entrevista al sr walter portocarrero castro

entrevista al sr walter portocarrero castro

  

 

Walter Portocarero Castro

Stgo. de Surco, 15 de Marzo del 2003

 

 

 

Del que me acuerdo de Rosas García en Chosica, es de un gallito que le llamaban “El Luchito”; era un gallito negro chiquito, dentro de tres gallitos hermanos que tenía y ese negrito, lo habían jugado un cuarto de millón de soles un 28 de Julio en la cancha grande pues en Chosica no le querían parar gallos y nosotros teníamos un gallito chiquito cenizo, que le llamábamos “El Angelito” y mi padrino Félix Monroy se lo echó. El no creía en nadie. En Chosica, dió cátedra pues era valiente para el juego. Dió hasta libra y media de peso y la gente no lo cree y más ganaba. Los navajeros me cuentan que hacía lo mismo cuando se metió en navaja. Me cuenta su esposa que a veces su gallo estaba herido y le apostaba normal y ganaba. Contra el Luchito hicimos la pelea y a las finales acabó matando nuestro gallito al de Rosas y se picó y dejó de hablarle a mi viejo hasta después de años en que le pasaría la rabia, pues también dejó de ir a la casa pues iba todos  los Domingos a la casa con sus hijos. Le dejaba gallos a mi Papá para que le prepare. Era esposo de Leonor García, la compositora criolla famosa, Mamá de los hermanos García cantantes criollos. Rosas ya falleció. El gallino de Rodríguez no tenía rival en Chosica. Fue uno de los gallos buenos que hubo en Chosica. El Chotano del Profesor cárdenas un ajiseco, gallo nacional que jugó la primera pelea bien y la segunda se corrió, contra un gallo del Callao que tenían buenos gallos. Iba Quevedo. Orestes Ríos, apostador, que le decía Terry “Saladiiilla”. Dos años seguidos que no lo veo, pero lo he visto en el coliseo de Chorrillos, jugando gallos donde El Ronco. Ríos una vez le cruzó una apuesta a Quevedo y total no se ponían de acuerdo y Quevedo “Cabrilla” era medio achorado así que discutieron y Quevedo se metió a la cancha y pum le metió su viaje. En Chosica un gallo de trayectoria a mi concepto, fue un gallo que mi Papá le vendió a Rodríguez, antes de la época del Gallino de Rodríguez, que era moñón. El gallo negro, era azabache y se jugaba donde Navarro a navaja los 24 de Junio. Invitaron a mi Papá y Navarro le echó un gallo aunque el negro era pollo. Se jugaban con espuelas naturales y el gallo de Navarro, se echó como 10 veces; en realidad el pollo le ganó pero mi Papá no sabía el reglamento y según Navarro como su gallo no se corría, declaro el juez tablas. Ese gallo, mi Papá se lo vende a Rodríguez. El gallino de Rodríguez, que tenía mucho juego abajo; no lo encontraban y era muy acertado. Era un gallo fuerte. La última pelea, empató con un gallo de Calín Milla. Calín también tenía en esa época un gallo que le llamaban El Kinkon. Sacó camadas del Kinkon y salió un gallito que le llamó el Cimbalero que se lo echo a Rodríguez y fueron las únicas tablas del gallino. Calín Milla del Kinkon, a Pedro Rodríguez le regaló un gallo que no armaba. Nosotros los Domingos íbamos a visitar a Pedro Rodríguez, y una vez le dijo, te cambio el gallo  por dos gallinas. Fue un gallo muy mentado al que llamamos “El Chalo”. Antes la gente me parece que era más sana. Y el día que sacaron los tres gallos, El Gallino de Rodríguez, el Cimbalero y nosotros llevamos al Chalo; los tres gallos pesaron igual; 7:08lbs. El Chalo era el que ganaba más rápido pues degollaba en los revuelos. Calín no quiso hacer la pelea, pues el gallo era de su cría pero con Rodríguez, el Chalo era más espigado y tampoco se pactó. Otro gallo que me impresionó, fue un Flor de Habas del Profesor Cárdenas. Era un gallo nacional, muy fino que se lo enviaron de Cajamarca. Era gallo acertado y tirador, quien sabe adelantado a su época. Otro gallo, fue “El Ruiseñor” de Aguayo, un gallo giro, que no sé dónde lo consiguió; era tipo españolado, algo raro para el tipo de gallos que tenía Aguayo que era muy llorón para la coteja. Era hasta abusivo. El inconfundible Don Víctor Terry al que le vi también gallos buenos como “El Muñeco”; gallo fuerte, de buenas peleas. Todos ellos fueron de la primera época de gallos, probablemente del año 1964 a 1970. Después salió “El Pitrimitri” de Lucho Urbina. Lo vi jugar dos veces. El gallo no demoraba. Me dijeron que era cruzado con navajero. Lo vi en Chosica una vez que el gallo de Calín lo puso en apuros. Probablemente fue la única vez que le metieron espuela porque después ganaba rápido. Fue famoso porque jugó en casi todo el Perú. El ganó a un gallo de Trujillo llamado “El Virrey” campeón de Trujillo y el Pitri se limpió las patas; lo sacó corriendo. Jano preparaba al Pitrimitri. También ganó en Camana, en Chichayo que fue su última pelea jugó con un gallo llamado “El Margarito”, conocido en todo el Norte. Empata y le rompen las dos alas en la entrada. Dicen que el juez lo ayudó pero estaba mal echado. Todo Lima, se fue al gallo pues a Lima le habían ganado casi todos sus gallos y los limeños fueron en la caja del Pitrimitri; a la larga, empató. El Pitrimitri, no produjo crías de la misma calidad. Era un gallo que resolvía rápido; sólo en la pelea de Chiclayo, se le pudo apreciar en el fondo. Pesaba 7lbs. Era un gallo grande. En Chosica, el ala rota un gallo giro con bastante trayectoria. Gallo que se lo obsequian a Douglas Camargo. Otro gallo fue el giro flaco. Eran gallos chilenos de la línea que procedía del Sr. Ciro Guerrero. Dió bastantes satisfacciones no sólo a nivel local sino, enfrentaron a buenos animales. El ala rota y el giro, pelearon contra Tacna Víctor Nieto, Wilson Mazuelos. Califa, tenía “El Pumacahua”. Tuvo como 22 peleas ganadas ya se calzaba. Era de los gallos que le gustaba pegar pero no le gustaba recibir. Lo corrieron en Villa María y después lo corrieron en el Gallo de Oro. Cuando vine a Lima, me impresionaron gallos como “El Apolo” de Don Alfredo Tavera. Gallo Grande. El “Doberman” y el “Maradona” de Don Alfredo”, por citar algunos de Don Alfredo. Gallos de Los Sauces, “Los fiebre Amarilla”. De Juan Alvarado del Galpón Cristal, un moro blanco, gallo chileno, llegó a ganar 9 peleas en una sola temporada y con buenos rivales, pues Jugó de S/.1,000 y S/.2,000 soles. Y le buscaban gallo para ganarlo y nunca lo tocaron. Un tipo de gallo parado, que no me gusta pero tenía algo que lo suplía con la espuela y con el pie parado; era inteligente para pelear. Me acuerdo que le echaron un gallo de Suelta el agua, que antes había ganado a un Moro del Callao. El Moro avanzaba para jalarlo del pecho y el otro retrocedía. Fue una pelea fácil para el Moro como agarrar de la oreja a un niño. Después le echaron a un giro que le compraron a Luis Antonio. Le dieron tamaño, pensando que se acomodaría mejor para jalarlo al Moro, pero fue una pelea fácil. Era un Moro blanco. Yo conservo esa línea, pues llegué a sacarle camadas al gallo. De acuerdo a la calidad de gallos que se juegan, los coliseos más difíciles fueron la cancha grande, hoy día Surco es la más difícil; puede ser otra Villa María, p
or el tipo de gallos que juegan. En el Cono Norte, La Pascana. También El Agustino y El Riel de Ricardo Bentín. Trujillo en la Primavera, es la concentración más importante del Norte. Mas que en Chiclayo y Tumbes. Piura es una región algo dormida, como que pasa desapercibida. Otro lugar es Chimbote, donde se ven buenas peleas y buenos gallos. Dentro de los aficionados más representativos en Trujillo, están los Ganoza, Jorge Manucci, Cucho Taboada que es dueño del coliseo pero no cría sino compra bastantes gallos. El finado Sr. Mario Oray que tuvo buenos gallos. Manuel Zapata, los hermanos Castañeda, pero no los veo hace un buen tiempo. Se juega S/.500, como S/.3,000 o S/.5,000 soles. En Chiclayo en el Punta Roja también es una buena plaza. Pero en Trujillo hay más galleros. Antiguamente, habían gallos campeones indiscutibles, con gran trayectoria e imbatibles, que a veces representaban la afición de un pueblo frente a foráneos. Ahora, los gallos se crían y juegan en serie y su trayectoria, la representa más el prestigio del criador que los juega. Luis Antonio, tenía un gallo campeón llamado “El Enano” y sus hijos fueron llamados “Los Enanos” y también transmitían. En el Norte, eso se ve muy poco pues hay gente que compra bastantes gallos pues no son criadores en serie y cuando le casan camadas, le salen de todo. Con excepciones como el finado Don Augusto Trelles de Piura, Román Echevarría, Don Antonio Cortez pero sé que también tiene de varias fuentes. Pienso que Luis Antonio es conocido, sin tener una trayectoria muy larga, porque su suegro Don Carlos Feijo tuvo renombre. Aunque después él continuó con el mismo tipo de gallos que pienso que los gallos buenos son los que trajo su suegro. Fueron los mejores. En otra época, fue una especie de termómetro, para poder ubicarse en un nivel correspondiente y que había poca difusión del gallo tipo centroamericano. Me parece que Luis Antonio aún no ha aprendido nada de animales y crianza. En un jugador de gallos y es valiente para apostar lo cual es también importante. Lo que no entiendo, es cómo ha podido desmejorar la cría, teniendo muchos sementales que le obsequian invitados extranjeros cuando organiza los internacionales. Ha sacado de raíz la esencia de su cría. Sus gallos y gallinas buenas, las hizo a un lado, para incluir también de Puerto Rico, gallos de inferior calidad como los de Gonzales Gonzales y otros. Pienso que si te va mal dos años o máximo tres años, es tiempo suficiente para darte cuenta de ello y corregir. Pero Luis Antonio ya va por 8 años y sigue desmejorando. Y si cuento con aves para reflotar lo que he tenido, pues las utilizo y rescato lo anterior. Como lo hizo mucha gente, entre ellos, Los Sauces. Que de abajo recuperó sus animales antiguos y recuperó su nivel. Luis Antonio, no lo ha hecho así. Todos los años antes del inicio de temporada, se comenta que Luis Antonio va a sacar gallos mosotros este año, pero cada día es peor desde hace 8 años no se ve. No hay criterio de selección y cruces. Don Alfonso Pesantes, es uno de los pocos galpones grandes que mantienen su calidad con buenos gallos. El Sr. Ahon, no los veo hace algún tiempo pero eran bien competitivos y mejoraron su línea. Los del grupo de Calicanto, tuvieron mucha vigencia hace años pero ahora están desunidos con Cucho Sara la Fose a la cabeza. En Chiclayo, Rengifo de “Chilampa”, hace unos 6 años no era conocido como es ahora. Tiene poder económico para creer hacer lo que le da la gana. Es medio mafioso. Tiene piladora de arroz y dicen que algo más. Le metió una bofetada en el ruedo a un careador. Casi lo matan al “Gato” Tirzo en Chiclayo a golpes porque Tirzo había ganado casi 10 gallos y ellos habían perdido casi todos sus gallos y le dieron un gallo a soltar porque estaba con la mano y lo suelta en una pelea difícil en los revuelos y le cobran una falta a su gallo, una al otro, dos faltas a Tirzo y el otro estaba también mal y Tirzo voltea a pedir indicaciones a Rengifo, por lo que levanta el gallo y cuando sale, el otro gallo muerto y su gallo aún con vida y se le fueron encima. Es algo que la afición de Lima nunca se lo ha perdonado, pues pudieron haberlo matado. Es gente problemática en los coliseos. Un aficionado Chiclayano de primera, es Don Salvador Burga es un aficionado representativo de la afición Chiclayana por él y por sus gallos. Como Don Armando Baca Rossi. En Tumbes el más conocido y con el que tengo amistad, es Pelucho Merino. En Sullana, se mantiene Don Antonio Cortez, Don Walter Reuche. Más juegan gallos los sullaneros, que los piuranos. A Don Román Echevarría muy poco se le ve. Un amigo de Chosica, Roberto Paredes, de un momento a otro, siempre me decía “voy a ir a la selva a hacer plata”; era su sueño. No manteníamos comunicación, tuvo un tiempo que venía e iba. Yo estaba metido de lleno a los gallos y me iba haciendo conocido poco a poco. Le preparaba los gallos al chino Li de la cancha de Chaclacayo. Como económicamente me iba mal, sobre todo en las fiestas, pues si de 30 peleas, Lima nos ganaba 27; pos la diferencia de nivel de animales, en peleas de S/.100. Entonces no cobraba porcentaje de ganador. O un Domingo normal jugaban S/.20 soles y me correspondían S/.4 soles por comisión. Un día menos esperado, voy donde el chino Li y me dice que llegó un pata de la selva y me ha pedido que le recomiende un preparador que conozca y que amarre y críe los gallos. Paga S/.500 soles al mes. Tomando en cuenta que en ese tiempo yo era jefe de planillas de Editorial Universo y ganaba S/.136 soles y aveces me tenía que quedar hasta de amanecida por las planillas. Opté por ir. Y al día siguiente viene el pata que era Roberto Paredes que éramos amigos desde mucho tiempo atrás. Me dió S/.300 soles para comprar lo que me hiciera falta para viajar. Los amigos Chavez de Chosica, tenían un gallo machetón bien conocido. Tenía ¼ de chusco de coral y polloneaba seguido; pero cuando le metían espuela, y regresaba inmediatamente a matar; pero si no mataba, lo castigaban y se corría. Como lo quisieron matar, yo no lo quise pues el gallo era para jugar poco y buscar el pollón y aveces nos componía la tarde. Ese gallo, la última fiesta de Chaclacayo que hicimos donde el chino Li, lo jugué S/.200 de puro macho. Y suerte del gallo pues jugaba contra un gallo extraordinario y en la primera patada le mete los dos cachos en la cabeza y nuestro gallo se empieza a enmoñar que era un aviso que iba a correr. Pues le habían roto los cachos en la cabeza y cuando estoy con el gallo esperando a que le cambien las espuelas al oponente, Jorge Fonseca me dice “ese gallo es criminal, pues tiene 13 peleas”. Yo le respondo que mi gallo tiene 11 peleas y siete pollones. Soltamos el gallo y con la mano, lo acomodo por el lado tuerto del oponente. Le pega una patada y lo clava en las dos costillas, lo pulmoneo. Ahí le echaron la culpa a Mego, porqué había soltado el gallo mal. Volviendo a lo de la selva; el pata Roberto Paredes, le pagó al chino Li S/.700 soles cuando el dólar era más bajo que el sol. A mí me fastidió, porque tenía cuatro gallos mejores al chusco, que si me hubiese dado S/.100 soles por cada uno, yo quedaba satisfecho. Eso fue en 1984. Me dijo mañana viajamos y he comprado unos gallitos del cholo Nuñez. No quise decirle para venderle mis gallos. Y lo llevamos al gran machet&oac
ute;n que además Li le había vendido otro gallo en S/.300 y me daba cólera que pague tanto, con gallos mediocres. Llevamos los gallos a la selva y el Machetón jugó tres millones de soles, cuando acá una pelea grande era de S/.100 o S/.200 soles. Y se corre. Jugaron los gallos de Califa de Nuñez, de los cinco que le vendió, se corrieron tres; uno no jugó y el que menos jugó resultó ser el mejor, que jugó S/.500 que no era nada para la zona. En la selva, no sabían lo que era un gallo en muda; te hablo de los de adentro. Paco Jara, Antonio Capellini, ellos sí conocen. Ellos iban Viernes Sábado y Domingo casi todas las semanas y prácticamente los asaltaba, por la superioridad de sus aves. Ahí no sabían lo que era onzas, lo que era muda, jugaba y de diez peleas, ganaban una y de ocho perdidas y una tabla. No les vendían los gallos, sino, traían la plata de las apuestas. Poco a poco fui llevando animales de Lima y poco a poco les fui ganando peleas a Paco Jara, a José Salas también que vivía en Huánuco, del galpón Arequipa. Se jugaban sumas extraordinarias y como anécdota, me contaron que un gallo de un patita que no lo llegué a conocer; lo conocían como Archi, por la plata. Se había traído un gallo de Puerto Rico y cuando estaba levantando el vuelo, parece que le aflojaron los pernos de la avioneta y se cae. Cuando fueron a ver la avioneta con la carga, encontraron al gallo en el monte. Llegué a conocer el gallo, cabezón, bien chato, y tenía unas alas que las arrastraba en el suelo, con cola larga. Nunca lo vi jugar, pero me dijeron que tuvo cualquier cantidad de peleas. Era el terror de los que iban a Tingo María y Huanuco. Siempre les ganaba. Transmitía crías feas y plumonas que había que arreglarlos, botándoles el lomo y la golilla; ahí recién los apreciabas y jalaban pluma, metían mucha espuela. De ese gallo, quise traer a Lima y le digo al Pepe, el dueño de los gallos, que a cambio le traía un amarillo. Aceptó y escogí el menos plumón que era cola y alas más cortas. Me ganaba la hora para salir a Lima y estaba esperando dos patas que me tenían que pagar, a uno no lo encontré y me olvido del gallo; ese gallo, todavía no estaba en casillero y cuando no estuve, un domingo de elecciones, lo cogieron y lo llevaron de la chacra al coliseo y pollonea; lo juegan el mismo día y vuelve a pollonear. Cuando regreso a la semana siguiente, para el próximo Domingo y me cuentan eso. Era difícil que me lo entreguen. Ese Domingo, lo juegan diez millones y vuelve a pollonear. Y ese mismo Domingo, lo era del peso con un gallino negro de Tingo María que también había polloneado, e hicimos la pelea; me acuerdo que jugamos veinte millones pues ambos gallos habían ganado sus cajas de apuesta el mismo día. Nuestro amarillo, pollonea de nuevo, haciendo cuatro pollones, en una semana. Lo que más recuerdo, es que ahí se encontraban unos colombianos y tenían un gallito colombiano. Lo habían amarado en un poste que sostenía el techo. El gallo amarillo para cogerlo, era arisco. Había que carearlo y meterlo para que pique. El colombiano era tuerto y cuando lo voy a coger, el gallo vuela al ruedo y nuestro gallo lo encuentra en su camino; pasa y lo mata. Para mí ese gallo, fue un aborto excepcional, pues nunca vi algo igual. He visto jugar peleas por cincuenta millones en esa época, algo que en Lima nunca se iba a dar en la vida. El comercio de gallos, procedía no sólo de Lima sino, también de Colombia, que era por otros arreglos que hacían con ellos y buenos gallos. Incluso llegué a tener una gallina del criadero de Vicente Hernández hace como 17 años y hasta ahora guardo descendientes y me sigue transmitiendo. Yo estaba por el Ramal de Puzana, por Tocache; jugaba los gallos hacia la margen izquierda de Tingo María, por Aucayacu, Tocache, Sion, Paraíso, Progreso. Para el otro lado, no había tanta plata, como hacia el lado izquierdo. Por lo general, juegan gallos sólo gente de la zona. Aunque en Ramal, una vez hicimos una concentración grande, fue gente de Lima, que se quedaron atónitos por los montos de dinero que se jugaban. Los Alarcón de Canto grande, fueron con un grupo. Pero vivos, porque no jugaron ningún gallo, sino, los de Luchín de Leoncio Morales que los mandaba con un pata. Los gallos ganaron y ellos aprovecharon para hacer la venta de sus gallos que eran de inferior calidad y no jugaron ofreciéndolos como si fueran gallos de Luchín; al año siguiente regresaron, pero lo que no se dieron cuenta es que había bastante gallo que había llegado de Lima, gallos buenos que ganaban. Cualquier día de la semana se armaban las peleas, no importando si hubiese público o no. En Aucayacu, Ramal, Progreso, vendí bastantes gallos. Casi todos eran sólo jugadores. Llevé en todo el tiempo seis gallinas, me parece que era mucho. Ellos no tienen tiempo para criar ni tenían en qué gastar la plata. Al principio incluso, llevaban gallos sin preparar. Antonio Capellini, era de Tingo María. En Tingo, había otro de los renombrados, Lucho Sevillano. Ellos estaban Viernes, Sábado y Domingo jugando gallos, desde Ramal de Puzana a 1½hora de Tingo María y de ahí seguían avanzando; peleas diarias. Juan Salvat era También de Tingo María, un colorado; como sabía que en Ramal habían buenos gallos, iba entrando cada vez más adentro solo, por la Belaunde, Madre Mía, Sión, Progreso, Tocache, Uchisa; cuando la gente iba llegando a Progreso, él había pasado. Al que no lo conocen, le echan gallo de frente. Después hizo su cebichería. En Progreso, le vendí un gallo a un amigo que se  le movían las espuelas, pero no se salían. Ese gallo, había sido de Mao, que lo compró el chino Li, quien lo juega en una concentración de Tingo María y pierde, también con otro gallo que llevó, un amarillo de Zambrano de Chosica – Santa Eulalia y un gallino que era de los Alarcón de Canto Grande, también perdió. Esos gallos los tenía botados. Le moví los gallos al chino como es debido, entre ellos, esos tres gallos, los cuales me regaló. Los alimenté como debía ser, y entre ellos, el que se le movían las espuelas, lo llevo a Progreso y se lo vendo por $300US a unos colombianos que estaban en el pueblo. El gallo lo jugamos en una concentración que se cruzaba con la de Huánuco y como la gente se iba a Huánuco, en Progreso había menos peleas y diez millones de pollón. Me quedé y el colombiano me dice que coteje el gallo y damos diez onzas de peso, contra mi opinión. Lo amarro, entran y nuestro gallo, pollonea y sólo. Ahí me dió el 30% de caja que jugó diez millones es decir, 3 millones y del pollón me dió 3 millones así que estaba riéndome, para el precio que vendí el gallo. Me deja el gallo para que lo prepare y o tenía en casa de un amigo Garrincha, el más renombrado en todo Progreso, en gallos y en plata. Al día siguiente me dice el colombiano, que prepare bien el gallo, porque el Domingo siguiente tengo un desafío en Uchisa, para jugar 50 millones, en el año 1986. Traté de dejarlo a punto y en Domingo, vamos y me acuerdo bastante de esa pelea, porque a parte de los 50 millones, apostaron 50Kg de cloridrato. Y ganó el gallo. Me dió quince millones y los col
ombianos del grupo de ellos que eran seis, me pidieron que trabaje con ellos, cuestión que no acepté. Pero hicieron una bolsa de 12 millones de soles, dos millones cada uno, para que les compre gallos en Lima. Con esa plata que ganó el gallo en Uchiza, me fui a jugar a la Primavera de Trujillo y me traigo el premio de calidad con un Moro de los chilenos antiguos. La pelea de mayor monto que hubo en la concentración, pues jugamos 20 millones; todo fue de mi plata. Ese moro, ha sido el gallo que me ha dado más dinero en mi vida. Se lo vendí al finado Aurio Pérez; lo mataron en Trujillo los Rayas. En avioneta, era el que sacaba a toda la gente de la selva a las concentraciones. En esa época también hubieron gallos colombianos fabulosos, transmitían crías también de calidad. De los mejores fueron los de Pacho Barboza de Leticia; él era narco. Llevaba los gallos y con su gente los jugaban, que también los vendían y se quedaban. Dos de esos gallos, llegaron a mis manos; uno me quedó a mí y otro a “Chequi” Sergio Baygorria, el que corre en moto. A Chequi lo invitan a Aucayacu, para que haga una exposición de motocros, pues ahí todo el mundo anda con moto y era un espectáculo. Como también tenía gallos, se trae el gallo colombiano que había ganado como 6 veces. El gallo era viejo pues llegó en 1985 ya gallo. Lo jugaban casi todas las semanas. Chequi fue en 1991, me parece. En Lima, lo llevó a Surco ya viejo y pollonea. De ahí lo vuelve a jugar, y otra vez pollonea. Yo le decía que le saque cría y que no lo juegue más. Le sacó camada. Luego, lo vuelve a jugar y lo pollonean, matándolo. Uno de los hijos, lo metió a las gallinas de Luis Antonio y con 8 hermanos, polloneó más veces que los gallos de Luis Antonio. Chequi es un loco que no es gallero. Me acuerdo que juega dos gallos un Viernes en Surco y los dos pollonean. El Domingo había concentración en Chaclacayo, y volvió a jugar a los dos y vuelven a pollonear. Eran gallos fabulosos. Los gallos eran blancos y Carmelos; a Luis Antonio, no le gusta ese color. Me regaló una hermana de esos gallos. Al gallo viejo, le decían “El Narco”. Pienso que la mejor calidad de gallos que se juegan en selva, puede estar en Tarapoto, donde han llegado buenos gallos colombianos. He estado en Iquitos y no me impresionaron. Aunque sé que llegaron gallos de Alfredo Ramos de Colombia. Me contó Dante Valdivieso, que Chilala, iba todos los años a jugar a Iquitos y se traía la plata en costal y en aquella vez, fue Chilala, Dante, Molleja, y se encontraron con esos gallos. Todos los de Lima, perdieron. Son otro tipo de gallos; tienen juego, caminan. Dante trajo dos gallos uno pequeñito de 3:03lbs y el otro pinto, lo tiene en cría. Son gallos de María Bonita de Colombia; Lalo también tuvo de esos. El pinto, tiene juego, jala de abajo, en Iquitos, juegan con carey. Donde estuve, siempre se jugó con espina. Traían bonitos carey, pero no se difundieron. El gallo que pega a la cabeza, no hace nada. Se perdieron buenos gallos, por ponerles carey. Los gallos de Pacho Barboza que llegaron al Ramal de Apuzana, fueron de gran calidad. Pacho Barboza es uno de los grandes en Colombia. Admiro a “Chilala” Eduardo Rivas, más que como criador, como jugador de gallos. Me parece que cometió un error que lo comentan algunos y es que vendió su base genética. Pues vendía muchos gallos, a todo el Perú y en especial a Ecuador. Hace años, un 28 de Julio, se llevó todos los trofeos en la 2 de Mayo, que era difícil. En Surco, también le vi gallos muy buenos y los vendió. Su nivel ha bajado bastante. La base genética, hay que guardarla. Yo te admiro por eso, pues tu trabajo de años, no lo vas a echar por la borda. Los muchachos Vega, teniendo esos gallos colombianos de la calidad del viejo de Sechi, le han comprado a Chang y otros más, muchos de ellos no son gallos para racear, sino, para jugar. Chang no sabe de gallos pues nunca fue gallero. Rázuri le cría los gallos y les recomienda cuales comprar a $150US cada gallo. A Chang hasta ahora se le corren los gallos. Meten espuela, son centrados, pero se van. Ellos crían en Huachipa. Hay un error, en el que muchos galpones han incurrido y es el hablar de la modernidad de los gallos. Ningún gallo cae del cielo para que sea bueno. Todos los gallos provienen de la línea antigua. Y es por esa idea equivocada que muchos aficionados han fracasado. Le llaman gallo moderno o fino, hasta al gallo débil. Toda la cría de Pepe Lucho, es de lo antiguo de Luis Antonio y hace buen tiempo es ganador y cómo Luis Antonio no puede ganar, pues cambió lo antiguo por otros Portorriqueños que no conocía y le han reducida el nivel; no meten espuela, le tocan el ojo y se paran, se corren….

El Mauro Mina, un gallo negro de Félix Monroy. Lo trajeron en un barco a Camana para el Papá de Manuel Alvarado del galpón Cristal y lo robaron, sin  llegar a su destino. Venía del Sur. Era un gallo lindísimo chato, su cabeza era como la de un Asil; un cuello grueso y fuerte. Con ese gallo le dió Félix 1½lb al Capitán García que andaba con Terry. Antes que Félix sea compadre con mi viejo, le prestó el gallo , porque se comía las plumas; y mi viejo lo soltó arriba en la Cantuta y completó las plumas; como Félix no iba tiempo, lo empezó a preparar y un día llega Berrospi aunque antes era la gente más sana. Pues hoy hay quien va a topar y te miden. Ven un gallo y quieren parar para conocerlo desde el tope. El Morisqueta, había ido con un gallo grande que le decían “El pica poto” que también era conocido. El Mauro Mina, le metió una catana. Y en esa semana, el Morisqueta se encuentra con Félix en Lima y le dice que su gallo no sirve y que no está bien. El Domingo, llega a la gallera mi viejo, luego Félix Monrroy y luego el Mosqueta. Félix le dice a mi padre “dices que el gallo negro no sirve”, cómo no sirve. Dice el Morisqueta que ayer ha ido a la casa y lo ha visto. Mi Padre, le dice que el gallo está listo para jugar y si quieres lo traigo y así fue. Le echó gallo Polanco. Le llevaron un gran tamaño  pero el Mauro Mina, le destapó la cabeza. Un gallo muy guapo. Luego de las peleas, siempre iban a tomar al Pedregal, a la cantina de la abuelita Medina y siempre los gallos que perdían, los preparaban para comer mientras iban tomando sus cervezas y el Morisqueta que como estaba con su auto, les dice que les daría el alcance y donde la abuelita, chelas iban y venían, yo estaba chibolo y veía; luego se aparece con una talega y dentro una gallina; luego, siguen conversando y en una de esas Morisqueta se levanta al baño y el loco Monrroy saca la gallina de la talega, para que la prepare la abuelita. Regresa Morisqueta y se sienta, mientras el costalillo seguía ahí sin percatarse que la gallina no estaba. Entre la conversación, le pide disculpas a Félix y a mi Padre, pues argumenta que la verdad es que yo te dije eso de Porto porque quería sacarle una camada al Gallino Negro. Monrroy le dice “me hubieras dicho compadre, pues para mí un gallo es un huevo y le prestaba el gallo”. Bueno Félix le dice Morisqueta, aquí te he traído la gallinita. Cual gallinita, si te las has comido.

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