ENTREVISTA AL SR AQUILES GAMARRA “BIGOTE”

ENTREVISTA AL SR AQUILES GAMARRA “BIGOTE”

                                Aquiles Gamarra Cavel  “BIGOTE”

Trujillo, 03 de Mayo del 2005

 

Hay todo lo malo, lo complicado de los jueces, son los malos careadores nomás, porque  después todos los jueces son buenos, porque todos los jueces obran de acuerdo a un solo reglamento, ahora que ahí hay bandidos en ese sentido que reciben la suya, por hacer alguna cosita, también hay.  Se dejan ver. Ha, puede estar ya conversado.  Lo difícil de las peleas.  En la pelea, en el desarrollo de la pelea; todo es difícil como le vuelvo a repetir es el careador, aquí ahorita se echa tanto entusiasmo, que cree que cualquier persona puede entrar a pelear y no es así; para entrar a carear hay que tener experiencia, hay que saber, hay que dominar; entonces, sí él es maestro sabe lo que hace y el juez se queda inhabilitado no puede hacer nada, porque ese hombre está obrando bien con maestría, no hay golpes, empujadas y cosas.  Es el carácter, es su personalidad, no todos; por eso es que la definición del juez son iguales uno de otro, claro. El verdadero juez tiene que ser muy honesto, saber lo que sentencia, sentenciar y ahí morir, porque el juez es una sola palabra; sí titubea o hace alguna otra cosa, la gente se pone un poco maliciosa pues, porque él está obrando de acuerdo al reglamento; hay estatutos, como ustedes saben, entonces el hombre tiene que ejecutarlos, nada más. Hay alguna forma de juego pero que se ignora en realidad, el reglamento; el reglamento es uno solo. Es el mismo, la única prueba hay variantes, por ejemplo ahora, se está empleando lo del minuto, ese reglamento que se abre en Surco es lo mejor que puede haber en la tierra en ese sentido de corrección, después son cosas viejas que no se han hecho, porque los jueces no los han ejecutado, yo leí un reglamento de mil novecientos catorce creo si por ahí es de que ya se hablaba sobre las tres faltas y el gran artículo sobre que el gallo debe levantarse por sus propios medios, esa es la gran clave que hay, un minuto largo, ahora el minuto no es largo. En Ecuador no es así, cae el gallo, se cae el gallo, está en la mano se cae de espaldas un minuto para perder y el gallo que está ganando se cayó de espaldas y no se puede parar por sus propios medios, perdió. Un minuto para acá, o un minuto para careo, un minuto para todo es un minuto. Y todo se ha ordenado. El minuto es el señor del tiempo hoy, se marcó el minuto a como sea, se tocó la campana hay que esperar el minuto, una gran cosa porque nosotros tenemos que estar tan activos, tan mosca como dicen, preparando los cronómetros. Entonces ahí pueden haber ciertas cositas, después no. Pero eso es. El gallo debe levantarse por sus propios medios, es lo más grande que tiene el reglamento, nunca se llevó a cabo ahora se está haciendo eso. Bigote, tú te acuerdas que en la gallera de la curva lo que le dieron al Chavo, porque sentenció un gallo que se cayó y no se paró era de Chimbote de los Campana, intervinieron los chimbotanos y lo dejaron cojo.  Bueno igual a ese problema. Pero se podría advertir señores vamos a jugar, un gallo que se cae un minuto, perdido. No les entendió y los señores invocaba la ley, se vinieron encima supiste le dieron una tanda, los patearon. En realidad, eso ha sido siempre el desfogue de llevarte, claro, porque un hombre en sus cabales y decente que va a hacer eso. Yo lo vi cuando Falla le metió un puñete a Hugo Rázuri y lo noqueo. Ahora, ésa es otra, claro; esa es muy buena pregunta. Ahorita se levantan coliseos por negocio. Ya no hay un gran aficionado para levantar un coliseo para invitar a sus amigos o que llegue gente de fuera que invita o está haciendo negocio también, eso es natural. Ahora viene alguien que sea muy ágil en la mentalidad comercial o anima a otro para levantar un coliseo y hace el coliseo, entonces ese hombre que se le llama asentista no tiene ningún conocimiento de gallos y a él no le importa y cree que el juez está supeditado a él y es mentira. El juez es el señor desde que entra a la puerta todo manda, todo; porque así lo ordena el municipio inclusive, es un policía ha-doc., al juez no se le puede tocar, fíjese, pero sin embargo siempre les ha entregado. Claro, no hay ninguna protección, al asentista, lo digo a la hora de estar en un coliseo, no quiero nombrar personas, viene un perico de los palotes con una botella de cerveza, se emociona porque su gallo mata, tira la cerveza al suelo, sale en pedazos y yo estaba arbitrando. Entonces voy y le digo por favor, un poco de protección, este hombre hay que largarlo de acá, y hay que suspenderlo siquiera los tres meses, no, no me dijo cómo voy a votar a este hombre. El asentista señor; vote a un fulano, a un equis señor, y le dice mire, el juez pide que yo vote a esta gente, si esta gente es la que me trae a la gente. O sea que el señor estaba protegiendo a un malcriado que le iba a traer más gente, pero que gente. Entonces ya todo se despinta dentro de la buena conducta, eso es lo malo que hay ahorita. Cualquiera que tenga un terreno o unos centavos, levanta un coliseo, pone muchas cervezas, hay mucha alegría y sigamos jugando gallos. Eso es común. Creo todavía que el último juez nombrado soy yo, pero eso tiene ya como cuarenta años o algo más, no sé si ante el municipio tenga vigencia, pero hoy nadie lleva un juez a la cancha,       ya no se hacen las votaciones, porque ahora vez tú a cualquiera lo llaman de juez, tú lo haces bien porque ya tú sabes de gallos, y no es así.  Primero es el conocimiento, tiene que ser un hombre fogueado. Es necesario que sepa de gallos. Con conocimiento y la gente ha de saber que es un gallero que sabe. Muy honrado. Ahorita la realidad de los jueces, saben muy bien de acomodarse al aficionado de poder. El aficionado de poder, aunque no tenga conocimientos, tiene gallos y tiene plata y eso es mal. Bueno, así piensa usted, así pienso yo, pero en la práctica es otra cosa. Hay gente de majadería, hay gente muy noble, hay de todo; dentro de la gente de poder y de conocimiento, hay hombres muy distinguidos. No puedes nombrar ahorita porque el otro  juez puede tener celo, así es que, sí, hay gente que se distingue. Claro, sí hay mucha gente modesta que conoce de gallos y sabe comportarse, claro que sí. Ya la gente no se deja engañar en ese sentido, todo el mundo sabe armar. No tanto como cualquiera porque hay que saber llevar la cinta, dejarla segura. Eso lo sabe el preparador del mismo gallo, él sabe bien ya lo que debe emplear. A mí me ponen un gallo, yo más o menos por insinuación puedo hacerlo, pero el que puede hacerlo perfectamente es el mismo cuidador. Claro, él conoce el estilo de patada y todas esas cosas. Una pelea del gallo se ha hecho para ganar, el más rápido ya ganó. Entonces el mismo gallo o el mismo aficionado han ido evolucionando. Evolucionando en el sentido de que la pelea debe ser para que acabe lo más pronto. Porque ahorita lo que usted acaba de exponer es el sentimiento de aficionado, pero la timba no valora eso, la timba quiere rápido y son los gallos de los hombres que predominan, quieren más peleas, quieren más rápido, para que venga más la plata. El aficionado no, porque el aficionado se queda, el aficionado viene aquí, ve las grandes cualidades de su animal que para eso el viejo Juan Raggio dejó una escuela prudente. Gallo que mete la espuela, la mete, y ahora eso ya es un problema que no tiene remedio, en el mundo se juega co
n la espuela      ya ve en los Estados Unidos se juega un gallo de acero rápido, que precisamente de cuatro patadas debe estar afuera. En España, es que ahora tiene gallos cuerperos o depende ahora solamente cabecerito, entonces jugaban con veintitrés milímetros, o dieciocho en fin, pues ahora ya tienen gallo cuerpeo, es lo mismo que lo que está sucediendo eso en Cuba, tiene gallos de cuerpeo, ya saben de ese agravante, uno sólo y se acabó. No dan gallinas. No venden gallinas los españoles no venden, los madrileños no venden gallinas, y las Canarias tampoco venden gallinas, gallos te venden. Señor Gamarra que concepto le merece a usted la personalidad del señor Dante Bodero a quien cariñosamente le decíamos Pachón.  Ah, como te has acordado de ese personaje tan bueno, un personaje de la guardia vieja que ya se ha ido, un verdadero aficionado, un gran aficionado. A qué cree su maestría, que de cien peleas perdía una o dos. Se refiere a su habilidad de que de cien peleas perdía tal vez el diez por ciento creo. No, definitivamente es cuestión de seleccionar, selección, eso no selecciona cualquiera; ya esa es otra escala, esa es la escala de los maestros. Vendía sus manichos, vendía chocolate manicho, y apostaba. Hizo un careo en Guayaquil y le pusieron el maestro. Muy bueno, muy bueno. Bodero le decimos Pachón, muy cariñosamente Pachón. Enrique Bodero. Era Tumbesino. Muy amigo, un caballerazo. Qué personalidad le merece el señor Alejandro Flores Sánchez de Ascope, Alejandro Flores, guardia vieja. Ah, bueno yo poco he leído, poco lo he gozado, no podría dar en realidad una respuesta cabal acerca de su persona. Tejía trabas, unas trabas preciosas las tejía el mismo su hobby, don Juan Olguín Osores. Bueno, cuál es el motivo de esta conversación eso es todo, olvidémonos de los viejos que es otra, es otra.  El señor Cogorno ha venido a verme ayer recomendado por Luis Antonio, el señor Feijoo, como venía acá, quería entrevistarme a mí por el coliseo Huanchaco, y de paso me habló para venir acá a verte mañana, hoy día, Aquiles. Estoy sordo, bien sordo, no sé me he puesto más sordo de lo que he sido con la cuestión de la enfermedad. Todo esto está en Lima Surco, no hay nada que hacer, es lo máximo, después en todos los sitios; otro sitio que en realidad me sorprendió mucho cuando fui a arbitrar por primera vez fue Tarapoto, en realidad cuando decía que ahí estaba la gente brava y mentira, ahí así como entre salí y llegué a mi casa con todas las garantías del caso. Aparte de eso, también el aficionado se estableció en este lugar y especialmente en la selva el aficionado es tranquilo, acá en la costa hay facinerosos, después en la selva, cuando yo he ido, tranquilo, muy bien, cuando voy a la selva, duermo tranquilo, como si fuera el Palacio de Gobierno, no tiene ojos, ni oído, ni boca, usted viene a trabajar y se acabó, y tranquilo, no fastidia nadie. La respuesta es enfática yo soy hecho con el gallo oriental y bendigo al gallo oriental, más espectáculo, uf, mucha inteligencia, mucha valentía, mucha fuerza.  Si, no había nada que hacer con el gallo de antes. No, también jugábamos con armas, bueno yo toda la vida he jugado, yo también he jugado con arma terciada. El pollo, contra el pollo, todo ha sucedido, lo que se quiere que el gallo ajuste y se acabó; con él cacho chiquito también se destrozaba el cuerpo. Alfredo es mi cuñado, yo me he casado con su hermana de Alfredo, él ha vivido bastante, en la condición de salud que tenía, el viejo era duro, muy buen aficionado. Yo soy Gamarra Cavel, con v dentilabial, yo soy Cavel Haro. Para mí un honor. Otro día si viniera, páseme la voz con anticipación para poder alistar la garganta y estar clarito. A usted lo he visto en Lima antes. En el Gallo de Oro, el Gallo de Oro era difícil, no había jueces ahí, yo llegué felizmente, un poquito de hacha, sufrir un poco y se alineó la gente. Yo estaba feliz en Lima para qué y después ya comencé a jugar en toda las canchas, no era juez titular de ninguna, paraba de concentración en concentración. La campana me ha dejado muchas satisfacciones. Estoy agradecido. ¿Ha visto jugar al gallo Manoplas?, Manoplas. Ah el sesenta y nueve, así es, huf ese fue grandazo para mí. Ganó. Bueno en mi grupo nunca he desairado, sabíamos seleccionar. El Chuchumeco. Y probablemente sabíamos cuidar, que era esencial en esa época. Ese gallo era de una historia bien grandazo, era de Paul Brand. El Chuchumeco, don Armando Baca lo sacó corriendo. Ese es este el gallo de Salaverry. Pero lo es vi un montón de veces, rápido mataba, pero ni demoraba. Chuchumeco ganó varias veces después de corrido, pero cuando la pelea demoraba, no le gustaba, se mandaba mudar. Entraba y vencía rápido y ganaba. Buen gallo, buen gallo. Si está con León cuéntele. Juan León. Ya lo visitaron. ¿No  ha llorado?. El gallo de sus amores, pero él tenía otro gallo que a mí me gustaba más que el Chuchumeco. Le llamaban el Capulí, lo tuvo Armando Baca, ese gallo a mí me gustaba, uf, ese gallo para qué, si hubiera tenido una coteja hubiera sido ideal; al Chuchumeco yo lo perseguía pero no me he podido encontrar con él, el otro gallo muy, muy elegante, bueno, bueno, bueno, sino que ya Chuchumeco lo llenaron de bum y lo hicieron famoso pues, por la sensación. También costó mucha plata ese gallo. Ese gallo comenzó con cinco libras, cuatro catorce, algo por ahí. Manopla. Fue un gallo muy bueno, yo he cuidado a ese gallo, ese gallo se hizo famoso en mis manos. En realidad me lo trae un señor Fonseca, Justo Fonseca vivía acá, él era Pacasmayino y cuidaba y criaba con este chiquito era también después, no este, no puede ser posible que me olvide; bueno entonces este señor quería mucho a Fonseca. Fonseca le daba unos pollos para que criara este señor, y a este señor se le mueren todos, todo lo que le llevó Fonseca. Pero entonces para no decepcionarlo al amigo Fonseca, le regalan un pollo, ese pollo crece y sale regular, entonces vienen a mí ahora y me dicen, estas son mis condiciones. El gallo Chicharrón no armó de pollo jamás. Entonces ya lo llevan de muda, ya con el cariñito que yo sabía darles, su comidita, se puso muy hermoso, era un gallo que me lo traen de cinco doce, hasta en eso infiero la cuestión del control de los pesos, te pesaba un gallo cuando cuidaba, jamás, el gallo debería mostrármelo en la arena; estaba gordito, ya sabía lo que había que hacer con él.  Entonces me traen el gallo, estaba con cinco doce y se lo llevaron a Pacasmayo, yo me fui a arbitrar a otro sitio, cuando vienen y me dicen fíjate a ganado el gallo, de entrada le dieron dos de cuerpo que lo paralizan, porque Justo era muy emotivo, a mí dame la mía, yo trabajo con la mía, yo que tengo que ver con gallos, haciéndome el loco también porque yo al gallo lo topaba y necesitaba que me de datos, gana plata, el gallo sube ahora a cinco catorce, va a pelear pollón y se hizo muy fuerte, viene otra pelea, ya pues a seis libras. Sí, pero bien seco, muy trabajador, muy voluntarioso, pero sigue c
orriendo igual, claro, que quiere que le patee bien y cae abajo, no cree en nadie, muy elegante, muy mañoso, muy activo para ser un gallo tan grande, pateaba sin morder, uf. Ah ya seguía ganando, cuando llego a Lima, bueno sé que entonces el señor Fonseca tuvo un problema y vienen y me dice fíjate quiero venderlo, ya cuanto quieres. Tres mil me dice, telefoneé a Lima a un muchacho Churro Farfán y Julio le digo tengo un gallo bien bueno, pero quiero cinco mil, es mío; mío no  mándeme el billete, mande él cheque, aquí no hay que es mío. Ya, sí te mando. Pero yo me voy a Laredo y me demoro, y para esto viene Brand y lo asalta prácticamente a Justo. Como Justo estaba como loco por la plata, bueno te lo vendo ya. Cuánto. Dame tres mil pues dijo Justo. Ya yo te doy los tres mil. Entonces, yo tenía me acuerdo bastante dos mil quinientos, entonces le digo fíjate Justo yo te voy a dar dos mil quinientos, te debo quinientos en esta próxima reunión yo te doy. No, la quiero porque estoy con unos apuros. Ya, haz tú negocio y logró su negocio pero no había billete, y el otro de Lima no le mandaba tampoco. Nada más. Bueno con todo, vienen las peleas, entonces hay una reunión en Guadalupe, yo fui con tres gallos. Manopla un gallo negro del señor Gonzalo Hermoso y otro gallito ají seco Príncipe, un gallo giro: tres gallos buenos, pero Manopla es la fiera pues, después puedo creer que es el más grande gallo que yo he cuidado en mi vida, a pesar que yo he cuidado gallos muy buenos, pero este era un monstruo. Muy fuerte de entrada, muy activo. Muy sencillo, y ahí encerrado no le cuento que pateaba, no necesitaba el pico. De costado, de atrás, muy bueno, pero por lo regular muy bueno.  Entonces nos vamos a Guadalupe y el gallo pollonea, entonces ahí veo que dice Paul, yo no te he quitado, yo te he dado una parte de Manopla, yo te doy una parte, ya que esto viene y me dice yo te debo a ti de esto, muy bandido era con la plata, yo lo quede mirando y lo considero, pues no me peleo por plata, ya él gallo es famoso y se deja llevar. Lo llevamos a Lima, entonces en Lima había un gallo del señor Piérola, ahí hubo algo que me resintió mucho, yo jamás use un aceite para un gallo, nunca usé la ventaja, mi gallo bien cuidado de ahí salía y por último ni antes de la pelea lo masajeaba, nada, un poco de cariñito, un poco de mano a pelear y los gallos me obedecían perfectamente, entonces se hace la pelea yo cotejo el gallo, y viene don Jorge León que en paz descanse, me dice oye, dice con quién vas a pelear, en ese tiempo había un señor que se llama, colombiano, García y nos hicimos muy amigos. Pan de leche había otro un ecuatoriano. Así que entonces, de García me había visto jugar varios gallos, y ya había ido a ver que yo cuidaba, sabía el lote de aficionado que era, entonces me hice Maestro este es, porque acá lo armamos, acá en Trujillo, este es le digo, entonces el gallo del señor Piérola le estaba dando a seis, les dije están locos, tiene el señor Jorge León y me dice vas a pelear contra ese gallo, ese gallo de Piérola está bien, qué es el gallo de Piérola, yo no vengo a escoger, yo vengo a ganar, este gallo es el mejor de Lima, está bien, pero este es el mejor de Trujillo y no hay temor, pero entonces la espuela se rompe y esto es lo que me resiente, cuando un hombre no reconoce como se le gana, se pusieron a hablar que yo había dopado el gallo y cosas, nunca, nunca. Yo me acuerdo, leo las revistas hay que poner tal cosa, acabo de leer un libro y me río pues, que era súper poderoso, me río, come tu trigo y toma tu agua y para adelante, a trabajar eso sí, tenía que trabajar, porque a mí me criaron con lema, quieres comer trabaja, el gallo tiene que ser así, yo creo que está bien. Eso fue en el Festival dela Alameda año sesenta y nueve. ¿Qué me dice del gallo Mao de Casa Grande?. Muy bueno. Lo compraron por dieciséis mil.       

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