entrevista al sr jose silva salgado
José Silva Salgado
La Molina, 23 de Julio de 1988
Hay que tener claro lo que se conoce como gallo antiguo; esto es fundamental para poder conversar de gallos, el concepto sobre de lo que se designa ahora gallo moderno y de lo que actualmente se define el gallo antiguo. Para lo siguiente: a nosotros nos conquistaron los españoles; ellos, fueron los que nos metieron en la sangre esta afición; entonces es lógico suponer que la generalidad de los gallos desde la época de la colonia eran gallos Españoles. Yo tengo 68 años y pico y voy a los gallos desde que tenía 7 u 8 años, entonces he visto que los gallos que tenían por lo menos en el Norte del Perú, todos el tipo español, cuando empecé a ir al ruedo. Por ejemplo, hay un hacendado, Federico de la Torre Ugarte muy conocido por sus caballos de paso y tenía un fundo grande; él importó los Colombianos, unos Colombianos orejones y así como él, habían gallos Chilenos, Ecuatorianos, Panameños, el tipo de gallos que ahora equivocadamente consideran que es moderno; eso lo veía yo, cuando tenía 9 o 10 años. Posteriormente, hubo los del cura Pita que importó los primeros Ingleses; primero le llegaron al cura Old English Game, o sea, el gallo que se conoce en Lima, ojo de uva, patas negras, pero que en Inglaterra, era el gallo mixto, o sea de uso navaja y pico. No es el gallo piquero, que tiene otro nombre que no recuerdo y me lo explicó esto, el cura, del cual fui su alumno. El cura contra lo que se cree acá, que Ericson fue el primer socio del Club de gallos de Inglaterra, el cura fue socio en el año 1928; o sea hace 60 años; fue socio no de un Club, sino de varios y se escribían constantemente y trajo un pareja del Old English Game. El pata negra, ojo de uva; él comenta que necesitaba el gallo exclusivamente piquero, porque él era aficionado a gallos de a pico. Probablemente el cura fue uno de los primeros en importar gallos de Inglaterra; ya habían aquí en Lima, aficionados a gallos a navaja que habían traído el Old English Game. En esa época había un señor agricultor que fue a Jaén, que fue uno de los hombres pioneros, Emilio Guimoye que se acaba de morir; él fue uno de los que trajo gallos ingleses, pero de navaja y el cura como se escribía con varios criadores de Inglaterra, decía que necesitaba el gallo piquero y le contestaron, que había mucha dificultad para exportarlos, porque eso lo consideraban el perfecto gallo Inglés de combate y ese gallo no salía de Inglaterra; pero como él era socio de los Clubes, iba a ser la excepción y le mandaron una pareja de los ingleses de pico; cual es la diferencia; sustancial. El inglés de a pico, es un Inglés Cenizo dorado; Cenizo agirado, digamos; con pico blanco, patas blancas, de poco peso, más o menos de 5:00lbs., espigado, un poquito alto, pico largo, ojos azules que en esa época le llamaban “ojo de Chakira”, los aficionados. Chaquira es el componente de los collares en las culturas pre incas; ahí viene la diferencia. También en mi concepto, son los gallos más ofensivos que he visto en mi vida, con un acierto extraordinarios. Corren los años y los gallos del cura Pita eran sensación, a pesar de que el cura con su egoísmo de criandero, poseedor de una estirpe de gallos, no daba gallos. Como le trataron de robar y le robaron inclusive, él criaba en un cuarto cerrado donde no llegaba el sol, entonces los animales salieron no aptos para pelea como los otros que los crió bien asoleados, fuertes y resistentes a las enfermedades; entonces empezaron a perder algunos gallos del cura Pita e inclusive corriendo; y eso debido a su debilidad, pero seguían siendo de un acierto fuera de lo común y aveces parecían resortes, los soltaban y pum el otro quedaba pataleado; es decir, parecían resortes no hacía no mas que soltarlo y pum el otro quedaba pataleándose; es decir una cosa espectacular, a parte que mordían, eran extraordinariamente acertados; hacían lo que nosotros llamábamos en esa época, agrupamiento de tiro; lo veías limpio y pegaba una patada y veías un chupo. El gallo tiene lo que el aficionado común y corriente llama la vena diabla que es la separación entre el cráneo y el cogote del gallo; entonces los tiros de esos ingleses, eran justamente buscando esa separación; el matadero. Entonces había lo que se llamaba agrupamiento de tiro; Ud. veía nítido, hasta que pam, caía seco. En esa época se jugaba por supuesto con espuelas naturales; las espuelas las conservaban con cebo con limón, cebo con ajo, espuelas bien conservadas, bien hechas, perfectas. Como le digo, el cura empezó a perder; los que le robaron y los que se consiguieron, empezaron a sacar mucho mejores gallos que el cura; por ejemplo en la hacienda Tumán, había un contador que era Roberto Guerra, sacó unos Ingleses ya de media sangre que eran extraordinarios. En la hacienda Tumán, tenía unos gallos, qué acierto de animales, con un poder y estructura ósea y su masa muscular perfecta. Estos gallos empezaron a barrer por los años 32, 33. Para esto voy a hacer una referencia: la primera concentración de gallos de a pico del Perú, interprovincial, se hizo en Chiclayo en el año 29, cuando no existía la carretera Panamericana, o sea que bajaban los aficionados a caballo; iban desde Chepén, Guadalupe, Pacasmayo, Trujillo, Piura, Sullana, fueron a esa primera concentración en el año 29, que organizó la primera Asociación de galleros que se formó en Chiclayo, porque la cancha que era el antiguo San Isidro, era de Don Miguel Arbulú González y Don Miguel Arbulú González, se la alquiló a esa Asociación, para que organizara la primera concentración de gallos de pico. Yo tuve la suerte en el año 69, de recuperar la fiesta del 30 de Agosto para Chiclayo; porque esa tradicional fiesta que empezó en el año 29, se perdió ene los años 63, 64, porque se organizaron peleas en Guadalupe, en la misma fecha y eso jalo a los aficionados de Trujillo, Piura, entonces la gran concentración, se hacía en Guadalupe, durante 4 o 5 años. Yo como chiclayano, me indigné porque no era posible, que una fiesta de gallos tradicional. Fue la primera concentración de gallos que se organizó en el Perú, se haya perdido para Chiclayo; entonces le alquilé la cancha a Armando Baca por dos años y saqué unos volantes, haciendo toda la historia de las concentraciones de gallos del Perú, mencionando inclusive, quienes asistieron, de Trujillo, de Piura y sabes por ejemplo de Trujillo quienes fueron los primeros asistentes, Víctor Corzo y Pascual López, que fueron los primeros que llegaron a caballo desde Trujillo; bueno, tuve la suerte, como yo tenía amigos en todo el Norte, y desde el año 69 Chiclayo recuperó la fiesta y este 30 de Agosto, que ya estamos cercanos, sigue la tradición de la fiesta; tuve como le digo el acierto de sacar unos volantes con toda la historia, desgraciadamente no tengo acá, tengo en Chiclayo, yo guardé muchos como recuerdo. Pero mi objetivo era precisar entre lo que era el gallo moderno, equivocadamente llamado el gallo moderno, y el gallo equivocadamente llamado el gallo antiguo; le hablo del gallo español típico, el gallo cuya características eran de acuerdo a los sitios donde se criaron, el gallo de la sierra, el Español adquirió mayor fortaleza, mayor tamaño, mayor peso, pero sigui&
oacute; siendo de tipo Español. Para mí ese es el gallo Antiguo; el colombiano, el ecuatoriano, el panameño, el Costarrisense, el venezolano, el chileno inclusive, han sido de origen Español; luego para mí me hablan de colombiano, para mí es Español; el Americano criado en California, es el gallo Español de Nuevo México. El gallo que viene aquí como Americano, es el gallo Español; ahora que le llaman Hatch, que le llaman no se cuanto, eso seguramente por los crianderos que establecieron ese tipo de gallos famosos. Eso, se sucedió hasta el año 34 o 35, no recuerdo, en ese año, empezó a llegar a Chiclayo los primeros Japoneses; este señor García Urrutia el viejo, era cónsul del Japón, pero y había vivido en Japón, él es ferreñafano y vivió muchos años en Japón y hablaba japonés perfectamente; entonces cuando regresó al Perú, los japoneses lo nombraron cónsul de Japón acá y este señor se trajo gallos que por el apellido del criandero del Japón, el trajo unos gallos que los nominaba, los Dominaga, porque eran de un criandero famoso, Dominaga, del Japón. Así como trajo eso, trajo otro tipo de gallos japoneses que fueron los primeros que llegaron a Chiclayo; eran unos japoneses, bonitos, bien hechos, fuertes, buena proporción, una estructura de luchador digamos, porque el Español no tiene la contextura. El Español es deforme, inclusive, por ejemplo, el intestino del Español es mucho más largo que el intestino que el gallo Japonés, porque su caja no está en relación ni con sus piernas, ni con su cuello, ni con su conformación; no es la estructura del verdadero luchador. Es como un boxeador que tenga la cintura más ancha que los hombros. En el Español si aplicamos eso, el Español tiene más cuerpo que hombros, entonces el español no es un gallo de lucha anatómicamente; el Japonés, sí, es un gallo esbelto, de poco cuerpo, pecho hundido, poca quilla, el hueso de la quilla es medio hundido, entonces el peso está perfectamente distribuido con las piernas, lo que le da una mayor fortaleza física. Los Españoles de esa época con los japoneses que habían traído este señor García Urrutia, esos japoneses que empezaron a llevar los trujillanos, empezaron a barrer, a los Españoles, Chilenos, venezolanos, colombianos; yo vi una pelea que más recuerdo en mi vida; había un gallo gallina que ya tenían cruce con gallo japonés, pero era más inglés que japonés; era de la hacienda Tumán; este gallo gallina que lo vi jugar en forma espectacular como cuatro o cinco veces amén de otras peleas que había hecho y que yo no las vi. Lo cierto es que llegó un 30 de Agosto, con una increíble fama, porque el gallo no hacía más que morder y pam, gallo abajo. Todas sus peleas breves, cortas y de una extraordinaria efectividad; ese gallo juega, con el gallo más defendido y mañoso de los gallos que he visto; un gallo de un japonés Juan Koyde de Trujillo, le llamaban el Kondekoma; Kondekoma, fue un luchador japonés, campeón de lucha en Japón; el gallo Inglés cuando picaba, el público se paraba ¡Ya!; y no podía patear, tenía que soltarlo, porque el japonés, se lo llevaba a empujones y yo he visto lo que no he vuelto a ver en gallos y es el pellejo del pescuezo, se le movía al gallo, de la tremenda fuerza que hacía, empujando al otro gallo. El gallo inglés lo picaba y el otro gallo tenía tanta fuerza, que soltaba y el otro fue acabando; habrá sido una pelea de cinco minutos sin dejarlo levantar las patas; si el gallo levanta las patas, la pelea cambia para el Inglés. Para mí los gallos más ofensivos que he visto en mi vida han sido esos; en ese tiempo, yo tenia 14 años y me hizo pensar que el gallo ideal tendría que ser producto del cruce entre el Japonés y el Inglés; el Japonés con su extraordinaria habilidad, su fortaleza, su poder y el Inglés su extraordinario acierto, cosa que logré, yo llegué a tener, pues en mi época decían que yo me había adelantado, gente que ha vivido esa época, en los años cuarentitantos, yo me había adelantado, porque mis gallos eran de una velocidad extraordinaria y siendo Japonés con Inglés, en base a gallos del cura Pita. Hay un tremendo error, yo aveces me sonrío cuando escucho hablar a los aficionados modernos. Antes de la década del 40, había una manera convencional de pactar las peleas; una hora, como tiempo máximo o “gallo defina” quiere decir que así durara dos horas, seguía la pelea, hasta que un gallo perdiera y el otro ganara; el juez, consultaba con los dueños, acuerde Ud. la hora; en peleas de importancia, se jugaban S/.500 en concentraciones; normalmente, jugaban S/.40, S/.50; una pelea de cierta importancia Domingo, S/.100 o S/.200; pero la mayor parte de las peleas, se hacían con S/.70, S/.80, S/.100; ya más de S/.200, eran gallos superiores. Sí hay diferencias en el pacto de la pelea actual e inclusive la forma de pesar; por ejemplo en Chiclayo, hay un abalanza de platillo, pero no se usaba platillo, sino, plataforma de madera, entonces se usaba como los gallos de navaja, cuando hay careos, usan una madera y se ponía la madera e independizaban a las dos plataformas; ponía un gallo aquí y el otro en la otra plataforma y solamente se establecía la diferencia; 4onz, 3 onz., 3 onz., mas no el peso del gallo; entonces no había límite, no había reglamento, no establecía peso obligatorio y era convencional; la coteja era al ojo y los gallos se pesaban después de pactada la pelea y el que se equivocaba, no había lugar a retractarse pues antes se depositaba el dinero; ahí el aficionado conocedor, tenía mucho mayor ventaja; pactaban la pelea con tanto y el juez pesaba los gallos para soltar los gallos; pero la pelea de esa época, eran sumamente interesantes, sobre todo para el criandero, porque se jugaban gallos de espuela, o sea gallos de 2 años, 2 ½ años, con el desarrollo máximo de sus cachos, con otro gallo también igual; pero Ud. sacaba un pollo de 11 meses de pitones redondos y lo cotejaba y jugaba con otro pollo de pitones redondos en las mismas condiciones; la pelea de pollo a pollo, permite aprender a ver al criandero, las cualidades buenas y las cualidades negativas de sus animales; lo que no sucede ahora, que con ese cacho y el sistema actual de juego, el gallo Japonés está en gran desventaja, porque necesita cierto castigo para desarrollar todo su poder, como calentar cuerpo, lo que no sucede con el Español ni con el Chileno; entonces la primera pelea del Japonés, es peligrosísima, porque ese gallo no está acostumbrado a recibir cacho, entonces si el gallo los primeros tiros los utiliza, entonces puede desarrollar sus cualidades y su máxima capacidad. Eso, era sumamente ventajoso para el criandero, porque así a nosotros nos permitía observar, qué pollo a la hora que le botaban un ojo, no se perdía en la pelea; qué pollo a la hora que perdía el pico, seguía pegando, porque revolaba utilizaba el revuelo como recurso o estando sin pico, pateaba. Eso le permitía a uno apreciar las cualidades de sus animales, cosa que ahora desgraciadamente se ha perdido, a parte que las peleas, eran mucho más interesantes para el criandero, porque veía una pelea que
se cambiaba dos o tres veces, de acuerdo a la calidad. Ahora, qué llamábamos calidad, era el deseo de no perder del animal, por más que sea adversa, el animal no quiere perder; si ese animal pierde un ojo, es como si le pusieran otro de repuesto y sigue peleando con la misma intensidad, con la misma energía, con la misma aparente visibilidad que si tuviera sus dos ojos e inclusive con gallos ciegos, se veía ese tipo de pelea. Entonces uno sabía establecer las cualidades positivas y lo negativo de sus animales y hacer las correcciones necesarias, desde que eran pollos, cosa que ahora no se puede hacer. Yo considero por ejemplo, que con la espuela actual, tendría que tratar de cómo nivelar esa pelea pues la espuela es mucho más aguda. El gallo de a pico, tiene que ser un artista; es como el boxeador; si le pusiéramos un par de cuchillos a dos boxeadores, entonces pierden su pegada, su defensa, su side steep, sus jabs, ya es otra cosa; es lo que ha sucedido con el gallo de a pico en mi concepto. Los gallos de a pico han perdido sus condiciones netamente piqueras. Yo recuerdo, porqué se consideraba una concentración es que en esas concentraciones salían gallos verdaderamente campeones; entonces había peleas extraordinarias, por los recursos que mostraban los gallos que podían pelar media hora o llegar a la hora, pero llegaban a la hora, con todo su poder, con todo su vigor, con su inteligencia, su defensa, su arte y ahora no se puede pues las peleas son tan ofensivas, que los gallos van ganando en 4 o 5 minutos y ya el gallo no desarrolla la plenitud de sus facultades luchadoras, porque esas armas no son para gallos de a pico en mi concepto, es un intermedio que se ha establecido entre el piquero propiamente dicho y el navajero; es un arma demasiado ofensiva para los gallos de a pico. Teniendo en cuenta el argumento de que hay mayor cantidad de aficionados que frecuentan los coliseos y existe por lo tanto mayor número de gallos y todos los concurrentes quieren jugar sus gallos, entonces ¿justificaría reducir el tiempo por pelea y darle mayor violencia y rapidez a las mismas?; con ese concepto, tendremos que ponerles navaja y ya no entramos a jugar gallos de a pico, y los criadores han agrandado el arma, por temor y ellos piensan que teniendo un arma más ofensiva, podrán defenderse mejor con animales que no tienen la calidad suficiente y eso lo reconocen. Yo sostengo y siempre lo he sostenido, es que el autentico criandero, se dejó dominar por el timbero ¿quien es el timbero?, aquel que tiene asiento en primera fila y que nunca saca un gallo, porque él va a jugar su plata; a él no le interesa ver 4 o 5 buenas peleas, sino, le interesa ver 50 peleas, aunque sean malas, pero en que se mueva su plata. Desgraciadamente hoy día es la época del jugador, sobre el verdadero aficionado. Yo como aficionado, he dejado de ir a los gallos, porque a mí no me agradan la mayor parte de las peleas; contadas peleas me dejan satisfecho, entonces que sucede que mientras el público grita, aplaude y todo, a mí eso me causa desilusión, para llamar lo menos, porque como aficionado y criandero, yo considero que es un espectáculo que hace 50 años, los hubiéramos botado de la cancha y no ganaban. Siempre el aficionado, ha considerado como cualidades prioritarias, en primer lugar, el acierto, porque con eso, se ganan las peleas y como cualidades complementarias, la defensa, lo que llamamos calidad, el deseo de no perder del animal, la finura, la casta, que es responder al castigo, tratar de no quedarse con el castigo; al gallo fino, le pegan y ese gallo fino se desespera para contestar antes de la casta, naturalmente está el acierto que es lo que define la pelea. Siempre han habido gallos finos y gallos chuscos; dentro de los gallos ingleses, vi correrse muchos y también vi correr muchos japoneses; hubo una época que un japonés Yamamoto, llevó un gallo negro a Chiclayo y se lo dió a un paisano suyo que se apellidaba Kusak. El gallo negro de Yamamoto, era un gallo que lo vimos pelear varias veces, excepcionalmente bueno, extraordinariamente inteligente, acertado, fuerte, muy mañoso, no dejaba pelear prácticamente al oponente, los dominaba con su juego y su arte de pelea; pero qué sucedió, es que el gallo, botaba gallos cobardes, los pollos, armaban tardíamente y cuando armaban estaban ganando sus pelea, pero cuando le insistían que los obligaban a desarrollar el máximo de su potencial y a pesar de eso, no ganaban con la facilidad que querían, empezaban a mirar al público, se paraban y miraban así, parece mentira, pero así era y se hizo tan popular en Chiclayo esto, que ¡ya está mirando al público! Y empezaban a caminar a un lado y abandonaba, paraba y caminaba; se cansaba de pegar, se aburría de pegar, sobre cuando se jugaba pollo a pollo. Había un gallo que le compró Federico a Pepe Carrera y ganó dos veces en muy buena forma, lo había comprado en Argentina y se lo compró a … y llegó el 30 de Agosto y vinieron como de costumbre los diferentes aficionados de Piura, de Trujillo y de diferentes lugares y cotejamos con uno de Piura y pollo punta de lápiz, no sé qué cantidad jugamos, pero se jugó fuerte; entonces desde el comienzo el pollo, pateaba rápido, lo puso de rodillas al otro en el suelo y daban 1,000 a 100 las apuestas y no tenía la costumbre de cubrirme, pues o ganaba o perdía desde un inicio; como estaba 1,000 a 100, Pepe que estaba a mi lado, me dice, “cúbrete Federico”; ¡pero si ese gallo está ganado!; “cúbrete, está dando 1,000 a 100” y como dijo Pepe, lo tenía al otro en el suelo, se para, miró al público y se mandó a la carrera, con la pelea ganada. Voy a contar una historias de un gallo de los más famosos que han habido en Chiclayo; el gallo se llamaba “El Lengua”; le pusieron “El Lengua”, por un crimen famoso; entonces, el juez era el Dr. Lengua, que más que como juez, actuó como fiscal, porque él se apersonaba para las investigaciones policiales, con un dinamismo tremendo y al fin se determinó y se esclareció el crimen y se precisó quién era el asesino, pero fue un crimen dentro del aspecto judicial que marcó época, porque fue muy sonado y afectó a las principales familias dentro del Departamento de Lambayeque, tanto por el muerto que era Don Augusto Salcedo, un hacendado conocidísimo y su asesino que era también de las primeras familias de Chiclayo, pero Lengua agarró un prestigio y una fama, por esa actuación; entonces, aparece un famoso gallo, “El Dr. Lengua”, un gallo que ganó cualquier cantidad de peleas y lo vinieron a ganar, cuando el gallo tuvo 7 años de edad, entonces se hizo una campaña fabulosa, tremenda y le voy a contar cual es el origen de ese gallo; había un Sr. Soltero, enfrenador de caballos de la hacienda Chiclín; este señor soltero, cuando era muchacho, me tenía mucha estimación y me obsequia un pollo, una pintura, un pollo precioso y lo jugué de pollo a pollo y ganó en Chiclayo dando un espectáculo extraordinario, con maña, acierto, ligero, poder, era un artista peleando, mil de recursos, mil de cosas y ganó, recogieron el otro pollo, porque no había pelea; lo guardé, mudó y lo saqué ya de cacho a jugar; lo cotejé con un gallo famoso de Don Celestino Pita, “El Carniche”, en una hacienda Patapo de los Pardo; lo jugamos con el famoso “Carniche” y el “Carniche” tenía un montó
n de peleas; mi gallo no tenía más que una de pollo, pero había hecho topes sensacionales. Lo llevé, lo jugué, jugamos en esa época, jugamos una caja bastante fuerte, porque en “Carniche” jugaba fuerte, pero prácticamente no hubo pelea; mi gallo lo amarró al “Carniche”. “Carniche” era Inglés, un gallo Cenizo, que tenía de la cría del cura Pita, pero este gallo que me había obsequiado Soltero, era de un amaña extraordinaria, lo amarró, no lo dejó hacer nada; me acuerdo mucho que Don Celestino Pita el dueño del “Carniche”, le decía a su preparador, “recoge el gallo… recoge el gallo” y Tonito que me había cuidado mi gallo, le tomaba el pelo al preparador de Pita y por ese capricho, no recogió el gallo y el público a mi gallo, lo hacía ñelen; era una pelea de 100 a 5; recuerdo yo siempre he tenido mucha precaución en dar varias veces 100 a 5; una de ella a Manuel Tais, que era juez. Entonces, prácticamente mi gallo lo inutilizó al “Carniche”; pero como Don Celestino Pita insistía en que recogiera el gallo, pero no lo recogía y mi preparador lo fastidiaba a él, en una de esas, el mío mira al público, miró para arriba, miró para arriba, y caminó para un lado al “Carniche”, semi descordado ya para recoger y no lo sentenciaban, porque para sentenciarlo, había que poner el pico tres veces en tierra; creo que lo había hecho una o dos veces y el mío empezó a caminar y la gente pedía prueba, peor, pues caminó más rápido y a la tercera, se fue. Así que a mí me causó una impresión tremenda la falta de calidad del gallo y le digo al finado, Ud., ahora llegando a Chiclayo, le corta el pescuezo y mañana voy almorzar a tu casa; pero estaba Falen, un aficionado de Chiclayo, “cómo se va a comer ese gallo tan bueno, tan esto…, véndamelo a mí” no le digo pídaselo a Tonito y se dió por S/.15 soles, que en esa época una gallina costaba S/.10 y le digo al muchacho, bueno voy a almorzar pero una gallina por S/.10 Tonito sacó números inmediatamente y le vendió el gallo en S/.15 soles; Falen tenía unas gallinas de los antiguos Dominaga, esos japoneses e hizo camadas y sacó un pollo, lo llevó a una fiesta de Monsefú y Don Carmen Palacios, se lo compró en S/.30 y ese fue el famoso Gallo “Lengua” ese fue el famoso Dr. Lengua, un gallo que ganó cualquier cantidad de peleas; me quedo corto si le digo que ganó 10 peleas. En el año de 1969, en ese año que recuperé para Chiclayo la fiesta del 30 de Agosto, ya se jugaba con espuelas postizas y Coronado, tenía un pollo bueno y yo tenía un pollo bueno, entonces dijimos, “vamos a aprovechar la hora en la que los aficionados están almorzando… En Chiclayo, han habido cosas muy interesantes; había un señor de Monsefú, que cuando la pelea empezaba, él decía 10 a 1, me parece que apellidaba Yanpén, y la pelea empezaba, “pago 10 a 1” y quien le iba a dar 10 a 1; se daba a 7 o a 8, pero no a 1; “oye padre, que tal caparazón que tienes”, le decían, cómo es posible que pidas 10 a 1; “bueno, esto se hizo para el que quiso”, y se quedó eso; una de las cosas más simpáticas, era un aficionado que actualmente va siempre a la cancha, René Puente, que cuando apareció la calzada de gallos, se especializó como armador, hombre observador y notó que hay gallos cuyas condiciones físicas son diferentes y este señor muy observador, se dió cuenta que habían gallos que ponen los pies en esta forma, hay otros que tienen los codos hundidos acá, otros abiertos de codos, hay otros que pisan de forma normal, entonces, empezó a variar la forma de armar las espuelas, entonces él para armar un gallo, dice “camínalo, hazlo caminar” y observa por atrás, como lo lleva todo el viaje y también lo observa por delante, de costado y por atrás y según como camina, cómo mueve las patas al caminar, lo arma. Este señor, indiscutiblemente tenía razón, pues hay gallos que tienen los codos hundidos y no se puede armar todo gallo con la misma línea, no puede ser; él arma de acuerdo alas condiciones anatómicas de cada gallo y agarró prestigio, pues buena parte de sus gallos ganaban. Una vez en mi chacra, le digo, vamos a comernos un gallo, armo uno, armó un poco apurado el gallo no metía los cachos, peleaban y no metían los cachos; “para, agarra los gallos” me dice, “separa los gallos”, separamos los gallos y me dice mira “he armado mal, por el apuro, lo acabo de ver caminar, lo acabo de ver pelear y veo que el gallo es defectuoso, tiene el codo izquierdo metido, que no sé cuantos, que no se qué…”, bueno, le cambió, lo desarmó, lo volvió a armar, lo soltó y no hizo más que soltarlo y el gallo, pam, pam, lo mató al otro; “ya ves, yo tengo razón”; una de esas, no recuerdo quien era el dueño de un gallo, era lampiño, llamamos a los catemos que no tienen pitón o sea, no había base para armarlo. Entonces, lo armó él, lo soltó, el gallo empezó a patear y la espuela como no había base, empezó a girar e iba perdiendo su posición, pero la posición iba perdiendo de tal forma, que iba girando una patada, otra patada e iba haciendo esto y el publico empezó a reírse y a tomarle el pelo y le decían “oye René, has puesto la giratoria”, entonces “sí”, contestaba “pero espérate que vuelva a su sitio”; y efectivamente, a la hora que vuelve la espuela a su sitio, pam, mató el gallo; uy, hizo un escándalo en medio de la cancha; con eso ya se quedó establecido, lo de “la giratoria” y cada vez que arma un gallo, recuerdan y le dicen “¿le estás poniendo la giratoria?” y le toman el pelo con eso de la giratoria. Teníamos un amigo chiclayano, de apellido Vera y este señor, trabajó muchos años en Piura, era íntimo amigo de Román Echevarría, y muy amigo mío también; entonces empezó a sacar gallos que le dábamos con Román, que ganaban, buenos gallos, mucho acierto, mucho…. entonces tenía anécdotas muy graciosos, por ejemplo al juez de Surco a Benavante, le dice que deposite su caja y así lo hizo, y depositó también el otro su caja, entonces se acercó al juez antes de la pelea y estaba entre los asistentes Don Víctor Humberto Larco un aficionado muy conocido, él es Larco Herrera, antiguo dueño de Cliclín y Don Víctor Humberto le dice, que buen gallo has jugado; “es mío señor” y le dice, estoy desesperado, porque quiero bajar cacho en mis gallos, porque meten mucho cacho. Don Víctor Humberto, le dice “si Ud. quiere una gallinita de estos, le puedo dar”, entonces Don Víctor Humberto que también era gracioso, le dice “está bien amigo Vera, no le voy a despreciar la gallinita, pero que sea bien grande y bien jugosa”. El gallo Español que se jugaba antes de los años 30, es igualito al Español actual, no ha variado; es el mismo gallo, como es el mismo gallo colombiano, venezolano, mexicano, que le llamábam
os en ese tiempo, el gallo nacional o gallo criollo. En La Libertad, Piura, Lambayeque, se jugó y se juega actualmente gallos a navaja y hay muchos aficionados de navaja, por ejemplo, entre los más conocidos, Cañaña Monsalve, Armando Baca en sus comienzos fue navajero, Juan Pardo Vargas, El Ingº Burga y ellos se consiguieron gallos de Graña que tenía contactos acá. En Chiclayo, no se juega navaja; las peleas a navaja, son eventuales, cada cierto tiempo en un desafío especial, pero la afición de navaja es contada. En Chiclayo, deben haber 7 u 8 canchas de galos a pico; la más importante es “El Punta roja”, que es reciente pues se inaguró más o menos en 1962, 1963. Cuando empezaron a jugar con las espuelas actuales, dejé de jugar los gallos que yo quería, de razas preferidas, mantenidas a través de muchos años. Pues de qué servía tener gallos finos, cuando fortuitamente un galo chusco podía ganarlos. Antonio Vera, se había enamorado de un gallo que le llamaban “El pico de plata” y Antonio estaba dispuesto a pagar lo que le pidieran por el gallo. Los gallos japoneses entran en el año 1930, importados por Moto de Cayaltí; gallos con buena cabeza, pico grueso, sentados, bien musculosos, paraditos, así, pero pateaban muy poco, se centraban a la pelea y paraban la cabeza, nada más y de vez en cuando mandaban un palo, pero eso sí de un solo estacazo podían definir la pelea, pero eran gallos lentos, entonces a esos los podían ganar, porque les paraban los galos que se les colgaban y los eliminaban. Yo le presté un gallo a Román, que le pusieron “El Tamarindo”, por razones que no se pueden especificar ahora; “El Tamarindo” era un gallo que llegó a tener 35 o 36 peleas y ya se jugaban con espuelas naturales; entonces habían traído a Chiclayo, un galo de Morropón de la cría de Augusto Trelles, pero lampiño, sin nada de cacho, tenía apenas un nudo en cada pata; jugó de pollo a pollo, para aprovechar su ventaja, la defensa y su poder y le ganó a tres pollos buenos, me acuerdo uno al cholo Piscoya, uno a Seclén y uno a Cáceres de un buen aficionado y agricultor de Muchumí; entonces, hubo una fiesta organizada por un señor Abel Díaz que tenía una cancha en 27 de Octubre. Entonces me dice “Don Pepe, lleve Ud. algo, aunque sea un hermano, pero lleve un pollo”; tenía un pollo que lo había jugado dos veces, excepcionalmente mañoso, muy fuerte, todavía los criaba en el campo, gallos bien macizos, bien criados,, tenía 3 hectáreas de alfalfa exclusivamente para mis gallos de pelea y ahí se criaba la pollada. Pollo muy fuerte y de dos, tres palos, los quebraba a los gallos; pegaba como gallo viejo siendo pollo; lo llevé a la fiesta del Sr. Díaz, en el 27 de Octubre, un barrio de Chiclayo y me llevaron justamente ese gallo que había sido de la cría de Don Augusto Trelles, que era gallo lampiño y eran cotejas, más o menos habían 1 o 2onz. No recuerdo bien; hicimos la pelea, total que el mío le quebró el pescuezo y lo ganó más o menos en 2 minutos; había un premio para el gallo que pusiera menos tiempo y el gallo de espuela, armado que hizo menos tiempo, armado, fue 2 ½ minutos, o sea más que el mío; pero como el premio era para los gallos de espuela, se lo dieron al otro, aunque había puesto más tiempo que el mío, que jugó de pollo a pollo, porque en las bases se había especificado, el gallo que gane en menor tiempo; lo cierto es que a mí me correspondía el premio, pero se lo entregaron al otro aficionado; pero esa pelea la vio Román Echevarría y me pidió ese pollo y le contesto, ese no, llévate cualquier otro pollo, pero ese no, porque es el último que me queda de una gallinas muy antiguas, pero él insistió y al fin se lo di prestado y cuando termines me lo devuelves y este gallo jugó 33 veces, en poder de él y en poder mío, 3, total hizo 36 peleas. En esa, hubo una pelea famosa en Guadalupe, entre este gallo que le llamaban “El Tamarindo” y un gallo chileno que vino acá que era giro; en Lima barrió, lo llevaron a Chimbote, barrió en Chimbote, ganó dos peleas en una sola concentración en Chimbote, total que era una cosa excepcional, era la época de Berríos; lo pintaron como en Chimbote habían ido los aficionados del Norte y lo llevaron el 8 de Diciembre a la fiesta de Guadalupe y se encontró con el “Tamarindo” y va la pelea, entonces Echevarría, apostó contra Manolo Feijó si no me equivoco, que si antes de entrar a la mordida el gallo de Lima, porque el gallo chileno jugaba por Lima, ya no pateaba, y Manolo aceptó la apuesta pues Román le dijo “después de la entrada, no va a patear el gallo, porque este es el mejor gallos que he traído”; pero entró a la mecha y se acabó el gallo de Lima, pues no lo dejó levantar las patas y Echevarría no recuerdo con quién apostaba S/.100 soles de esa época, por cada patada que de el gallo de Lima, una vez que estén en la mordida y no pagó ni S/.100 soles, pues nunca pateó. El gallo ese, lo jugó Echevarría 33 veces y es ese gallo muy bonito, precioso, ajiseco tostado y ahora le ha salido un gallo, nieto, bisnieto, tataranieto, la cosa más exacta y le llama “El Cebollón”; lo tiene como su mejor gallo; no lo quiso llevar a Pacasmayo, me contó Peté su preparador, porque si Pepe lo ve, me lo quita pues es la réplica del “Tamarindo” y llevó el hermano, que jugó sensacionalmente bien; un gallo de una estampa impresionante. Después en el almuerzo, me comentó “oye, he traído el “Cebollón”, porque si tu ves el hermano, me lo quitas. Yo debo a dos grandes aficionados Trujillanos, los gallos que he logrado sacar; uno el Teke Jacobs de la década del 40 y de la década anterior, a Juan Koide, yo tenía 14, 15 años y me iba a Trujillo especialmente a ver los gallos de Koide, pues me había quedado tan impresionado por esa pelea que ahora le relaté, la del Condecoma, que jugó con un gallo Inglés que los 28 de Julio, me iba a Trujillo a ver las peleas y ver los gallos de Juan Koide, un japonés medio gago, gordo, bajo, con grandes dificultades para hablar, pero excelente aficionado, excelente criandero indiscutiblemente. En el año 40 más o menos, ya tuvo dificultades con la cuestión de la segunda guerra mundial; el 41 se agravaron con la entrada de Japón a la guerra; yo lo encontré en una oportunidad que fui a verlo a Trujillo y para esto, en el año 37 más o menos, a un gallo en Chiclayo, lo habían dejado ciego y ciego entabló en gran pelea, entonces después en Chiclayo, le enseñé el gallo ciego y los hijos del gallo ciego que Koide me había obsequiado a mí y eso lo impresionó, yo era relativamente muchacho, de unos 15 o 16 años y le impresionó tanto, que me agarró estimación; entonces después, me obsequió gallinas, me obsequió otro gallo; en el año 41 ya había estallado la guerra y Koide, era comerciante mayorista, importador; llego a su establecimiento, a su depósito, y lo encuentro sentado sobre un cajón con un cuchillo y una gallina negra, el único animal que tenía todas sus casillas, no había más, enton
ces no dejó de impresionarme y le digo, Don Juan, que va a hacer y me saluda “hola Chivita”, me decía Chivita y me dice aquí pues, en su media lengua, porque se trababa mucho para hablar “voy a matarla”; los gallos se los he dejado a mi compadre no sé cuantos, a Pascual López, también, a Víctor Pebós, a no se que otro más, a Fuyike le había dejado gallos en Virú, pero, este es mi mejor gallina y la voy a matar y no la quiero dejar a nadie, lento y demorándose para hablar; como lo vi emocionado, no le dije nada y le cambié el hilo de la conversación y le hablé del Condecoma, de otros gallos que por aquí, y por acá, después que pasó un tiempo prudencial que lo vi un poco más sereno, le digo, Don Juan si Ud. quiere tanto esa gallina, déjemela a mí y Don Juan, me dice “no, este animal no quiero dejárselo a nadie”; pero se quedó después pensando y cambió de parecer, “tú la has salvado Chivita y llévatela antes que me des a mí”; acabó de decir eso y yo estaba camino a Chiclayo; la gallina me botó crías excelentes; Koide, fue un hombre excepcional, aficionado se fue a Estados Unidos y después a Canadá; acabó la guerra y regresó al Japón. En Japón escribió a su compadre Fuyike de Virú y a un Japonés que hasta ahora vive…. y le mandó huevos, pero diciéndole que ya no eran los gallos que él había tenido, que eran japoneses pero de otra raza de Japonés, pero no de las razas que había tenido y entonces, ahí vienen los gallos de este señor, el que después ha llegado a tener hasta Tavera, porque esos gallos los compró Jorge Tirado y algunos de esos gallos Tirado se los pasó a Tavera. No sé que combinación hicieron, creo que Tavera debe tener hasta ahora esos gallos y él habla que esos gallos, este… conocidísimo es el japonés que hay en Trujillo. Pero muy poco gallero, como aficionado, como conocedor, es decir, no tiene ni cómo empezar al lado de Koyde. Koyde era un Señor en toda la acepción de la palabra, desde el punto de vista de los gallos y en su negocio, era un hombre honorable y muy serio, pero desgraciadamente la guerra lo alejó; saquearon su negocio; por eso es que yo aveces, mirando las peleas, no encuentro belleza, no encuentro arte, no encuentro lo que debe ser el gallo de a pico e inclusive me parece hasta irrisorio que el público aplaude dos gallos que estén capeando golpes de forma vana. Si aplicamos la teoría que le han sostenido a Mañas Perdomo, en el año 2000, estaremos jugando con navaja y desaparecerá el gallo de a pico; considero que el próximo paso, ya no es la espuela de espina, sino, la espuela de acero la que se va a usar y eso significa, la muerte de la belleza de la pelea; eso en mi concepto, significa la muerte del espectáculo de los gallos de a pico. Lo que me admira de Brasil es que hasta ahora, juegan con una espuela corta y roma, sin punta; entonces ahí gana el gallo que demuestra mayor condición de lucha y no quieren aceptar de ninguna manera la punta aguda. Es por eso, que el Brasil ha conservado el tipo de gallo japonés. En Brasil, justamente este señor Elías, cuando nos escribió la vez pasada, que había estado vendiendo esos gallos a Japón, porque Japón para ir a la guerra, quedó prácticamente con sus razas totalmente destruidas. Para mí es lamentable que se haya llegado a este extremo, en el que impere el timbero; se ha perdido la belleza de la pelea de los gallos de a pico.