicharra pues. Claro, entonces tiene que tener cuidado, si echa el limón se soba, hasta que seque ahí, del gallo. Después del entrenamiento, un par de gotitas de limón. Claro, pasa el gallo ahí. Para el gallo, una sola vez. Sí, a las cuatro de la tarde, a las cuatro de la tarde y el resto se le da veinte tragos de agua, si quiere le puede dar treinta; pero un día antes, que juegue el gallo, se le da diez tragos. El día sábado, si va a jugar el día domingo, se le guarda el día sábado, diez tragos de agua nomás. El día que va a jugar, al gallo hay que darle una cucharadita  sopera de alimentos balanceados, con huevito picado duro, se le da al gallo, eso lo mantiene al gallo para jugar de noche, digamos le puede tocar al gallo jugar a medianoche, le pica la alimentación. Claro, sí el gallo del le toca jugar a las cinco de la tarde, a las seis, entonces con la primera dosis, ahí queda. No, antes, sí, cuando el gallo va a jugar, hay gallos que juegan de noche, cuando ya calculas que son cinco horas más, se le da pues su segunda dosis, pero la primera es en la mañana, para qué jueguen a las cinco de la tarde y si juega el gallo a media noche, a las cinco, la otra dosis, para que se mantenga ahí. Sí, sí, así es, sí, de abajo, también hay una anécdota, en Chimbote había un gallo gallino, que era la chochera de Chimbote, un gallo que destruía a los gallos, caramba. No, sí cerca al setenta ha sido. Después ha sido. Sí, sí, un gallo gallina, muy bonito gallo, muy lindo, su plumaje todo, era envidiable el gallo por su plumaje, bien cuidado todo. Venía barriendo en Chimbote pues y nosotros vemos que es un gallito pinto, un gallito pinto, ojos así, ojos pardos diremos y tenía el gallo una debilidad de nosotros, que apenas le tocabas por acá, no sé por dónde le tocabas y el gallo se quedaba ciego. Pero así ciego conectaba ásu, que era un fiero, como comer gallina, pobre que le agarre un gallo, pasu.  Sí, solamente   y le hicimos  la pelea con el gallo en Chimbote, por San Pedrito pues, en esa época San Pedro pues, jugábamos todos. Todos, claro. Y todo el mundo daba usura, contra el gallo de Salaverry, usura porque el otro era conocido en su tierra, pero no sabían con quién se iba a chocar. Cien a cincuenta figúrate. Antes de la soltada, y mi compadre Emilio Campos, ve a los gallos, como hombre de plata era, pago, pago, pago; recibe, recibe, recibe; apunta, apunta, apunta; le digo compadre, no compadre, pon un récord dijo, yo confío en mi gallo. Caracho, diablo, digo. La alborota, era una cosa increíble y la gente se ponía de pie, porque era ejemplar de ellos pues.  Bueno, tase el gallo, tase el gallo, ya tranquilos, pero un poco nervioso. Nervioso, pero yo estaba tranquilo por mi parte pensaba dos cosas, aquí la vida o la muerte me iba yo, porque me agarraba bueno con bueno. Han soltado, y nos pega un tiro por nosotros, pero no fue muy hondo el degüello. Sí, los gallos se abalanzaron y la gente yaaa y la gente se crecía, pero mí gallo tenía una cualidad, se metía jugando, cuando mordía se metía abajo, se hacía así y salía para atrás y pum lo bajaba ahí, cuerpo y cuerpo. Sí, y cuando mordía arrastraba la cabeza en el suelo y pum se hacía así y pum, pateaba,  el otro pateaba así en banda, no lo agarraba, hasta que lo jaló de atrás, en una de esas hace un quite el otro gallo, como quieren salir a la capa, entonces Coty Ganoza dice, perdonando la palabra, oye carajo, este gallo de Chimbote se corre, se corre. El juez mandó careo, porque se fue abriendo, mandó careo, lo para y el gallo le pega un entrada y parrrrrrr costilla y lo sacó gritando. Oiga, pues, pasu entierro, ya no tengo punto de comparación, agarra Chimbote levanta su gallo y lo pone al centro del comedor del restaurante, había un restaurante grande en Chimbote donde come toda la gente, pusieron al gallo al centro y toditito Chimbote está rodeando al gallo al centro, que parecía un sueño, un sueño. Corrido, ojalá hubiera perdido, corrido no, entonces yo saco al gallo, me cruzo así para llevar al gallo, así, Salaverry me dice nos hemos equivocado, dice. Entonces, Saito, de Chimbote, lo conoces a Saito. Saito dijo, yo pues quiero ahora hacerle un agasajo al Salaverrino, invitarle una comida. Así es que invito a todos los asistentes a Salaverry y sus admiradores. Saito hizo una comida, pero lindo, ahí estuvimos  ahí pues, nos felicitó, para que Chimbote también, nos quedamos a dormir en Chimbote, porque yo tengo mi familia allá pues. Bueno, muy pocas veces, por qué del gallo sus hijos, salían mediocres no más. Bien, votó dos nomás, buenos gallos, pero no al alcance del padre. Sí, que pierde Chuchumeco, ah pero mire. Sí, él, la figura fue esta, un gallo que ellos compraron, un gallo chusco para mí, porque era un gallo que era cualquiera. Feo, todo, el Chuchumeco lo deshizo, lo dejó medio muerto, y el gallo Chuchumeco, porque eso fue a raíz de que no quisieron vender al gallo, porque dijo Pesantes. Sí, algún día tengo que ganar a ese gallo, Marcos, Pesantes, Baca Rossi, que consiguen el cebo del zorro y del gavilán, hacen una esto y le sacan al gallo, al otro de ellos pa, pa. El gallo estaba muriendo, el otro gallo. Ya estaba honda la pelea, sino que estaba limpiecito, lo había deshecho. Mi gallo si hace una recostada por abajo del ala y eso así. Sin tener ningún rasguño. Entonces se abre el gallo, se va abriendo, yo le metí el gallo, una media sospechosa, pero toda la afición se paró de pie, así no se gana al gallo dijo. Sí, así no se gana al gallo dijo, a este gallo lo han pepiado dijo y otra,  el juez no ha revisado al otro gallo, no. Al Chuchumeco, sí, claro, yo en realidad el gallo cuando siente el olor, se abre.  Claro, por eso, ni los seguía, figúrate. Mandó salir al gallo, ni los seguía, porque no podía. Levanté al gallo, porque ya había perdido. Bueno, yo como si nada le dije a mi compadre, compadre. Claro pues, entonces la gente se paró y dijo, el juez, no queremos que arbitre, no suelta ninguna pelea hasta que el juez se retire de ahí, y cambio de juez. Fíjese, una protesta grandísima oiga, así, estaba el juez, estaba el tío de Alberto Ganoza. Un señor Miguel Nacario, ese hombre se había  puesto mafioso ya, tenía muchos años ahí. Sí, ah, pero estaba él, él estaba de acuerdo con los limeños, porque corrió plata ahí. Y justamente cuando hace buena pelea, no lo revisa al otro gallo, no le revisó las espuelas, antes de limpiar las alas, todo. Va y suelte el gallo así no más, ni a mí, ni al otro, porque ya estaba, para que no pitee, pero el gallo seguía jugando. Entonces, lo votamos pues, hasta ahorita, no le dije, usted s
ale ahorita y no suelta ningún gallo para ver, ningún gallo más juega. Claro, entonces, para afuera, para afuera y estaba Tuno, Tuno Calderón. Tomas, quien me trajo esto, Tuno, por primera vez, tú has de juez, hasta el día de hoy. Fue así como, no fue que le ganaron peleando, no. Ya, bueno, nosotros a los veinte días Chuchumeco juega con un gallo de Lima, de San Pedro, para un aniversario de San Pedro. No, no, otro, eso fue lo que usted me está diciendo, Figari. Hubo otra concentración, ahí por el aniversario de San Pedro, estuvo él ahí, estuvieron         La Fuente, todos los la fuente en Lima y me ponen un gallo, igualito casi al que peleo con Chuchumeco. Mira, la estrategia del gallo, todavía pensaban ellos. Hicimos la pelea ahí, lo matamos. Lo deshizo. Sí han salido calladitos, todititos, todos los de Lima y se han ido ve. Aquí se juegan a los gallos, aquí, hay que ser honestos. Porque Lima dijo, alguna día lo voy a ganar al gallo, pero haciendo cochinadas. Bueno, está bien, agarró y don Pedro dijo, que buen gallo carajo, ese es bueno pues. Ese gallo que le ganó al Chuchumeco con trafa, lo traen después, para una primavera lo trajeron, vuelta lo traen al gallo fíjate. Lo vuelven a traer al gallo y le paro al Chuchumeco y el Chuchumeco era más chico que el otro gallo, porque el otro gallo, era un gallo cholo, un poco serrano pues, más panzón pues, llevaba como cuatro onzas de peso, y era más alto, le daban vitaminas, ya se la creían ellos no, mira le paro un gallo cenizo y creo que jugamos trescientos soles, trescientos soles, me acuerdo pues y yo sentía un poco de burla pues, por lo que había hecho. Sí, entonces el gallo lo estaba soltando Mauro, Mauro estaba ahí, Mauro este gallo, este gallo, se soltó, habrán peleado cuatro minutos, han peleado, cuando en una de esas, se mete él gallo de nosotros, un gallo cenizo. Sí, le pega un temblón, fun abrió el ojo, se abrió, después dijo careo. Entonces vamos levantamos el gallo, le digo, hermano Mauro, aquí está tu hermano, Mauro suelta a tú gallito para ver si es que es fino, le dije; dale la vuelta, no mucha casta, ahí no más, ya está, lo corrió, ese gallo tuvimos que comerlo. El Chuchumeco jugó después de veinte días después que lo doparon, a los veinte días. Haciendo una demostración, entonces ahí fue la gente. Siguió jugando de largo, es un gallo, como decía yo invencible, los más grandes, los más grandes en el Perú, es ese gallo, era muy lindo. Oiga, era un loquerío, era un loquerío, que barbaridad la gente, llenaba los coliseos llenaba, de pie la gente, era un suspenso. Sí, yo saqué una camada nomás, una camada, logré un pollo giro, muy regular, como ya poco hacíamos formar los gallos buenos, porque, necesitábamos para pollos, para que no se desgasten, para que quede como un deportista pues. Sigue jugando, con un poco de descanso. Sí, jugando, está el gallo, al año tres peleas, cuatro peleas, pero descansando bien los gallos. Es mejor cuidados pues, como usted ve, el mejor cuidador. Así es, me he distinguido por eso y por eso que Salaverry es, me quiere mucho. General, llevamos cinco gallos por avión. En el Gallo de Oro, claro, cuando estaba sí estaba, Jamiz, mi pata pues, estaba vivo ahí; llevamos cinco gallos por avión, nos invitó Jamiz, fuimos a su coliseo, los gallos dejábamos para viajar por avión, a la una de la tarde, a las dos allá, allá lo recibía un hincha de nosotros, Tealdo. Un pelado él, ya conmigo acá, los otros, un carro, un auto el doctor José Bárba Acuna, de San Pedro, un poco hincha mío, yo lo llevo en mi carro, iba manejando Koky, el doctor y el muchacho flaquito, que era guardaespaldas de nosotros, que era el que cuidaba los gallos mientras nosotros estábamos ahí, nadie pasaba por los gallos en el albergue, que ni lo miren, ni lo toquen, pasaban por otro lado, era muy celoso. Llegamos allá, en la mañana jugamos dos gallos, uno matamos después de un minuto y al otro sacamos corriendo, entonces de ahí el señor Dante Valdivieso, debe conocerlo usted, dijo vamos a mi casa para invitarles una comida Salaverry; fuimos, un almuerzo oiga, un banquete, que nunca más en mi vida lo veré, algo millonario oiga, que bárbaro hombre, conejo de todo, whisky, cerveza, pero en cantidad, una orquesta, porque tenía un espacio ahí especial para sus invitados y dos y dos y dos, señoritas ahí contratadas para que bailen ahí, que lindura oiga, pasu, encierro, de ahí es que hemos comido hasta demasiado ya y Koky me decía hermano, nunca he comido tan rico, más fino que acá me dijo, esto es para Salaverry, pero vinieron pues, admiradores, hinchas de nosotros de Lima, Sarita también, Dante Valdivieso, estaba Wilson Mazuelos, Mauro, Pesantes, todo los grandes pues ahí. Tal que comimos y a eso de las siete de la noche, ahora sí, vamos a seguir jugando los gallos, cuando me dijo, nos faltaba jugar dos gallos, entonces hemos jugado un gallo con el general, el gallo cenizo pues, entonces. No, un  gallo cenizo, Koky soltó al gallo, yo estaba sentado, han estado peleando, y le hace  ciego al gallo de nosotros. El gallo comenzó a buscarlo. A buscar, a buscar, un jalón lo hizo volar, hasta el último asiento de arriba al gallo, hoghoghogou y Koky le dice, no sabía que era general ni nada, baja a ese gallo maricón de mierda le dijo Koky, después le digo, oye es del General. Pero bajo, fue y le pidió disculpas, señor disculpe por la emoción. Le sacó corriendo al gallo, asu, se sentó al lado mío, cuando estaba peleando y me dice, usted es el dueño de los gallos, el careador, todo. Y usted porque está calladito, por qué no está como otros, que lo gritan, dale, dale, me dice. Yo no soy de esos le digo, yo cuando el gallo termina festejo, otro que el gallo no oye le digo ah, ese es mi lema, ya ganamos el gallo, fue un gallo chiquito Kid espía de un gallo que me prestó Alfredo del Castillo, cabeza de piedra, bien mentado pues, un gallo lindo, fue allá con un gallo limo, no sé de quién era el otro gallo. El gallo mío, gallo de cuatro libras y media, gallo grande; el otro gallo, muy bueno, guapo, a mi gallo lo agarraba puro hombro, Colombia, apunta de palazos, al cuerpo. Lo coció, lo echó. De ahí le ganamos cuatro peleas, invictos, de las cuatro peleas. El quinto gallo, era un gallo cenizo, del Chuchumeco, un gallo que había ganado dos veces acá. De don Pascualito López, que era un gran jugador. Claro pues, mi hincha, grande, don Pascual estuvo ahí también y Pascual le dijo a Bermedo, ese gallo  es hijo de Chuchumeco, es un buen gallo, para que le dijo; quiero jugar con un gallo, ya no quisieron, se chuparon. Pascualito, para que has dicho, no sabía hermano. Ya hice la mala me dijo, Lima dijo no,  hasta ahí no, ya no quiso. Pongo cuatro gallos y ese gallo gallina ya no puedo, lo trajimos pues. Entonces, el señor Barba Dacunha, juega un gallo, que se fue con los rayos. Sí, un gallo el doctor Barba, se corre el gallo. Llevaron de Trujillo varios gallos más, perdieron, ni uno gano. Y nosotros trajimos el campeonato amplio; pero es algo que nunca me voy a olvidar en mi vida.  Sí, entonces pues, esas son cosas pues, para el recuerdo. Eso me ha hech
o bien para mí trayectoria. Cuando están en la fresca pues. Sí, en el día el gallo y si el gallo ese juega una vez de noche y juega normal, ya se hace hábito. Cuando tiene que jugar de noche, ya no tiene problemas. Claro, sí, se acostumbró a jugar de noche, ya jugar del día es como si nada, jugar de noche es igual también. Todo completo, todo. Ahorita trabajo en agricultura, yo soy pensionista jubilado, yo trabajé en la empresa Enapu y el año noventa salí jubilado, pero durante toda mi vida he jugado los gallos juega, juega, juega. Claro, de mejores épocas, de mejores épocas que ahora, eran gallos de muchas cualidades buenas;  y el que menos. Eran peleas duras, duraban media hora. Ahí él tiene que ser macho, tiene que tener cintura, buena muñeca, todo. Yo me preparo diez gallos en un día, no son más que diez minutos, antes se jugaba media hora pues, tenías que darle ochocientos, mil  saltos a un gallo, para que pueda pelear, por eso mis gallos peleaban hasta el final y a mí me gusta correr a mis gallos en espacios grandes, yo tengo mi chacra que es un arenal grandísimo. Ya, no, allá hay una parte. Claro, el gallo sigue pues, claro, al gallo le hago que me siga, buuuuú, sigue hasta el final.  Entonces, le das veinte vueltas, según la pelea de gallos. El Chuchumeco saltaba esta altura. Si saltaba, tenía ahí un costal, porque me regalaban chiviando decían. Una vez me mete una patada por la espalda, oh, tac, me tapó la respiración oiga, casi me mata el gallo, me tapó la respiración, los pulmones, me tiró una sófera patada el gallo con lo cual nunca me olvidaré, eso estoy esperando del gallo acá.  Ese gallo, yo le daba al Chuchumeco, novecientos saltos, ochocientos saltos, y era un gallo tan rapidísimo. Entabló una vez, con un gallo de Camaná, un gallo muy bueno también, ese gallo de Camaná venía de una concentración de Chiclayo, de ganarse un Chavín de Oro de premio, más el pollón todo, ese gallo choca en Trujillo, me ha hecho usted acordar, chocan en Trujillo y eran cotejitas ahí, hasu que pelea, ahí entró bigote. Un gallo tan mañoso, el Chuchumeco le pegaba uno tiros, el otro le empataba, le empataba, y se chocaban así los dos, contragolpe, contragolpe, no se podía, casi los dos pero eran. Hasu, entierro, pero ya faltando un minuto, los dos gallos se venían, echándose, echándose, echándose y dijimos pierde y se echa el gallo, sonando la campana. Entonces el gallo, lo había traído el hijo de, el padre del dueño, sino el hijo.  No me acuerdo. Sí, entonces, el muchacho, el dueño lloraba por el gallo, lloraba por el gallo, porque había quedado tuerto, tuerto y nunca le había pasado eso. Sí, y otra, lo había sacado calladito de su papá, sin orden de sus padres; prácticamente el gallo pierde media vida ahí, fue la única pelea que entablo, pero cómo le digo, siempre el pico es importante, lo está diciendo. La preparación, la preparación, sí, entonces esos son requisitos que el preparador debe tener todo en mente, todos los secretos. Ah, sí, el cuidado, su medicina cuando debe estar mal herido. Y fue otro gallo también en Chiclayo con un ecuatoriano Calle; Calle es mentado también, fue con el gallo pinto pues, el gallo pinto que ganó en Chimbote. Sí, sí, ese gallo juega en Chiclayo con un gallo moro, de Ecuador y todavía Calle me presta dos espuelas, porque las espuelas de los gallos de nosotros, juega con espuelas grandes y curvas, espuelas nuevas. Me dijo nosotros somos amigos, me dice, los gallos no nos van a dividir, yo no tengo ningún problema, escoja señor León, yo escogí las dos puntas, y las puse, estamos corriendo. Pelea honda, estamos corriendo, me dice, yo quiero comprar gallos, no quieres vender, vamos a vender los gallos. Nosotros queremos nuestros dos ejemplares. Vendimos solamente el Capulí, porque nos pusieron dólares, el único que pagó su precio. Sí, sí, sí, bueno le han hecho una actividad acá, unos galleros del Rosario, unos gallos. Sí, campeones también, unos gallitos regulares, también. Sí, aquí ha jugado, yo he visto jugar esos gallos, son unos gallitos, uno que tiene su cría. Sí, gallos que dejan ganar, jugué un gallo la vez pasada por mil soles en Chimbote, han pateado nueve minutos, para tumbar al otro gallo. Después gana un gallo, polloneando. Sín postura de espuelas también. Hay muchas maneras de llegar y a veces el gallo avisa cuando no está apto para jugar. Usted puede prepararlos bien, al día siguiente el gallo va a jugar, usted debe observar cómo defeca el gallo, si el gallo está alegre, si el gallo está aguado, si está blanquisco, si el gallo ya no está para juegos, usted agarra rosquetitos, sequecitos, usted lo agarra así, ahí está el gallo. Si defeca el gallo medio blanquisco, ya el gallo está afiebrado, tiene ya, seguro que tiene fiebre el gallo, tira pues le toca el ala, está demasiado caliente el gallo, le mete el dedo acá, se le sancoche eso, ya el gallo tan malo, el ojo medio vidrioso, se nota todo ojeroso a veces y cuando uno no sabe, no hay un experto. Sí, está bien el gallo, y eso es lo que pasa pues. No condición, a veces el gallo pierde, entabla. Si el gallo es acertado, como no va a meter nada de espuela dice, que será dice. Por eso, Lima jugó un gallo acá en la campiña, con quinientos soles, el año pasado, un gallo muy bueno, merecía pues, si el gallo encogió, no se hacían nada los gallos, estábamos jugando quinientos  soles, era regular plata. Ya, la gritería en Lima, ya, ya, ya, al final, al final, al final, lo mata el de Trujillo, al de Lima, al final fíjese. El gallo estaba trasnochado, el gallo estaba trasnochado, de un día para otro y pa lo juegan. Sí el gallo viaja de Lima acá, debe descansar por lo menos dos días, para que sea climática al ambiente. Lima, vino el año pasado, trajo, doce gallos ha traído, ocho ha perdido, uno se le corre, y los otros entablan. Se ha ido más que con el pasaje, que pasa pues, que ahí hay un pata mío, que son nuevos los galleros, son nuevos, no tienen mucha experiencia, tendrán unos tres, cuatro años, le falta experiencia. Pero me lo han traído hoy día, al día siguiente están jugando los gallos; oye le digo, están trasnochados le digo, porque han traído, hubieran traído antes, faltando  dos, tres días. No me dice, que un gallo, tarde o temprano juega así, toditos perdieron. Que te dije, si me decía tú me lo dijiste hermano, sí me decías tú, me dijo. Esa experiencia pues, y son jugadores de gallos. Sí, claro, sí, me dice hermano cuando vas al Callao, para almorzar me dice, aunque no lleves gallos, queremos verte allá me dicen, bueno mucho me aprecian acá, es que acá yo los asesoro bastante, los ayudo hasta donde puedo. Siempre aconsejándoles, por ellos siempre  no me dicen. Tienen bastante entusiasmo, pero le falta experiencia, voluntad tienen bastante, juegan quinientos soles, mil soles, pero lo que se quieres es que jueguen bien. Sí, eso es lo que los gallos  juegan bien, quinientos  soles. Sí, porque el gallo no vale, no está en esa competencia, eso que tiene plata, yo le
veo jugar a esos gallos y son gallos corrientes, están bien pintaditos, se luquean bien pero eso no es todo, quedan bonitos, no me corro.  No, amigos. Traen gallos de Colombia, yo tengo también, yo tengo  media sangre colombiana adentro, son gallitos que han ganado cuatro muertes acá y espero que, casi está en muda, que madure para que haya una fiesta grande, pienso llevarlo a Lima, mis campañas me han ido bien en Chimbote, Lima, Chiclayo. Aquí para la inauguración de esta gallera, que han hecho en esta La campiña. Fue el padre de este gallo, y jugué con Lima, un gallo muy bueno, el de Lima me lo atoro a mi gallo, lo puso así, pero mi gallo duro pues, entró se sacudió y lo jala y lo mato en tres minutos, el muchacho no me conocía pues y le dice el pata, cojudo, te has metido con el que prepara al Chuchumeco, no ves hasta ahora nadie le gana al Chuchumeco. No he sabido, dice, pucha. Sí, claro, ahí tengo una caja. Chuchumeco hace una pelea en una primavera y juega con un gallo, de quién ha sido el gallo que juega Chuchumeco, para acordar, para acordar, de Salomón Lao, un señor de Pacasmayo, Salomón Lao el doctor que es abogado, Salomón Lao juega con Chuchumeco y entonces que pasa, que la cervecería Pilsen Trujillo, esta la que auspicia esto, esto es de Pilsen Trujillo el diploma. Nos habló, si la pelea querían firmarla toda, para sacar una película ellos. Entonces, yo le digo pues, pero como va a ser eso le digo. Sí, entonces, bueno y arreglamos pues de todas maneras nos reconoció algo. Comenzó filmando, cuando yo estoy calzando al gallo, todo cuando estoy calzando, cuando estoy pegando la espuela, cuando lo suelto, cuando el gallo está peleando, todas las peleas, filme y filme, cuando en uno de esos momento para, policía, entonces Koty me levanta en peso, Koty Ganoza y Valenzuela me levantan en peso, una algarabía. Ya, esa película ha rodado todo el Perú, ahí estoy yo. Ah, no sé cómo, porque han pasado cuantísimos años también, a veces dicen que ellos renuevan los archivos.  Sí, por eso es que yo no me he preocupado, a mí me interesaba la cinta. Canal seis, de Trujillo, sí, salí pues en la película ahí pues y Salaverry llamaba mucho la atención. Claro, sí, más o menos como el año setenta y espérese, ha sido más o menos como el año setenta casi, el setenta. Yo creo que si ah, el canal seis queda a un costado de esta gallera Libertad, pero que ahora no es, lo vendió esta gallera. Claro, después lo compró Alberto Ganoza, de Alberto Ganoza lo reenvió, es una casa donde vive ahora. Y así pues, llegué a este punto, que son recordatorios grandes oiga, son cosas grandes, de haber llegado  hacer tanto, tanta historia, pues yo vivo todo el tiempo, enamorado de mis gallos, no puedo dejar de criar. Sí, yo me divierto, hago mi ejercicio, me mantengo bien. Sí, claro, así y más me llena de gusto, porque. Sí, porque mis amigos, mucho me estiman, me quieren, cuando voy a Trujillo, me miran ahí, señor León me dicen, usted cuánto dura, me dicen. Yo le digo, yo no sé porque Dios me quiere tanto y porque me tendrá tanto Dios amor, le digo. Porque yo mucho lo quiero  a nuestro Señor, le digo.  Yo me he dedicado esta parte de mi vida, es dedicación, he nacido en los gallos y tendré que morir pues, cumpliendo con mi profesión de buen gallero. Y así, tengo siempre acá, a todos, jamás en el ruedo yo me porte mal, nunca; nunca, hablé una mala palabra, aunque a veces me iban, el juez me haya hecho una mala pasada, cuando el juez ordena uno tiene que quedarse callado. Sí, después, pero cuando ya están hechas las cosas. Por eso, que yo siempre mi conducta ha sido siempre obediente, humilde. Muy respetuoso con todos, y por eso es que en Trujillo me quieren mucho, a Lima, Chimbote, he hecho historia pues ahí. Muchísima, muchas cosas hay. Sí, yo le estoy conversando pues, parte del centro. No, la historia pues de uno. Es una vida entera, mira que estoy jugando, tusando gallos desde el año, cuando yo tenía cinco años, más o menos el año cuarenta.  Cuarenta, claro, cuántos años oiga, ahora estamos en el dos mil, sesenta y cinco años, figúrese usted. Yo me siento, ahorita vengo de tirar palana en el campo. Ah, yo me cuido mucho, no tomo, no fumo, me acuesto temprano y quizás en la  gallera, ahí me tomo dos, tres cervezas, con mis amigos cuando voy, ganan me invitaron una pollada, bueno pues. Sí, mi familia son pescadores, mis hijos, mis nietos, pescadores y aquí pues este, son muchachos, como le digo pues, vienen continuamente para acá.  Sí, sí, como repito yo nada tengo que llevar al cielo. Acá, con mi buena voluntad, mis buenos deseos, todo lo que  he aprendido, todo lo estoy brindando a ellos, eso es lo mejor. Yo siempre me he distinguido, por ser bueno, bondadoso, con el deseo de servirles.

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