ENTREVISTA AL SR ANTONIO WONG ESCATE

ENTREVISTA AL SR ANTONIO WONG ESCATE

 ANTONIO WONG ESCATE

 La Molina, 6 de Setiembre del 2,004

 

Mira Carlos nosotros cuando empezamos aquí en La Molina a jugar los gallos de pelea, iniciamos en este pueblo joven humilde  que se llama  Cerro Alto,  con amigos nuestros que ya estaban criando sus gallitos y que eran muy aficionados, muy correctos muy humildes pero muy apasionados, gente de origen humilde pero, que busco en este deporte un entretenimiento sano, porque la pelea de gallos para     algunas personas tienen el demerito de catalogarlo como inhumano porque son dos animales que están peleando, por lo menos es menos salvaje que la pelea de box donde dos seres humanos se están masacrando o sea aquí son animales que demuestran su  valentía, su coraje, su raza, su finura, muriendo como buenos campeones. Este inicio que tuvimos nosotros aquí en Cerro Alto, cerca a la Universidad Agraria fue creciendo y gente después del rededor de las Viñas comenzaron a criar por el lado de Matazango comenzaron a criar, por el lado de MUSA comenzaron a criar  ahora en Manchay es inmenso, todo el mundo en Manchay cría gallos, tal es así que ahora en Manchay hay dos coliseos y dos  buenos coliseos, siendo una zona un poco modesta, populosa muy humilde, pero los coliseos son bien plantados, bien plantados y cuando tu vas a los coliseos de Manchay, te encuentras un gran número de gente  la que hemos mencionado hace un rato que llega y hay un buen número de peleas y bueno la afición ha crecido bastante aquí en La Molina, en todos los niveles gente de condición económica pudiente,  gente de nivel intermedio, jubilados en fin de todo que ha hecho que este deporte se vaya haciendo más conocido y la gente pueda distraerse de alguna forma, viniendo a ver los espectáculos, topando sus animalitos de raza para probar; es muy agradable esto. Aquí en Lima la pelea de gallos ha evolucionado tanto que se supone que hay más de cien coliseos, más de cien coliseos es una forma que ha evolucionado tanto que algunos la toman como una inversión como un negocio, porque, al poner el coliseo ellos, cobran la entrada, tienen la cantina, el restaurant, etc. y eso suma para que pongan buenos premios para el famoso incentivo que se llama “el pollón”. Entonces esto ha hecho que tanto en el cono norte, como en el cono sur hayan peleas grandes, por ejemplo en Villa María del Triunfo hay un coliseo donde se juega mucha plata y hay muchas peleas, el de chirinos, entonces en el cono norte inclusive. Por ese lado hay mucho gallero, muchos coliseos. Para todas las medidas, para todos los gustos. Y algunos han sido hechos con la finalidad de ayudarse, porque por ejemplo yo, asistí a un coliseo por el lado de Independencia, y estaba construido en un segundo piso, pero construida así en forma muy empírica; entonces le dije, mire yo no soy ingeniero, pero hay medidas de seguridad, aquí hay por lo menos como doscientas personas. Y puede resistir este segundo piso, toda esta multitud de personas, puede haber una desgracia, entonces no estoy en contra del espectáculo, estoy de acuerdo con las medidas de seguridad, porque, porque es muy importante la seguridad de las personas, inclusive para la evacuación por estar en segundo piso, solamente una escalerita chiquita.  Imagínate que hay un terremoto, un incendio la gente se aplasta; entonces no tienen líneas de seguridad. Hice ese comentario, y lo hice con el respeto que me merecía el dueño y las personas que invitaron. Dije, yo hago esto con un sentido amplio, porque no quisiera que hubiera nunca ningún tipo de desgracia. Sí a este coliseo le dan la seguridad, el apuntalamiento, le dan la seguridad del ingreso y salida, entonces van a hacer una evacuación rápida y Defensa Civil y las autoridades le van a dar visto bueno, porque ustedes saben que ahora toda licencia, tiene que tener el informe favorable de Defensa Civil, todo, todo. Porque, con lo que paso en Utopía, lo que ha pasado en otros negocios, entonces… Es mejor porque es producto del desarrollo urbano en los países del mundo. Porque si bien es cierto que el Perú es un país en vías de desarrollo, eso no quiere decir que nos vayamos nosotros en un mundo globalizado, yendo contra las normas técnicas. Entonces, volviendo al origen de las peleas acá en La Molina, hay galleros muy conocidos como, Vígil está por ejemplo por Santa Felicia,      está por Camacho, Chale está por el lado de Matazango, Manolo esta por el lado de acá por el Estadio de La Molina, como te digo, Pollo también está por ahí, por la casa de Gonzalo Flores, bueno y la gente conocida de las Viñas, está Tenorio, Ayala, está Carlos Misiyauri, está asociado con un ejecutivo de una gran empresa, entonces tiene un buen número de gallos. Bueno, yo crío un poco menos, porque estoy en una zona urbana, entonces los vecinos protestan. O sea que trato de taparlos en la noche, para que no hagan mucha bulla en la mañana, etc.  Y más o menos no tengo problemas, pero aquí en las zonas urbanas residenciales, las personas tienen todo el derecho a pedir tranquilidad y uno tiene que respetar la tranquilidad, claro que a uno le gusta, hay algunos que no les gusta. Porque a las cuatro de la mañana están cocorocó, entonces sienten una incomodidad porque los despierta. Uno está acostumbrado, uno soporta, pero la gente de acá se quejó y se quejó ante mí. Y me dijeron vecino como hacemos, no se preocupe vecino me voy para allá. Es que los gallos los tenía allá, entonces a las cinco de la mañana hacían bulla, y felizmente con esa consecuencia yo estoy de acuerdo de tener gallos, pero ya tengo menos cantidad que antes, es que también los tiempos cambian mi querido Carlos, o sea que antes uno era más joven, trabajaba, tenía más fuerza, pero uno cambia, los años que van pasando, tú sabes también que uno va tomando enfermedades. Se va desgastando, y vienen muchas enfermedades que son ya propias de la vejez. Por ejemplo, la enfermedad prostática es propia de viejos, inevitable, de diez hombres, nueve son prostáticos. Viene la hipertensión, por qué, porque ya el cuerpo llega a un estado de su sistema orgánico se desgasta y como eso el caso tuyo el caso mío, que somos diabéticos. La diabetes trae otras enfermedades colaterales. Por ejemplo la diabetes te traen enfermedades como los hongos, siempre los diabéticos son honguientos, le salen hongos.  Bueno, mira los gallos en el fondo viene a ser como una especie de familia, como un hijo, porque tú al gallo, se une un padrillo y una madre pone sus huevos y los incuba.  Entonces, tú desde chiquitos los ves y los cuidas, su alimento especial, etc. Es una terapia en el fondo, una terapia, por que el hecho de echarles de comer, de cuidarlos, te da vida. Para los viejos, el sedentarismo es muy malo. Tú no eres viejo. Viejo por ejemplo, sesenta y ocho para sesenta y nueve, entonces un viejo de esta edad tiene que ocupar su tiempo por ejemplo, hacer ingeniería, legal, es una terapia, y su pollo otra terapia. Caminar en la mañana como lo hago por cuarenta y cinco minutos otra terapia, hacer respiración por la nariz y con la nariz estirada o sea otra forma de terapia, escuchar música clásica suave es otra forma de terapia me entiendes. O sea hay un conjunto de terapias, que sanan a esta altura de la vida. Claro, porque estás joven, estas lleno de vida, de energía; ah
ora ya no estás jugando fútbol me entiendes, no estás corriendo, tu vida a cambiado. Yo acabo de venir de una terapia que se llama Chai Su, son unos masajes en el cuerpo, en el Centro del Adulto Mayor de Essalud, y estuve con la sicóloga porque he recaído por la ansiedad a consecuencia de la soledad, de las enfermedades, porque el año dos mil dos en diciembre, yo ingresé al hospital Rebagliati y por los textos de medicina que había leído, presumía que yo podía tener cáncer. Y bueno me afectó. Y vi en el libro, me hicieron excelentes análisis, excelente atención, para después de un buen tiempo, doce días, decirme que medicamente no podían decir las razones de mi enfermedad. Pero para esto yo había dispuesto antes de irme al hospital. Dije a Ricardo Reyes, mira Reyes llévatelos todos, yo no sé si voy a volver. Llévatelo todo, lo que es tuyo, por aquí, la jaba, ya, ya todo. Total,  Ricardo se llevó como diez, doce gallinas, gallos, mi amigo Segundo y dejó algunos, y también le devolví unos gallos a este señor que vende espuelas, a su hijo me prestó un gallo, un gallo español. Así es que yo no quiero tener ninguna deuda por si acaso. Me fui al hospital y bueno Dios no quiso, como lo digo en el libro, llevarme a su presencia todavía, y estoy viviendo con la misericordia de él, y yo no sé hasta cuándo. Uno sabe cuando nace, pero no sabe cuando muere. Porque Dios dispone ese momento, mi señora está por venir el diecinueve de este mes, ella ha estado un tiempo en los Estados unidos con mis hijas, ambas son todas americanas, yo soy el único peruano, y yo me regresé el año ochenta y seis cuando me fui, todos los gallos los regalé, gallinas todo. Porque tampoco pensaba que iba a venir, pero mira como son las cosas. Dos años estuve y no me acostumbré y me regresé. Otra vez a comenzar a criar, pero muy poquito, hasta que comencé criar más como criador, pero otra cosa es que sea aficionado. En cuanto a coliseos tiene su problemática, hay coliseos que son buenos, porque la gente que va es gente correcta,  gente sana, Santa Clara por ejemplo, Manchay por ejemplo. Los coliseos son modestos, pero hay buena gente. Cuando había el Palenque, también iba muy buena gente, pero hay otros coliseos cuyo nombre por razones, te digo, no me agrada mucho ir al.  Hay coliseos así donde existe la borrachera, todo el mundo te jalan, entonces es desagradable, porque estás en un ambiente en donde te intoxicas.  Hay otros, donde van gente de mal vivir, que van a apostar, te asaltan, te roban. O sea hay coliseos buenos. En ese sentido hay que tener cuidado a que coliseo se va. De otra forma mi querido Carlos, la gente, como estamos en una época muy difícil, frecuentan lugares como por ejemplo, Comas, Independencia, Tahuantinsuyo; hacen las famosas polladas, que es una forma de ayudarse mutuamente. Un criador equis, hace el día quince una pollada, vende cerveza, pollo, lo que sea, comida. Y la gente va ahí y juega y no paga nada de entrada, juega la plata que quiere, pero va come y chupa.  Eso queda de ingreso. Esas son las famosas polladas que muy frecuentemente, se realizan acá en Lima. Con gallos. Por ejemplo, Colombia mi amigo, el gerente de independencia, él es moreno, él hace sus polladas, siempre los dieciocho de setiembre, estos días. Pero él a su vez va a otras polladas, que vienen a su pollada, o sea reciprocidad. Entonces todo el segundo semestre del año están en polladas y bueno es una forma de agenciarse dinero. En el fondo, hacen la venta de comida, la venta de licor, le queda sus ochocientos, mil soles, ya es algo. Y ahí juegan treinta soles. Cinco soles. Y resulta que estas famosas polladas tienen su asunto, un pollada va la gente de esa zona de por ahí y va una vez y gana, treinta soles, cincuenta soles, como sea. En total, esos gallos, están jugando en polladas, después van a los coliseos grandes y van con cinco polladas ganadas. Bien corridos. Los van fogueando, entonces cuando tú vas al coliseo y te encuentras con un cholito, así de aspecto misio, cinco peleas, cinco polladas, es un diablo pues, ya sabe lo que es la escuela. En cambio tú vas con tú gallo que es de buena cría, bien preparado, pero primera vez que entra. Se encuentra con un gallo cutrero, así es ese el problema. Esa es otra de la variedad de los coliseos que han salido, pero por la necesidad, por la falta de empleo, se ayudan entre ellos, es una gran solidaridad. La última fecha que hemos ido fue donde Peki que hizo sus actividades en Manchay y le dije yo vengo con dos gallos por cumplir, porque es un gran amigo, es un buen ambiente, entonces tú te relajas, conversas. Gente correcta, entonces uno puede ir así con gusto, porque sabes que no te van a insultar, que no te van a robar. Te desahogas y te encuentras con gente que tiempo que no lo veías y te conversan, entonces es un gusto. Cuando tú ves las peleas, ves las peleas, y peleas que son muy buenas. Dices que hermosa pelea, los dos gallos buenos. También ves esos espectáculos de dos patos, de esos que son malos. Ya pónganse de acuerdo, esos gallos para que sirven, entonces te cuento, el año pasado que fui con un gallo y jugué con Candela, con Jaime Vargas, le dije, mira, mis gallos son nuevos, solo te voy a jugar cincuenta, ya me dice, total vamos a la pelea, hay ochenta. Te estoy diciendo que es nuevo, vamos cincuenta no más, en todo caso sesenta, pero ya no más le digo. Total, el gallo de Candela, pateador, tirador, pan le tira un tiro a mi gallo y lo deja cojo, de entrada. Pero no echaba pescuezo mi gallo, total tira y tira el de Candela, como estaba en el suelo se sobraba, se sobraba pues pero el mío de vez en cuando se levantaba y pac, y medio que en el ojo, estaba medio cegatón, así, el mío tenía dos clavadas y el de él  tenía una y faltando creo quince segundos, diez segundos, el mío levanta la pata pam, seco el de Candela. Candela nunca me iba a ofrecer tablas, porque él estaba ganando, su gallo estaba parado, el mío estaba echado. En realidad el juez podría sentenciar, si él me decía tablas yo decía tablas pues, un gallo está herido, cojo, levanta la pata y pam seco. Me dieron el trofeo, sí un trofeo.  En Manchay, ahí en el escalón. Hizo la actividad Carlos Misiyauri. Entonces el muchacho que va conmigo, que viene los jueves y hace mantenimiento de jardín, vino con el trofeo,  porque lo dan al último. Yo regreso temprano para acá y para qué lo quiero, le digo, llévatelo a tu casa de recuerdo. Así que se lo llevó a su casa. Y ese gallo va a salir para el día veinticinco, que me voy a Santa Clara que hay concentración. Y mira los últimos años, siempre Santa Clara, en navidad juegan pavos, y siempre me saco pavos,     o sea mis gallitos responden y sacan su pavito, y no de uno sino de dos, a veces saco hasta tres. Ricardo Reyes se lleva dos, yo para que quiero tanto, él tiene hijos, tiene familia, esa es la satisfacción, que no ganas pollón, pero ganas pavos. Y toda la semana comiendo pavo, pavo con piña, pavo con esto, sándwich de pavo, tú sabe que el pavo es un animal también sano, no es sangre roja. Estaban ganando los de Chaclacayo, estaban ganando, todas, entonces entro a pelear  como en la sexta pelea, ya habían cuatro, cinco ganadas.  Favoritos los gallos de Chaclacayo.  Entonces, todavía les digo, miren, yo les
digo, que aquí va haber golpe en la polla ah, van ver les digo. Sí intuía, y sabes que, todo el mundo estaba a favor del otro, solamente uno que más o menos me conocía, apostó por éste. Y fue el único que ganó. Pam, seco. Diez segundos, seco, seco.  Entonces pavo y cuponera. Cuponera por el menor tiempo y pavo porque estaba dentro de esto también. Doble premio, me vine con mi pavo, la señora contenta, mi mujer está ahí. Así que esas son las emociones, esas son las consecuencias, que me mantienen. Y en el fondo, sabes qué cosa, esta relación que hay en los gallos, con colegas aficionados, es una afición de sentimientos nobles, puros y elevados. Por ejemplo cuando voy a Chaclacayo me encuentro con el doctor Bartolomé Vásquez, que es un hombre mayor, que es un señor doctor, caballero, muy gente y de buen corazón. Es un hombre, que da gusto escucharlo, porque es un hombre sabio, calmado, y que uno le pregunta cuestiones de medicina, y él te dice tal cosa, te explica.  Yo siempre que voy le pregunto cuestiones de enfermedad, siempre conversando, entonces me dice sí, yo vivo en Chosica, y estoy fregado me dice, porque yo vivo en una zona que está considerada patrimonio cultural que no puedo ni vender nada. Está en la zona cuadrada de Chosica.  Así  es que estoy fregado porque no puedo ni vender, que no sé cuantos, y que por aquí, así es que, pero ahí tengo un montón de gallos me dice. Y me da gusto juntarme con él, conversar y conversar con Negrillo, conversar con Lisalme, todos muy correctos, son gente amable, así es que es otra la ventaja, quise encontrarme con gente idónea que conversas de igual a igual, claro cuando va Ricardo, él conversa, más cosas de Chancay, siendo un hombre tan culto y tan preparado. Se supone que a estas altura de su edad, el debe tener sesenta y cinco años, yo soy mayor que él, es un abuelo, y todo lo demás.  Sí pues. Ya no cría, está culeco, está culeco, el ha sido Presidente del Rotary, del Club de Leones. Alcalde de San Juan de Lurigancho, en el tiempo de Orrego. Fue Regidor en Tumbes, entonces fue Dirigente en la Facultad de Farmacia y Bioquímica, el primero estudió Medicina dos años, pero Sánchez el rector, clausuró medicina, por una huelga.  Entonces él por no perder se pasó a bioquímica y farmacia, el conoce bastante de medicina y su hijo es médico, su hermano es médico, su sobrino es médico  Farmacéutico. Tiene una importante farmacia ahí en Zárate, Chimú, pero la tiene alquilada  la BTL, le pagan creo mil quinientos dólares mensuales. Pero él es un hombre profesional, competente, empresario. Sabes que tiene la particularidad, que se encuentra con un conjunto de viejos, que son de la misma calaña, y solamente habla de eso. Sería bueno grabarles todas las estupideces que dicen, ya, ya, jajaja, y sacarle un libro que sería un best seller, porque eso es lo más costeante, uno que está pues hasta el cien, viejo y algo más. Viene, ufff, cinco horas dicen. ¿Cinco horas que?, viendo televisión, jejeje. Esa gente Dios mío, bueno pues, de todas maneras da risa. Mira la figura no fue así Carlos, cuando uno está en política y tiene una línea y principios,  básicamente fue mi forma de servir, a la comunidad. Sobre todo en la forma sincera y honesta. Porque muchos políticos se sirven de la situación, entonces nosotros quisimos servir a la comunidad, en base a que siempre trabajamos, con rectitud, con honor, con honradez etc. Pero, resulta que en política las cosas cambian, no salen. Te digo con franqueza, porque como yo era muy amigo del senador Alberto Negrón.  Entonces Alberto Negrón era muy influyente en el gobierno, dijo vamos a poner un coliseo aquí en las hormigas, en esta cara, donde se ven las vacas, ahí vamos a poner un coliseo. Y yo le dije, Alberto se entusiasmó, porque él me quería como a un hijo, me decía hijo, entonces, de alguna forma sí ha estado motivado para poner un espectáculo, ahí está al frente del  Ministerio de Agricultura, su campo de esparcimiento, entonces un coliseo turístico ahí, que no molesta a nada. El que tiene más relaciónes es Ricardo. Creo que era cuñado de Negrón.  La esposa de Negrón era hermana de Tavera. En Tahuantinsuyo estamos hablando del año setenta y fracción, para aquella época había un coliseo de los hermanos Díaz, que eran mozos del Hotel Bolívar, entonces gente que ganaba mucha plata, por las propinas y jugaban mucha plata. Entonces, íbamos a jugar gallos ahí. Para aquella época yo tenía gallos buenos, felizmente muy buenos, y casi todos ganadores. Entonces íbamos allá y ganábamos siempre y me buscaban los mejores gallos de la zona y también les ganábamos. Era una afición en donde a pesar que son gente que tomaban su licor, pero gente muy correcta, pero había un comportamiento muy respetuoso y este coliseo funciono un tiempo y nunca nos ganaron, nunca nos ganaron. Yo siempre llevaba mis mejores gallos, que no teníamos muchos, pero ganábamos. Cuando ese coliseo cerró, el Tahuantinsuyo de los hermanos Díaz, estaba Anselmo, estaba Gálvez, el Chivo Gálvez, estaba el cuñado de Antonio Vera, el tío de la Yosy, de la Jackeline Beltrán. La esposa de Andrés Vera es la hermana de este gallero, Ortega, parece que de un buen tiempo, que tenía mucha fama, mucha plata y todo lo demás. Mucho dinero y buenos gallos.  Entonces, ese coliseo tuvo un poco el descuido. Cuando deje de ir, un poco se maleó, porque hubo un escándalo, por la pelea de un pollón, apagaron las luces.  Un poco que se vino bajando el respeto y la seriedad. Y la gente comenzó a ya no ir. Entonces abrieron un coliseo más al frente que estaba ahí en la autopista, El Naranjal.  Bueno El Naranjal reemplazó al de los Díaz. También en El Naranjal, comencé a dar duro. Eran gallos fuertes y espuela, básicamente espuela. Jugué en El Naranjal, justo unos pocos días antes de irme a los Estados Unidos con mi familia. Jugué un gallo tres veces un domingo, y las tres veces polloneó. Entonces, un fulano que estaba detrás del gallo, y sabía que me iba, sí me ofreció no se cuánto. El año ochenta y seis, me fui en mayo. Así que total se lo vendí, me dejó una parte, a veces me citaba en tal sitio, entonces iba, me pagaba poquito y total nunca me pago todo.  Como tenía que irme, ese gallo es cría de un gallo de la raza de Gerber Uculmana, el vive acá. Vive por el banco de crédito. Gerber se sacó una lotería de la Visa. Está en estados unidos, en New Jersey. Sabes lo que pasa Carlos, cuando las personas van viejas y sin plata están fregados. Si tú vas a Estados Unidos, viejo, con billete no hay problema. Es que es el país del capitalismo. Entonces allá es bien difícil, porque si tú no tienes crédito, tienes que tener algo. No te conocen. Yo no sé, si Gerber quede o se regrese, más seguro es que se regrese, te lo digo porque soy viejo y yo también soy pobre. No se va a adaptar, porque acá aunque sea conoces el coliseo, la calle, todo. Allá todo es caro. Esa es la diferencia que tú acabas de decir perf
ectamente. Yo de la cría de Gerber, saqué con las gallinas que tenía de don Miguel Feijó. Don Miguel Feijó fue mi cliente, yo fui su contador.  Entonces me dijo don Antonio, me voy a retirar, porque tengo problemas con la familia, que no sé cuantos, entonces vamos para que se lleve usted las gallinas y dos padrillos. Entonces prácticamente de esa raza, con un gallo de Gerber, con otro gallo de Rodríguez hice mi raza. En Cayaltí tenían gallos fuertes, pero movidos, mañosos. Entonces con los animales que eran rápidos de acá, salieron gallos con punta y salieron movidos.  Entonces eran para ganar. Yo tenía un gallo famoso que le puse el Panameño, porque su madre fue descendiente de un gallo de Arias, del Presidente de Panamá, que vino acá a La Alameda, ese era de un cliente mío. Amigo mío, que también fue cliente mío, Lorenzo Egúsquiza, le compró un gallo que también fue ganador, y de ahí me dio una pollita. A todos nos dio de la cría del gallo de Arias; le saqué cría esa gallinita con el gallo de Cayaltí, que me sirvió el panameño, un gallo que se metía abajo, jugaba. Harto cacho. Lorenzo Egúsquiza, vendía cerveza en Tahuantinsuyo y alguien me lo recomendó para que yo fuera su contador. Entonces le llevaba su contabilidad, y me dio una polla, la cría de Arias que jugó en La Alameda, y me salió bien ese gallito, después de todo, pegadito, un gallito cenizo, pesaba seis dos.  Entonces son animales que uno recuerda porque le dieron muchos triunfos, muchas satisfacciones. El Panameño tuvo dieciocho peleas, nunca perdió, nunca perdió, y las mejores peleas las hizo, ahí, en Tahuantinsuyo. Pero ese gallo tiene su historia, mi primo tenía un coliseo en la Campiña.  No era Jaime Wong que trabajaba en Branif, en el aeropuerto. Era el Wong  camanejo, yo provengo de los Wong camanejos.  Un día fuimos a pelear ahí y ganó rápido, así es que lo metí a la talega sin lavarlo, con traba y todo al costal, y me olvidé.  Y Montoya que era el juez, uno de bigote, Montoya lo encontró y lo guardó. Al día siguiente dice me he encontrado un gallo, de quién es?, pero quiero que me diga las características del gallo. El gallo es ají seco y tiene una traba ya.  Es suyo, aquí está. Y ese gallo me dio las mayores satisfacciones, como son las cosas. Un gallo jugador, no es un gallo raceador. Yo le saqué cría, salieron nada más que regulares. Y el gallo murió, con llagas en la boca, no lo pude curar. Tenía como cuatro mudas. Y en la cuarta también le comencé a sacar crías y sacaba regulares nomás, regulares nomás. Y tenía un gallo ají seco, perdón, cenizo, que lo jugaba en Piñonate,que era de Céspedes, un coliseo antiguo, estaba del año setenta. Lo jugamos ahí, con Chumacero, con Fermín, el que vendía pescado, todos. Y con ese gallo dimos, veintitantas onzas a un rival de Fermín, que lo querían ganar. Y ahí se lo ganaron, era un gallo que metía cacho, que barbaridad. No es como ahora, que ahora todo el mundo tiene gallos buenos, porque hay mucho cruce. Mucha gente tiene gallos que han venido a jugar el mundial, han comprado americanos, españoles. Los tiempos han cambiado evidentemente, ahora es difícil porque ahora te encuentras fácilmente con cualquier gallo bueno. El arma es diferente; ofensiva, antes se jugaba con cachos naturales pues, entonces, después vino la espina. Y también los tiempos han variado, porque antes se jugaban cuarenta minutos, ahora solamente se juegan diez minutos. Entonces ahora se requiere gallos rápidos. Porque también se busca el pollo, y si no ganan rápido, empatan pues. Todo esto evoluciona, la vida de la persona evolucionan. Mira, el pollón tiene sus ventajas y también tiene sus desventajas. Las ventajas, es que por ejemplo si tú tienes gallos buenos, acertados, ganas aparte de tú caja, ganas un premio que te da el pollón, cae bien. A veces, muchas veces sale repartido, y muy pocas veces sale bueno. El pollón de alguna forma ha desnaturalizado el espectáculo. Porque la gente solamente busca el pollón. Ya no salen gallos para ganar. Antes habían gallos de calidad, gallos que perdiendo se abrochaban a morir, volteaban la pelea y ganaban con calidad. Ya no se ve ese tipo de gallos, hay muy poco, porque la gente busca máquinas nada más. Es timba, claro. De alguna forma se ha teatralizado el juego, el juego como afición, como recreación, ahora es punto de negocio. Cosa que mucha gente busca que caiga rápido, es acertado. Lo ve jugar y lo compra. Pero una cosa es que juegue, y otra cosa que racée. Porque he tenido gallos extraordinarios jugando, pero a la hora de racear, de regular para abajo no era tan bueno. Ese gallo bueno vino de Chepén, lo trajo el señor Barrios, Fernando Barrios un buen amigo, lo trajo de la cría famosa que se llamaba Chepén.  Un gallo muy hermoso, muy hermoso, precioso, que había ganado igual, quince, dieciséis peleas, pero gallos ganables y nunca botó un gallo bueno, regularcitos nomás, para que tú veas. Este era medio del otro equipo, bien conocido. Pero también picador de plata, le gustaba picar a todo el mundo. Vivía por El Agustino y felizmente yo quería servirlo, no sabía que era picador. No lo conocía y felizmente por más que hice cosas, no conseguí, pero él vio que fui a ofrecerle. Mi señora estaba en estado esa época.  Encima uno noble por servirlo, que uno quiere como amigo.  Por servirle a Pedrito, era solterón. No soy de Lima, soy provinciano, soy de Ica.  Mi abuelo fue gallero pero navajero.  Por mi abuelo, mi padre fue pues chino, tenía gallos chinos.  Pero a mí en realidad, quién me metió a los gallos fue Gerber Uculmana, fue mi amigo de siempre, entonces yo vivía allá en Paruro y como yo era contador, Gerber me prestó un gallo, una gallina.  Prácticamente, Gerber me inició en la campaña de gallos. Y con eso ya, te hablo del año cincuenta y ocho, así, son las cosas, cuántos años, cuarenta y siete años.  Claro, claro, ahí íbamos con Alfonso Berrospi, Herber Uculmana, andábamos juntos.  Claro, ahí iba Farfán, Portocarrero, iba Terry, toda esa gente era la mancha. Rodríguez también iba, ahí jugábamos. Nicolás Rodríguez también está diabético, pobrecito. También, Portocarrero, Navarro. Toda esa gente, ahí nos juntamos, ese era el grupo ya éramos conocidos, Nájar también iba. Él también estaba muchacho. Claro, por ahí, por el mismo sitio, yo pasaba por San Felipe. Sí, ahí, en la bajadita. No lo veo, yo estoy que me acuerdo de él, porque él cumple años el treinta de agosto, Santa Rosita, entonces siempre lo recuerdo con cariño, porque que fue un buen amigo, Berrospi fue jokey creo, fue ahí en San Felipe fue jinete de caballo de carrera. Claro, preparador, pero él fue, él era jokey, y entonces yo era muy amigo de él, cuando estuve trabajando en Miraflores, con mi cliente Manolo, lo llevé a trabajar ahí, porque pusimos un negocito, y no nos fue bien, entonces yo siempre tuve la oportunidad de darle la mano, porque lo considero buen
amigo, pero las cosas no salieron como uno piensa, a veces los negocios no funcionan, y se tiene que terminar.  Entonces, Berrospil vive por el lado de Infantas. Sí, sus hijas se deben haber casado, son mayores. Una vive en España  No su hija, una de las menores está en Madre Dios, vendiendo combustible, gas creo.  Y ahí para la señora, es Miriam creo. Eso es lo que me dijo, una vez lo encontré a Alfonso en los rieles y ahí conversamos, un poco cohibido, parece que se ha golpeado mucho. Es buen amigo, tiene buenos sentimientos. Siempre lo recuerdo. Muchas veces se ha quedado en mi casa, porque aquí cuando trabajaba, porque vendíamos fruta, o sea había una especie de súper mercado, ahí en Larco, un mercado chico, y él vendía fruta y no pegó, no caminó. El único amigo que frecuento siempre es Colombia, porque con él estudié en Pisco, el segundo año de primaria en el año cuarenta y cinco, o sea prácticamente sesenta años.  Soto, Hender Soto se llama, pero más lo conocen por Colombia, porque vino un señor moreno, a jugar gallos de Colombia. Igualito, y ya lo nombran ahí, siendo así como es él, es un señor, un caballero, muy correcto, muy honrado.  Él está quince días en la casa, dejas plata, pollo, el no agarra. Por eso yo lo recomiendo. Yo renté el coliseo de Piñonate. El de Francisco Pizarro lo conducía Alfonso Chía, una vez me dijo, mira vamos a pagar a medias el alquiler, pero yo no voy nunca me dijo, a está bien le dije. Cerca a Antonio Céspedes, él estaba en un recoveco por ahí. Cuando fue el terremoto del setenta, el terremoto de Ranrairca, era un coliseo de barrio, no fue como el Gallo de oro, que fue un coliseo aristocrático, entonces ahí jugábamos con Fermín, con Chumacero, con esa gente jugábamos, con Miranda, el preparador de Fermín, Miranda, y así por el estilo, un grupo de gente, ahí íbamos con Barrios. Yo ganaba en Piñonate, he ganado en Tahuantinsuyo, he ganado en Naranjal. Entonces, después cuando fui a Estados Unidos, esa raza estaba encaminada pero se perdió.  No más de dos años. Estaba en zona donde pudiera la gente fácilmente llegar a pié, llegar en micro.  Creo que de la Plaza del Trabajo, unas tres cuadras para allá, es así, es muy escondido. Sí rústico. Inclusive mi señora iba y vendía ahí té, café, pasteles, de Chía. Chía como tenía su pastelería, en Ingeniería, siempre me mandaba sus pasteles. Entonces esos pasteles mi señora los vendía, té y café, pero poca gente iba, no iba mucha gente. Al hermano lo conozco de vista, pero yo era contador de Alfonso, que murió joven, falleció joven.

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