ENTREVISTA A FERNANDO FRANCO PONCE
Fernando Franco Ponce
Santiago de Surco, 02 de Febrero del 2003
Nací en Arequipa. La afición de los gallos la llevé adentro, a través de mi Padre. Me gustaban los gallos y los caballos. Desde muchacho cuando vivía en Mariátegui con Montero, iba al club hípico, porque iba Kostonesky que era equitador e íbamos al Club Hípico que ahora es el Círculo Militar, a los 6, 7 u 8 años y nos íbamos a montar caballo, su caballo se llamaba Huascar que iba hasta el bosque de Matamula. En ese tiempo, había una feria agropecuaria en la parte del centro frente al Club Hípico, me acerco y veo una pelea de gallos tipo antiguo, la primera pelea de gallos que eran de tipo japonés, normalmente los que peleaban eran japoneses que llevaban sus gallos a pelear en 1949. Peleaban de verdad, con cacho natural, 60 minutos. Después ya supe que eran tipo japonés, gallos fuertes orientales. No había balanza y la coteja era al ojo. Le sacaban punta al cachito de espuela natural y comenzaban a pelear y los gallos eran muy fuertes. Y ahí es donde veo las primeras peleas y tenía cierta atracción hacia eso y ahí van pasando los años y más me gustan los caballos y me voy al hipódromo de San Felipe y me iba a montar caballo de carrera. Estudié una época en la Molina, y en aquellos años era rector Rodríguez Escribens. En ese tiempo él estaba a cargo de la Pre agronomía que estaba en la Avenida Arequípa una casa antígua que era del Ministerio de Agricultura que está una Asociación de profesionales y de ahí nos trasladaron a la avenida Cuba. El examen de ingreso fue en la Av. Arequipa un local de madera. De ahí pasamos a la Av. Cuba. Había trabajo para un agrónomo pero ganaba poco y mi cuñado me dice “vamos, deja de estudiar y vamos a Tacna. Así que dejé de estudiar y viajé a Locumba, Tacna. En esa época, tenía 18 años; mi hermano se quedó y trabajó en el CIPA. Mi otro hermano se fue al Brasil a Minas Gerae. En Locumba, había una familia Zapata (Don Germán y Augusto) y Augusto Zapata era muy aficionados a gallos. Iba a las topas en el pueblo de Locumba. Cuando comienzo a ir a Tacna los fines de semana, comencé a ir al coliseo a ver peleas, ahí conozco a Carlos Pitaluga, Emilio Lombardi, Fuster, Barreda, Hugo Rossi, Guido Rossi, que eran galleros, Don Armandito Chiri. Iba a los gallos los Domingos. En esos días, se me acerca Carlos Pitaluga y dice: ”oye Fernandito, a tí te gustan los gallos, porque no crías? Y me da una línea que eran los Cebosos, para empezar a criar en la Hacienda. Línea que en 1958, campeona en el coliseo Salon del Callao, por eso su galpón se llama el Seboso, y provenía de una línea del Gato Ortega de Arequipa, tenía un gallino negro precioso tipo Oriental fuertísimo. Gallos tipo oriental fuertes, completos con Shamo, gallos negros preciosos, me da también una línea Los Churumbeles de Don Augustito Asato del callao en el año 1958, yo después conocí a Don Augusto y la gallina de los Sebosos, con la que saco mi primera camada en Locumba. Y conocí a Olguita Rossi, y me obsequia una gallina que cruzada con los Sebosos, el primero que saqué con esa línea de Olguita Rossi, con Churumbel, sale un gallo Aromo que los chilenos le llaman Malatobo. Al año lo topamos con Carlos y lo llevamos a las peleas que venían de Arica, Don Hugo Mosó. El gallo de Arica es un gallo que nunca dejaron de perder hasta ahora, su fuerza y buena estructura. He observado que en todas sus épocas ha peleado bien, a pesar que ha habido cambio del arma; es muy espoleador, espuela corta o tremenda. Con un juego muy sencillo en su manera de pelear, mueve la cabeza a un lado. Fabres tenía otro tipo de gallo y no me parece que los los que vi jugar, no me parece que fuese una línea directa de Fabres. El chileno, no era tan oriental, con relación al que nosotros teníamos y el de Lima, más rápido, más espoleador, había tenido mejor cruce. Me parece que le habían metido la línea inglesa. Eara un gallo fuerte y por la forma que ellos tenían de pelear, no encontrabas el gallo chato, sino, era largo, varillón, pero no una pata delgada, sino fuerte, pescuezo largo pero fuerte, tremendamente cotejero porque cuando jugabas a la coteja con el peruano, llevaba ventaja. Porqaue era un gallo de tamaño bien conformado frente al nuestro que generalmente era chato o flaco delgado, que no estaba en su tipo. Esa línea es la que hay en Tacna. El último campeonato en Surco, (Dic. 2002) los cuatro gallos de Tacna, ganaron en menos de dos minutos. No es como los de acá que uno patea y el otro se queda y no lo empara. Mantienen el estilo de combate del gallo antiguo, empatando igual y soltaba sus patas, de frente, de costado, y patean de cualquier posición. Arequipa tenía gallos fuertes también. Pero la mayor parte venían del sur, Tacna, de Moquegua que también mantenía gallo fuerte, con aficionados como de Carlos Pinto que trabajaba con Decol y Biondi. Todo el mundo se traía gallinas de Arica, de Chile, de Santiago. En Moquegua observé que comenzó a entrar gallos españoles, gente que tenía ciertos recursos escucharían que el español es lo mejor, pero me gusta más el criollo. Pienso que el gallo no debe perder su fortaleza y fuerza y sobre todo contra el gallo que jugamos, el gallo finito, delgadito, que no tienen el juego completo. Los gallos actuales no durarían los 45 minutos de antes y el gallo estaba con el cuello que se levenía y no perdía su poder, mientras no lo habían matado, él seguía. En Tacna empiezo a criar en base a gallos de Carlos Pitaluga mi maestro de maestros. Y aprendía de gente que conversaba, el Dr. Cornejo y miraba como preparaban, de que forma. Si quieres que rinda el gallo, debes estar encima en la crianza. Debes conocer y sentir al gallo y tomarse el tiempo observando. Si mueves 10 minutos, para 15 minutos de pelea. La gente de hoydía, en la vida podría preparar un gallo para que juegue 45 minutos, con un tipo de gallos completo, su gallo estaría muerto. Preparan 5 minutos un gallo y ya no puede caminar y le siguen dando porque no llegaron a los 10 minutos que es como si a tí te arrastraran. El tipo de gallos allá es un gallo fuerte que lo siguen manteniendo, han moidificado ciertas cositas, pero la base, la fortaleza, el juego, son completos. Los gallos de acá, toma, dale, dales, ellos tambnién dan y reciben pero se defienden y asimilan. En Tacna, se juega al peso, una onza y no sabes con quien juegas. Tienes que tener un gallo casi completo que si te toca grande lo poncheas de abajo, si es chico lo agarra del lomo. En 1961, vengo a Lima, y Carlos me comienza a seleccionar gallos. No sólo saqué el ceboso, el Shirley Temble. Mucho le mandaba gallos a Carlos el El Turco Martínez, conozco a Isidro Santiagos, Miguel Castro, que tenía gallos buenazos, Ricardo Schereau, yo he tenido gallos de la línea de Schereau le mandaba a Carlos Gallos. En Chile, conozco dos personas extraordinarias que fueron Don Alberto Flores y el Toro Contreras (Manuel el Papá de Gilberto ”Chanfle”. Tenía gran ojo para observar un buen gallo. Enseñaba. Me obsequió Peucos de Berríos. El peuco, es de una zona de la sierra en Chile, como el Limachino que es de Limache, un pueblito donde nació Pinochet, un gallo de los raceadores que tuvo Carlos. El Limachino original, era un gallo chiquitito, yo tuve un hijo cruzado con la pataverde y ese gal
los cuando estuve en lima, lo crucé con la línea de Pablo Gutiérrez un boliviano de Santa Cruz, tenía pinta de alemán y él me mandó unas Ondas puras, una gallina que ponía 4 huevos, pesaba como 6 libras, era negra chivilla y una gallina quiquita que era cruzada y saco los bolivianos aquí en Lima y saco el Limachino chico que le saqué muchos crias, tu los has visto pelear. El Peuco, debe ser de una línea Malaya porque era de ala corta, muy largo de canilla, pescuezo largo, pero cabezón con cara granulada el Japonés no tiene granulado, pero el Malayo sí tiene arrugas como granitos; y era papujo. Me parece que el Peuco es de Azapa, hacia arriba una zona de la sierra. De ahí venían muchos gallos ajisecos bonitos, papujos, criollos, fuertes y peleadores. De Azapa para arriba, venía el gallo criollo, fuertes y peleadores habían muchos gallos gallinos. Hacia el Sur, no había tanto gallo gallina. Recién ahora veo ese tipo de gallinos y moros como a Isidro Santiagos. He jugado gallos en Ilo, Moquegua, Arica, Camana. El gallo de Camana, es del mismo tipo que el del sur, Tacneño, Chileno, de Arica. La diferencia del camanejo, es la forma de crianza, sueltos, que he observado entre otros a Lucho Monroy, los gallos casi cantando estaban sueltos con un gallo viejo y les hacía, co, co, co y venían 40, 50 pollos, vestidos, cantando, los enjavaban cuando ya no podían más. Es una crianza fuertísima que difiere mucho del que cría en la casa. Luego han ido modificando y fue apareciendo el español el inglés. Actualmente, el gallo del sur ha cambiado. Se ha dejado ganar por gallos sencillos. Es necesario ir refrescando trayendo gallos de otro lado. Sacamos una Línea Belga. Luis Pitaluga consiguió a través de Basagoytia, los Belgas. Moros, de estructura y línea frágil pero extraordinarios espoleadores y muy rápidos que acababan la pelea en 2, 3 minutos y teníamos también otra línea Mora con los Isidros Moros, fuertes que se ganaron dos premios en El Pueblo organizado por Lalo Granda. Ganamos en el internacional y en el nacional uno en 6 segundos y otro que la gente iba cantando, 45, 46, 47.., habíamos tumbado al otro gallo en el nacional en segundos, pero como estaba tumbado no lo podía agarrar el Isidro y a los 59 segundos tumbó. Lucho fue a Centroamérica y le embelesó los gallos aunque no son seguros en la pelea por su fragilidad. De rrepente le sale uno extraordinario y el otro no es igual siendo hermanos. Aunque uno debe ir criando gallos de acuerdo al tiempo, al arma, más que nada adaptándolo de acuerdo al arma con la que se juega. Volviendo al orden de la conversación, me vengo de Tacna a Lima, Carlos me dice que lleve buenos; así es que seleccionamos en la hacienda cualquier cantidad de gallos y de 8 topados, matábamos 5. En Tacna, jugábamos al peso. Los gallos los armábamos con una cintita de tela con cola. Cuando era catemo, de una soguilla, hacíamos un pirulito con cola y esperábamos al día siguiente le poníamos el cacho natural, al principio no era prensado, sino postizo sacado de gallo viejo y le embutíamos en la pata al pollo. Después en Lima, se empiezan a prensar los cachos, cuestión que no permitían en Tacna. Don Armandito Chiri, que viene a Lima y le mandan espuelas preparadas pero sin prensar que había diferencia, por más efectiva y empezamos a armar con las espuelas prensadas. Generalmente, armábamos el día anterior o el mismo día temprano, con cola, de carpintero, una telita, se ponía el cachito, no había patapioja, directamente, le poníamos un algodoncito, ahí le poníamos el cacho, asegurado con hilo, volteábamos, con hilo, una tirita de 10 u 8 cm le poníamos al costadito del cacho, pasabamos el hilo, le dábamos la vuelta a la tela, volvíamos a pasar el hilo, de ahí la cola, lo dejábamos así al gallo, lo hacíamos el día anterior en la noche o lo hacíamos muy tempranito el día de la pelea, le poníamos su botita, para que no se clavara o encanillada, con un algodón en la canilla. Cundo vengo a Lima (1960 para el 61), era mi forma de calzar. En Lima es donde me entero, de dónde me viene la afición a los gallos, yo no sabía. Envío un camión de Tacna a la casa de mi padre a San Antonio con Pollos, Gallos, gallinas y entro como a los 15 días al jardín de mi padre y no había jardín, pues estaba desecho. Me asusté mucho al verlo y el me hace sentarme, explicándome que en la hacienda de mi abuelo transportaban los gallos en canastas de mimbre a lomo de bestia jugaban los gallos en campeonatos por 100 monedas de oro y todo el mundo quería ganar el campeonato de gallos, para hacer la fiesta el próximo año en su hacienda o pueblo, en Huancavelica, Huanta, Anco. A mi Abuelo, también le gustaban los caballos de paso. Mi padre me hizo recordar los caballos argentinos preciosos que tenían. Y comienzo a conversar las anécdotas con mi Papá sobre gallos. Y otras anécdotas de los viejos. Jugaban a navaja chica. No jugaban a espuela y los gallos los transportaban en canastas de mimbre a mulo, a burro, de hacienda en hacienda, para la fiesta del pueblo, la fiesta de las haciendas, era toda una semana de guitarra, trago, jugada de gallos y el que ganaba la jugada de gallos hacía en su sitio la próxima fiesta y todo el mundo quería ganar. Empiezo a criar en casa de mi padre y luego alquilo un terreno por la bolichera que era del Padre de los Dueñas, Jesús, Teodoro, Juan; también iba Alejandro González del Valle, que vivía en República de Panamá, el viejito Alvarez. Jesús Dueñas fue a traerme los gallos desde Tacna. Todos topábamos en el terreno grandazo entre Tejada y San Antonio. Y ahí viene Alejo González del Valle, viene Félix González del Valle. Hice en la casa de mi Padre los casilleros y el primer día que llegaron los gallos a casa de mi padre, cacareaban, tube que separar los gallos de las gallinas en el primer piso, cuando el gallo está cacarendo luego hace un murmullo, uuurrrr y se queda calladito y digo, ahora que hago; y me las ingenio y desde mi cuarto y para callarlos, instalé un hilo, con una lata de leche Gloria con piedras dentro y la pongo en la zotea y cuando el gallo empezaban a cacarear, tín, tín tocaba para que se callen y uuurrr tocaba la lata de leche y se quedaban calladitos. El vecindario, todos eran amigos. Vivíamos en la calle Francisco del Castillo. La farmacia San Camilo, estaba en Tejada con Francisco del Castillo. Al costado estaba Dante Olcese, y al frente de la casa, vivía Rigoberto Calle; su esposa, es pariente de mi padre. Dante Olcese, hermano de Orlando que fue rector de la UNALM, después tuve que hacer un mueble con 20 casilleros, y meter cada gallo a las 5 de la tarde y a las 9 de la mañana, el chico los sacaba pues tenia que ir a trabajar. Jugábamos en el gallo de oro. Estaban todos los viejos: Marquina, Tuestas, Dante Valdivieso, los militares Campbel, Reategui, del galpón Los Rangers; Don Humberto Alvarez, Don Augusto Rodríguez Martínez, un caballerazo el Señor. Mis gallos eran espigados, trayendo problemas en la coteja. Los pesos eran 4:10lbs. Los gallos eran de 5:00 5:04, 4:14, 5:6 hasta 6lbs. Yo jugaba a la coteja, de toy una onza, hasta 2 onzas, ”no, no, muy alto”. Aveces, me quedaba sin jugar el gallo que lo había armado el día anterior con la cola y no los desarmaba en casa le pon&iac
ute;a las botitas y el Domingo los volvía a llevar. Benavente que era preparador de los viejos que iban encorbatados, con terno me preguntaban: ¿cuando los has armado? ”ayer en la noche”, ¡va contigo la pelea! me decían. Y jugaban 500 soles y me iba donde los Jamis (Roberto, Raimundo, Ricardo, Raúl), Kike Tello que lo conocía por la Pollo Corbetto, Jorge Tirado y algunos otros, hacíamos el pozo. Y ganábamos generalmente. Pero empecé a tener más cuidado con el armado. Luego lo fui a visitar a Don Augusto Asato que me recomendó por encargo Carlos Pitaluga. Y ahí comencé a jugar como Galpón El Tigre. Le iba a poner Galpón Ceboso segundo y por armarlo en día anterior y las peleas que ganaban, alguien me dijo, ”tú eres un tigre” y le puse Galpón El Tigre. Me parece que fué Dante Valdivieso después de una pelea, me comentó: tú eres un tigre y coincidió que tenía un tigrillo.
los cuando estuve en lima, lo crucé con la línea de Pablo Gutiérrez un boliviano de Santa Cruz, tenía pinta de alemán y él me mandó unas Ondas puras, una gallina que ponía 4 huevos, pesaba como 6 libras, era negra chivilla y una gallina quiquita que era cruzada y saco los bolivianos aquí en Lima y saco el Limachino chico que le saqué muchos crias, tu los has visto pelear. El Peuco, debe ser de una línea Malaya porque era de ala corta, muy largo de canilla, pescuezo largo, pero cabezón con cara granulada el Japonés no tiene granulado, pero el Malayo sí tiene arrugas como granitos; y era papujo. Me parece que el Peuco es de Azapa, hacia arriba una zona de la sierra. De ahí venían muchos gallos ajisecos bonitos, papujos, criollos, fuertes y peleadores. De Azapa para arriba, venía el gallo criollo, fuertes y peleadores habían muchos gallos gallinos. Hacia el Sur, no había tanto gallo gallina. Recién ahora veo ese tipo de gallinos y moros como a Isidro Santiagos. He jugado gallos en Ilo, Moquegua, Arica, Camana. El gallo de Camana, es del mismo tipo que el del sur, Tacneño, Chileno, de Arica. La diferencia del camanejo, es la forma de crianza, sueltos, que he observado entre otros a Lucho Monroy, los gallos casi cantando estaban sueltos con un gallo viejo y les hacía, co, co, co y venían 40, 50 pollos, vestidos, cantando, los enjavaban cuando ya no podían más. Es una crianza fuertísima que difiere mucho del que cría en la casa. Luego han ido modificando y fue apareciendo el español el inglés. Actualmente, el gallo del sur ha cambiado. Se ha dejado ganar por gallos sencillos. Es necesario ir refrescando trayendo gallos de otro lado. Sacamos una Línea Belga. Luis Pitaluga consiguió a través de Basagoytia, los Belgas. Moros, de estructura y línea frágil pero extraordinarios espoleadores y muy rápidos que acababan la pelea en 2, 3 minutos y teníamos también otra línea Mora con los Isidros Moros, fuertes que se ganaron dos premios en El Pueblo organizado por Lalo Granda. Ganamos en el internacional y en el nacional uno en 6 segundos y otro que la gente iba cantando, 45, 46, 47.., habíamos tumbado al otro gallo en el nacional en segundos, pero como estaba tumbado no lo podía agarrar el Isidro y a los 59 segundos tumbó. Lucho fue a Centroamérica y le embelesó los gallos aunque no son seguros en la pelea por su fragilidad. De rrepente le sale uno extraordinario y el otro no es igual siendo hermanos. Aunque uno debe ir criando gallos de acuerdo al tiempo, al arma, más que nada adaptándolo de acuerdo al arma con la que se juega. Volviendo al orden de la conversación, me vengo de Tacna a Lima, Carlos me dice que lleve buenos; así es que seleccionamos en la hacienda cualquier cantidad de gallos y de 8 topados, matábamos 5. En Tacna, jugábamos al peso. Los gallos los armábamos con una cintita de tela con cola. Cuando era catemo, de una soguilla, hacíamos un pirulito con cola y esperábamos al día siguiente le poníamos el cacho natural, al principio no era prensado, sino postizo sacado de gallo viejo y le embutíamos en la pata al pollo. Después en Lima, se empiezan a prensar los cachos, cuestión que no permitían en Tacna. Don Armandito Chiri, que viene a Lima y le mandan espuelas preparadas pero sin prensar que había diferencia, por más efectiva y empezamos a armar con las espuelas prensadas. Generalmente, armábamos el día anterior o el mismo día temprano, con cola, de carpintero, una telita, se ponía el cachito, no había patapioja, directamente, le poníamos un algodoncito, ahí le poníamos el cacho, asegurado con hilo, volteábamos, con hilo, una tirita de 10 u 8 cm le poníamos al costadito del cacho, pasabamos el hilo, le dábamos la vuelta a la tela, volvíamos a pasar el hilo, de ahí la cola, lo dejábamos así al gallo, lo hacíamos el día anterior en la noche o lo hacíamos muy tempranito el día de la pelea, le poníamos su botita, para que no se clavara o encanillada, con un algodón en la canilla. Cundo vengo a Lima (1960 para el 61), era mi forma de calzar. En Lima es donde me entero, de dónde me viene la afición a los gallos, yo no sabía. Envío un camión de Tacna a la casa de mi padre a San Antonio con Pollos, Gallos, gallinas y entro como a los 15 días al jardín de mi padre y no había jardín, pues estaba desecho. Me asusté mucho al verlo y el me hace sentarme, explicándome que en la hacienda de mi abuelo transportaban los gallos en canastas de mimbre a lomo de bestia jugaban los gallos en campeonatos por 100 monedas de oro y todo el mundo quería ganar el campeonato de gallos, para hacer la fiesta el próximo año en su hacienda o pueblo, en Huancavelica, Huanta, Anco. A mi Abuelo, también le gustaban los caballos de paso. Mi padre me hizo recordar los caballos argentinos preciosos que tenían. Y comienzo a conversar las anécdotas con mi Papá sobre gallos. Y otras anécdotas de los viejos. Jugaban a navaja chica. No jugaban a espuela y los gallos los transportaban en canastas de mimbre a mulo, a burro, de hacienda en hacienda, para la fiesta del pueblo, la fiesta de las haciendas, era toda una semana de guitarra, trago, jugada de gallos y el que ganaba la jugada de gallos hacía en su sitio la próxima fiesta y todo el mundo quería ganar. Empiezo a criar en casa de mi padre y luego alquilo un terreno por la bolichera que era del Padre de los Dueñas, Jesús, Teodoro, Juan; también iba Alejandro González del Valle, que vivía en República de Panamá, el viejito Alvarez. Jesús Dueñas fue a traerme los gallos desde Tacna. Todos topábamos en el terreno grandazo entre Tejada y San Antonio. Y ahí viene Alejo González del Valle, viene Félix González del Valle. Hice en la casa de mi Padre los casilleros y el primer día que llegaron los gallos a casa de mi padre, cacareaban, tube que separar los gallos de las gallinas en el primer piso, cuando el gallo está cacarendo luego hace un murmullo, uuurrrr y se queda calladito y digo, ahora que hago; y me las ingenio y desde mi cuarto y para callarlos, instalé un hilo, con una lata de leche Gloria con piedras dentro y la pongo en la zotea y cuando el gallo empezaban a cacarear, tín, tín tocaba para que se callen y uuurrr tocaba la lata de leche y se quedaban calladitos. El vecindario, todos eran amigos. Vivíamos en la calle Francisco del Castillo. La farmacia San Camilo, estaba en Tejada con Francisco del Castillo. Al costado estaba Dante Olcese, y al frente de la casa, vivía Rigoberto Calle; su esposa, es pariente de mi padre. Dante Olcese, hermano de Orlando que fue rector de la UNALM, después tuve que hacer un mueble con 20 casilleros, y meter cada gallo a las 5 de la tarde y a las 9 de la mañana, el chico los sacaba pues tenia que ir a trabajar. Jugábamos en el gallo de oro. Estaban todos los viejos: Marquina, Tuestas, Dante Valdivieso, los militares Campbel, Reategui, del galpón Los Rangers; Don Humberto Alvarez, Don Augusto Rodríguez Martínez, un caballerazo el Señor. Mis gallos eran espigados, trayendo problemas en la coteja. Los pesos eran 4:10lbs. Los gallos eran de 5:00 5:04, 4:14, 5:6 hasta 6lbs. Yo jugaba a la coteja, de toy una onza, hasta 2 onzas, ”no, no, muy alto”. Aveces, me quedaba sin jugar el gallo que lo había armado el día anterior con la cola y no los desarmaba en casa le pon&iac
ute;a las botitas y el Domingo los volvía a llevar. Benavente que era preparador de los viejos que iban encorbatados, con terno me preguntaban: ¿cuando los has armado? ”ayer en la noche”, ¡va contigo la pelea! me decían. Y jugaban 500 soles y me iba donde los Jamis (Roberto, Raimundo, Ricardo, Raúl), Kike Tello que lo conocía por la Pollo Corbetto, Jorge Tirado y algunos otros, hacíamos el pozo. Y ganábamos generalmente. Pero empecé a tener más cuidado con el armado. Luego lo fui a visitar a Don Augusto Asato que me recomendó por encargo Carlos Pitaluga. Y ahí comencé a jugar como Galpón El Tigre. Le iba a poner Galpón Ceboso segundo y por armarlo en día anterior y las peleas que ganaban, alguien me dijo, ”tú eres un tigre” y le puse Galpón El Tigre. Me parece que fué Dante Valdivieso después de una pelea, me comentó: tú eres un tigre y coincidió que tenía un tigrillo.
Nunca compré un gallo y directamente nunca vendí un gallo. Carlos me dio una gallina para sacar. La vez que se vendió un gallo mío, pasé gran vergüenza mas grande de mi vida, fue a Don Pablo Jiménez y pasaron muchos años. Jugaba con De la Fuente y me gustaba jugar con los buenos. Tenía un muchacho Matute, que preparaba bien, luego estuvo Alejandro Vega que era una persona con la que aprendí bastante de animales, que era muy observador y con el trato del gallo, empezamos a viajar con Alejandro y jugábamos en Lima contra los buenos. Del 1961 – 1970 me acompañó Matute. Después de 1980 entró Alejandro. Luis no me creyó cuando viene de Tacna y vió los diplomas que teníamos, ibamos segundos en la estadíatica de ganadores en el año primero; y el que nos comienza a ganar es cuando entra Humberto Chang. Jugaba en Chimbote, y Tacna y no podía ganar, ganaba con las justas, perdía o empataba pero el gallo no jugaba igual y de Alejandro aprendí cómo debe llevarse el gallo cuando uno va a otro sitio. Los guardaba en los casilleros, pero no jugaba el gallo. Dos cosas aprendí en los viajes; una, no se debe llevar un gallo demasiado jugado y ví que no jugaba como en peleas anteriores y obsdervaba que el gallo se cuidaba. Es mejor llevar el hermano con menor número de peleas, de la misma línea y me dió resultado y la segunda cosa que aprendí de Alejandro que me quedé sorprendido, si el gallo no jugó en el día, en Chimbote, en Trujillo, o en el mismo Tacna, se trabaja a las 4 o 5 pm y el día siguiente, lo levantas y duerme en la caponera, no en casillero. En casillero ajeno, el gallo se desubica y más en corral ajeno, con el viaje, el estres, y si estás en la gallera o en el corral del amigo, el gallo ve otros animales, el gallo no descansa. Leí en el libro de J. Arres, que el gallo días antes debe estar aislado y tranquilo. Cuando viajaba, el gallo aislado y solo en su caponera; así rinde más. Acá, van pasando los años, cambia el tipo de espuela, espuela comprimida, después empieza a salir la espina y comienzan a modificar el gallo, todo el mundo empieza a sacar el gallito españolito, el gallito tirador, violento. Pero no era una pelea que a mí me llenara, te doy, me das, te doy, medas. Los aficionados nuevos, no han conocido el tipo de gallo defendido, y con varios recursos. Se llenan los ojos con el tipo de gallo actual. Si tienen dos dedos de frente se van a dar cuenta que nuestro gallo criollo le estan ganando a esos gallos que han traído, cruzado con ellos, salvo que se un gallo tremendamente espoleador. Hoy el gallo veloz, espoleador, sencillo, no me llena. En un 80% o 90%, existe la suerte en el gallo actual. En la última que he visto, he notado que la gente ha mejorado, le ha puesto más fuerte y el gallito se defiende, porque decayeron mucho en estos últimos años, el gallo sin ánimo de pelear, un gallo que se quedaba en la pelea. Quizás por los cruces que han hecho, no han servido. Mejorar la ligereza, pero sin perder la fortaleza, la bravura. Gallos quedados que les tocan el ojo y se quedan parados; no buscan no comienzan a lomear. Hay algo que aprendí de Carlos que me decía, ”acá tienes a la gallina y nunca le saques al gallo que gana fácil”. ”Tienes que ver a los hijos o hermanas de esas gallinas, que es lo que les falta, y ponerle no en ganador, sino, en el perdedor, hasta donde lo has visto que no haya querido perder nunca y le tocó un gallo que lo llevó a ganar, pero has visto lo que le falta, prueba con ello” Además que sea raceador y que transmita sus características y fijar los hijos parejos. Lo que le falta, deberá acomodarle con la gallina adecuada. El gallo, debe ser combativo, bravo y valiente, que muera peleando y hacer una línea. Del gallo pollonero, no se saca nada. En los últimos años es Luis el que ha estado peleando, un poquito vemente para sacar, pero después se ha dado cuenta que no es así. No porque es de Puerto Rico vale la pena, pues tiene que haber demasiada amistad con otro gallero para que te regale algo que vale la pena y hay que ver lo que se necesita. Después de los belgas, nos sale la línea de los Moros muy finitos que su peso era de 3 libras, 3 ½ libras y sale la línea de los Cicilios, con diferentes madres o padres, pero Luis comienza a perder el color Moro, se enamora del Moro y por mantener la línea Mora, junta el Isidro con el Belga y se malogra la línea del gallo peleador por mantener el color moro. Si tienes el livianito y tienes el fuerte, tienes que trabajar para sacar una línea. Me río a veces cuando veo que a un español cola de chivato, le ponen una gallinota. Puede salir uno o dos, pero dispersa. El abuso del consanguíneo degenera. He hecho el abuelo con la nieta, probando la descendencia, buscando fijar ciertas características de peleador que me han dado resultado. Pero más que buscar el imbreeding es buscar las características de peleador que ya tengo y que las transmita. En algunas he fallado, en otros ha salido.Y hay que hacer selección. Trato de conservar las gallinas que me han botado bien y si veo que se me esta alejando, no se puede hacer consanguinidad; no soy muy afecto al embreeding. El exceso produce gallos correlones y finalmente, viene una degeneración total y estropea todo y hay que eliminar y perdió años de años por el abuso del embreeding. Buscar la semejanza con otros corrales que puedan transmitir las características que buscas y probar y probar y se llega. Uno tiene que abrir tres, cuatro líneas, muy semejantes de pelea entre ellas, pero no consanguíneas, para poder ir refrescando y entrecruzando. La espuela ideal, es la plástica, carey para hacer la pelea menos dañina. Ahora, se ha regulado el tamaño lo cual es bueno. Llevan gallitos sin plumas que dan pena y le ponen unas espuelazas para ganarse el pollón. El pollón ha degenerado parte de la crianza y el juego, basándose en la suerte. Ya no son criadores, sino, apostadores, tras un premio. Pasan tres o cuatro minutos y el gallito se está cayendo.
El anécdota del gallo Limachino: El abuelo de mi Limachino, que es del pueblo de Limache, lo trae el Turco Martínez de Santiago y lo llevan a Tacna sus hijos, para entregarlo como obsequio a Carlos Pitaluga. Pierden sus gallos y en lugar de entregarlo a Carlos, lo arman y lo juegan. Juega y gana y lo regresan a Arica; en la noche el Turco les da una reprimenda y lo regresa a Tacna para entregarlo a Carlos pues no era para jugar. Fue gran raceador. Ese gallo ya lo habían visto pelear en Tacna y se lo estaban pidiendo a Carlos. Yo no estaba ya en Tacna y voy para el 28 de Agosto, fecha del cumpleaños de Carlos y aniversario de Tacna y al gallo se lo estaban pidiendo pues lo habían visto jugar lo querían para la punta de Bombón. Lo metió en una bolsa y me dice “llévatelo” y lo traigo a Lima y ahí saco crías cruzándolo con la Honda vieja pura y la honda pequeña de esa misma línea, que eran las bolivianas sacando cerca de 20 pollos sueltos y un día llego de la oficina cuando vivía en la avenida el Polo y atrás vivía Don Manuel Fernández Stoll que criaba los de navaja. Por descuido, mis hijos entran al gallinero para recoger los huevos y dejan la puerta del corral abierta y entran mis perros cazadores dejándome sólo dos gallos uno de ellos, el Limachino hijo. Pues el Limachino original lo tuve mucho tiempo y luego lo regresé a Tacna. De la onda vieja, tuve los bolivianos grandes y los otros dos pollos de la chica con el Limachino Los nietos del Limachino, ganaron muchas peleas (hijos de las hondas y las bolivianas), los llevo a Tumbes, ganan dos veces, juego en Lima varias peleas, eran gallos completos, lo llevo a Tacna y lo dejé a Carlos lo juega en Tacna, en Camana. Se escapa y se rompe todos los dedos y Ricardo en Tacna lo cura y sigue ganando; y con el dedo roto, le teníamos que vendar el dedo para que no sangre, porque se le abría. Una vez que va Carlos a Camana, lo guarda donde Peñafiel y Peñafiel sabía que era el Limachino y le saca una cría sin nuestro conocimiento y de ahí sale el Peñafiel de Camana que a los años nos enteramos. Ahí me hago amigo con el Papá de ellos, porque jugué con su petróleo, un gallo famoso, un gallo gallino de la línea de los Sebosos de Carlos, con los gallinos negros que yo guardaba, y algo de Peuco y una línea de Wilson Mazuelos 1978, lo llevo a Camana y el Petróleo pesaba 5:09lbs y el mío 5:10lbs. Almorzamos en casa de Monrroy y cuando llegamos al coliseo, se asustan porque mi gallo jugaba contra el Petróleo que entró dando a 60 y 40 era la segunda pela de mi gallo. En Lima, a ese gallo lo suelto y a la primera patada, lo hizo volar al oponente. Le comento a Lucho Monrroy, que ojalá repita lo de Lima. Entran los gallos y mi gallo, lo pesca en el ojo al Petróleo que lo hace volar; este, regresa a pelear y se perdía un poco, pero regresaba con fuerza en una pelea emotiva aunque donde lo agarraba al mío, lo hacía sentir. Luego mi gallo, le manda un tiro cruzado al cuerpo que tuvieron que levantar al Petróleo. Una pelea extraordinaria y los camanejos seguían apostando y el mío, como el otro se desespera y comienza a dar una media vuelta para buscarlo, y el mío comenzó a jalar cruzado del cuerpo, hasta que lo levantaron. Y ahí viene la otra anécdota, que juego El Canoso contra Ligueros de Chile donde casi me mata todo el coliseo. Mi gallo queda ciego y el otro estaba desarmado. Después de varios careos, suelta el gallo de Ligueros y mi gallo, tumba al de Ligueros, el juez sentencia, agarro mi gallo y le entrego con la otra mano su gallo al adversario, yo agarro mi gallo y el gallo se para y el otro gallo estaba degollado y el mío estaba mejor y le digo al juez, “¿y el careo?” y me dice, “no, Ud. ya lo levantó”, yo le di la mano porque pensé que mi gallo había perdido y sentenció la pelea, por caballero. Pero resulta que el gallo que había perdido era el de Liguero y yo sin saber cogí mi gallo, por lo que el juez sentenció contra el mío, por caballero. Wilson Mazuelos tenía sus Bisturí, Pata Bendita, y yo los guardaba el la casa. En Tacna, tenía el galpón en el parque industrial los nombres de sus gallos eran como el Neutrón, el Plutón sus hijos eran gallinos negros que me gustaban más que los Santiaguinos pues eran criollos con mayor fortaleza, que el Bisturí y Pata bendita, eran refinaditos provenientes de Santiago, algunos de Don Ricardo Chereau. Me parece que tenían algo de español; nunca les saqué una camada. Para mi gusto eran refinados. Wilson los compraba viéndolos jugar. Tenía unos gallinos y ajisecos prietos negro, el Neutrón y estando yo en Tacna, me regaló una gallina y de ahí viene el gallo negro que ganó al Petróleo. El Limachino nieto, a pesar de sus dedos rotos, jugó múltiples veces. Carlos hizo sus jabas de varillas de fierro y se escapó. Fue un gallo muy completo y transmitía con todas las gallinas. El Limachino que tenía Lucho en Lurín era nieto de una gallina hija del Limachino que trajo Carlos es decir bisnieto del Limachino original. Carlos siempre ha mantenido en su línea, gallinas fuertes.
Otra anécdota: En Lima en la gallera, estaba Salomón Lazo, y estábamos en la gallera, pero no era gallo de él, sino de Frías entonces comenzamos a picar los gallos antes de soltar y Salomón me va empujando y me mete el gallo, me mete el gallo, y llega un momento en que me arrima contra el ruedo y el juez da la orden “¡suelten!”, suelto el gallo y en la mano me lo mata en la mano, ni sé cómo; seco.
Otra anécdota: De Moquegua, llega a Tacna y juegan contra un gallo mío que había ganado cerca de siete peleas antes del minuto. Créeme que me sentía recontra seguro. Soltamos, y volteo a buscar mi lugar, el público grita enardecido, volteo hacia el ruedo y mi gallo estaba muerto. El rival que me ganó también tenía su historia. ¡Me polloneó!.
En los 70, en el ruedo, había un respeto enorme en el gallo de oro. Generalmente no salía a otros ruedos. En El Galo de Oro, había un gran respeto y los gallos que llevaba, los jugaba. Fui a Villa María una vez, me soltaban, los paraban, les gané una vez. Fui otra vez, ya no querían y tuve que darle de cólera hasta 6 onzas y le gané igual, pero no regresé más. No era gente macha. En Lima llevaba el gallo y llevaba 5 y jugaba los 5 y llevaba 10 y jugaba los 10 y te paraban gallos e incluso te buscaban y te querían ganar, olvídate. No iba a otras canchas, jugaba en Lima y me agarraba contra Dante, Tuestas, Alberto Negrón, Tavera que tenía unos gallos ajisecos prietos completos, fuertes que recuerde de los más completos que he visto; de línea oriental, de mucho juego. Jugaba contra de la Fuente que era un show jugar contra ellos. Gritaban de cada esquina Marcos, Jaime, Koky, Lalo y había uno que de la tribuna les gritaba ¡¡se te corre!! Y saltaban todos, mi pata Jaimito mirando a la tribuna, Marcos, Coqui buscando quien había gritado para matarlo y quien gritaba era Tiburón que era abogado “¡¡se te corre!!”. Aunque al final, eran caballeros, le ganaban y se daban la mano felices. A los que observaba era a El galpón Los Rangers que eran los generales; el general Reategui, el Coronel Cambell, y Velázquez que era de la policía. Eran la muerte; los observaba y cuando estaban ganando estaban con su cigarrito prendido la ceniza consumida mientras cuando estaban perdiendo, veía que la ceniza iba creciendo, creciendo; e iban retrocediendo hacia atrás que si le quitaban los respaldares, se caerían hacia atrás. Yo desde arriba, vaticinaba cómo iba la pelea de sus gallos que estaban perdiendo, viendo la ceniza de sus cigarrillos. Jugar con Oliva era un sufrimiento verlo; no me gustaba jugar con Oliva. Jugaba con Guillen aunque era perdedor. El Machete Yáñez, que en una oportunidad en el gallo de oro, yo estaba jugando contra Mili la torera y me estaba ganando y el Machete le había apostado al gallo de Mili y me tenía tumbado al gallo. El Machete había apostado al gallo de la Mili; el Machete apostadorzaso. En eso, ambas espuelas rotas de mi gallo. Me puse a cambiar las dos espuelas y me demoré un poquito. Se recupera mi gallo, lo suelto y luego nuevamente espuela rota y la cambio. Mi gallo nuevamente se recupera, Lo soltamos y mi gallo mata al de la Mili y el Machetón perdió los papeles diciéndome “eres un sinvergüenza” y le gané a la Mili la pelea, anecdótico, por lo de las espuelas. Tenía unos gallos blancos que les llamaba La Novia, gallos tremendamente espoleadores, eran gallos buenos. Jugué en Tumbes para Diciembre y después íbamos a Trujillo que me gustaba más, después empezó a haber esas canchas pesadas, en que llevabas gallos y nadie te paraba, al segundo día igual, me acuerdo con Cucho Taboada cuando inaguró que Gonzalez del Valle fue el padrino en Trujillo, con Chang y entre todos, llevamos como 22, 23 gallos, ganamos 20 uno no jugó y uno entablo, y creo que uno perdió y ahí es donde a Humberto Chang lo hago gallero, Humberto odiaba los gallos y va acompañando, no era gallero, “¡vamos a apostar!” le digo y me da 200 soles y apostamos no a nuestros gallos, sino a otros y estábamos con una suerte tremenda y ganamos 17 peleas. Decía “esto está bueno”. Y a parte ganó con los gallos de nosotros. De ahí Humberto quería criar gallos y fuimos a Camana y ganamos un gallo de Walter, como es al peso, lo canjee con el gallo de Walter. Y a los pocos meses volvimos a Trujillo, pero ya no pudimos jugar. El problema es que después teníamos que dar ventajas. Antiguamente, la mejor plaza fue Chiclayo cuando estaba Baca Rossi en el Punta Roja. En Tumbes cuando estaban los Merino con un buen coliseo que era grande, bonito en Diciembre. Y en Trujillo siempre ha habido gran afición de gallos buenazos. En Chiclayo, había un señor que jugaba con picos postizos de acero Román Echevarría. Que jugaba unos gallos Giros por muchos años de una pluma como si fueran navajeros. En Cajamarca también he visto. Ahora, la mejor plaza en el Norte, es Trujillo, no llevaba una cantidad exagerada de gallos y jugaba bien. Luego Chiclayo. En Tumbes también, pero ahora ha bajado. En Chimbote el nivel es en fiestas, todo el mundo juega su gallito. Pero en días comunes, la gente busca sus sitiecitos como acá, pero no van a competir a las canchas grandes, salvo que les salga un buen gallo, entonces ya lo llevan. En el Sur, Camana, siempre ha sido una plaza fuerte. Actualmente, traje de Chimbote unos gallitos descendientes de un gallo blanco que Mafalda le regaló a Saito. Ese gallo, lo llevamos al coliseo y regresó al grifo, pero Saito dijo “ese pajarraco no lo suelto”. Fui al coliseo y lo cotejé al peso se me aventaron un montón de galleros y empató la pelea dejando mal al oponente a ese gallito, lo había visto jugar en Cambio Puente que hacen jugadas y lo tocaron un rato y lo dejaron ciego, pero que manera de tirar del tipo Español que tiene Mafalda y no entra a pelear, de afuera, de afuera, de afuera. Total, empató la pelea, porque lo dejó mal al otro gallo. La siguiente vez, lo preparé lo llevé y lo cotejé y Alfredo chico, dice “yo voy” y le puse unos carey panameños, lo cotejo, con un gallo grandazo y lo hizo tiras. Se me acercó Saito y me dice ¡Que buen gallo! Le digo, pero si es el mismo. Sino, que le busqué el arma aparente; era un gallo que pateaba de afuera y cuando llegó a la mordida, ya no había gallo, lo había deshecho. Y ahí es que Luis comienza a mandarme una línea Cubana que una vez me vengo de Chimbote acá y vamos al Triunfo y me dice, tengo estos gallos largos Cenizos que pierden, empatan, y me dice “ponle estas espuelas” y le digo, voy a armarlos con otras espuelas y le puse carey panameño, jugamos contra un Moro de Cañedo. De afuera, perecía que no le daba, pero sí le daba y cuando al de Cañedo se le rompe la espuela, le van a hacer el cambio de espuela, lo sueltan y parecía una pelota y el nuestro lo acabó y lo terminó y ahí comienza parte de la historia que te voy a contar. De Chimbote, traje unos Carmelitos, unos ajisecos y justo de el blanquito que traigo acá hijo de ese gallo, con una Limachina vieja que llevé y me salen unos ajisequitos y un blanquito y Alfredo chico decía, ese le ha sacado al gallo que yo compré en la feria que hubo en El Pueblo, en el mundial de Pechereque y le compró un gallo en 500 dólares a uno de Puerto Rico, un gallo Carmelo, pero no le puedo sacar a un gallo que no he visto. Yo vi pelear al cubano y le saqué a los limachinos que estaban quedándose por ligereza. Y salieron el Blanquito y los ajisecos que los llevamos a Chimbote entre otros, con Mondoñedo y cada uno ganó dentro de otros, dos gallos muy buenos. Luego en una de las clasificaciones para el mundial que organizaba Pechereque, como se cotejaban al peso, nos tocó encontrarnos entre los dos excelentes gallos ganadores en Chimbote. Yo no los quería jugar, pero Luis me dice “hay que jugarlos porque sino, pierdo la clasificación. Al final, los jugamos, ambos quedan ciegos y se malograron a pesar de mi oposición, quedando tablas. En Lima, el coliseo en el que me siento más tranquilo, es El Rosedal. Hay gente que no entra en estupideces y
Luis Antonio llama a la policía si alguno se pone malcriado. Uno va tranquilo a jugar su animalito y a distraerse y no tienes que sufrir la animalada de un estúpido. Antes hubo uno bueno en Monterrico llamado El Derby aunque duró poco. En una época, me emocionaba demasiado y me hacía daño. Dejé de ir un tiempo para reducir mi obsesión, logrando un cambio y tomé las cosas con más calma. Una época empecé a sufrir con las peleas y me emocionaba, pero después reaccioné positivamente, pues me había obsesionado. Después sentí también tranquilidad. Hay gallos que en el galpón no los pueden tocar; me dicen “veo que este no va a resultar, porque te va a patear” y no sé, yo tengo esa predisposición hacia los animales y a un gallo picalón, bravazo lo tengo en mis manos y el gallo no me pica, no me patea y no sentirá el temor. En caballos de carrera tu subes y el caballo siente ahí mismo el nerviosismo y te bota. Por problemas laborales he dejado de criar y quien tomó la posta ha sido Luis quien es el que hace las crías, los cruces. Los gallos bravos, dependen del manejo y del temor del hombre que lo coge. A algunos le pica y a otros no. Al animal hay que estimarlo. Después de la pelea, se lava y llegando a la casa, se le atiende, se lava, le doy de comer al día siguiente, agua tibia, lo inyecto. Muchos lo usan como un medio de lucro, lo meten al casillero, lo lavan probablemente para que no ensucien la caponera. No se observa el gallero de antes con el trato delicado que le daba al gallo. Con Luis comentamos, pero si este gallo jugó extraordinario, ganó extraordinario. Por más rápido que gane el gallo, no se le puede jugar inmediatamente pues se sale de preparación. Yo preparaba los gallos todos los días. Primeramente no juego ni preparo gallos de 11 meses; yo juego, gallo mudado y con relación a la espuela que estamos jugando, sucede que si jugáramos pollo con pollo, sería un asunto, pero yo sé que no voy a jugar pollo con pollo y los topo bien y comencé a preparar como el atleta, en series diarias de dos minutos, tres minutos, seis, ocho, llegué a los 14 y 15 días le daba el tope y tomaba el peso, lo paro ahí y bajo la preparación a menos, menos, menos y a jugar y el día antes se le hace calentamiento y Alejandro Vega me confirma. En el gallo de oro, la afición era de puro hombre. Mientras que en el de navaja, el público va con su señora es otro ambiente. Nosotros con Kike, con Jorge Tirado, tratamos de darle otro ambiente para que las señoras fueran. Nos propusimos llevar nuestras damas, pero no era un ambiente propicio por el mismo coliseo y el sitio. En ese tiempo había respeto, pero no había seguridad y era un sitio muy incómodo cuestión que no pasa en el Rosedal. En El Rosedal cambia todo eso y empiezan a concurrir parejas y algunas muchachas aficionadas que juegan sus gallos, que crían. La señora nos acompaña y tenemos que corresponder en otras cosas, aunque somos un poco egoístas en ese sentido. El rosedal es más tranquilo y puedes estar con los chicos. Y hace falta un coliseo campestre, que sea como el Rosedal, donde haya juegos para los chicos mucho espacio, restaurante, hasta con un hotel, para alojar a quienes vienen de visita, donde se recree la familia y de una forma más deportiva. Como hay en los de a navaja, pero de a pico. Que los chicos vean y que sea una actividad más deportiva, aunque hubo un tiempo en el que se degeneró tremendamente la afición de los gallos, en que comenzaban los tragos y se degeneraba todo esto. Fui dos veces al coliseo Salon donde Aguena; me llevó Don Augusto. Normalmente cuando vengo de Tacna, todas las peleas las hacían en el Gallo de Oro. Excepcionalmente fui y conocí la cancha de Herrera en Villa María en 1968. Tuve la suerte que gané y la segunda vez que fui, hubo problema para cotejar los gallos. Llevabas 4 gallos y tenías que jugar uno y tenías que darle suave. Tenías que sacrificar tu animal, ya no te daban las mismas condiciones. Hay criadores de gallos por todos lados y tu ves que de Surco se van a criar a Comas, se van a jugar al Riel, se van a jugar al Callao, creo que podría haber una cancha en Lurín, Pachacámac. Si tiene restaurante, pueden ir temprano, estar hasta las 6, pues las peleas las hacen demasiado tarde. Con restaurante y con almuerzo, te vas a las 10 de la mañana, a las 4, 5 de la tarde has terminado, te vas a tu casa, vas a hacer otras cosas. Creo que daría resultado, mientras las señoras se ponen por su lado a conversar, a jugar y uno juega sus gallos, sale, entra. Muy parecido al Rosedal. Yo he ido a la fiesta de Arequipa, jugaba el gato Ortega, Maito, Coco del que tengo una anécdota contra Marcos Kilimager, extraordinario jugador, apostaba contra todo el mundo y nunca perdía pues se cubría y cuando su gallo estaba ganando, recibía con el otro 100 a 20 con una memoria extraordinaria jugaba con media cancha, igual que Roberto, el loco Ricardo, Raimundo Jamís. Kilimager tenía mucho dinero y compraba los gallos que quería más no vendía un gallo. Le preparaba “Mano negra” un chileno. Una de las anécdotas que recuerdo es que Mano negra no se que le da a los gallos y los gallos empiezan a hacer su deposición blanca y le avisan eso que están con la peste, diarrea blanca, cólera, y Killimager le dice a Mano negra, deshazte de esos gallos y sale el Manguera y supe después que lo vendió. En una oportunidad el Coco, me dice, “te voy a regalar estas espuelitas” que eran comprimidas, jugaron contra el Manguera. Llévatelas, porque no quiero que se queden acá” me obsequiaron las espuelas con las que le ganaron al Manguera y de primera vista no te dabas cuenta, eran de metal y las habían pintado al fuego, con una capa como de barniz, y lo afilaba en público quitándole el barniz, una capa de laca como afilándola y con esas le ganaron al famoso Manguera. Me voy de Arequipa a Tacna, y voy donde Carlos Pitaluga y le digo, “Carlitos, mira estas espuelas”, “¿de qué son?”, “ a ver tiralas al suelo” y sonaron, clanc del sonido a fierro y le digo: “con esas espuelas le ganaron al famoso Manguera” que fue en el coliseo Siglo XX de Arequipa. Los arequipeños eran muy seguriolas para jugar. En Tacna, era al peso. En Camana es al peso y coteja en una época era sólo al peso. En Moquegua, al peso. En Ilo, al peso. En Arica al peso y la primera vez que voy, el juez apostaba “voy al colorao” y sentenciaba y si perdía se acercaba para pagar la apuesta; es la primera vez en mi vida que veo que el juez apostaba. Una vez viajo a Pucallpa y estaba en un hotel de los Sisley y había llevado mi estuche, pero iba a comprar otras cosas, para esas chakiras que me habían encargado y estaba de vacaciones y sentí cantar gallos y el coliseo estaba al costado y entro y vi que amarraban con dos metros de cinta. Gallos soltados, no entraba nadie y una vez sentenciado, el juez ordenaba que entren los careadores. Es la primera vez que vi una pelea tan honesta, con un reloj despertador grandazo. Después he visto jugar en Iquitos. A Tarapoto me ha invitado muchas veces Juan Carlos del Aguila que es de Tarapoto. Sarria que era de Lamas y que iba al coliseo con su poncho, lleno de panes adentro y comenzaba a comer panes y todo el mundo lo fastidiaba en el Gallo de Oro. Y así, comienzas a recordar cosas que han pasado, en la viveza del careador, por ejemplo Carlos Contreras entre otros, en El Gallo de
Oro, calzaba espuelas como agujas de vitrola que esperaba se rompan y las cambiaban, tomando ventaja. Es por ello, que se prohibió el cambio de espuelas en dicho coliseo. Ahí cambiamos el reglamento. En Camana el galpón solitario de Celso Fernández, siempre ha tenido buenos gallos y ha sido uno de los que más ha renovado la sangre fue buen innovador importando muchos animales ha ayudado a Camana y de ahí han salido muchos animalitos buenos, manteniendo la línea fuerte trayendo gallos importados y ha cruzado. Celso es uno de los primeros que importaba gallos y compraba afuera de buenas líneas. Otro que mejoraba con buenas líneas era Don Lucho Monroy que ha sido un gran criador. Peñafiel. Dentro de los Fernández ahora juega el gordito Orlando y tiene un hermano abogado que es de Tacna. Los gallitos que traía Chanfle Contreras, de buena conformación, de buena cabeza, ahora está en Tacna, preparando gallos pues ahí se juegan más gallos en Arica casi no hay peleas y se moviliza mejor dentro del Perú con los gallos. Es uno de los muchachos que ha aprendido tremendamente. Con él hemos intercambiado muchas ideas en cuanto a cómo armar el animal, vamos a ponerle menos cinta, el punto y otros temas. Por ejemplo, tenía una costumbre que el gallo ganador, lo volvía a jugar con sus mismas espuelas. Entonces iba al coliseo cada gallo con sus espuelas. Para evitar, expresarse “que le pasó al animal que esta vez no metió ni un cachazo” y no es culpa del animal, sino, es culpa de uno, a veces la punta está más arriba de media canilla o el punto hacia afuera. Entonces no hacen como el navajero que le hacen la curva que deben tener el arma. Gallos que en la siguiente pelea contrariamente, no meten espuela, es por el cambio de las mismas en cada una. Ha pateado igual, pero no ha metido espuela. ¿Quién lo ha armado? ¿el mismo de la vez pasada? ¿o tú? U tienen un estuche grandote y recién seleccionan “que este no, que el otro, sin ningún criterio y lo que se le viene a la cabeza. Y no como debe ser, “este tiene dos tres peleas que ya ganó” y con las mismas espuelas sólo levantarlas un poquito en todo caso, pero no observan eso. Nosotros la patapioja la ponemos de una manera en que debe apoyarse en la canilla del gallo y el cachito queda libre, lo aseguramos de tal forma en las partes laterales, y ponemos una patapioja más larguita, para que asiente acá y acá, para que no palanquee en el pitóncito, que siempre con un golpe lateral lo va a mover. Uso esparadrapo y no cinta que produce un sobre templado. Bien puesta la patapioja, la espuela viene solita. Con cerote no necesitas ponerle metro y medio de gutapercha. La postura que les da Chanfle a los gallos es extraordinaria. El gallo puede estar dos, tres días y el gallo sigue jugando igual; no se rebaja ni nada. Todos sus gallos vienen bien vestidos, bien presentados. Yo se que si él sabe que su punto es en 4:02lbs, si el gallo se pone en 4:3lbs, lo va a jugar; pero si el gallo se pone en 4:01, ya no lo juega. En los libros de los viejos del año 50 que dicen: “si tú quieres perder tu gallo y sabes que su peso es tal, y tu gallo se ha bajado 2 onzas, ponlo en la bolsa para que no lo pierdas y mejor no lo juegues. Hasta una onza menos, puede jugar; dos onzas, no. Variación hacia abajo, no se acepta y hacia arriba, se pueden disculpar algo. El Chanfle ha llegado a obtener el punto de preparación exacto en el gallo y tienes que matarlo para ganarlo y le pelean parejo. Él me trajo una línea extraordinaria de los Ramos, de ahí vienen todos los ajisecos jugados con la línea de Limachinos; le meto los Ramos, le meto los José Paz de Miami y es la línea que manejo. José Paz vino de Miami hace muchos años y fue a la casa; comencé a topar los gallos y miraba, miraba, miraba y pasaron como 3, 4 meses con Calle y Cañedo me dice, “he estado en Miami con José y dice que quiere que le mandes del picoreta”; el picoreta era de una línea de los LImachinos con un cabezoncito que tenía y salieron los huevos con Calle y pasan 4, 5 meses y juega la final del Derby de Miami que juega un dineral de plata y me manda una gallina perdiz, jaspeadita con betas y un gallo ajisequito casi ciego y me llama y me pregunta ¿Qué tal el gallo?, que lindo le digo; al tiempo me vuelve a llamar y me dice “¿ya has notado el gallo que te he enviado?; seguro no te has dado cuenta”. Un día estoy topando en la gallera y el gallo estaba en otro lado de los topes, pero lo entrabé y lo puse cerca y sigo topando, cuando de repente siento contra la jaba y el gallo estaba desesperado y quería salirse contra la jaba y lo saqué, no como el resto de gallos que siempre ven el tope, pero se quedan como simples observadores. Lo llamo a José y le digo: “José, ya se lo que me has enviado” ¡que cosa? me dice, “lo saqué al gallo y viendo los topes el gallo quería salirse” y me dice, “yo vi tus animales cuando topaste; acá jugamos demasiado dinero y el gallo debe tener tal bravura que cuando lo vea llegar al otro, así no lo pique, tiene que salir a acabarlo; no puede dar ninguna ventaja, debe salir a acabarlo, pico y pata, pico y pata”. El gallo debe tener temperamento. El gallo, no debe quedarse estático para definir, sino, debe irse encima a terminar al rival; no debe quedarse de observador. Cuando sacaba sus pollos, no podía entrar al corral, porque las gallinas también son bravísimas para lograr esos gallos y cuando entraba al corral, se te tiraban encima y mataban los pollitos. Las gallinas con pollos, eran la muerte, lo que no pasaba con el resto de animales. Chanfle también preparó en Ecuador a unos hermanos y le mandaban comprar gallos a Chile de a 10 de a 15. Su Padre, el Toro Contreras era extraordinario sus hermanos los mellizos, nacieron en Tacna; Chanfle nació en Arica. Orlando Contreras que estaba en Tacna y era un gallerazo, hermano del Toro Samuel. La mejor época de Hugo Mosó, fue cuando Chanfle le preparaba los gallos. Ya no vienen los Trigueros, Monche, porque es difícil pasar los gallos de Arica. Mi hijo vive en Guayaquil, sus cuñados son los Llorenti, Mauricio y Luigi y a Giorgio que lo mataron el año pasado en un asalto. Ellos vinieron el año pasado a jugar gallos y le dije “no, tus gallos el año pasado no han jugado bien, yo los voy a llevar a Lurín, los gallos no han dormido bien, van a dormir en caponeras”. Pero todavía no tienen el tipo como para que se agarren con el gallo criollo, porque ellos han cotejado con gallos fuertes. Tienen una línea inglesa, pero que ha pasado, es que en la fiesta que ellos hacen en Noviembre, acababan de ganar a fines de Noviembre y los han traído los primeros días de Diciembre a jugar acá. ¿Estos son los que han jugado allá?, no pues le digo, “eso no puede ser, has debido traer aunque sea a los que no han jugado allá” ganó uno y el resto se acabaron. “Tú ya lo preparaste en tantos días, está en su punto para esa fecha y por más rápido que hayan ganado se salen del punto para otra fecha” el preparador tendría que ser un monstruo para poder llevarlo a su mejor condición la semana que viene. El gallo preparado, debe jugar en la fecha indicada y no en otra fecha. Recuperarlo nuevamente, tarda quince días.
Luis Antonio llama a la policía si alguno se pone malcriado. Uno va tranquilo a jugar su animalito y a distraerse y no tienes que sufrir la animalada de un estúpido. Antes hubo uno bueno en Monterrico llamado El Derby aunque duró poco. En una época, me emocionaba demasiado y me hacía daño. Dejé de ir un tiempo para reducir mi obsesión, logrando un cambio y tomé las cosas con más calma. Una época empecé a sufrir con las peleas y me emocionaba, pero después reaccioné positivamente, pues me había obsesionado. Después sentí también tranquilidad. Hay gallos que en el galpón no los pueden tocar; me dicen “veo que este no va a resultar, porque te va a patear” y no sé, yo tengo esa predisposición hacia los animales y a un gallo picalón, bravazo lo tengo en mis manos y el gallo no me pica, no me patea y no sentirá el temor. En caballos de carrera tu subes y el caballo siente ahí mismo el nerviosismo y te bota. Por problemas laborales he dejado de criar y quien tomó la posta ha sido Luis quien es el que hace las crías, los cruces. Los gallos bravos, dependen del manejo y del temor del hombre que lo coge. A algunos le pica y a otros no. Al animal hay que estimarlo. Después de la pelea, se lava y llegando a la casa, se le atiende, se lava, le doy de comer al día siguiente, agua tibia, lo inyecto. Muchos lo usan como un medio de lucro, lo meten al casillero, lo lavan probablemente para que no ensucien la caponera. No se observa el gallero de antes con el trato delicado que le daba al gallo. Con Luis comentamos, pero si este gallo jugó extraordinario, ganó extraordinario. Por más rápido que gane el gallo, no se le puede jugar inmediatamente pues se sale de preparación. Yo preparaba los gallos todos los días. Primeramente no juego ni preparo gallos de 11 meses; yo juego, gallo mudado y con relación a la espuela que estamos jugando, sucede que si jugáramos pollo con pollo, sería un asunto, pero yo sé que no voy a jugar pollo con pollo y los topo bien y comencé a preparar como el atleta, en series diarias de dos minutos, tres minutos, seis, ocho, llegué a los 14 y 15 días le daba el tope y tomaba el peso, lo paro ahí y bajo la preparación a menos, menos, menos y a jugar y el día antes se le hace calentamiento y Alejandro Vega me confirma. En el gallo de oro, la afición era de puro hombre. Mientras que en el de navaja, el público va con su señora es otro ambiente. Nosotros con Kike, con Jorge Tirado, tratamos de darle otro ambiente para que las señoras fueran. Nos propusimos llevar nuestras damas, pero no era un ambiente propicio por el mismo coliseo y el sitio. En ese tiempo había respeto, pero no había seguridad y era un sitio muy incómodo cuestión que no pasa en el Rosedal. En El Rosedal cambia todo eso y empiezan a concurrir parejas y algunas muchachas aficionadas que juegan sus gallos, que crían. La señora nos acompaña y tenemos que corresponder en otras cosas, aunque somos un poco egoístas en ese sentido. El rosedal es más tranquilo y puedes estar con los chicos. Y hace falta un coliseo campestre, que sea como el Rosedal, donde haya juegos para los chicos mucho espacio, restaurante, hasta con un hotel, para alojar a quienes vienen de visita, donde se recree la familia y de una forma más deportiva. Como hay en los de a navaja, pero de a pico. Que los chicos vean y que sea una actividad más deportiva, aunque hubo un tiempo en el que se degeneró tremendamente la afición de los gallos, en que comenzaban los tragos y se degeneraba todo esto. Fui dos veces al coliseo Salon donde Aguena; me llevó Don Augusto. Normalmente cuando vengo de Tacna, todas las peleas las hacían en el Gallo de Oro. Excepcionalmente fui y conocí la cancha de Herrera en Villa María en 1968. Tuve la suerte que gané y la segunda vez que fui, hubo problema para cotejar los gallos. Llevabas 4 gallos y tenías que jugar uno y tenías que darle suave. Tenías que sacrificar tu animal, ya no te daban las mismas condiciones. Hay criadores de gallos por todos lados y tu ves que de Surco se van a criar a Comas, se van a jugar al Riel, se van a jugar al Callao, creo que podría haber una cancha en Lurín, Pachacámac. Si tiene restaurante, pueden ir temprano, estar hasta las 6, pues las peleas las hacen demasiado tarde. Con restaurante y con almuerzo, te vas a las 10 de la mañana, a las 4, 5 de la tarde has terminado, te vas a tu casa, vas a hacer otras cosas. Creo que daría resultado, mientras las señoras se ponen por su lado a conversar, a jugar y uno juega sus gallos, sale, entra. Muy parecido al Rosedal. Yo he ido a la fiesta de Arequipa, jugaba el gato Ortega, Maito, Coco del que tengo una anécdota contra Marcos Kilimager, extraordinario jugador, apostaba contra todo el mundo y nunca perdía pues se cubría y cuando su gallo estaba ganando, recibía con el otro 100 a 20 con una memoria extraordinaria jugaba con media cancha, igual que Roberto, el loco Ricardo, Raimundo Jamís. Kilimager tenía mucho dinero y compraba los gallos que quería más no vendía un gallo. Le preparaba “Mano negra” un chileno. Una de las anécdotas que recuerdo es que Mano negra no se que le da a los gallos y los gallos empiezan a hacer su deposición blanca y le avisan eso que están con la peste, diarrea blanca, cólera, y Killimager le dice a Mano negra, deshazte de esos gallos y sale el Manguera y supe después que lo vendió. En una oportunidad el Coco, me dice, “te voy a regalar estas espuelitas” que eran comprimidas, jugaron contra el Manguera. Llévatelas, porque no quiero que se queden acá” me obsequiaron las espuelas con las que le ganaron al Manguera y de primera vista no te dabas cuenta, eran de metal y las habían pintado al fuego, con una capa como de barniz, y lo afilaba en público quitándole el barniz, una capa de laca como afilándola y con esas le ganaron al famoso Manguera. Me voy de Arequipa a Tacna, y voy donde Carlos Pitaluga y le digo, “Carlitos, mira estas espuelas”, “¿de qué son?”, “ a ver tiralas al suelo” y sonaron, clanc del sonido a fierro y le digo: “con esas espuelas le ganaron al famoso Manguera” que fue en el coliseo Siglo XX de Arequipa. Los arequipeños eran muy seguriolas para jugar. En Tacna, era al peso. En Camana es al peso y coteja en una época era sólo al peso. En Moquegua, al peso. En Ilo, al peso. En Arica al peso y la primera vez que voy, el juez apostaba “voy al colorao” y sentenciaba y si perdía se acercaba para pagar la apuesta; es la primera vez en mi vida que veo que el juez apostaba. Una vez viajo a Pucallpa y estaba en un hotel de los Sisley y había llevado mi estuche, pero iba a comprar otras cosas, para esas chakiras que me habían encargado y estaba de vacaciones y sentí cantar gallos y el coliseo estaba al costado y entro y vi que amarraban con dos metros de cinta. Gallos soltados, no entraba nadie y una vez sentenciado, el juez ordenaba que entren los careadores. Es la primera vez que vi una pelea tan honesta, con un reloj despertador grandazo. Después he visto jugar en Iquitos. A Tarapoto me ha invitado muchas veces Juan Carlos del Aguila que es de Tarapoto. Sarria que era de Lamas y que iba al coliseo con su poncho, lleno de panes adentro y comenzaba a comer panes y todo el mundo lo fastidiaba en el Gallo de Oro. Y así, comienzas a recordar cosas que han pasado, en la viveza del careador, por ejemplo Carlos Contreras entre otros, en El Gallo de
Oro, calzaba espuelas como agujas de vitrola que esperaba se rompan y las cambiaban, tomando ventaja. Es por ello, que se prohibió el cambio de espuelas en dicho coliseo. Ahí cambiamos el reglamento. En Camana el galpón solitario de Celso Fernández, siempre ha tenido buenos gallos y ha sido uno de los que más ha renovado la sangre fue buen innovador importando muchos animales ha ayudado a Camana y de ahí han salido muchos animalitos buenos, manteniendo la línea fuerte trayendo gallos importados y ha cruzado. Celso es uno de los primeros que importaba gallos y compraba afuera de buenas líneas. Otro que mejoraba con buenas líneas era Don Lucho Monroy que ha sido un gran criador. Peñafiel. Dentro de los Fernández ahora juega el gordito Orlando y tiene un hermano abogado que es de Tacna. Los gallitos que traía Chanfle Contreras, de buena conformación, de buena cabeza, ahora está en Tacna, preparando gallos pues ahí se juegan más gallos en Arica casi no hay peleas y se moviliza mejor dentro del Perú con los gallos. Es uno de los muchachos que ha aprendido tremendamente. Con él hemos intercambiado muchas ideas en cuanto a cómo armar el animal, vamos a ponerle menos cinta, el punto y otros temas. Por ejemplo, tenía una costumbre que el gallo ganador, lo volvía a jugar con sus mismas espuelas. Entonces iba al coliseo cada gallo con sus espuelas. Para evitar, expresarse “que le pasó al animal que esta vez no metió ni un cachazo” y no es culpa del animal, sino, es culpa de uno, a veces la punta está más arriba de media canilla o el punto hacia afuera. Entonces no hacen como el navajero que le hacen la curva que deben tener el arma. Gallos que en la siguiente pelea contrariamente, no meten espuela, es por el cambio de las mismas en cada una. Ha pateado igual, pero no ha metido espuela. ¿Quién lo ha armado? ¿el mismo de la vez pasada? ¿o tú? U tienen un estuche grandote y recién seleccionan “que este no, que el otro, sin ningún criterio y lo que se le viene a la cabeza. Y no como debe ser, “este tiene dos tres peleas que ya ganó” y con las mismas espuelas sólo levantarlas un poquito en todo caso, pero no observan eso. Nosotros la patapioja la ponemos de una manera en que debe apoyarse en la canilla del gallo y el cachito queda libre, lo aseguramos de tal forma en las partes laterales, y ponemos una patapioja más larguita, para que asiente acá y acá, para que no palanquee en el pitóncito, que siempre con un golpe lateral lo va a mover. Uso esparadrapo y no cinta que produce un sobre templado. Bien puesta la patapioja, la espuela viene solita. Con cerote no necesitas ponerle metro y medio de gutapercha. La postura que les da Chanfle a los gallos es extraordinaria. El gallo puede estar dos, tres días y el gallo sigue jugando igual; no se rebaja ni nada. Todos sus gallos vienen bien vestidos, bien presentados. Yo se que si él sabe que su punto es en 4:02lbs, si el gallo se pone en 4:3lbs, lo va a jugar; pero si el gallo se pone en 4:01, ya no lo juega. En los libros de los viejos del año 50 que dicen: “si tú quieres perder tu gallo y sabes que su peso es tal, y tu gallo se ha bajado 2 onzas, ponlo en la bolsa para que no lo pierdas y mejor no lo juegues. Hasta una onza menos, puede jugar; dos onzas, no. Variación hacia abajo, no se acepta y hacia arriba, se pueden disculpar algo. El Chanfle ha llegado a obtener el punto de preparación exacto en el gallo y tienes que matarlo para ganarlo y le pelean parejo. Él me trajo una línea extraordinaria de los Ramos, de ahí vienen todos los ajisecos jugados con la línea de Limachinos; le meto los Ramos, le meto los José Paz de Miami y es la línea que manejo. José Paz vino de Miami hace muchos años y fue a la casa; comencé a topar los gallos y miraba, miraba, miraba y pasaron como 3, 4 meses con Calle y Cañedo me dice, “he estado en Miami con José y dice que quiere que le mandes del picoreta”; el picoreta era de una línea de los LImachinos con un cabezoncito que tenía y salieron los huevos con Calle y pasan 4, 5 meses y juega la final del Derby de Miami que juega un dineral de plata y me manda una gallina perdiz, jaspeadita con betas y un gallo ajisequito casi ciego y me llama y me pregunta ¿Qué tal el gallo?, que lindo le digo; al tiempo me vuelve a llamar y me dice “¿ya has notado el gallo que te he enviado?; seguro no te has dado cuenta”. Un día estoy topando en la gallera y el gallo estaba en otro lado de los topes, pero lo entrabé y lo puse cerca y sigo topando, cuando de repente siento contra la jaba y el gallo estaba desesperado y quería salirse contra la jaba y lo saqué, no como el resto de gallos que siempre ven el tope, pero se quedan como simples observadores. Lo llamo a José y le digo: “José, ya se lo que me has enviado” ¡que cosa? me dice, “lo saqué al gallo y viendo los topes el gallo quería salirse” y me dice, “yo vi tus animales cuando topaste; acá jugamos demasiado dinero y el gallo debe tener tal bravura que cuando lo vea llegar al otro, así no lo pique, tiene que salir a acabarlo; no puede dar ninguna ventaja, debe salir a acabarlo, pico y pata, pico y pata”. El gallo debe tener temperamento. El gallo, no debe quedarse estático para definir, sino, debe irse encima a terminar al rival; no debe quedarse de observador. Cuando sacaba sus pollos, no podía entrar al corral, porque las gallinas también son bravísimas para lograr esos gallos y cuando entraba al corral, se te tiraban encima y mataban los pollitos. Las gallinas con pollos, eran la muerte, lo que no pasaba con el resto de animales. Chanfle también preparó en Ecuador a unos hermanos y le mandaban comprar gallos a Chile de a 10 de a 15. Su Padre, el Toro Contreras era extraordinario sus hermanos los mellizos, nacieron en Tacna; Chanfle nació en Arica. Orlando Contreras que estaba en Tacna y era un gallerazo, hermano del Toro Samuel. La mejor época de Hugo Mosó, fue cuando Chanfle le preparaba los gallos. Ya no vienen los Trigueros, Monche, porque es difícil pasar los gallos de Arica. Mi hijo vive en Guayaquil, sus cuñados son los Llorenti, Mauricio y Luigi y a Giorgio que lo mataron el año pasado en un asalto. Ellos vinieron el año pasado a jugar gallos y le dije “no, tus gallos el año pasado no han jugado bien, yo los voy a llevar a Lurín, los gallos no han dormido bien, van a dormir en caponeras”. Pero todavía no tienen el tipo como para que se agarren con el gallo criollo, porque ellos han cotejado con gallos fuertes. Tienen una línea inglesa, pero que ha pasado, es que en la fiesta que ellos hacen en Noviembre, acababan de ganar a fines de Noviembre y los han traído los primeros días de Diciembre a jugar acá. ¿Estos son los que han jugado allá?, no pues le digo, “eso no puede ser, has debido traer aunque sea a los que no han jugado allá” ganó uno y el resto se acabaron. “Tú ya lo preparaste en tantos días, está en su punto para esa fecha y por más rápido que hayan ganado se salen del punto para otra fecha” el preparador tendría que ser un monstruo para poder llevarlo a su mejor condición la semana que viene. El gallo preparado, debe jugar en la fecha indicada y no en otra fecha. Recuperarlo nuevamente, tarda quince días.
Cómo se calzaban los gallos en los 50
En Tacna, se jugaba con cacho natural y postizo del propio gallo sin estar comprimidos en un inicio. Cuando era pollo, la postiza, se embutía en el pitóncito. Previamente, se cubría con un algodón en la canilla cubriendo también el pitón, para evitar que la cola de carpintero se pegara en la canilla; Se le ponía el algodón a través de la canilla, un algodoncito abierto, hasta cubrir el pitón, o a veces, se usaba papel periódico con grasa, aunque más efectivo era con algodón. Se usaba una cinta de tela de cerca de 8 o 10 cm que alcance a cubrir toda la canilla y sobre salga unos 2 a 3 cm de la base del pitón. Una vez puesto el algodón, encima se colocaba la tela sobre la canilla y en la parte del pitón que estaba cubierta con el algodón, se embutía el cacho sin echarle el pegamento sino, sólo con la presión del cacho con el algodón necesario y ahí se metía el cacho de gallo. Inmediatamente, se estiraba la tela, echándole la cola a la misma y se cubría la espuela postiza, que sobre salía la tela hacia arriba del arma donde iba la punta del cacho postizo. Se cogía un hilo de zapatero que es un poco fuerte, grueso, se daban unas 10 vueltas alrededor de la tela y donde estaba embutido el cacho, la parte que iba a la canilla, 10 vueltas hacia la punta inmediatamente el sobrante de la tela que eran dos puntas, se doblaban hacia atrás de la canilla y se jalaban para presionar la espuela hacia abajo, con la cola que se iba echando y con el hilo que sobraba, se le pasaba nuevamente hacia atrás a la canilla. Una vez hecho esto, el sobrante de la tela iba hacia la canilla y se le hacía un nudito, se fijaba con el amarre de un hilo. Una sola persona sentada, calzaba el gallo y tomábamos la línea de la canilla hacia la planta, pero normalmente es al revés el punto de la espuela, desde el codo de la canilla hacia la planta es decir, al revés del método actual. Se armaba el gallo muy temprano para dar tiempo a que seque la cola o, a veces se hacía el día anterior en la noche anterior uno armaba sus gallitos. Un rato antes de la pelea, un algodoncito o se le colocaba unas canilleras de cuero largo (botas) de colores con un algodón en entre la caña y la funda, que cubría toda la canilla, para protegerlas de las “encachadas” evitando tener que levantar el gallo para curarlo durante la pelea. Cuando el gallo era “catemo” o había perdido el pitón, se le hacía una base que la llamábamos pirulo, para poder embutir el cacho postizo; o destrenzando 5 o 6 cm de una soguilla de cabuya, para que cubra toda la canilla y se empezaba apoyándola a lo largo de la misma como se hacía con la tela, hasta llegar a la altura del pitón roto; antes se envolvía con un algodón toda la canilla, para que no se pegue la cola de carpintero que untaba a la soguilla; luego, se amarraba con un hilo, para que tomara consistencia y se dejaba secar. Al día siguiente, se cortaba y daba forma al pirulito que seria la base para apoyar el cacho. Se le echaba por seguridad aveces a la canilla, un poco de grasa, para evitar el pegamento en la caña a pesar del algodón se pegara en la canilla ni tampoco se pegara al pitón. Otra forma era colocar un papel de seda para la misma función o papel periódico. Normalmente, se calzaban los pollos. Aunque cuando se juega con el cacho natural, al gallo en la muda le había crecido media espuela y jugaban sí. Pero posteriormente a Tacna, empiezan a llevar el cacho sin comprimir que Don Armando Chiri lo lleva de Lima, pero preparados, obteniendo diferencia en su efectividad entre el cacho natural y el cacho endurecido; y los aficionados en Tacna prefieren el cacho endurecido y empezaron a cortar las espuelas del gallo que ha mudado, para calzar y embutir. Luego viene el cacho natural prensado de gallo y pues se generalizó esa modalidad, para evitar desventajas en las armas. Y es rarísimo el que le deja las espuelas al gallo.
Armar en ese estilo, con la práctica y dependiendo de la tranquilidad del animal, llevaba aproximadamente 10 minutos en ambas partes si el gallo era dócil lo que demoraba era esperar a que seque el pegamento. Calzar el gallo cuando ya tenía su pitoncito, yo diría que era más rápido que armar con la cinta. Pues no era complicado sino, cuestión de práctica. Lo que sí había que darle tiempo a que secara. Yo he hecho la práctica para que actualmente en vez de darle tantas vueltas a la pata con la cinta o el esparadrapo, pasarle un hilo a la base del cacho y queda tremendamente fijo y más aun que usamos ahora el cerote que va a la patapioja, sin necesidad de tanta cinta de tela. Hacerlo exactamente como en la forma antigua, pero usando esparadrapo. Entonces los gallos, salían a la cancha, calzados, con sus fundas (botas) de un cuerito un poquito duro, de colores, que era un espectáculo pues los gallos parecían gladiadores con botas azules, rojas, amarillas, verdes, entre otros colores. Era un espectáculo, porque se les veía a los gallos tuzaditos, soleados, con sus botas en las canillas que tenía un huequito donde pasaba el cacho postizo y se cocía en la parte posterior con hilo y a la vez, fijaba la bota.