ENTREVISTA AL SR VICTOR LOSTANAU

ENTREVISTA AL SR VICTOR LOSTANAU

 Víctor Lostanau Ordoyza

Lince, 05 de Marzo del 2005

 

 

El General Augusto Rodríguez Martínez era director general de la Policía, gran aficionado. Tenía gallos españoles y por su cargo, pasaban no más los gallos. Muy poco fui al coliseo Salon en el Callao; iba al Gallo de Oro y a Pico y espuela en Chacra Ríos que era del huanuqueño Valdivieso es el que puso la mayor parte de plata. Chaplin le preparaba a Don Augusto y Don Augusto cuando iba a salir, le registraba el cuerpo con palmadas, porque a veces se llevaba los huevos, le reventaba los huevos. Salinas le preparaba los gallos a Don Augusto. En esa época nadie quería que le lleven ventaja y más eran gallos Japoneses que peleaban 40 minutos y no bajaban la cabeza. Cotejaban y al peso. El gallo que mete espuela, mete con cualquier cosa; tanto le ponen la espuela para arriba, para abajo, el gallo que mete espuela, de cualquier forma, hasta con un palo que le pongas. A Falla le di un gallito que se tiró 14 peleas. Vivía en Monserrate y ahí dormían los gallos y les caía la lluvia y no se enfermaban, estaban sanos. Juntaba un gallo con una gallina y salían buenos. No me importaba el tamaño y veía que metían los cachos y durante el tope, veía donde marcaban a cacho limpio, por eso marcaban. Déjalos que sientan a ver cómo reaccionan y si se entregan o no se entregan. He tenido Tuzos. Quien tiene Tuzos ahora es Bohorquez en Chacra Ríos en la unidad vecinal. Y él de ahí está sacando y de ahí está jugando. De donde sale tanto gallo bueno, porque el que le prepara a Ud., siempre se lleva huevos o un pollito que se lo comió la rata y siempre se pierden. Yo he tenido de los gallos que trajo Fidel para Velasco; un ajiseco que tenían de español; quien los trajo fue el que era teniente en esa época, Willy Barrientos y un día se me presenta en Monserrate con 14 gallos y me pidió los tenga 6 días; era agregado de Velasco; él fue al aeropuerto. Los tuve que amarrar en la cocina, en el cuarto, y yo le decía, oye, cuando te los vas a llevar; todos eran gallos, no gallinas. La mayoría eran ajisecos que los tuve como una semana. Me gustó el papujo canela; de ahí salieron todos los ajisecquitos buenos; con cualquier gallina que le metía, salían buenos. Me gustaba cualquier gallo, pero que meta espuela; un buen cruce era el Chileno con Español e Inglés. Don Roberto Leguía traía gallos Ingleses. Él jugaba en La Pampilla y cuando derrocaron a Don Augusto B. Leguía, la gente se llevaba los gallos. Primero fue La Pampilla y después El Gallo de Oro de Isa Jamís. Al viejo le gustaba mucho la timba y después de las 12 de la noche se quedaban para jugar en mesa. Mi padre tenía caballos y me trajo de Ancash. Tenía mi gallito el Cuacua que no cantaba, sino, decía cuacua; se lo obsequié a Bohorquez que hasta ahora lo tiene, que debe tener 15 años y esos viven 12 años; los cría bien. Me gustaba criar y no era jugador. Los criaba en Chillón y acá los traíamos para toparlos en Calicanto y los topábamos con espuela y al que moría entraba a la sopa de fideos con papas. A Calicanto le movía los gallos Molina. El local de Calicanto estaba donde comienza la carretera central, en Nicolás Arriola, por el mercado 3 de Febrero en San Luis. Tenía su guardián que era el cocinero; también preparaba Chale Vega. Se pasaba la bandeja para poner en la cerveza. De Ancash vine con mi Padre bien muchacho. Tengo 91 años. Don Augusto B. Leguía tenía unos gallos blancos lindos. El coliseo La Pampilla estaba casi fuera de Lima. En la calle Maravilla había una pileta y en la pampa de Pellejo había otra pileta que había que saber nadar. La de Maravilla era bien baja. En la cancha de Buenos aires había un portón que hasta ahora existe y se armaban las trompederas porque la gente de los Barrios Altos no se podía ver con los de Breña ni con los de Monserrate; por quítame esta paja, pleito. Lima, todo era chacra. Toda la avenida Argentina era chacra de caña de azúcar Infantas era caña de azúcar, la gente jugaba sin zapatos y el Alianza iba a jugar allá. Y en el equipo que yo fui, salió trompeadera cuando yo estaba recién en el juvenil y salió una trompeadera y le saco chocolate de un puñete bien dado y se me vinieron un montón y un sombrerón, el guardia civil de sombrero, ese me salvó, se me vinieron más cholos y pam, pam pero el sombrerón calmó todo y con él me salí hasta la avenida Argentina; había el Victoria Viterbo de 4 cilindros y no tenían batería y su corriente era de 4 bobinas. Todo eso era chacra y cañaverales. Yo jugaba en el estadio de madera, lo vi jugar a Lolo y Manguera Villanueva. Lolo no sabía cabrear, pero su patada era de una bestia. Las pelotas esas pesaban y eran grandotas y había que empujar la pichina y tenían el blader, el jebe y había que meter la pichina adentro y por una costura metían el blader. Jugué como dos partidos cuando el Alianza bajó. He visto a Lavalle, a Juan Valdivieso y ponían en la pizarra quien iba a jugar. Si tuviese que elegir entre el gallo de antes con el gallo de ahora, pero que meta cacho. Un inglés es muy rápido, pero se aburre. No había selección de cachos como ahora. A quien no podía ganar era a Dante. Entre el gallo inglés y el gallo chileno, me voy al chileno, porque el inglés le falta resistencia. Mi mejor gallo ha sido el que le di a Falla que le sacó como 14 peleas. Ese era el gallo hijo del que me trajo Frejol Seminario que me trajo gallo y gallina de la cría de Trelles y ahí salió esa gallina color cucaracha. Íbamos a Calicanto y ahí se quedaban los gallos y ellos se encargaban de prepararlos y ponerlos.

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