entrevista alos sres riquelme y wildo diaz
RIQUERMER Y WILDO DIAZ FERNANDEZ
El Agustino, 25 de Agustino del 2,004
Estábamos entre los terceros pero somos los más antiguos. Lo fundo los tíos y los padres. En ese tiempo éramos chiquillos, eran chacras acá todo este sector eran aéreas verdes y lo tíos dispusieron venir a distraerse acá cada quince días, del Norte de Cajamarca, medios parientes, nosotros somos de Miraflores, también don Mauro cajamarquino, paisano. En ese tiempo se jugaba treinta y cinco minutos cada pelea, con espuelas naturales, no había nada de espinas o de plásticas, eran gallos nacionales, también medios japoneses eran los gallos, mi papá trabajaba en el hospital obrero de Grau, entonces algunos tíos hacían algunas peleítas como les gustaba y ellos tenían su descanso el día Lunes otro día no podían porque Lunes quien va abrir, porque el que menos trabaja y no se puede, como yo descansaba Lunes y venían hacer sus peleas de vez en cuando e invitaban a los jóvenes de aquí del hospital y poco a poco se iban quedando los amigos, pero nunca se pensó en hacer el coliseo, si no que era una distracción familiar nada más y de amigos, eso sería en el sesenta y siete sesenta y ocho, poco a poco los familiares ya no venían muy seguido sino venían los amigos, siempre fue así, eran sillas y eran de esteras en ese tiempo, era un campo. Y era lunes. Mi mamá era la que se especializaba en la cocina, mi mamá ya se ha retirado. Mi hermano se ha quedado en el lugar. Es para todos los niveles, los invitamos para cualquier día lunes, para que vengan Esta invitado usted, los amigos, su familia. La amistad que se ha sembrado con los amigos, que siempre no nos fallan, es que de tanto tiempo que nos conocemos, es algo que una semana que no vienen, ya se siente como si un mes, dos meses no han venido. Se sienten nerviosos. Una familiaridad. La amistad, a la relación que tenemos con ellos, al buen trato. Es parte del respeto también. Había mucha gente que ha tenido problemas también de salud y en lo que hemos podido lo ayudamos. De ahí otros amigos se han enterado y parece que nos han agarrado estimación. Así dicen. Hay gallos de todo, ahorita los gallos modernos, se han superado mucho, los otros gallos son más veloces, ganan por velocidad. Primeramente la gente que juega en el Rosedal tiene un poquito de más facilidad económica, sus gallos están mejor cuidados, mejor criados. Son gallos un poco más finos. Antes se hacía, acá le ganábamos mucho a ellos, pero ahora más nos ganan, porque la gente de por aquí se ha dedicado a criar un poco más de finos. Claro habían querido modernizarse todos. Están de moda estos animales. La velocidad claro, pero después de tres o cuatro minutos, ya los de acá los voltean. Más es fortaleza del gallo, porque la comida, el aficionado no lo trae en tan buenas condiciones, como lo que juegan allá. Casi lo juegan, como decir por jugar, o quiero jugar un gallo estos días y aunque no esté en condiciones, lo traigo pues. El otro no perdona, está esperando la suerte. Estamos poniendo mil soles por semana y a todos los galpones que ganan tres peleas, se le está dando cien soles. Está jugando cerca de cincuenta peleas. Está empezando a partir de las siete, ocho de la noche. Terminan a las doce, una. Los gallos están rápidos. En una hora, pueden jugar todas las personas que quieren adelantar peleas. Hay muchos aficionados que mandan y vienen a las nueve, porque ellos están trabajando y vienen saliendo del trabajo. De ahí se le establece el orden ya. Al comienzo había como doce, quince peleas. Mi papá trajo unos gallos del Norte, unos enanos. No éramos criadores, después comprábamos. Para jugar con los tíos en competencias familiares. Cualquier gallo que ganaba así. Al que nosotros le ganábamos, se lo llevaba al ganador, mi papá lo regalaba, para que no se vayan tristes. Qué bueno, siempre dicen no, ese coliseo el dueño no tiene gallos. Él no cría, es comercial. Quieren que haya amistad, que haya amistad. Es necesario. Venían acá y una crítica que hacían los galleros, se reunían toditos y hacían como una asamblea acá. Yo era chiquillo, me sorprendía caray. El señor Chang ha puesto un buen pollón, pero él no más se saca todos los premios, ya no quiero ir. Claro, el criterio es ganar. Sí trae por ejemplo un gallito, que tiene zapato cuatro y el cliente tiene zapato seis y yo le saco uno más chiquito, no le gusta ese, lo juega pues. Le pongo un gallito más fuerte para que se defienda algo. Cuando una persona está perdiendo mucho, le ponemos un gallito regular. Claro, para tratar de decir ya si le he ganado, ya llévate este ganador pues. Y algunos que traen sus gallos y no logran cotejar ese día, o han cotejado unos cuantos no más, al final, a veces hay pocos pollones y quieren jugar de todos modos sus gallos y no hay coteja con nadie. Ven acá hay un gallo. Y otro de que, aunque no esté muy bien para jugar, le sacamos y lo hacemos jugar al hombre. Tenemos que hacer lo que sea, hasta que cerramos. Y mis gallos bien jugados, tratar de que jueguen. A veces pierden dos, ahí está mi mamá, he jugado cuatro, dos nomás he perdido. Miro los premios, ya le busco uno, aunque sea le traigo uno, un gallito. Ah, los pesos pesados, por ejemplo tengo gallitos muy pesados, no encuentro coteja, yo le digo tráelo, lo coteja. Cuánto quieres jugar, ya cien soles, sí el otro amigo no quiere, yo agarro se lo cambio, cuál te gusta y se lo cambio. Es difícil conseguir pesos pesados. La otra semana ya saben que hay coteja, vienen a las cinco. De juez, ahorita está un muchacho de Chaclacayo, Martín Camargo. Benavente ya no está, ya está un poco cansado. Lo importante, el juez es muy importante, pero a veces el aficionado siempre, el que pierde siempre busca contra el juez; no se queda contento, entonces todavía, se debe respetar un poquito más a los jueces, y al Reglamento. El Reglamento del Círculo está muy bueno, la mayoría de gente que viene acá, son un poquito más, la mayoría son otra gente, son más. Les hemos consultado para jugar con plástico por ejemplo y lo veo más legal las peleas, pero no quieren, no sé por qué. Quieren ver la violencia más rápida, sí pues y las espinas son más dolorosas. Yo he jugado con las plásticas acá, porque el señor Balbuena me dio. La gente a veces no quería, pero yo todos mis gallos los jugaba. Y varias veces, más yo he ganado varios gallos a la carrera y a gallos buenos. Sí, con las de plástico “tú le has echado algo”. Pero el plástico no absorbe nada le decíamos nosotros. Sabes lo que pasa le digo yo, estos gallitos están acostumbrados a otro dolor, son sintéticos, de repente sea. Y ahí está el problema, y el gallo está al final, porque ahí y debe garantizar su pelea, que no se corra su gallo. Si ha apostado fuerte van a perder. Bueno, te puede dar en la entrada, si le da la honda, van a perder. Nonono, un muchacho de Chaclacayo,
el cuñado de Hugo, Martín Camargo, hijo de Douglas. Douglas de los antiguos de acá. El venía para acá chiquillo pues, por la amistad lo hemos puesto a él de juez y todo su grupo son estudiantes y lo ayudan como secretarios acá. Y saben tratar al público. Y están, están yendo bien; ya van a estar dos temporadas acá. Los que toman así licor, son los que son comerciantes, los que no tienen trabajo estable diremos. Ahora hay más orden en eso, antes la gente se descuidaba, ahora ya la gente ha dejado de tomar, se controla más. Parece que están madurando. Y también no le queremos vender, hay una hora, ya no hay cerveza. No tomes el vaso muy lleno, toma así no más para conversar, poquito. Sí, de vez en cuando, cuando hay fiestas. Hay gente que están bien apuradas, quieren salir, están bien. Sí y juegan ahí. Casi ya son entre dueños nomás, ahí no hay público, muy poco. Cualquier pelea que juegan un poco más de dinero, ya lo juegan abajo, no quieren ahí. Claro, es otra forma, la emoción. En realidad no debe haber los dos ruedos, sí, no debe haber, uno es más emocionante. Y que haya menos peleas sería mejor. Tratar de quedar bien con todo los que pueda, claro que hay personas que no se puede quedar bien con ellos. Primeramente cuando hay problemas tratamos de, evitar todo lo que se pueda y al día siguiente o dos días se le visita y ya estando sano, se conversa mejor y de ahí poco a poco, ya se van solucionando los problemas. Claro, te has portado así, asá y has quedado muy mal. Siempre hay rivalidad hay entre grupos, entonces tratamos de ir a un grupo, a otro grupo y hablar, conversar y explicarle como son las cosas. Este es un juego, no es una guerra. Es el grado de la personalidad de cada uno y todos tenemos que aprender algo cada día, la perfección. Ya casi no hay barra, hay fiesta. Todos nos conocemos tanto, que resistimos toda clase de bromas, jajaja siempre cuando hablamos, conversamos con los grupos, no jueguen tanto dinero, por que jugar mucho dinero traen los problemas. Que no se haga por dinero, sino por afición, porque los gallos no enriquece a nadie les dije. Una persona le digo, gane o pierda, que su actitud no sea nociva a la casa le digo. Jugar un poco más con conciencia. Aconsejamos al que abusa, para que no pierda su dinero. Muchos le digo yo, has venido por dinero, vas a perder todos tus gallos, no pues me dice. A los nuevos y también a los antiguos. Hay personas que, yo he observado, y eso es siempre, siempre ocurre. Vienen por dinero pierden, y yo les digo, ese pata de allá juega por distracción, mira obsérvalo, todo le sale bien, y gana y gana. Sí, se vio el lunes en la última pelea, jugo el señor Celso Guadalupe, Curva latina con un grupo bienvenido, el señor ya le había agarro el pico, luego como era rápido, ya no tuvo tiempo para sus gallos y ya pues Celso estaba que ganaba, solo faltaba que remate nomás. El otro gallito no sé, ya no debía haber pateado. Pero no sé de donde ha pateado y le ha matado a su gallo. El señor Guadalupe estaba muy seguro y al estar muy seguro, parece que hay un equilibrio espiritual, no sé cómo. Totalmente salió ganador el otro, pero los dos salieron contentos ah. Sí, una emoción, pero parecía que el espíritu santo estaba ahí. El también participó de esa emoción, porque dijo que fue una cosa increíble. Hay, las personas por ejemplo que van a soltar al animal o cuando lo traen o el dueño tiene problemas, tiene alguna duda o algo, el animal ya pelea. El que lo va a soltar debe ser una persona que está yendo con alta personalidad y debe carear una persona que ha cuidado al ave y no darle el careo a cualquiera. Y no debe tener problemas para criar. A divertirse, con la emoción de ver la pelea nomás. Sienten el tacto, del que siempre los trata. Sienten, parece que el gallo supera su vitalidad. Conoce la voz. Se siente protegido. Conoce la voz. Se siente protegido, y sale a pegar con fuerza otra vez. Sí, claro, siente que no está solo en la pelea, sí, es como una guerra el siente la voz del jefe, adelante vamos. Y esos careadores son pocos ah, yo he visto y observado que utilizan el trato cuando agarran al gallo. La mayoría de galpones debe mandar a soltar, yo he visto muchos que agarran, que lo suelte mi amigo. Mano ajena y el animal se siente como abandonado. Hay unos preparadores que también los preparan demasiado, que ese gallo cuando va a afrontar la pelea, hasta que lo agarran, es negativo pues, negativo para el gallo, puede correr, sí. Eso está comprobado, porque yo he observado varios que han tratado mal a sus gallos. Mire, una vez me compré un gallo americano, voy a contar mi anécdota : una persona equis le digo, déjalo acá unos días y de ahí te lo llevas, voy a sacar una camadita. Total que pasó como dos meses y le digo voy a recoger el gallito, no ya no, mejor déjalo, nos hemos encariñado con el gallo, te vamos a devolver tú dinero y me lo volvieron a comprar, que después te vamos a dar una polla, ya está bien le dije. Total ese gallito lo preparó, llego el tiempo para que lo jueguen. Y el gallito pierde, malamente perdió. Mal, de ahí como al mes me fui a su casa y lo vi al gallo mal tratado, no lo tengas así al gallito, ya perdió, pero tuvo una pelea más o menos. Si quieres te lo vendo, dame la plata nada más, regresa el animal y esta vez sería viernes todavía y había corrido. Ya dámelo le dije, lo traje, descansé dos meses así, lo comenzamos a mover pero mínimo, muy poquito, tres minutos, cinco minutos, revuelito, nada, vitaminas. Y lo jugamos pues, como al mes; y ellos lo habían visto cuando jugó, y ganó rapidito, minuto y medio nada más. Y de ahí lo jugaba al mes, al mes ganaba, a la onda toda. No se fue. Por el trato. Y de ahí, entonces ya la labor del animal era excelente, entonces ya me rogó de nuevo, jejeje. Sí, me rogó, y bueno ya se lo di de nuevo. Y de nuevo pierde el gallo, amargo lo aventó al animal por ahí. Bueno ya de pena, yo lo recuperé, por lo menos recuperé, lo deje mudar al gallo, tuvo siete peleas como en seis meses, bueno el gallo, hasta ellos venían a apostar. Hasta que viene y me dice, ese gallito me lo voy a llevar, es mi gallo. Lo voy a recoger mi gallo, me dice, como si me lo hubiera prestado. Ya no, jajaja. Bueno por no estar en tanta discusión, bueno ya pues, yo pensé le digo. No me has dado nada, bueno ya, toma le digo. Lo prepararon y lo llevaron al sur. Y claro, ya había sido maltratado por él y el gallo lo conocía. Entonces en Surco lo jugaron, más de mil soles al gallo y por afuera apostó bastante. Yo le digo, lo voy a soltar al gallo ah, entonces él me dice, no yo mismo lo voy a soltar. Yo no voy apostar me dice, lo jugaron y agarro en cuestión de en el pollón no más lo adelanta otro todo. Ya ganada la pelea. Entonces el juez mandaba careo todavía en ese tiempo. Y él lo empujaba para el remate, el otro tenía dos faltas ya. Sí, un minuto nomás. Cuando comenzó a carear, lo reconoce el gallo a él. Nosotros hemos observado, que el gallo lo estaba reconociendo en el careo. Parece que el gallo ya sabía cuando yo lo miro al gallo en el careo, oye está mirando amargo al que lo e
stá soltando. Lo miró así y para eso le digo ah, ahora vas a ver, digo así, al levantar al gallo. No lo pateo. Tres careos y se abría, no le ganó. Como cinco veces, como estaba en prueba. Perdió el gallo. Y no se quiso dejar agarrar de él, volaba todo el coliseo el gallo, volaba así para allá, por todo el techo volaba, jjajaja. Me fui y lo agarré normal y el gallo lo mataron ahí. Luego él reconocía que lo había maltratado mucho. Criadores nos consideramos, pero no como decir de otra manera así. Nosotros vivimos todos los días, de darle de comer a los gallos, cuidarlos. Mis abuelitos, desarrollaban en Cajamarca a una fiesta que se llama la Cruz de la Paria, una fiesta tradicional de la cruz todos los años y para esa fiesta todos los vecinos sacaban sus gallos en mayo. Y hasta ahora en la actualidad sigue. Nuestro coliseo se llama La Pluma de Oro. Antes lo desarrollábamos, pero ahora lo hemos dejado, se puede decir para veintiocho de julio nomás, la de todos nosotros. Siempre era la de mayo, la de la cruz, la fiesta de nosotros, donde venían todos los paisanos acá a la casa. Y en radio Santa Rosa, todos los años, mandábamos saludos a todas las que estaban presentes en esa fiesta, por la radio. Y con las personas que viajaban para allá, mandábamos dinero para que compren castillos, juegos. Para que salga bien la fiesta. Todo lo que salía en esa fiesta se la mandábamos para que disfruten los de allá. Siempre nos han corregido, jejeje, por ejemplo siempre que vamos a diferentes galpones de amigos que nos invitaban, pero nos estaban diciendo traigan unos gallitos, pero no para jugar tanto dinero, porque después da pena de invitar a unas personas y que vengan a perder. Porque también te toca perder. Ahorita mínimo se juega ochenta, cien, doscientos, depende del jugador. Antes se jugaba más pues, ahora ha bajado. La apuesta no debe ser tan voluminosa, que no se sienta. Respecto a la familia, ya es pecado. En cambio nosotros tratamos de jugar lo mínimo. Este hombre vivió un mal momento. Hay que ver la pelea, no pensar en la plata. Porque hay personas que yo veo, a veces quiebran mal, nosotros aconsejamos, después digo a mí quien me aconseja. Años nos conocemos al que le decían Machetón Yáñez, ya no viene. Pepe Lucho ya no viene, pero también años peleo por acá, es amigo. Primera vez que conversamos de estas cosas. Le voy a comentar a caso, sobre la cocina de mi mamá, que mi mamá es la dueña de todo esto y falleció hace poco tiempo, es ella la que organizó esto, por medio de la familia. Y en ese tiempo, había varios días. Y después los chicharrones, los cuyes, conejos. Y nosotros mismos cuidábamos los conejos. Conejos, cuyes, hasta los chanchos y después, ya no teníamos, no nos convenía vender, porque estaban bonitos, le decíamos vamos a vender en el coliseo, para que un día se crucen con nosotros, ya vamos a ser que todos los coliseos. Así, mi papá trabajo en el seguro, el papá de mi mamá han sido confeccionista. Mi papá ha estudiado enfermería y aparte, después sobre los precios de la comida, hay gente por parte de papá. De repente mi abuelito, mi abuelita, tenía personas que llegaban a mi casa, les invitaban como de primera pues, el visitante que llega a la casa, es una persona especial, pero también de esa persona, llega otra persona. Y van a invitar a esa persona. Y algunas personas que observo no ahora y parece que se olvidado un poco de la restricción y van pensando en los gallos, que en lo que debe durar su dinero. Sí, una tranquilidad. Habla con mi hermano le digo, el tiene un secreto. Me dice es bueno, sabes que le digo, el brujo máximo acá en la tierra es Dios. El, es el máximo de todos los brujos, jajaja. Claro, y parece uno se engaña, porque es la tentación. Sí, ahí está la tentación, porque ya no está yendo al primer mandamiento. Ya uno está yendo por otro subalterno. Sí, el cuerpo se acostumbra a esto, busca cualquier pretexto para estar tomando. Y parece que acá por ejemplo, este negocio nunca lo hemos deseado y apareció solo y nos hemos puesto a analizar y pensar, porque a lo mejor estamos en prueba, todo el mundo está en prueba pues, y estamos acá, porque estamos y seguimos y tenemos algo que aprender algo espiritual, entonces tenemos que aprender algo. Sí todas las fechas se aprende algo. Siempre hay que se malogra algo. Y a veces uno provoca y uno se pone tenso y como me molesta un poco grande, voy a contar hasta cien y esos cien ya me pasa ya. Jajaja baja la temperatura. Yo le dije pues a un padre, oye mi negocio es vicio le digo, me siento en pecado le digo, aparte de eso he sembrado muchos pecadores, que ya no quieren salir del vicio le digo. Entonces empezamos a conversar, me dice, todo lo que sea controlado y que no sea perjudicial para las personas, que no cree excesos, no es pecado me dice. Entonces, ahí me sentí tranquilo, porque ya me sentía abrumado. Los excesos, sí todo exceso es malo, tiene que ser controlado. Y no olvidar, ayuda, esfuerzo, para los restaurantes. Lo traía chiquito y lo vendía grande. Y todo eso ha ido abajo. A lo mejor ha sido muy ambicioso. Le digo porque a mí me pasó pues, se ha conspirado entonces los planes del gobierno. Claro, una pisquita, como dice. Hay que guardar pan para mayo, como así lo decía mi mamá, hay que guardar pan para mayo. Pero mejor que no entró con el Banco, sino le iba peor. Estamos llegando a la fábula del conejo y la tortuga. A mí me pasó, disculpe la historia, porque quiero contarle antes que me olvide. A mí me pasó algo así, llegó un tiempo en que yo viví en el extranjero, no quiero decir en donde viví en el extranjero un tiempo y siempre de mi grupo no me importaba, siempre entre todos los de mi grupo era el que menos ganaba. Entonces yo miraba a todas las amistades, todos contentos, porque todos estaban encima de mí pues, yo ya estaba aterrizando pero, hasta que llegó un momento, que dejé mi trabajo como ocho meses. Y todos estaban contentos, y nadie me visitaba. Apareció uno y se escapó al toque. Y como es no, me puse a pensar porque me está pasando esto. A lo mejor porque no pienso en Dios, pero comencé a pensar en Dios en ese momento. Claro, que pasa, y al instante, esa semana que pensé en Dios, esa semana se presentó el trabajo, pero ya no ganaba lo normal, sino que ganaba en exceso. Ya demasiado dinero, nunca había visto tanta plata. Y hasta llegue a ser jefe de una compañía. Ya tenía, ganaba demasiado, ya me estaba olvidando de nuevo. Y después ya uno ganado, tú das la espalda, hay otros que te están serruchando poco a poco. Y llegue a caer pues, caí caray, y de ahí todo cambió. Llegué a caer, y que pasa caray, me di por vencido, quería regresar, ya no, mejor me retiro. Me fui a otro lugar, como era exceso, tenía que trabajar pero por lo mínimo, caramba que pasa. Y me daba una cólera, porque estaban que miraban los que me serrucharon, me daba ganas de matar. Pero dije Dios mío, tenía una carga fuerte. Dios mío quiero ser como antes, cuando era chiquillo, inocente. Quiero ser como un inocente, que no ha aprendido nada. Sí, quiero ser libre, voy a rezar desde que entro a trabajar hasta que salga. Ya no me importa, lo que este trabajando o sin tra
bajar, orando mentalmente no, yo estaba trabajando estaba ahí rezando. Eso hice como seis meses. Y sabe de lo que trabajaba, haciendo tortugas. Porque, muñecos pues, esos muñequitos de tortugas. No recuerdo que será, pero por hacía dos tortugas, en seis meses saqué mi cuenta que había hecho más de cien mil tortugas, yo dije caray, estoy dándome cuenta que la fabula de la Tortuga y el Conejo, caray yo me puse a ganar poco y demasiado y recontra poco, debo contentarme con eso. Cuando pensé así y me di cuenta, se me apareció la figura de Dios, el Espíritu Santo. Sí, uy, sentí a la virgen, a Dios, a Cristo, a los Santos, increíble. Una visión, eso que yo sentí, es como un nuevo nacimiento ah. Y disculpe un día yo abrí un libro abrí así y decía, “Yo he nacido, para nacer de nacido”. Yo me he dado cuenta, que así se nace pues, porque uno nace espiritualmente. Uno ya no puede caer en el pecado sino, escalando. Parece que Dios manda especial, manda hacer eso que uno es ya, es como una bendición. Cada vez más. Ya estamos pensando hace tiempo hemos pensado, pero nos da mucha pena mirar tanto problema. Como le digo, se exceden en comportamiento, en problemas. Sí, porque estaba, había muchos amigos que nosotros mirábamos que tenían unos gallitos que paraban perdiendo, pero no jugaban mucho dinero y como nosotros hemos viajado a algunos países y hemos traído animalitos. Y tú ya no estés perdiendo tanto, toma uno pollo, una gallina, después se convierte el pollo en gallito, pero ahora se excede. Si, hasta a donde he llegado. Todo se tiene que aprender de todo. Hay de toda calidad. Más antes yo apostaba, porque era, con este con el otro, con la gente, poco a poco, ahora no puedo. Cuando les gano, miro sus rostros, miro las preocupaciones, no tanto por el dinero. Ya les miro, ya los problemas. Ya otro día me das, ya no le cobro, otro día me das, no te preocupes. No vuelvo ya, todo en caja, sí, todo en caja y a los amigos les solía apostar en la caja, nada por fuera. En la caja, ya casi no los veo, va uno cobra más privado. Porque uno ya sabe cuánto va a ganar. O sea, ya las probabilidades de uno, de ganar son más. Nosotros sabemos más o menos ya las posibilidades de ganar. Yo miro los gallos abajo, con verlos nomás, claro. El animal se mira y se siente el otro, un poco de enemigo. Más están parados o los tienen agarrados en la mano. Ya se siente, como dicen cuando. Desde el tiempo en que estamos en esto, ya, yo los miro. No abusamos. Pero si mi enemigo es el otro y me dice que del otro, yo le apuesto, al gallo de él, no importa. Sí, me lo pidió. Cuando yo era más chico. Él es el mayor, y decía la gente cual va a ganar. Yo lo miraba, yo no sé, yo a los gallos los miraba así. Siempre la gente no me hacía caso. Pero ese va a ganar. Cientos de veces todas las peleas. Ya la gente corría y me daba propina, me había acostumbrado. Pero una persona no. Yo le conté a mi mamá. Viene una persona así todo vestido de negro, jua me agarró del brazo, fuerte, me sorprendí. Me dijo, me habló y no está bien lo que tú estás haciendo. Que ya no siga haciendo eso, y me agarró fuerte del brazo y lo vi que se fue, casi no lo vi, y se fue para un lado. Me quedé anonadado. Y le dije a mi mamá, me ha dicho esto. Mi mamá me dijo haber quién es, para agradecerle lo que te ha dicho. Me llamó la atención también mi mamá, pero el señor ya no estaba. De ahí para adelante no. Con mis hermanos ando contento, mira. No apostamos. Ni apuesto, nada. Apostamos como de casualidad. Eso es lo que yo digo, porque mi abuelito, era religioso y él no quería ver los gallos. Por lo mismo de la religión, pero siempre había algo que, una persona que se burlaba mucho de mi abuelito que mi papá los gallos. Mi papá no le gustaban los gallos, a los familiares era a los que les gustaba. Y él siempre se burlaba que en la casa de mi papá, el hijo más engreído estaba en los gallos. Y como él estaba en la religión no le gustaba. Mi abuelito sigue, por parte de mi mamá sí era gallero, él sí. Hasta ahora funciona pues su sitio, halla en la sierra. En la Cruz de la Paria, eso es en Miraflores, en Santa Cruz. El ha criado ganado ahí, compraba los mejores gallos de la zona. Ni Cubas. Yo creo que es Mego. Mego el que confecciona en Gamarra. Sí también tiene su tienda. Ya están retirados. Con ellos hemos hablado bastante de esto. Nosotros le hemos conversado bastante a ellos. Son buenos amigos. De vez en cuando ellos nos visitan, pero se van. Ahí estoy criando unos gallitos pero no lo juega y le dan a los amigos y con el tiempo cuando estén más preparados todos, ya van a comenzar a venir. Están estudiando los chicos, están en la universidad. Sí, pero a veces no aceptan un concejo pues, por eso le digo, esta es la última, no te digo, no te molestes, ahí mismo me corro. Nosotros hablamos bastante de esto, ya al final. De Lalo Granda, salió en una revista con Lalo pues, una Revista que Vamos a Gallos fue. Hace más de diez años creo. Se distrae mucho con los gallos. Desapareció el amigo Lalo Granda, siempre venía para acá, a veces me decía pasa nomás, tú acá estás en tu casa le decía. Hay gente que tiene su nivel de envidia muy fuerte y cuando no se han perfeccionado su nivel de personalidad, en delante del público explotan y quedan tan mal y ellos piensan que están quedando bien. Creen que están bien, cuánto tiempo todavía pasará para que lleguen a lo normal. Y golpe y golpe, jajaja. Si no te duerme, el estrés. Pero con el cuidado ya. A mi hermano Wilmer no le buscan más los amigos, porque como él está en las relaciones. Y trabaja en la entrada. Mi hermana está especializada en asado, chicharrones, este los frejoles que es infaltable, la patasca, tamales, humitas. Igual siempre. En ese tiempo mi papá traía los gallos y toda la afición venían a ganar a mi papá, los gallos eran de provincias y estábamos acá para hacer espectáculo nomás. No le importaba perder. Entonces ya traían su coteja para a mi papá para ganarle a él. Y ese día yo no quería que pierda el gallo caray. Quería que gane el gallo. Sí mucha pérdida, mucha pérdida ya, quiero que gane ese gallo. Y resulta que al gallo le estaban dando tan duro, que no tiraba una pata, nada. No tiraba nada el gallo, el otro le estaba dando. El gallo estaba en dos faltas, ya el de nosotros, como unos diez minutos, se jugaba más tiempo. Tenía dos faltas y la sala estaba vacía, para perder ya. Y el otro gallo le daba paso, le daba bien duro, un castigo bravo. Y no sé cómo, cuando se iba a colgar las tres en el piso, de arriba como había palomas, habían gallinas y dormían ahí en las luces, cae un maíz no sé cómo, milagrosamente cae un maíz. Y el otro gallo, ya no le patea al gallo, sino por comer el maíz pone la cabeza más abajo, del que estaba ahí muriendo. El que iba a perder. Le colocó la cabeza, ahí no más lo pateó. Una patada chi
quita nomás y lo mató, jajaja. Eso vino a ser como un milagro. Yo no lo hacía tanto por la plata, sino rogaba que el gallito gane pues. Son milagros pues, como va a caer el maíz ahí, es un milagro, todos los días y al amanecer. Pero hubieras visto al público como saltaba. Hasta los que perdieron estaban contentos. Era increíble. En todo Lima se enteraron y todos venían a saber si era verdad eso que había pasado. Y siempre nos acordamos de ese caso hasta ahora, años que han pasado. Una vez acá había un señor que mucho criticaba a los gallos cuando jugaba. Antiguo. Criticaba oye un señor ha venido ya aturdido, tanto que tus gallos lo han pateado, por todos lados le llovía, por todos lados. Total que el hombre como antiguamente venía poca gente, sentado en el círculo, estos gallos, mucha crítica, estaba desanimado, lo ve pasar, faltaba un minuto para las tablas, tanto le insultaba, no sé como un gallo ahí, más malo, agarra y le tira una patada por la rodilla. Había metido las piernas dentro del coliseo, dentro del ruedo, burlándose del gallo, que lo recojan de ahí para que cruce, moleste y moleste, el gallo le ha tirado en la rodilla una patada, y la pierna se le había quedado acá atrás así. Y así se lo llevaron. Si la pierna así, no la podía enderezar. La única pata que tiró el gallo en la pelea, pero para él, jajaja. Así nunca había pateado el gallo. Para que aprenda pues. Una vez fui a Surco, con un gallo que era demasiado seguro para pollón. Y tenía menos pollones, pero no cruzábamos mucho, sino lo hacíamos porque el señor Challe, estábamos ahí, y Oscar Aspíllaga también entraba y querían ver la pelea de gallos. Y nosotros nos fuimos a la segura, porque alguien que conoce de gallos, porque él es pollonero pues. Que te digo habrá tirado toda la pelea pateó, y ese día nonono lo tumbó al gallo y pateaba duro y no metía un cacho nada. El hermano de Julio Manco lo armó, Marco Aurelio, para que mate más rápido y ese día no mataba pues. Huy que aburrida la pelea, tu gallo no va a patear y no lo mata, y empató la pelea. Y el otro muchacho, el que su gallo no pateaba casi nada su gallo, todo desganado se va a recoger su gallo, por demorarse a recoger el gallo, en esa lo mata. El que va a recoger el gallo, recién lo mata. Sí, perdió. Muy seguro estaba, pero no era para ganar. Ese se hizo once peleas, pesaba cinco libras. Y después de esa pelea seguían los pollones. Pero tenían sus espuelas esos gallos, sano como ese día habíamos salido, ya lo conocíamos. El nos daba la guita, nosotros lo atendíamos. Ese gallo repartía la cría por todos lados y nosotros habíamos sacado como con tres gallinas. No transmitió nada. Por todo sitio sacaban cría pero no. Ni un gallo ganaba, nada, nada. Y el mejor de los hijos tuvo cinco empates. Ganando empataba y en la que iba a ganar lo mataban. Ya tenía ganada la pelea. Parece que son demasiado cruzados. Porque vienen creo de varias razas y en la actualidad es que lo que va a dar, no salen con los caracteres.