ENTREVISTA AL SR JUAN ROSPIGLIOSI

ENTREVISTA AL SR JUAN ROSPIGLIOSI

 JUAN ROSPIGLIOSI CACECES

Magdalena, 11 de Junio del 2004

 

En el Callao había regular afición, porque en el centro del Callao, habían bastantes criadores y fuera de lo que era el Callao, también habían bastantes y la mayoría eran japoneses. Lo que es el aeropuerto, era la hacienda Bocanegra, al costado estaba la hacienda San Agustín, más allá había otra hacienda y ahí había puro japonés y esos venían trayendo sus gallos al Callao. Estaba Nakamini, Nakasone que aun siguen ahí, pero no los conozco, pero ellos han derivado a los gallos de navaja y había en un tiempo una fiesta grande que hacían el treinta de agosto, pero de navaja, en la hacienda San Agustín la hacían, la hacienda San Agustín que tenía una pequeña plaza, bien bonita, antigua y ahí hacían todas las peleas y llegaban de todas partes del Perú venían de Lima principalmente llegaban bastantes y se llenaba ese día, totalmente la hacienda. Básicamente eran galleros nomás ahí, yo he visitado dos veces, pero era navaja nomás ahí. No era de a pico. Ellos mismos también tenían de pico y bajaban al Callao. Estaba la cancha de Rodolfo Rodríguez, primero ha sido la de Rodríguez, después ha sido de un japonés, Sakimi creo que se llamaba, el tenía en Castilla, ese es antes de Agena.  Sakimi tenía en Castilla, y Rodríguez tenía en Sepita, pero estaban más o menos cerca y cada uno tenía un grupo no, estaban casi a la vez los dos coliseos y en la del japonés iba pues, casi toda la mancha de los japoneses iban, los peruanos iban donde Rodríguez, pero algunos a veces también habían peleas interesantes de un lado, se iban al otro lado.  Como es más o menos ahora. Después quedó solamente la del japonés, desapareció la de Rodríguez, pero Rodríguez era muy amargo pues. Se amargaba y botaba a todo el mundo, sacaba a todo el mundo afuera. Claro pues, bueno lo aguantaban un poco, pero después al final se fue. Hasta ahora tiene un club en Sepita, bueno ya murió él por supuesto, a muerto uno de sus hijos también creo, un poco mayor que nosotros, aún sigue el club de ellos. Don Pedro era del grupo, más bien caminaba con los japoneses. Eusebio Bravo también caminaba con los japoneses. Eso sería  en el cincuenta más o menos. Agena viene el cincuenta y cinco, más o menos. Era solamente los domingos, pero en fiestas así grandes, que era lo más grande del año no, era el veintiocho de julio, nada más, después no había otra, otro, ahí se invitaba de todos lados, venían del norte, del sur, de todos lados venían, y se jugaba. Había bastante gente. Tenían que tener buenos gallos. Yo diría que en el Callao, tenía animales fuertes. Y todos eran de tipo japonés, bastante influencia japonesa, los japoneses vinieron con plantas y con aves acá, por eso hay bastante plantas japonesa por ahí y las aves de diferente tipo de japonés, chico, más grande, hablando de la más grandaza hasta el  más chico. Y de pelea también eran diferentes, unos que dibujaban bastante, otros poco y unos más ligeros o menos ligeros, pero lo básico es el acierto, habían animales de buen acierto dicen bueno  se podría medir con la fiesta de veintiocho de julio, pero normalmente el Callao ganaba, pero es que el animal de antes, las facilidades para viajar eran diferentes de las ahora no, porque ahora por ejemplo se puede echar unas ocho horas de Trujillo acá, en auto, pero antes uno se echa veinticuatro horas creo o un poco más, llegaba mal. Un paréntesis, antes acá en el mismo Lima no se jugaba de pico, todo era en el Callao. Navaja se jugaba en Lima. Ellos tenían los de su grupo, los peruanos así como don Pedro Rivadeneyra o don Eusebio Bravo, a ellos sí los invitaban pues. Por amistad, el gallo que quería, uno se iba a la chacra y ahí le obsequiaban. Así nomás era y a veces sacaban la camada y se lo dejaban allá en la chacra para que crezcan. Bueno, yo he ido desde pequeño a los gallos, pero una hora era en esa época. No había antes tiempo límite de pelea; animal que claudicaba perdía. Después vi que era una hora. Sí había asiles, traían pero lo cruzaban con los japoneses. Asiles de Argentina.  En el Callao habían bastantes galleros que eran marinos. Si y estos se iban a Europa, se iban y se venían con aves, eso es lo que hacían, entonces de repente estaban por la India o Japón y se traían un par de aves, es lo que hasta ahora hacen igual muchos de ellos. Entonces esos animales los cruzaban, pero ellos eran galleros y sabían que cosa era un gallo fino, traían un gallo; y lo cruzaban precisamente con los japoneses, porque el japonés al final, siempre aflojaba un poco, a veces se iba, o sea en la lucha, al final con el cansancio, más las heridas, el animal agarraba y se iba, entonces el Asil era el freno. Ese era el gallo, entonces el que menos buscaba un Asil. El General Rodríguez Martínez también era gallero, don Augusto Rodríguez Martínez, el también iba al Callao. Claro, a veces una buena tarde habían quince peleas. El veintiocho de Julio, era más temprano, a medio día comenzaba, ya se jugaba, digamos para las diez peleas, cuando era un empate, una hora me imagino. La habilidad con que el gallo logra pasar el momento, a veces está bien herido y se dedica a esquivar y sin pegar; se defiende nomás. Uno esperaba que le pase el tiro, como se dice y recupere pues su posición de ataque. Las peleas eran movidas, pero lo que traían de chile, de Tacna sobre todo, bueno mi padre era de Tacna, entonces el traía o le mandaban. Mi mamá era Cáceres.  Había un problema ahí, se iba  abrir una cancha en Lima, la cancha esa de Malambito, esa se iba a abrir, entonces la promocionaron fuerte, hubo bastante promoción sobre la cancha, entonces allí es donde prácticamente desaparece esa cancha. De asentista, Borges promueve ahí a todos los aficionados del Callao, para llevárselos a Lima. Augusto Borges. No era juez.  Era aficionado llevaba sus gallos allá, caminaba mucho con Guillén, el juez era otro, ahorita no recuerdo quien era y se llevaron toda la afición. Es que la mayoría eran del Callao se llenaba a, todos. Todos los domingos andaba lleno, entonces cuando se fueron quedó más que, los que eran amigos. Don Pedro, todos ellos, quedaron ahí en el Callao, pero como no habían peleas, uno sacaban los gallos y no había peleas entonces al final tuvo que cerrar nomas, ya con don Pedro todos a Lima Don Pedro si tenía buenos gallos, eran mañosos y fuertes, el  era del Norte, no sé exactamente si era de Trujillo, porque él era muy parecido a López Albújar un parecido tremendo y vestía siempre, bien entelado, con sombrero, con corbata, no dejaba la corbata para nada, todos los días vestía así. Don Eusebio Bravo también tenía buenos gallos, era tranquilo, si digamos, a él le gustaba promocionar  bastante a sus aves, bueno  al que menos pues le gusta decir mi gallo es bueno, ahí tenía un gallo famoso pero ese g
allo no lo vi sacarlo acá en el Callao, el después lo trajo del Callao a jugar a Lima, el Uranio le decían, entonces ese gallo ganó en Trujillo, ganó en Chiclayo no sé donde más  y después lo trajo aquí al Callao, era buen gallo, pero don Eusebio también jugaba en el Norte, porque creo que él era norteño, no sé exactamente de donde era, pero llevaba gallos y dejaba también  gallos o sea como él estaba vinculado con  los japoneses, le habilitaban  gallos mañosos le prestaban también gallos mañosos, entonces que le lleven un nuevo gallo con nueva maña y buen acierto, también traía lo que siempre hacen los galleros, y también me convenía, y lucía sus gallos, por ejemplo tuve unos gallos ingleses para esa época nosotros teníamos y utilizábamos bastante español y lo utilizábamos para aligerar, nosotros teníamos una ventaja con respecto a todo el grupo era porque era un poco más ligeros un poco mas rendidor, el chileno también bueno también teníamos chilenos y bueno en las peleas hondas jalaban de las plumas, entonces en ese tiempo que jalen de las plumas era ya una ventaja, pero Bravo trajo unos ingleses no sé cómo lo adquirió y sacó cría, tuvo un gallito de cuatro libras y otro de cuatro ocho, media sangre inglesa y había sacado su cría y ya mi viejo había sacado media sangre español tenía uno no más y en eso como eran amigos y don Eusebio Bravo estaba de por medio y Don Pedro Rivadeneira estaba de por medio, el agarra y dice deben pelear ustedes, esos gallos chiquitos como van a pelear, don Pedro se metió entonces, mi viejo dice no, no, no hay pelea. Entonces esa movida tuvo como dos meses, dándole todos los días, hasta que ya en la cancha, el viejo dijo, pues, bueno, no juega nada, así nomás que jueguen y ya.  Entonces Bravo decía que su gallo pasaba y era efectivo, ya lo había visto. Entonces fue en octubre eso, fuimos a la cancha de Agena y ahí fue este en dos patadas nomás, pasó el de Bravo y lo degolló y el gallo de media sangre español, lo revoló y lo dejó muerto, ahí quedó la pelea. Fue violento. Los dos gallos eran ligeros, el de Bravo entró más rápido. El otro tun, lo revoló, ya está, termino la pelea. En esa época no se armaba. Nosotros teníamos punta machete, un poquito más. La punta fina, pero era punta para matar, tiraba en el cuello lo mató. Pero el de Bravo sí lo armó con un cacho, bueno pues tenía espuela postiza. Natural o postiza era igual. Pero no sirve, porque es el cuerno del toro es por capas no, por capas, entonces cuando comienza a pelear, se comienza  ablandar, la sangre lo ablanda, y después ya no, ya no efectiviza pues, ya no sirve. He visto esa arma de cuerno. Desaparecen, no queda nada, ya de los coliseos en el Callao, entonces todos van a Lima, hasta yo también fui a Lima, fui a parar a Lima.  Entonces, ya estuvimos en Lima, pero primero aparece una canchita que se llamaba Sangre y Arena, y estaba por la universidad de San Marcos, bueno ahora está todo cerrado, pero en lo que es Colonial, ya pero esa esquina antes estaba abierta y ahí vivía gente, entonces ahí, ahí hicieron una cancha de gallos, ese lado cercanía al Callao, entonces la gente comenzó a venir ahí, Sangre y Arena se llamaba esa cancha. Sangre y Arena, haber debe ser el sesenta, no el sesenta y cinco por ahí, más o menos. Pero antes de eso había en Piñonate una cancha, antes que la de Lima. Pero no era para el grupo ese, ellos nunca bajaban al Callao. Después ya han abierto otras y comenzaron a abrir otras. Más cerca al Callao, hubo una en Santa Rosa, pero no la última que había en la cuadra tres, había una cancha, después de eso ya la nueva que se conoce ahora, bueno que ya también la han cerrado, la de Santa Rosa en el Callao, en la avenida Santa Rosa. Y ahora también hay en Carmen de la Legua, ahora hay por cualquier lado. Usted entra por la Universitaria, y voltea a la derecha en Angélica Gamarra, a media cuadra.  Voltea a Angélica Gamarra, ve el semáforo a media cuadra hay un coliseo de navaja. Ahí juegan, está vigente. Antes en el Callao habían dos Rospigliosi que éramos familia, primos, mi padre era Carranza, uno era Carranza y el otro era  Aguiluz, Aguiluz éramosnosotros, o sea a nosotros nos decían  Aguiluz, y a los otros Carranza, pero se referían a la familia. Hicimos un club, que se llamó Vista Alegre, entonces con Vista Alegre hemos jugado mucho tiempo, hasta ahora hemos jugado, aunque ahora ya estamos haciendo otro club acá con el señor está patrocinando,  Julio, Manuel, estaba acá, Soria. Te voy a contar una anécdota que estaba ahí, acerca de cómo se llama de Aguiluz, estábamos en Surco en una concentración, cuando no recuerdo quien fue el que agarró y le pasó, Lucho iba a soltar un gallo de ustedes y agarra, no sé qué aficionado del maestro, le pasa la voz al maestro Oliva. Maestro Olivas, maestro, no se equivoque, el que va a soltar el gallo, es el hijo del viejo Aguiluz, se acuerda del viejo Aguiluz. No pues le advirtió para que no le de la contra y ganó este gallo. Fue una inauguración que la promovió acá el hombre, porque él es padrino también Don Antonio Vera, ha formado su grupo de ellos y los doctores Aguilar. El doctor Aguilar. Entonces yo tomé nota del asunto. Entonces cada vez que entro, bueno cuando va a ser la inauguración, para poder llevar aunque sea un banquito. Me habían jalado pues acá también, para pertenecer al club. Se refieren a los dos que tenían el ruedo, solamente tres sillas, o sea que si él iba no podía sentarse. Tras de la fábrica de clavos que teníamos nosotros, en la carretera central.  Ahí lo castigaban al hombre. Está volviendo, ahora está sacando cría nuevamente.  Estamos hablando de esos gallitos que nos hizo enfrentar, era un grupo bien unido, seguimos siempre igual, igual. Somos amigos. Yo he jugado gallos con Guzmán, jugamos como una humorada. Acá el hombre, a veces no quiere hablar. Yo le compre una gallinita mora a Julio, para sacar una camada. Cuando me la pidió el hombre para sacar una camada, se la llevo, saco cría, con esos mismos pollos jugamos también. Jugamos ahí, hicimos tablas, eran amigos. Los gallos se abrazaban. Bueno, si se le nota mejor a don Juan de las anécdotas, es de acá del Callao. Mi abuelito venía acá de Lima al Callao.  Él venía vestido de blanco. Mi abuelito se venía a ver a su compadre, él era muy amigo con don Pedro, con el sordo Cárdenas, usted lo ha conocido. En el Callao, en la cancha de Agena, iban como siempre con sus tragos y todos cotejaban, no se cotejaba como ahora afuera, sino que se paraban en la arena todos a probar sus gallos, ahí había un gallo de un señor Rebata, lo llevaba todos los domingos pues el gallo, entonces le ponían al gallo, no le gustaba mucho acá al hombre. El gallo, lo pesaban como turista, el gallo era un turista. Hasta que un día se anima con una coteja, y vamos, él gallo era bueno pues, mató rápido al otro; otra vez lo lleva a Turista a la semana siguiente, salió libre, otra vez, ponían gallos, no querían más, como
un mes más pasó, se lucía su gallo, volvió a ganar, volvió a ganar. Pero ese gallo, era un gallo que pegaba muy duro, porque caía con la vara mayormente, porque el gallo que lograba esquivar le caía con la vara, entonces no le entraba el cacho, pero siempre, siempre le daba con la vara, por eso es que terminaban así. A veces demoraba, no como ahora, si el gallo sale muy castigado ya no sigue, pero antes sí seguía porque uno lo dejaba descansar y había gallos nuevamente, pero ahora es diferente, un gallo franco lo castigan mucho y ya. Entra con todo, no esquiva nada el gallo. Bueno en la cabeza pegaban todos, ahí definían, lo mataba al otro, por ejemplo hubo un veintiocho de Julio, que jugaron Tacna contra el Callao y un señor Segura preparó un gallo bien pertrechado, bien acertado, entonces ellos trajeron al Seboso, Seboso le pusieron a ese gallo. Y el gallo era un poco palero al inicio, al comienzo paleaba un poco ese gallo, pero después puro cacho y después al final era puro cacho. Pero el de Segura, en quince minutos ya estaba ciego el de Pitaluga, ya lo tenía prácticamente, lo estaba acorralando, pero el otro pegaba fuerte también, en eso lo degüella al de Segura, lo hace perder un paso de la defensa y lo vuelve a agarrar, así ciego como está y lo pesca otra vez y lo mata, listo; así fue la pelea. Arriba, sí, ahí le da pues. El gallo ese, era muy metedor, pero por todos lados, como tenía buen cuello, aguantaba la pelea, pero con un degüello, con esas espuelas que había antes, gruesas, un degüello, era un degüello pues, pero arriba ya no se paraba, muy seguro. Bueno, en esa parte, depende del criador, porque la falencia de la efectividad viene a ser de acuerdo al criterio de como cría uno a su gallo, porque a nadie le gusta que pegue en todo lado, le enseñe de costado, de frente, o del otro costado y tenga también la defensa, así para ambos lados, así más o menos pareja, porque hay algunos que definen bien por un lado y por el otro lado es irregular. Entonces ahí lo agarran fácil, pero en realidad es de acuerdo al criador, como define uno a su gallo. Hay gallos de ese tipo que se mueven poco, lo suficiente como para que el otro no lo logre acertar. Antes por ejemplo lo mordía, porque más bien era la mordida y lo aseguraba, si el otro no lograba sacarse, porque lo tenía bien agarrado, ahí si lo clavaba, pero a veces se le escapaba un poco y sacaba, lo lograba soltar y lo ganaba; pero hay gallos así, que de costado dominaban bien y lo tenían, pero ahí mamaban también pues. Y esos son los famosos mamones que hay, de costado, pero de frente sí eran digamos efectivos, ligeros. Hay unos que son y tiraban rápido, pero de costado, ellos había hecho todo el trabajo y no tiraban. Pucha, perdían tiempo, tiraban a la media hora. A veces uno lo tenía medio hecho, bien trabajado y no lo terminaba. Le daba más bravura, que no tenía el japonés, el japonés más bien era un gallo defensivo y a mi criterio, está bien la defensa, pero me parece que defiende demasiado y lo torna un poco cobarde, para mi criterio. No le gusta recibir, más bien le gusta defender ahí, que no le caiga nada, mientras que el otro, el chileno es más bravo, no le interesa que le caiga. Entonces, eso aporta al japonés y entonces el gallo sale mejorado, sobre todo si los chilenos que traían antes eran gallos que le decían gallos generales, que tiraban de todo lado. Con esa característica, agarraban de acá, cuando eran más bajitos, se tenían que agachar para agarrar de ahí, de ahí era el de Pizarro. El gallo español es el que trajo eso, pero al chileno no le he visto, claro se acomoda mejor. Pero ahí el chileno era más bravo, más rápido de pico. Antes el gallo se defendía, tenía que dominarlo en la lucha primero, para poder pegar. Le voy a decir que antes eran unos expertos cotejando; a usted le ponía un gallo, ya tenía su experiencia; dos gallos, usted sabía que ese por lo menos le llevaba media libra, a la vista, así nomás. Lo pesaban al ojo nomás. Claro, pero a veces habían gallos bien grandes, estamos hablando de gallos de nueve libras, lo lograban destapaban.  Pero en ese tipo habían desafíos de tapada, entonces en la arena, llevaba uno su gallo, ya lo había desafiado, tengo un gallo de tapada, ya se suponía, que pesaba más de siete libras, ocho libras; si uno tenía de ocho libras y el gallo del otro pesaba nueve ya pues va el desafío. Unos gallazos.  Japoneses pues. Bravo, era bien habilidoso pero bastante experiencia pues, pero sus gallos tenían buena caña también, una caña bien larga, esa era la ventaja de él, mientras los otros, como la mayoría de aficionados habían utilizado bastante el Asil pues, usted sabe que el Asil es más chato, pero le da resistencia. Porque don Eusebio Bravo a veces también, en la lucha así fuerte, en alguna pelea, le sacaba la vuelta a veces pues. Negros, de los negros ojos de uva, pero el que tenía Bravo, eran negros también, ojos de uva. Pero eso no se ve, no se juega. Habían gallos ingleses que eran para jugarlos con navaja, porque dan entrada, es un gallo de entrada. Pita dice que ponía su reloj, si pasaba de los cinco minutos él perdía la pelea, porque perdía la confianza en su gallito, entre amigos jugaban ahí, de confianza.  El inglés lo que tiene pues, la velocidad en la entrada y es bien acertado. Mi hermano trajo pues, cuantos años hace, cuando estábamos en el jirón Cuzco te acuerdas que fuiste, cuantos años, diez, veinte años o veinticinco. Como veinte años hace. Entonces mi hermano fue para Europa y trajo una pareja de españoles en huevo. Pero ese inglés por ejemplo que trajo pesaba seis libras. Lo hemos jugado, era un gallo que aguantaba. Era negro. Negro ajiseco. Era un gallo que delegaba los hijos pues, entraban matando. Era el estilo del gallo, ahí se movía. Pero más bien agachaba un poco no, pero se movía, no era un gallo para fiesta y pegaba bien fuerte a veces, de ahí sacamos nosotros cría, mi hermano sobre todo, después yo saque, y hemos jugado al hijo del gallo y al nieto también y salen así también. Soportaban castigo. De donde lo habrá traído, no le he preguntado bien a mi hermano, el me dijo la vez pasada de adonde, de Inglaterra lo había traído, no me acuerdo ahora, pero era un gallo fuerte pues, era un gallo fuerte. Un asil tenía metido, un poco lejos pero había. Pero tenía una entradaza, entraba reventando y ahí nomás quedaba también, era efectivo, nosotros lo habíamos armado en la casa al gallo, entonces por eso cruzábamos, igual también botaba, entonces ya en la cría siguiente hemos ido manteniendo ahí la cría, que coma un poco de sangre. Salon queda en el mismo Callao, vamos a comenzar por, haber para que se ubique, en el Real Felipe.  Usted está en el Real Felipe, ese se llama Paz Soldán, usted se está viniendo hacia Lima. Paz Soldán es la que atraviesa Sáenz Peña. La primera cuadra, esa es Sáenz Peña.  Esa es, entonces ahí hay una que atraviesa así, se baja hasta el mar creo.  Hasta Buenos Aires, cruza pues, hasta el molino Santa Rosa.  Ese es Paz Soldán, entonces la siguiente es, la otra es Huáscar, la otra vendr&iacu
te;a a ser Marco Polo, que ahora se llama Dos de Mayo, luego Leguía, entonces la siguiente es Wiesse. Claro a la altura del mercado, entonces la otra es Salón y es hasta el fondo hacia el mar.  Claro,  ahí Ancash.  Ancash, sí eso ha quedado en esa situación. Antes se podía caminar, pero ahora; bueno acompañado se puede ir, para conocer, ubicarse en un sitio. Era en una misma esquina, en la misma esquina, también era una tienda, como era de japoneses. Creo que tenía un piso nomás, pero era grande y bueno pero ahora, no sé hace tiempo que no paso por ahí, no sé cómo estará, si lo han tumbado, o no lo han tumbado, si sigue la tienda o no, si sigue la tienda, seguirán los japoneses ahí, los hijos, los nietos. Todo eso era chacra, Santa Marina conoce, la antigua, lo que es Guardia Chalaca, ahí hay una casa, eso era nada más y el resto todo era chacra. Ahí en la esquina, había el criadero de vacas, frente al grifo cerrado, todo eso es grande, grande, entonces esta parte y hasta el obelisco, el obelisco sí más o menos, el obelisco del Callao esta allá, ahí terminaba el Callao, debajo de frente la avenida Argentina, ahí la avenida Argentina, todo eso era chacra, entonces no habían pistas, sino una trocha. De ahí había la hacienda pero no había carro para ir, tenía que ir a pie o montado en su caballo. Entonces los de la chacra venían el Domingo con sus gallos y sus verduras a vender a la plaza de los burros que le decían. El mercado del Callao quedaba, no me acuerdo como se llama, hay una plaza ahí y el mercado estaba en la esquina, entonces todos los burros los amarraban ahí. Y se cambió su nombre, bueno esa plaza tiene su nombre, pero hasta ahora se le conoce como la plaza de los burros. Hay mucha gente que no saben porque le llaman así, entonces más allá está el mercado, entonces ofrecían sus productos. Algunos venían con sus gallos, se quedaban a jugar, como venían más, un día nomás eran las peleas, ya después se iban. En el muelle, o sea de frente, el obelisco de frente hasta lo que es la Marina ahora. Ahí era el dique Esep, ahí entraban los buques, lo raspaban todo en el dique.  Antes era solamente un dique y ahí lo pintaban, al costado estaba el frigorífico y más acá estaban el muelle de pescadores, entonces yo iba ahí, todo eso era chacra también y pasaba, porque ahora es una barriada. Pero chacra era ahí, entonces yo me iba al muelle y compraba ahí era bien barato, bien barato. Había de todo, pero sin ir al muelle, ahí era mucho más barato. Los mismos pescadores vendían su pescado, también en canastas, pero también en carretillas. Para un veintiocho de Julio lo vi a Cañedo, esta es la fecha en que tomaban fotos, fiesta grande, iban con fotógrafos. Tengo que agarrar mi lupa para ver. En ese tiempo había gente bien meticulosa, observadora, que veía y  determinaba bien que gallos podían cruzar con sus gallinas, uno de ellos era don Pedro Rivadeneyra, también don Eusebio Bravo, también estaba el señor Castillo, hasta ahora su hijo juega. Queda por donde ese que se hace rulos en la cabeza como se llama, el loco González. El ñato Castillo. El señor Castillo, su papá también era un señor aficionado. Ellos jugaban gallos en ese tiempo. A ellos les gustaba tener gallos chicos nomás. Ahora tiene chicos pues, pero en ese tiempo tenía gallos fuertes. Una vez fui a Huacho, me invitaron a Huacho no, entonces lleve unos gallos ahí a jugar, jugamos gallos de pico y jugamos gallos de navaja, también yo trabajaba en Craysler en ese tiempo, entonces toparon los gallos de navaja primero y nos vamos a meter dinero en estos gallos, Entro pasu macho arena, he caminado como quince minutos, no se veía nada, pura trocha nomás, felizmente se veía la trocha.  Entonces él me dice, entra da la vuelta y te vas a parar donde está la paja, ahí te vas a parar.  No te pares en otro lado, y ahí paré.  Y había como mil gallos creo que había en todo el desierto.  Que tal cantidad de gallos, no sé para quién le criaba el pata, no tenía nada que ver con.  Y después, ya para salir corriendo, me dijo no, no, te detengas, arranca y tú mismo eres, yo solo estaba, no tenía a nadie. Quiero aclararte, ahora en la actualidad un gallo tiene menos cualidades de combate que un gallo antiguo, esa es la realidad de las cosas, ahora el mejor gallo del Perú, es un gallo súper acertado y súper ligero, y a eso que sea guapo y todo lo demás, ya eso es. Pero, cuando uno consolida la cría, entonces su gallo ya no va a este, cuando transmite, va a delegar parejo, no va a dispersar, no dispersa nada, me entiende; a la hora de sacar cría con una u otra gallina de diferentes características, él debe primar. Pero nosotros criamos con base de gallina. Nosotros así criamos, entonces el gallo entraba como una opción ahí, el gallo tenía que dominar a la gallina o terciar, o sea, a veces tenía un gallo con características de ambos, o en su defecto el gallo era bien dominante y la dominaba a la gallina, con una gallina que nosotros sabíamos que era dominante.  Así, entonces lograba dominar a la gallina, entonces ese gallo si lograba dominar a la gallina, ya entraba, y lo poníamos a pelear y bueno, era efectivo el gallo, entonces iba dejando las crías, entonces uno dejaba ya alguna gallina, ya la otra pasaba a mejor vida. Si uno ha consolidado así, no hay problema, o sea uno entra con mayor mérito. Bueno, en ese tiempo mi padre tenía doce gallos, compró ese gallo al año siguiente ya no estaban los doce, sino que entraban los pollos. Al año nomás, nosotros jugábamos al año, tenía un año entraba a jugar, eran animales muy fuertes, tenían que tener buen cuello. Nosotros teníamos peleas cortas, que duraban máximo quince minutos y el gallo duraba. Entonces porque el opinaba lo mejor, adquiría la mejor potencia, máximo a los veinticuatro meses, de ahí bajaban, entonces después de veinticuatro meses ya no tenía. El criterio era, de que mataba y mataba  a la cabeza ese gallo.  Ese es el gallo. Podían matar de repente, pero el que era más seguro matando, ese era el gallo. Entonces lo dejaba para cruzar, era así, después entraba, adquiría otros gallos que eran matadores también por supuesto, siempre eran matadores con ese cacho natural, le lograba dar exacto y pum.  Difícil matar con esa espuela, pero el gallo daba. Eran matadores. Castillo tenía uno que le decían el Diablito, hasta ahora creo que sigue teniendo esas crías, sé que la han continuado. Han podido cruzar bien, ese gallo mataba constantemente y sus peleas eran bien cortas, cinco, seis minutos, así nomás. Bien seguros, y con gallo defendido, el otro gallo bien defendido, lo agarraba igual, en la cabeza, lo dejaba muerto. Atracado le sacaba el pie. Cuando ya estaba, lo jalaba ahí, el otro tenía que pararse rápido, y pararse bien y así, ya estaba el gallo. Gallo que pega en la espalda, gallo muerto dicen. A veces están en una lucha y el otro le agarra, te hace una jugada acá, para montar otra vez y poder acomodarlo, en eso ahí se le va la vida pues, juaj, no bajo la cabeza y el otro lo asegura. Pero esos gallos son bien acertados.
Bueno, te voy a decir que acá en el Perú, ha habido bastante evolución. Una evolución constante, y  bien dinámica ha sido la evolución, y por eso tenemos ahora, gallos bien ligeros y bien acertados. La defensa es más o menos, no la tienen prácticamente los piqueros, los navajeros si tienen una pequeña defensa en la entrada, he visto. Primero la vista, y segundo las patas también, o sea entran con las navajas, los dos se separan ahí para afuera, lo avienta al otro hasta afuera, entonces otra vez tiene que entrar, pero en el piquero no ocurre eso. Ha habido épocas en el Gallo de Oro,  Sesenta, setenta. Yo no sé cómo podía entrar a ese coliseo gente de todo el Perú. Pero, ahí también había que ver. También no me explico cómo entraba en una cancha gente de toditito el valle que se llenaba caray, que tales peleas que se veían. Ahí había cantidad de peleas también, entonces se podía ver buenas peleas, pero habría que sacar un porcentaje y decir bueno, te voy a decir una cosita, el auge de ese coliseo El Gallo de Oro, eran los veintiocho de Julio, ahí traían los mejores gallos de todo el Perú. Y ahí después se quedaba la imagen del Gallo de Oro para todo el año. Y en octubre que bonito eran los gallos. Yo me acuerdo en un año, trajeron del norte unos gallos buenos, que ganaron de Orbegoso. Acá en el Gallo de Oro y Orbegoso mandó su cajero Manalés, y ahí estaba contando los billetes, Manalés también se sacó buen billete, él estaba sentado, dos asientos detrás del juez. Entonces los otros cotejaban, los que tenían la pelea, tanto juegan, contaban el billete, abrían la maleta y le entregaban. Orbegoso ganó la pelea, una buena fue con Maquino, chocó con Maquino, pero no se definió la pelea, ya estaba por definirse, pero los gallos bien defendidos eran los dos, tablas. Sí vi jugar al Pitrimitri. Tenía de inglés ese gallo, en la forma de patear. El Pitrimitri, yo lo tuve en mi casa ese gallo, pero era un gallo que más tenía de español. Siete libras. Yo lo agarré cuando Jano ganó en Lima, en Guadalupe, en Trujillo también ganó. Era gallo bien plumoso. No transmitió.  Yo lo saqué con una gallina y me dejó los pollos. Lo que tenía entrada nomás el gallo, entraba, rompía, nada más. De pura casualidad, o de orgullo propio, se vio un gallo Silvestre, que habían llevado de acá de Lima, de la cría del señor, de la cría de los Graña, bueno, a ese gallo yo le puse una gallina, malaya que yo le tenía. El resultado, era un gallo de siete libras, de seis libras, tenía una entrada fabulosa, nunca se rindió, pero nunca más de cinco minutos. El otro suelto que no tenía buena entrada, lo recibía como  de navajero. Este gallo se ganó catorce peleas, en todo el tiempo, el otro se ganó nueve peleas.  Pero a lo que voy, es que hay un inglés puro, con gallina malaya pura, consiguió, salió con las características que a mí se me había metido, yo quiero un gallo que sea, que entre y que lo desaparezca como si fuera navajero, ese era mi ideal. Con las blancas, esas de espina, entonces lo destrozaba al otro gallo pues, ese gallo era extraordinario, tenía su público, entonces saqué camadas del giro ya, del giro saqué camadas, con su misma hermana y me salieron unas ratitas de este tamañito. Brasil, Zorrito, el Azulejo, varios gallos traje. Yo trabaja pues en Crysler, una empresa de fabricación de autos, en la Panamericana Norte y ahí habían cualquier cantidad de galleros y uno de ellos el señor Pérez, que vivía en Santa Clara, entonces, bueno pues andaba invitando, vamos para que veas, pero él tenía, y él me había dicho su filosofía de los gallos, pues decía que el gallo chusco es muy acertado, según él era muy acertado, las primeras patadas de ese gallo, él me decía así. Entonces yo iba a Lima, de repente lo veía llevar cuatro gallos. Era un operario de ahí, entonces lo veo en Lima y juega contra el galpón Lasie, ese que tenía el  Lasie. Sí con una gallina que yo le di. Se la di a Marabotto y Marabotto se la dio a él, entonces ese gallo Lasie, era su vida. Era gallito chiquito. Este señor Pérez me enseña; estoy en el coliseo Lima y veo que se enfrenta con tres gallos, se enfrenta a Lasie, él tenía los panameños pues Lasie y el otro, yo pensaba decir no seas conchudo, ya pues y le mató los tres gallos a Lasie, entonces él me venía hablando de sus gallos, estos tienen Asil pues me dice, para aguantarlos. Entonces, un día Marabotto me dice vamos a su corral, hablamos con Marabotto y vamos a su corral, después de trabajar y ahí había tremendo chuscazo, que era Giro, pero chusco, estaba cruzado, me dijo que tenía Asil. De ahí también le salían matadores y en la cancha también me estaban demostrando que sí eran matadores y tenían más pinta de fino, que como están en la cancha, el Asil jala fuerte, fíjate que aquí hay cualquier variedad, medio folklórico el asunto, porque cree eso. Claro, por ejemplo usted adquiere un gallo y dice este gallo es bien acertado, digamos que el gallo tiene un montón de peleas, cruza y no le funciona. No le va a funcionar pues, pero que pasa con este gallo, pone otra gallina otra vez. Claro y esa es la forma, hay gente que cruza así, tiene que estar bien seguro para cruzar. Y el estilo, tiene que ver con el estilo de pegar del gallo, como pega el gallo, tiene un buen estilo bueno, en el estilo va también el acierto. Para entrar, para refrescar, a veces uno necesita refrescar, para avanzar, cruza, yo al tercer cruce recién saco para ver si está llegando bien.  Porque a veces en la primera funciona, porque la gallina está llamando bien ahí, en la otra también, pero en la tercera ya el gallo se viene abajo. Digamos que estoy sacando así, hasta la tercera tanda, para medir al gallo. O sea, tengo la gallina, entonces, yo estoy midiendo al gallo, ahí está mi medida, hasta dónde llega, sí la tercera no funciona, entonces ya, la tercera tiene que seguir funcionando dentro de un estilo. Entonces él debe saber delegar hasta la tercera. Ahí mantener, si se pierde, ahí se pierde el acierto, digamos el acierto matador que tiene, eso es lo que ustedes tienen buscar, que sea matador, entonces sigue metiendo cacho. Entonces qué pasa con esa japonesa, media sangre japonesa era esa gallina, media sangre japonesa, pero esta tenía de la gallina de Arenas. Porque Arenas fue a Japón y trajo huevos, entonces le dio, una gallina le dio a mi padre, de ahí sacamos con un gallo chileno, y yo tenía la gallina. Después yo le saqué cría y vamos a comer cada uno. Entonces Marabotto estaba afanoso y en ese tiempo también trabajaba, un señor Noriega, que era jefe de personal, en Craysler. Entonces él lo lleva a mi casa, porque Noriega llevaba de navaja, y le dice que él quería la gallina esa, Marabotto quería esa gallina y él me dijo esta gallina es vieja, pero yo quiero sacar navajero. Le digo tú vas a criarlo, yo sí lo crío me dice, total, bueno, le dije, llévate la gallina, total el que la llevó fue Marabotto. Entonces un día voy, vamos a topar m
e dice dónde Lasie. Y yo veo la gallina.  Sí, en el Rímac, oye Marabotto, y… no es que ya me la dio este Noriega. Tú eres un vivo le digo. Ya estaban ya las cosas, entonces el otro saco crías. Pegaba bien duro, este gallo de Lasie pegaba bien fuerte, bien duro, tenía una pegada bien dura; a parte del panameño era un gallo que pateaba fuerte, le salió bien a él, esa cría, pero le salían leucósicos por lado del gallo. La gallina no tenía nada de eso pues el gallo, en cambio salió sano, pero cuando sacaron crías, salía mal pues, yo he tenía problemas en ese sentido, después estuvo cruzando con otro panameño, no sé qué cosa hizo allá el pata. Noriega estuvo en Scala después Noriega, salió, y me encontré un día que fui a comprar lo encuentro también ahí al jefe de personal, le digo oye y la gallina, que yo ya la había visto, quiero que me prestes la gallina por gusto nomás. Él quería la gallina esa. Si pues me dijo la verdad.
Qué cosa es un gallo bueno, ese criterio de selección es lo que define al gallero también realmente. Cuándo se sabe definir realmente que es un gallo bueno, entonces eso es lo que usted va a sacar al ruedo. Bueno, bueno lo primero que hay que hacer es el acierto, pero eso tendría que obviarse para ver las otras, pero el acierto es lo elemental es cierto.  El acierto lo primero, después es la bravura. Su gallo lo castiga, y él por la bravura, en lugar de defender, contesta inmediatamente, con el tiro contesta, lo agarra al otro se defiende  en ese momento, porque normalmente el gallo pega, se queda sin defensa, queda parado, abierto; entonces el otro inmediatamente lo castiga.  Así medio muerto que puede ser tiene que castigar. Ese es un gallo bravo, o sea muerto, digamos porque ese gallo ya está para patalear, está perdido totalmente. El otro, que tenga un buen trance en la velocidad inicial digamos, que tenga un buen trance. O sea como el boxeador, el boxeador por ejemplo, para definir bien su pegada, tiene una regular velocidad, cuándo es muy veloz, más bien meten un manazo y ya está corriendo por allá. Entonces el gallo también ese trance tiene que ser bien medido, ni ser muy veloz, pero eso tiene que ser al ojo del criador, como va a definir usted que es muy veloz o menos veloz, en el trance. Es la velocidad que tiene para lograr el acierto óptimo. Esa velocidad usted tiene que medirla, al ojo del criador, o sea esos pasos que digamos, igual que un corredor que salta vallas, tres pasos y salta. Eso lo puede tener un inglés, un español, ahora si usted lo tiene bien definido en su cría, entonces el gallo siempre va a acertar. Como es bravo, entonces, siempre está en dificultades, pero puede estar castigando, dando pues en el sitio donde tiene medido su tiro. La otra, hace la defensa pues. Pero a veces, digamos que el gallo no se defendió bien inicialmente con las patas; estamos hablando por la velocidad del otro gallo, uno tiene que separar al otro gallo; le cae el tiro, lo deja, entonces se tiene que defender ahí, tendría que defenderse obligadamente. Eso es en gallo de cinco libras para arriba. En gallo chico también igual. En gallo moderno no hay mucha variedad. El trabajo es sencillamente, ponerlo a punto. Sacar unas crías que haga lo que tú quieres, eso es. Pero, es que en realidad para bajar, es lento pues, uno no pude bajar la escalera de un solo paso los diez escalones, sino tiene que ser escalón por escalón; claro, entonces yo me he demorado bastante en  bajar y eso que mis gallos más o menos, han perdido algo de defensa, si yo quiero recuperar en este otro cruce, me propuse que tenga la velocidad.  Tengo de cuatro libras y buen cuello. Esa resistencia ya no, porque tampoco se requiere ahora, porque ahora digamos la pelea es diez minutos, en algunos coliseos cinco. Nosotros antes jugamos cuánto, dos minutos no. Allá en el jirón Cuzco, un minuto, dos minutos, pero era a muerte terminaba muerto, ya está listo el gallo. Pero en dos minutos. Parecía mentira que tan rápido, tuvimos que bajar el piano. Hace años, nosotros jugábamos así, un tiempo bien corto. Probándolos antes de ir al coliseo. Tenías que ganar bien rápido. Allá en Chiclín te cuento, allá, entre bastantes nos íbamos al mercado y comprábamos los gallos piqueros que vendían, los traíamos, a esos les poníamos su propaganda y al gallo que se iba a jugar, se le armaba, tenía que jugar, se debía tomar el tiempo en cinco minutos tenía que haberlo desaparecido al otro gallo, tenía que matarlo, pero si un gallo mataba faltando un minuto por ejemplo, hasta los cinco minutos, ese gallo ya se descartaba, automáticamente se descartaba porque no era un gallo, como se dice, que se había visto patear cinco, seis, siete topadas. No, pasa para ponerle al careador. No también servía para reservarlo, y probarlo con otros gallos.  Otros gallos que estaban en preparación. Al respecto, reducir el gallo, lo que a mí me ha pasado el gallo grande, tantos años han pasado, amarraba en mi casa, amarra felizmente tuve un gallito chico pero con las  mismas cualidades, pero siempre el gallo de aire es un gallo más veloz, se lleva, porque voy a ganar gallos grandes,  para hacer unos cruces, cuando hay  gallitos chiquitos, el gallo inglés, tiene el turco que es más fuerte de los cuales que para mí el turco tiene Asil, combina con el Asil puro, haces tus cruces y te salen ya los gallitos que tú quieres sacar, con las cualidades de los grandes. Ese es el detalle que me he dado cuenta después en Lima después de cuántos años. Se puede bajar así despacio, la cuestión es que es lento, lento es, entonces uno baja, al tamaño que uno desea y mantiene su bravura, su acierto en algo que no tiene el español. Ahora no hay mucha bravura, son ligeros nomás, pero con poca bravura, a la hora que se clavan ahí, usted los ve, están los dos clavados y de repente uno lo agarra y lo clava y el otro está ahí, no le contesta, o sea no hay bravura, porque apenas siente el golpe, el otro debe de contestar inmediatamente.  Cuando ves tú esas peleas de bravura, ahí aplauden. Pero de los gallos grandes, salen mejores gallos chicos o sea usted quiere sacar bien, el padrillo tiene que ser más grande, la gallina chica.  Así, claro, ahí el problema probablemente haya sido, ese estilo de pelea no, que la gallina con respecto al gallo. En mi caso es diferente, yo iba bajando con gallinas que ya tenía, que ya había trabajado una tercera sangre. Una española pura que había metido, con las crías, ya estaban chiquitos, otro gallo de la cría, tenía como cuatro, cinco gallos y ahí uno corrige, entonces si ya está bien hecha la cría, está bien hecho el trabajo; lo defines después, en una u otra especie más, este está limpio, así vamos a afinar bien esto, a clavar bien el clavo como se dice. Entonces, después unos tres gallos. Cuatro, cinco. Yo creo que sí. Yo tengo de cinco libras. Supe de que Pepe y estaba como se llama este que se había metido a criar españoles, cubanos, el otro día me ha llamado por teléfono, Challe me dice, siempre tienes esos gallos bien mañosos; sí le digo, ahí tengo. Cuando gustes le digo. Es difícil. Uno tiene que estar buscando y después de buscar, ya uno dice, ya este se fue, ahora de quién es este gallo no, averiguar quién es él señor, quién es el dueño de ese gallo, de repente ese señor ha comprado a otro. Y otro, averiguar quién es el otro. Pero uno arriesga mucho. Sí pues, uno se averigua primero quién es el criador, si el criador es un criador fino, ya pues bueno, no hay problema. Ahí tengo también encargado una polla blanca. Esas son belgas. El tipo de animales que tiene Carlos, pucha que lindos animales. Una vez fuimos a su sitio allá en Lurín. Con Pepe, hace años, llevamos seis gallos, él también estaba ahí, Chale. Cuando uno quiere hacer una variante, entonces lo hace, tiene que conseguir un gallo de afuera, porque todo gallo es lo que uno ve, lo mete a la cría y después lo prueba todavía. Si sale bien, entonces recién salen a la cancha, porque es mucho riesgo,
comienzan a perder el acierto y también comienzan a ser flojones. Ahora esos gallos ya  no se ven. Su tamañazo tiene y acertados. A mí me gusta el que sea más veloz, más pillo. Siendo Asil, más vivo, también el japonés es igual, o sea el que tiene la cabeza más fina. No, más bien el ataque, o sea a la hora de moverse, es más vivo, patear por supuesto, para patear, el español también es igual; pero siempre hay uno bien cabezón, el otro menos cabezón. Sí, sí pues, algunos están definidos me parece. Dentro de las mismas cualidades que tiene el Asil, pero la agresividad con más velocidad, hay mismo saca la pata, así es, eso es lo que uno va observando. También es difícil sacar camadas parejas, pero cuando uno la tiene, a veces la deja escapar. Por pensar de qué hay un cruce mejor que digamos me pareció muy franco para determinado momento, como esto es una evolución, me pareció muy franco en mil novecientos setenta, un determinado tipo de gallo, pero eran efectivos. Antes eran más, atacaban, pero igual mataban, o sea matadores eran. Entonces una gallina botaba Asil, entonces bueno, decía, a este le falta un poco más de Asil, estaba matando, a cada rato mataban esos y en Lima; al otro año saque con otro gallo, un gallo pero bien acertado, ligero también, la gallina botaba ligero, así es que tenía de español la gallina, pero un cuarto estaba botando Asil, estaba bien, así es que acá está el Asil, no, si había acierto. Pero tuve que retroceder, pucha, retrocedí y no me salía ninguna hembra, pero yo quiero una hembra, mejor dicho saqué de nuevo al mismo padre y a la misma madre y volvieron a nacer lo mismo, igual me salió parejo.  No, quería polla, no me salió polla, la otra sí me salió pollo, pero me comí la polla; entonces en esta otra saqué seis huevos, dije, de acá me van a salir un par de pollos por lo menos, no me salió ninguna polla, todos machos me salieron y la gallina, que paso; a la eché a un gallo japonés, grande, negro, un negro y la gallina tenía la costumbre de pelear con los gallos, entonces tenía que amansarla para que la pise, pero este gallo, no podía pisarla. Y ella se peleaba con él, entonces yo la quería hacerla pisar y ella ya no quería, se volteaba y quería mecharlo al gallo y a veces el gallo me pateaba a mí, entonces agarro y amarro al gallo, le cruzaba las manos, no puedo hacerlo pisar, porque este pata patea, el gallo japonés patea bien duro, pesaba como nueve libras el gallo, lo dejo ahora, bien trabado al gallo, no pasa nada, al día siguiente lo encontré a sus pies a la gallina, lo mató pues. Cuando uno define bien a la gallina, el criador, entonces tiene una gallina que define todo, o sea el genotipo y el fenotipo, o sea tiene usted una gallina con un producto con buena figura y los genes para permitir también. Entonces, si usted trae otro gallo de otro lado, que no es de su cría, ese otro gallo, va a tener que entrar a dominar  a esa gallina que está bien firme. Que, es prácticamente una raza pura. Mientras el otro, como te da. No, porque ahí es diferente la medida, mientras en uno puede ver el gallo, la gallina no la puede ver, solamente en el producto. Bueno, por eso le digo, es bien difícil por el criterio de selección, a mí me dicen esta gallina es muy buena y de repente para mí no es muy buena gallina. Bueno, la gallina tiene todo, si uno la ha hecho a la gallina, tiene todo incorporado, o sea está todo ahí. Podría tenerlo, entonces lo que haría el gallo, es entrar a caminar al lado de ella. O en su defecto, podría ser un gallo raceador y entonces la supera a la gallina y manda como él. Sigue aportando su bravura, sigue, pero ella lo acompaña bien al gallo, entonces sabe que su gallina es firme. O sea el gallo aporta pues, ambos aportan, pero cuando uno está definiendo su cría, por ejemplo hay criadores que definen por el lado del gallo, ellos creen en el padrillo y meten cualquier gallina, pero entonces el gallo manda, porque ellos han definido bien sus gallos. En el caso mío yo defino bien la gallina. Le veo el estilo, todo que tenga, que sea bien parecido a mí criterio. Además en el estilo de pegar todo, tiene que salir igual, eso es lo que he estado mirando en la cancha.  Digamos, aliviar un poco la sangre. Así hago a veces cuando he definido un gallo determinado entró bien, hasta la tercera generación ha caminado bien, a veces la afirmo, en la tercera. Así hay criadores que definen por los gallos, el gallo es el que manda. El criador tiene que conocer a su gallo, de todas mangas; uno conoce a su gallina que cualidades tiene. Cualidades más que nada, esta gallina tiene esta cualidad, a esta le falta esto, muy bien; el gallo que vas a traer, tienes tú la facilidad de darle su tope, de darle su patadita, no te llena el ojo, pero tu sabes que el dueño te está diciendo, este es de tal sitio, tal otro, entonces tu deduces, que cualidades debe tener este gallo en sangre, porque a veces los gallos no demuestran lo que son. Entonces, tú ahí sacas la camada con tu gallina, pero coincide también en ciertas cualidades con tú gallina, entonces al coincidir las mismas cualidades que tiene el gallo con tu gallina, yo creo que ahí será un treinta, cuarenta por ciento de posibilidades que te salgan iguales los hijos, tanto a la madre, como al padre. Sí pero la forma de definir la gallina, son los hermanos. Pero primero uno deja a la gallina, pero para dejarla, tiene que haber dejado a los hermanos. Eso ya está descontado. Entonces está bien, justa la que quiero, auméntale elijo dos para luego elegir una. Cuál es cual. Se hace difícil, pero es lindo. Saca lo que  uno quiere, saca lo que a uno le gusta. Fíjate acá en nuestro medio, ha habido tal cambio a lo que se refiere al tipo de gallos de pelea y todo. Ahorita, estamos ya en el peso de cuatro libras digamos, por lo general, sin embargo nosotros, Juan, sus hermanos, yo, siempre hemos mantenido ese tipo, de criar gallos grandes ya, y a veces los topábamos simplemente, los gallos grandes están más duros que lo chiquitos. Le gusta más el tope. Lasie, Luis pinto. Pero Figueroa se llamaba un tiempo así, yo lo conocí primero por Figueroa. O sea hubo un socio Luis Pinto. Ahora hay dos muchachos. Esos son sus hijos. Claro, se apellidan Pinto. Hay uno que se parece a Alan García, un altazo. Me ha invitado Lucho Lescano que tiene su padre un coliseo y su suegro tiene un coliseo de Calatraba, en Pachacámac.

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