Entrevista al Sr. Roberto Jamiz Alvarez

Entrevista al Sr. Roberto Jamiz Alvarez

Entrevista a Roberto Jamis Álvarez, integrante de la familia que impulsó el coliseo “El Gallo de Oro” desde 1966. Se hicieron cargo de la administración y organización de los eventos gallísticos en el mejor coliseo de gallos de pico y espuela de la época, en la ciudad de Lima. La presencia de Isa Jamis y sus hijos, garantizó el éxito y continuidad del coliseo, hasta la mitad de la década del los 80 en que fue vendido.

 

Aproximadamente hace 50 años comenzó nuestra afición, desde muy joven mi padre Don Isa Jamis, una vez a la semana, a cada uno de mis hermanos nos llevaba al coliseo de la familia Agena en la calle Salom del callao. Nuestro preparador era el señor Cantos. Él me llevaba en su bicicleta desde Jesús Maria y dos gallos en costalillos.

 

En el Callao, ganamos el primer premio con nuestro gallo Río Pallanga.

 

Los aficionados éramos unas 80 personas pero los galleros chalacos eran un poco picones y existía rivalidad con los de Lima, pero eran excelentes amigos.

 

En el año 1966 tomamos en arrendamiento el coliseo de Lima, “El Gallo de Oro”. Habían pocas peleas y pocos aficionados. Mi padre, mi hermano Raymundo y mi hermano Ricardo eran muy amigueros. Por hacer espectáculo y no tener que devolver la taquilla cotejábamos dando mucho tamaño y peso (las perdidas eran mayores que el dinero recaudado en la boletería). Pero más que un negocio era una afición y más que clientes eran amigos. Recuerdo aficionados, entre otros a los Señores Feijo, de la Fuente, León , Fernández Oliva, Lino Cáceres, Alberto Barco, Dante Valdivieso y muchos caballeros que en verdad no alcanzarían sus nombres en todas estas paginas.

 

“El Gallo de Oro” Don Arnoldo Guillén, Don Armando Baca, El Juez y Raymundo Jamis

 

Venia el torero Galán, simpatiquísimo ese joven.

 

El primer campeonato en 28 de julio lo gano nuestro gallo “Pura Pinta”, al campeón de Arequipa de propiedad de los señores Lozada. Las fiestas de 28 de julio duraban 5 días, venían de todo el Perú, y amigos de Chile y Ecuador. Las peleas duraban 1 hora y como máximo, habían 40 peleas por reunión. El desgaste era tremendo, éramos jóvenes y dicen muchos que éramos buenos administradores, asentistas.

 

En Lima se llevó a cabo el primer campeonato mundial de gallos, con invitados participantes de Puerto Rico, Panamá , México, Chile, Ecuador,  Bolivia, y de España.

 

Había una gran desventaja, los gallos centroamericanos eran gallitos de 3 libras 12 onzas de peso y los gallos peruanos eran arriba de 5 libras, hasta 8 libras.

 

Pero el aficionado peruano tenía algún pequeñín en su corral y querían atender a los invitados, por ello se pactaron peleas y nos dieron una tanda 10 a 0. Nuestros gallos no estaban bien preparados para ese tipo de contendores. Los criadores de Panamá enviaron un anuncio que tenían un gallo para pelear, 10,000 a 30,000 dólares.

 

“El Gallo de Oro” Raymundo Jamis, Don Arnoldo Guillén y Kike Tello

 

Mi padre Don Isa, siendo las 8 de la noche, le pregunto al preparador cuanto pesaba el pollo que había ganado el domingo anterior (el peso se aproximaba). El gallo estaba en el corral, había comido y tenía el buche lleno. Don Isa no le tenía miedo a nada ni a nadie hizo traer al gallito Moñón, pero les dijo que no tenia tanto dinero para jugar y si aceptaban, hacíamos una colecta y pactábamos la pelea. Ellos hicieron un acto de verdaderos aficionados y aceptaron. Habían unas 300 personas en la gallera. No tenían confianza en el Moñón. Se juntaron aproximadamente 1,800 dólares, nada más. Al momento de soltar los gallos, habla el presidente de la Cervecera de Panamá  el Señor Alberto Arias, contra quien pactamos la pelea. Agradece la atención de los criadores peruanos y a las virtudes del gallo “Gran campeón de Panamá”. Me toca el turno y agradecí la presencia de los aficionados que nos visitaron. Lo único que pensé es en cerrar los ojos (la verdad que no confiaba en el Moñón, después de ver la calidad y velocidad de los 10 gallos anteriores). Al Moñón le pusieron unas espuelas mas grandes que sus patitas. Soltamos los gallos y cuando voy a sentarme en el sitio de los careadores, escucho un estruendo; yo creí que era un terremoto volteo y veo al señor Arias, que era muy alto, casi arrodillándose, mas no creía lo que veía y tenía en sus manos al gran campeón de Panamá, muerto. En 15 segundos el Moñón gano el primer campeonato mundial. La gente comenzó a cantar el himno nacional, me cargaron en hombros, a mi padre lo abrazaban; y que hizo el buen Don Isa, se puso en el centro del ruedo y le regalo el gallo al señor Arias. Después supimos que ganó varias peleas en Panamá, y le pusieron por nombre “El Peruanito”.

 

“II Festival de la Alameda” Ricardo Jamis, Don Arnoldo Guillén y el Dr. Alberto Arias

 

Mi hermano Raymundo murió muy joven, murió en su ley. Mi hermano Ricardo permaneció hasta el último en su afición, ambos eran galleros y ya no están.

 

Mi padre hizo un coliseo, el más grande del Perú, que está en Puente Piedra en honor a mi hermano Raymundo, está abandonado. Yo me retire me fui a la hípica y en 5 años compre 30 caballos de carrera, me postularon a la Presidencia del Propietarios de Caballos de Carrera del Perú. La hípica era diferente. No sentía ese mismo calor, la amistad del gallero. Quise volver. Me aparecí invitado a un campeonato y  vi cosas que no me agradaron, los jóvenes eran muy apasionados pero también descontrolados, era otra generación. Me preocupe porque eran algunos hijos de mis amigos, me dolía y me sentía parte de esa cautividad. Muchos de esos jóvenes no querían estudiar ni trabajar, yo pase por ello los comprendía mas no lo aceptaba. Por eso me permito agradecer la amistad de mis hermanos galleros porque éramos como una familia a la cual sin querer queriendo nos cautivó una afición que crecía cada día más y apasiona a multitudes.

 

Pido perdón en nombre de mi familia por contagiarles tan disipada afición; aunque muchos eran antes que nosotros y aprendimos también de ellos. He visto a esposas de galleros acabar con todo un galpón completo, desesperadas porque sus maridos descuidaban a sus hijos y a sus hogares. ¡Matando a todos los gallos del corral!

 

 

“El Gallo de Oro”   1ra, 2da, 3ra filas y galería

 

Coliseo “El Gallo de Oro”

 

Hoy por la gracia de Dios  ya no guio a galleros, guio un rebaño al Buen Pastor.

 

Hace 16 años sirvo a as Señor Jesucristo que me cautivó, me atrapó y me enseño algo más grande y hermoso que todos los campeonatos y peleas ganadas.

 

Oh ¡Si Raymundo, el buen Raymundo hubiera conocido a Jesús! y es mi oración que lo conozcas tu.

 

Quiero añadir que como aficionado y jugador de gallos, llegué a ganar en los campeonatos más importantes a lo lo largo y ancho de todo el Perú. De Tumbes a Tacna, Huánuco, Tingo María, Lima. Costa Sierra y Selva. Y en muchos otros eventos que hoy escapan a mi memoria”.

 

Roberto Jamis Álvarez.

Lima, 10 de Julio del 2006

Roberto_jamis@hotmail.com

 

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