ENTREVISTA REALIZADA POR EL SR CARLOS COGORNO AL SR OSCAR CAÑEDO

ENTREVISTA REALIZADA POR EL SR CARLOS COGORNO AL SR OSCAR CAÑEDO

 

 
 
 
Oscar Cañedo Valle
Huachipa, 07 de Enero del 2003.
 
 
 
La zona de Ica, fue donde se vieron los mejores gallos a navaja y era una zona donde estaban los líderes de la afición. Quizás el clima, una serie de factores indujeron a que hubieran muy buenos animales. La cercanía a Lima, fue otro de los factores; para la gente les era más fácil venir acá a Lima y comprarle a fulano, zutano o mengano y criarlos en un mejor ambiente por el clima. Tú sabes que el clima de Ica es seco y salieron animales buenos. Lógicamente que habían aficionados de primera nota; yo era muy niño y recuerdo que conocí a un Sr. Víctor Felipa, para mí, el mejor criador de gallos de navaja que he conocido en mi vida en Ica ¿ah?, porque para mí el mejor criador de gallos de navaja de todos los tiempos, es Manuel Wong, Chino Chico de Cañete. Si conocías un gallo de Chino Chico y eras un líder. Yo comencé más o menos a la edad de 16 años. Cuando trabajé y me dediqué ya a los gallos, no exclusivamente. Siempre me ha gustado tener algo superior. Vine a Lima y conocí a Pepe Valega que era juez y vivía en la plaza México; a él le compré animales. A Don Enrique Flores también le compré y en una conversación, alguien soltó que había comprado un gallo de Cañete a Chino Chico, que era una maravilla. Me guardé el comentario, me fui un día con unos amigos a dar a Cañete, lo busqué, me hice amigo de él no en ese momento, sino, en repetidas ocasiones lo visitaba, le llevaba algunos obsequios a veces y en un momento dado, después que le había comprado varios animales, le dije, Don Manuel, quiero un gallo para padrillo; “ya” me dice, “este, este y este son buenos”; pero yo había visto que tenía en camada un gallo con una gallina, pero era un gallo que con el correr del tiempo, me he dado cuenta que era un gallo Malayo; alto, todas las características que te comento yo desconocía; entonces le digo: pero yo quiero escoger uno, “escoge el que quieras”; como el gallo estaba a mi espalda, sin mirarlo le señalé con el dedo hacia atrás, “ese gallo quiero”; “no, ese gallo no”. Le ofrecí una cantidad superior y no podía resistirse, así que me dice: “mira ve, llévate el gallo y la gallina; has cría con ellos también, a parte de los tuyos, cuando tengas de estos, me regalas una pareja”; yo le obsequié cuatro, dos parejas le obsequié; es lo mejor que he tenido en mi vida en gallos de navaja; a tal punto que Don Luis Camino que criaba gallos de navaja, Lucho Camino Dibos de Ica y él jugaba en la asociación en Lima. Los gallos eran feos, y eran pollitos y un día me dice: “Oscar, voy a jugar en el campeonato de la hacienda Camacho y me faltan dos gallos”; yo tengo le digo; escogió y yo le digo: “no, lleve este” y me dice “se van a reír de mí”, porque eran feos ¿ah?, cabezones, con la cola para abajo, las alas levantadas, muy anchos, me dice: “vamos a llevarlos a la hacienda” porque en esa época él tenía unos gallos “Linterna”, muy buenos, muy, muy, buenos. “Póngale uno de sus mejores linternas a ver si le para el gallo”; “ya” me dice, entonces se convenció. Los llevamos a la hacienda, topó, se quedó con la boca abierta; yo los había topado con mis gallos, pero no los había visto frente a otro de otro criadero. Entonces me dice: “estos dos” y los dos los juega en unas peleas extraordinarias, salieron limpios. Todo el mundo quería esos gallos y yo ya era la vedette. Los traje acá, los llevé a Ica, siempre pegándome a los dos gallos, más unos que traje de México, los de Valega, en esa oportunidad voy a Sandia y Don Pepe González Vigil, saca un gallo Cenizo Dorado, muy bonito y al momento de carear, no hace cara, pero me gustó tanto y le digo, “Pepe, véndame ese gallo”; me dice, “¿para que quieres el gallo?”, “véndame ese gallo”; “llévatelo, te lo regalo, cuando le saque cría me traes”; le regalé 8 pollos. Esos fueron gallos famosos, los “Lomo pelao” que hubieron en Ica, mezclando eso, con la mezcla de Chino Chico. Me olvidé de todo el resto y me cerré en eso hasta que vine a Lima. Los gallos yo se los daba a Lucho Camino, porque él jugaba en la asociación, a parte yo jugaba los gallos en Ica. En Lima, él jugaba en la Asociación; la Asociación estaba formada en esa época, recuerdo a los hermanos Matellini, Fernando Graña, Carlos Parodi, Oscar del Corral, Carozzi, un señor de Milla, creo que era de Huacho; muy buenos aficionados. Eran buenos campeonatos. Comparando en esa época Ica, con Nazca, con Chincha, con Palpa, bueno, Ica con Nazca y con Chincha, estaban a la par. En Chincha estaban los Grimaldi que tenían gallos excelentes. En Nazca, Elías, de la Borda, que buenos gallos. Palpa, Don Pancho Picone, que buenos gallos, ahí se jugaba un 8 de Setiembre, creo que era la fiesta. Iban rotando los campeonatos, de acuerdo a las fiestas, pero era un espectáculo. Se jugaba en coliseo; por ejemplo en Ica, había un coliseo Fasce de un italiano Luis Fasce, un gran criador, un gran aficionado también, muy buenos animales. En esa época entrar a un coliseo, era muy difícil para un menor de edad; entonces yo salía del colegio a las 12 del día y tenía que entrar a las 2 de la tarde; de doce a una, ahí donde Fasce le limpiaba las jaulas, para que me permitiera estar dentro en fecha de peleas. El coliseo quedaba por la prolongación de la calle Tacna; entonces, yo era empleado del coliseo, entre comillas o sea que yo entraba, vendía las entradas, pero yo estaba adentro; nadie me sacaba; cuando los municipales o la policía me preguntaba “¿que haces acá?” y yo no estaba haciendo bulla ni en las graderías como un observador, no sacaba gallos, nada y así estuve bastante tiempo de mi juventud en los gallos. Cuando vengo a vivir acá a Lima, construí mi casa en el Rímac que eran 300 metros y lógicamente iba a criar en la azotea; la azotea tenía que partirla con mi mujer por el tendal, lavaderos, son 150 metros escasos para mis gallos, no puedes criar navajeros. El gallo navajero necesita mucho campo, necesita caminar, rascar, volar, en cambio en Ica, sí tenía un sitio ideal, tenía un patio y la verdad que los pollos se criaban, ¡no te imaginas!. En esa época, no había Purina y entonces le dábamos, esa comida que buscaban ellos naturalmente, más Quinua y maíz molido. El pollo se criaba sano, fuerte. Cuando llego a Lima, aún no existía “El Gallo de Oro” y llego al coliseo de Aguena en el Callao y había otro chiquito en Piñonate; entonces quería criar animales; pero Lucho Camino llegó a mi casa y me dice: “Oscar, aquí te traigo para que hagas crías”; le digo: Don Lucho, ya he dejado todo, porque todos mis animales se los dejé en calidad de obsequio a un amigo, Tito Torres, se los dejé y le dije que de vez en cuando los juegue, pase la voz, no Don Lucho, no, por gusto, no voy a criar navajeros; solamente voy a criar piqueros. El pico, se adecua más, es más rústico y si se te queda un poco chico, no interesa; no es como el navajero, que en esa época tenía que ser un gallo de 10, 12 libras, sino perdía y acá
en Lima, ¿iba a hacer la cría en la azotea? nunca. Entre el navajero de mi época y el actual, no se que decirte cual es mejor. En las dos épocas he visto animales excepcionales, cada uno en su forma, en su pleito. Vi jugar un gallo de Chino Chico una vez en Cañete, que de una puñalada en la cadera, el gallo no podía estar en pié; remando con las alas, fue a buscar al enemigo, o mordió, lo gana muerto; eso no se ve. He visto por ejemplo jugar un gallo de Carlos Parodi ahí en Camacho, uno de “Los Gitanos” que era de la cría también de Chino Chico, extraordinaria la pelea. “Los Maestros” de Carlos Parodi. Gallos de Guillermo Navarro; con él nos reunimos los Miércoles, no tan seguido, hoy debía estar con él, tenía el compromiso con él y nos reunimos ahí, a veces le doy animales, he visto también a un buen maestro, José Luis Pérez, pero la cría de José Luis Pérez, también tiene un puntazo de Chino Chico. Tengo entendido que a la sombra de Chino Chico, estaban los mejores criadores de Cañete; los Rizo Patrón, los Barrenechea, todos. Bueno, yo cuando estuve donde Chino Chico, tendría ahí 25, 30 gallos. Ahora no se si en otros sitios tendría, pero y unas 12, 14 gallinas. Estoy hablando de un montón de años atrás; pero todos de una calidad increíble; muy buenos los gallos. Inclusive tengo conocimiento que Fito Matellini tenía también de la cría de él. Don Fernando Graña era un aficionado muy preciosista; él buscaba la belleza en toda su magnitud, pero tenía un algo que faltaba y aveces tardamos nosotros por ese algo, pero parece que él lo obtuvo con Chino Chico; lo mismo Fito Matellini; tenía casi la misma escuela de Don Fernando; aunque el mérito de un criador es saber mantener la calidad de sus gallos. Veo criadores por ejemplo que suben, se caen, sacan a un padrillo, suben, se acabó el padrillo, se cayó; cuando debe haber una constante. Lógicamente aveces tienes tu caída porque uno también hace sus experimentos y no todo sale como uno desea. Aveces creo que con esa ave voy a mejorar y me caigo; pero no es una caída tan brusca, entonces tengo que volver a levantarme; ahora, los demás padrillos, mantienen el balance y debe ser favorable y sobretodo creo que se debe mantener el ideal de lo que uno cree cual es bueno, es una ventaja. Por ejemplo, mantengo una línea de gallos de hace más de 25, 30 años, los conservo. Todos mis gallos son fuertes; pueden pesar 3:15, pero soportan castigo; justamente el Viernes le empaté un gallo a Marcos de la Fuente. Él tiene muy buenos gallos; de entrada me lo tumba; Cocoy estaba soltando, Cocoy es una bellísima persona, entonces comenzó a arengar, a su gallo, yo le digo: "oye, “pórtate bien que ese gallo es mío” -“ya”- y no dijo nada; es muy respetuoso también, entonces no dijo nada y entrada la pelea, al final no pudo ganarle, porque mi gallo comenzó a pegar, pegar, lo niveló y fueron tablas. El coliseo de Aguena, quedaba en la calle Salón. Se jugaba los días Domingo y se empezaba temprano, 3 de la tarde, 4 de la tarde; eran gallos orientales y se hacían más o menos unas 15, 20 peleas, casi todos eran de Lima. Tengo una foto, te las voy a enseñar más lueguito de Pitaluga donde estoy haciendo una recopilación de todos mis artículos, agregando algunos más que no pude mandar por algunas circunstancias. Carlos Pitaluga es un aficionado de mucha trayectoria, el me mandó traer una fotografía, donde él estaba un muchachito; el juez y el ayudante, unas criaturas; Augusto Bohórquez y Arnoldo Guillen ahí. Después otra foto donde están toda la plana del Callao gallero; Asato, el mismo Aguena, todos, ya gente que no recuerdo, porque en esa época yo tendría pues 28 años, ya han transcurrido un montón de años. Los gallos de a pico se inician el el Callao con los japoneses. Ahí estaban en la época que empecé a asistir, estaban Asato, un gran aficionado, Aguena era el propietario, había uno de Barranco, Makino uno de los mejores criadores que habían a nivel nacional ¿ah? Muy bueno y te cuento un anécdota de Makino: cuando vine, quise buscar animales buenos y me dijeron que Makino era uno de los mejores. Fui donde él, y me dice: “no vendo, ni regalo, ni presto”; con ese precedente, bueno, no me di por vencido, y me hice amigo de él, todos los domingos lo recogía en un callejón de Barranco, llevarlo al Callao, a la una, dos de la mañana dejar el Callao, a él y su preparador, muchas veces estaba este japonesito Taró y otro más, los dejaba en el solar y de ahí me iba a dormir; con el fin, no que me regalaran, porque yo soy poco de pedir regalado y nunca me vendió, nunca me regaló, nunca me prestó y lo llevé más de dos, tres meses, hasta que un día hice una reflexión y dije: bueno si no quiere nada, pues estoy haciendo un papel tonto. Eran gallos japoneses, deben ser Shamo; pero él los cruzaba y salía un gallo de 6 libras, el gallo de acá era de 6 libras; eran gallos extraordinariamente buenos, con armas naturales y después le ponían la postiza del gallo; ocasionalmente se les calzaba con cacho de toro, pero no les gustaba pues se abrían, no tuvo éxito. El en un 28 de Julio, jugó un gallo famoso contra un señor Cuellar de Moquegua, el gallo “Bandera”; ¡que pela tan maravillosa! te digo. Ese gallo tenerlo ahora, es oro; que elegancia para pelear, se defendía, sin que el gallo esté sobándose, en cuanto el otro perdía un poquito el equilibrio, lo atravesaba, lo degollaba. En Brasil hay mucho japonés, mucho, mucho japonés y son tenedores de muy buenos animales; yo tengo muchos amigos, este señor Sánchez Rosas que tiene sus amigos japoneses con gallos extraordinariamente buenos y en una oportunidad me mandó huevos y son fuera de serie te digo. Son gallos de cerca de 6 libras; pero yo los cruzo para pelear; yo acabo de pelar un nieto del gallo que me ha mandado en huevo, de 3:14 con el cubano; primero lo cruzaba con mis españoles y dije: voy a ver si es tanta belleza; ahí separé uno, no juego nunca antes de la muda; pero lo jugué antes de la muda, extraordinario. Lo empuñó a uno, lo abrió, lo mandó rodando, pero no lo mató, estaba rodando ahí y se para, le bota los ojos y lo mata en 3 minutos; quiero que le peguen, porque una cosa es estar bailando pero hay que verlo en la honda. Quienes asistían al Callao, era un 80% de Lima. Por eso, el coliseo “El Gallo de Oro”, lo hicieron, Emiliano Núñez y Arnoldo Guillen muy amigo mío; ¿sabes una cosa? Yo escribí un artículo en Canta Claro sobre él, que para mí es el mejor juez que ha tenido el Perú y nadie lo puede igualar hasta ahora. Es uno de los pocos jueces que no miran al dueño para sentenciar un gallo. En el año 69, fue juez en la Alameda y un día yo le escribo a Carlos Fabres y le digo: “Carlos, quiero que me mandes un reglamento de ustedes” y me dice: “mira Oscar, el reglamento que tienen ustedes, es excelente y tienen un hombre que sabe manejarlo, Arnoldo Guillen”. Era una personalidad que no estaba mirando fuera del ruedo. Lógicamente, se equivocaba y tenía la hidalguía de decir al público. Inclusive en la revista Cant
a Claro de México, escribía “me pregunto, si formaran una buena escuela de jueces, él debe ser maestro, porque él sabe”. Sabe que no todos van a comulgar con él. Conmigo, somos muy, muy amigos. Hace 4 meses estuve en su casa, porque ahora ya no me comunican ya con él. Me obsequió dos afiches de la Feria de la Alameda. Uno que lo tengo en mi galpón y otro lo envié a Chile. Tengo bastante relación con gente de Chile; tengo buenos amigos. Nunca he escrito sobre zootecnia, porque no conozco. Hay una parte, que es la parte romántica, humana, ética quizás, eso sí me he dedicado a escribir; porque algunos me han reclamado en México: “oye, pero los cruces, ¿cómo los haces?”, les digo, “eso que lo hagan los zootecnistas, los veterinarios, son los llamados, porque no tengo ningún conocimiento académico”. Cuando hay una base, puedes ir más lejos. Lo poco que he estudiado, lo poco que he leído como autodidacta, sobre el tema, me puedo perder en el camino porque no es lo mismo, yo he leído. Tengo miedo de caer ante gente que conoce sobre todo engañar a muchos no me expongo. A mí el gallo que me gusta es el de a pico, es el gallo violento, que no perdone como gallina, que se defienda, que sea fuerte y que asimile. He visto por ejemplo en este campeonato, gallitos que son unas máquinas, unas máquinas, les pegan un zapatazo y se acabó la pelea. He visto pelear gallos del Ecuador de Pepe Berru, me he quedado asombrado de esos animales; son buenos, asimilan, los levanta y están desechos y los gallitos pelean como si nada, están desechos; esa es la bondad del gallo; y eso ¿quien se lo da?, líneas viejas. Para mí Cuba es, ha sido y será lo mejor; te voy a decir una cosa; quizás esté equivocado, pero el gallo Cubano, me gusta más que el Español, siendo la base de su raza, el Español, porque no es enteramente Español tampoco el Cubano, le han puesto el Asil y el Inglés también. El gallo Cubano tiene Inglés, tiene Asil, posiblemente Americano, porque cuando Inglaterra invadió Cuba, habían muchos aficionados y en esa época le llamaban los Ingleses a los gallos cubanos igual que en España y en Cuba también le llamaban los Ingleses. Había un presidente que decía los Ingleses a los cubanos, refiriéndose a sus gallos. La base de los Mendieta, son Españoles originales. Yo lo que sé es quien le cuidaba los gallos a Sayas, era Esteban Leal y Mendieta tenía sus gallos originales con Inglés y era muy renuente a meterle Español, hasta que consiguió un Inglés, un gallo Carmelo que fue la tapa. Eran gallos Blancos, Carmelos y algunos les llaman Jabaos, un Blanco con una capa Mora. El gallo Cubano, ya no tiene la calidad que tuvo hace 30, 40 años; por ejemplo en el Criadero Nacional de Cuba, no creo, pero posiblemente de gente de Cuba, con toda seguridad que hay superiores. El gallo Colombiano es un buen gallo pero necesitan también para este medio de nosotros, fuerza, un poco de oriental, pero conseguir el oriental no es fácil. Todo el mundo tiene Asil; hay gente que no conoce el Asil y dice que lo tiene. Argentina ha perdido el Asil, lo ha degenerado; una vez vino Calle y me trajo un Asil; en esa época, Lalo Granda le dio a Tohalino y Tohalino le saca; era un gallo de 20 centímetros de alto y 40 de ancho, unas patitas muy cortas, había que trabajarlo. En Estados Unidos hay Asil, por eso mi compadre Calle le compró a Merrow, unos Asiles muy buenos, muy buenos; ahora conservamos eso; después ahora último ha traído cruzado de 1/8, pollo, bueno, bueno. “El Gallo de Oro”, fue la Universidad del gallo de a pico aquí en el Perú, para mí en el Perú; en esa época venía todo el Perú a jugar acá, el primero de Mayo, el 28 de Julio y en la fiesta de Dante Valdivieso; eran las tres concentraciones, porque antes no había más, ahora sí todos los Domingos hay concentraciones, se ha manoseado, ya no te creen; antes uno guardaba lo mejor de lo mejor, para esas fechas y jugar un gallo en esas fechas y ser ganador, era un posible padrillo que tenían que guardar. Recuerdo una vez al Ingº de la Fuente, un señor le ganó, pero de esos imponderables que de mil a nada, el gallo de Sauces, lo degolló, le botó los ojos, y el otro jala un tiro pero de esos de agonía y lo mata; pasó el tiempo y lo visito y veo que su gallo padrillo era aquel gallo que había ganado, aunque no era un gallo superior, pero su orgullo era “este gallo mató al gallo del Ingº de la Fuente”; nunca le salió nada bueno, porque no le podía salir nada bueno, pero por las circunstancias nada más, siempre debido al nivel de la fiesta, a lo mejor, más que ganar. Venían de Arequipa los hermanos Lozada, Macedo, Manuel Rivera que era el que sonaba. De la gente del Callao, conocí a Aguiluz, Chavez, Eusebio Bravo, Kike Tello no iba tanto como en pantalón corto; Kike es bien aficionado. Cuando fui por primera vez donde Aguena, no se pesaban los gallos, entonces me habían mandado de Jaén un gallo y no tenía la menor idea de la preparación y lo levé así nomás y lo cotejo con un gallo del señor Bravo, ¡tremendo gallazo!, entonces había un señor Mendoza, el pelao Mendoza de Lima, un tipo muy honesto y sin conocer, me dice de broma: “oye paisano, este gallo le lleva dos libras” -pero el mío es más grande- “no”, me dice “te lleva más de dos libras; déjame que te lo coteje”; confié en él, lo cotejó y estaba mal puesto, entabló, porque estaba mal puesto, era postura, el gallo bueno, lo llevo y lo preparo, yo ni sabía quién era, pero confié, con buen resultado, porque después de un tiempo nos vimos todas las semanas y lo llevó, lo jugó y él me explicaba cómo eran los gallos; eran unas rocas y metían harto. Cuando pesaron los gallos, fue en “El Gallo de Oro”, ahí vino Armando Baca y le ganó varios gallos a Eusebio Bravo. Aquí es tan heterogénea la crianza, que habría en un momento determinado que jugar al peso; pero hay gente que cría los gallos pegado a los Asiles. Asil de 4:10 es chiquito; hay otros que crían gallos chilenos de 4 libras es grande. Un gallo chico le puede ganar a uno grande, pero no es normal; pero acá en Lima, es un poco difícil; aquí es muy heterogénea la crianza. Con el tiempo se puede estandarizar, porque no hay cosa más tediosa para mí que la coteja; no sé cotejar, no tengo paciencia para cotejar, siempre doy ventaja, porque hay gente que tiene paciencia franciscana para cotejar y hasta que encuentra el gallo adecuado para él, ese juega, con ventaja. Si se juega al peso, un poquito más, un poquito menos, que no sea tan exagerado. El gallo Chileno aún tiene vigencia dentro del tipo del gallo peruano; hará unos cuantos años, parece que el gallo Chileno cayó un poco, pero se ha introducido nuevas sangres, ha mejorado mucho, mucho; ellos tienen una buena base. Hay tipos de gallos en el Sur, el gallo del Sur es muy bueno, muy, muy bueno de gente que lo ha cultivado y lo conserva; está don Horacio Enrriquez, un viejo regional, la gente de Osorno es renuente a meter sangre de afuera, tienen su orgullo. Hace más o menos 6 años, Carlos Campos me mandó de regalo una pareja de los Argentinos y tienen su antecedent
e brasileño; hicimos cruces y jugamos 4; extraordinarios. En Trujillo le hemos ganado a Chile, le ganamos a Camana, con defensa y no era un gallo vicioso, no, no, es un gallo cruzado y patea y patea y cuando el otro se descuida, le da de tres, de cuatro, con acierto; muy buenos, muy buenos; por ejemplo los que yo tengo, de Risollo, los tengo un año, una pareja que me ha mandado; son una belleza y este año voy a jugar hijos; son de Santiago del Estero de la vanda, de Don Miguel Risollo, un gran criador; yo escribía en una revista de allá, Tradición Gallera y estaba vinculado y conozco quién es quién; cuando mi yerno se fue a un congreso, llegó donde Rissollo y habló con el señor Parido que le maneja el criadero; allá a los galpones los llaman Stud y había una gallina y un gallo que han traído del Japón, y unas del Brasil; entonces llega el señor Risollo, mi yerno se presentó, le dijo que yo escribo en la revista Tradición Gallera, y le ofreció compra de animales para reproducción y le contestó: “que ocurrencia, que le voy a cobrar”; de ahí nacieron tres pollos, se han logrado dos, una pareja, no llega a 5 libras es rápido y es bonito, muy bonito. Me enviaron en huevos, Tailandés con Asil; el Tailandés es un buitre, pesaba 6 libras. Ahora por ejemplo, he metido el gallo oriental, pero también tienes que agilizarlos, porque sino, falta velocidad; le he metido mucho Cubano, pero siempre con Chileno; el Cubano de Cuba. Tengo un amigo, Orlando Castrillón, que es uno de los grandes criadores de Cuba, de la época de Cardoso, Freitas, todos ellos y en una oportunidad mi yerno, contactó los servicios de una señora agrónoma cubana y le pidió una conferencia acá en el Perú, entonces para poder balancear los ingresos de esta chica, me dijo: “la voy a traer a la casa, para no estar en hotel, cosa que le significa a ella”, porque ellos están mal, mal, tendrán comida, pero no más; y ella me dice: “donde voy, hay gallos y en la noche he escuchado gallos y he estado pensando en mi Papá. En plena revolución se jugaban gallos y estábamos esperando a mi Papá a que viniera, o alguien que viniera con la noticia que lo han matado, que está preso, o algo por el estilo, porque se había ido a jugar gallos a la manigua”; la manigua, es la clandestinidad donde juegan los gallos. Él también hace espuelas, así que me dice: “escríbele a mi Papá” y mantendremos una relación, me escribe, le envié huevos, lógicamente le han salido como 20, duró tres, cuatro peleas uno de los que le di y después lo sacaron a la carera; la espuela natural, aplicada. Precisamente él esa habilitación la convierte en unas agujas de cacho de gallo y los prensa. La vez pasada cuando fui a Chile, jugaban en esa época con espuelas prensadas. Acabo de mandarle más o menos 400 pares de espuelas de gallo, de esos ordinarios, más de 400 le he enviado y le dije que me mandara algo y me mandó 10 pares; yo los llevé a Chile, Isidro Santiago se quedó con la boca abierta y le digo: “es un regalo que traigo para Tito Cerón”; se quedó sorprendido cuando ve que gallos de 4 libras y media y cinco, juegan con esa espuela; tiene un poquito de boca para embonar ahí con cerote, con la patapioja, igualito. Esas espuelas cuando jugaban en Puerto Rico, costaban 200 dólares, una fortuna un par de espuelas cubanas; pero allá no las venden, sólo las venden por pesos, porque no hay mercado para ellos y me mandó también cuando fue mi hija a un congreso allá donde ellos, me mandó 21 huevos; de 21 huevos ¿cuantos pollos podrían salir? Trayéndolos en equipaje, porque estaban en una caja con aserrín, entonces mi hija tenía miedo que los detectaran; ¿cuantos podrían nacer? 19 pollos. Ellos los prensan con el aserrín y ponen aserrín, huevos, más aserrín, huevos, más aserrín, huevos y ponen el huevo parado, porque si van echados, se rompen; es el principio de Colón, entonces quedan perfectamente; y así mismo me trajo de Brasil 12 huevos y me nació uno. Oye, los cubanos, son gente dedicada a los gallos y dan su vida y me mandó huevos de tres gallinas y me dice: “ojalá te salga una gallinita o un pollo papujo; cuídalo como oro”; me salió una gallina, bueno todo lo que he jugado de ella, extraordinario; nunca he tenido gallos de esa calidad; nunca, nunca, por la bravura, muy buenos han salido los gallos; sin falsa modestia yo he tenido gallitos regulares, pero estos… muy buenos; le juego donde Tohalino que me invitó, y me hizo un homenaje; bueno, yo jugué un gallo Ajiseco largo, pasa el otro y lo bandea, o pollonea, pero a pesar de que estaba ciego, estaba buscando; el otro se acerca, lo muerde, lo bandea, pero el otro se huye; mi gallo estaba ciego de verdad, le habían botado los dos ojos; careo, y jaló al otro gallo y el juez para que no hubieran problemas, dijo tablas y no le digo nada al juez porque yo respeto las decisiones malas o buenas, después le dije cuando salí: “eso es lo peor que te he visto hacer”; “es que podía haber un lío”; tu misión es esa; ahora, a mí no me importó. Jamás discuto una decisión, jamás; me duele en el alma, quizás agarraría un revólver, pero no. Nunca he cruzado navajero con piquero; porque se obtiene cobardía, de hecho. Es lo mismo el Americano de navaja con piquero; mira: el gallo navajero está criado, seleccionado para soportar todo el maltrato en el cuerpo; no soporta nada en la cabeza ni en el cuello; tu habrás visto si les dan un puntazo con la navaja en las orejas o los ojos y se corren. Cuando les dan en la cabeza, se corren y por el mínimo castigo, se les cae el pescuezo. Lo mismo sucede con el americano de navaja, con el Kelso, Hatch; no soporta el castigo; le botas las tripas, el careador las tira y ahí está el gallo; pero le botas un ojo…,   eso yo lo había leído de un cubano hace muchos años. Ricardo Salazar; consiguió un gallo Americano y me dice: “esto es lo mejor que hay”; Darío se encargó de hacer las crías y un día topando ahí donde Ricardo Reyes, que se ha retirado de la afición, también me quedé sorprendido; pero sé y les digo: “son topadores, pero en el momento que les peguen, se van”; “¡no!” me dicen: “tú estás atrasado 100 años en gallos”; Ricardo compró todo el lote; el primero que jugó, se fue, toditos se iban, toditos se fueron; pasa el tiempo y Salvador Mayorga me manda de regalo un Huaithakel, a medias para mí con Calle y me dice Calle: “es un gallo muy bueno”; ¿sabes? Yo no lo quiero. El compadre no le sacó y se lo mandó a Alfredo Lancho en Nazca, navajero; a él le va a servir; también se lo dimos a Guillermo como navajero; los pollos de mi compadre empezaron a crecer y topó uno; el gallo 0 una maravilla; pam, pam, un ojo, se movía, se defendía, y en todo momento de la pelea, mi compadre me decía: “hay compadre, Ud. está desactualizado, eso es gallo; ese va a ser mi padrillo”; ojalá pues, cuando no se cómo le pegan no en el ojo, sino en las orejitas, lo miró y se fue y ganando la pelea al galope. Entonces yo no le decía nada, pero lo miraba; “tení
as razón”, me dice. Eso mismo sucede con el Asil Americano y Canadiense; el Asil, Americano y Canadiense, están acostumbrados al Gaff, a recibir castigo al cuerpo; gallo Asil ¿ah?, pero no soporta en la cabeza, cuando sus ancestros, eran al revés; fíjate cómo es. Un buen piquero al navajero, aporta acierto, bravura, todo, todo solo la primera vez le quita peso, registro, pero en un cuarto ya, vuelve al peso; entonces yo le di a Guillermo un chileno y él le metió su gallina Haley, una hija de un gallo famoso que tuvo el Haley; de ahí han salido los que llamaron los Chilenares que son todos sus padrillos, extraordinariamente buenos; ahí también tuvo su sobrino e inclusive iban a pedirle creo; con acierto, pega y ya; no es el que pega con los codos, con las plantillas; pega con la espuela. Por ejemplo los gallos españoles, alguien que no los sabe manejar, cuanto menos lo piensas, están pesando 5 libras. Sí frecuento gallos en Ica, porque mi hermano y un sobrino crían y yo les consigo animales; el nivel es muy bueno y la afición ha incrementado enormemente; todo el mundo cría; mucho, mucho; los campeonatos son grandes; has visto en Guadalupe, los campeonatos de Mariano Cabrera; pone en juego 20, 25,000 dólares; inclusive va Lima; Guillermo Navarro fue una vez; todos los de Lima creen que es fácil , pero no pueden con Ica. El gallo de Ica es un gallo de 12, 14 libras y hasta 15, con sangre nueva y es un pájaro por velocidad. Guillermo en una clasificación, pasó tres gallos; una a una estaba; le saca un doctor Hernández de allá de Ica, un gallo Moro, tremendo buitre y el de Lima tenía 9 libras, 10 libras; oye le digo, que vas a poner tremendo camastrón con este ¿no?; se quedaron con la boca abierta; le superó en vuelo, se lo trajo entre las patas, lo hizo añicos; “hay que traer gallos grandes”; lo sacaron de los dos frentes. La navaja peruana es buena; un sector de los navajeros han introducido una navaja americana, que parece una lampa y tiene 9, 10 centímetros; yo no le veo la gracia. Yo vi en Sandia jugar un gallo precisamente de él; pasó y le bota el ala, así, el ala por allá y no lo pudo definir; en el aire si son buenos, como la espuela larga; pero ya en el pleito, no lo pudo definir al otro. La navaja es la que diseñó Dionisio Jiménez; ahora hay fabricantes buenos que hacen navajas. En Huaral está Ciurlizza; bueno, bueno, muy bueno; después hace algún tiempo me mandó Calleros de México, “te mando 6 navajas” y no llegaron; el correo, posiblemente, no se sabe si allá o acá; navaja de 7 ½; es que allá tienen navaja para Perú, inclusive había una caída, cola de ratón, después había una que tenía como serruchito, pero como te dije, lo mejor es tipo “Hoja de olivo”, en todo sentido. El gallo Trifino, Sayas se lo regala a Gustavo Sánchez cuando Gustavo Sánchez estaba todavía en Cuba, entonces ahí comienza a sacarle cría y cuando viene Gustavo Sánchez a Miami, los trae también; ahí le dan uno a Bixler. A Kike Tello le dio y Kike le vendió a Cánovas; yo jugué un Cuatro Telas con Trifino, una bella pelea, fue para la fiesta de Mauro Luk, una pelea, un peleón, buena, buena, buena; como sería de buena, que la fiesta se la hacía Mauro Luk a unos amigos que habían venido de Iquitos y una gallina de Iquitos hizo una pelea extraordinaria, entonces los jueces, lógicamente tenían que favorecerlo, porque al amigo le hacía la fiesta y había jugado lindo ¿no?; me dijo: “la gallina de Iquitos es la mejor”; “no”, dicen; “el mejor es el gallo de Cañedo que le ha ganado a Canovas”; el de Iquitos quiso llevarse mi gallo Moro y me dice: “yo no he visto una pelea igual”. En la Feria de la Alameda, participo con dos gallos: uno ese gallo Giro que está en la pintura, y en esa época se calzaba con espuela de gallo burdamente preparada acá, solamente cosida y tendría pues 30 milímetros; entonces había un señor Oscar García ecuatoriano, buen aficionado que trajo unas espuelas de carey y mi gallo de 100 a nada, lo matan y este señor García se me acerca y me dice: “mira tocayo; tu gallo, pierde por esto” y me enseña la espuela de carey; “¿va a jugar otro gallo?” sí le digo; “déjeme que yo se lo arme con carey” y se lo encomendé; oye, la pelea no duró ni tres minutos y jugó contra Ecuador mismo; los dos gallos contra dos ecuatorianos; el Giro de la pintura, perdió y el otro que jugó con carey, o sea fue cuestión de armas y me regaló 10 pares de esas espuelas que acá no se aceptaban, porque algunos no tenían, hasta que después se empieza a introducir la espina. Ahí en la Feria de la Alameda, jugó Puerto Rico unos gallos un señor Cesteros y Cesteros fue el que le dio los gallos a Carlos Feijo los gallos que tenía Luis Antonio; que buenos los gallos; ganarle a Luis Antonio un gallo de esos, no era fácil; yo le decía a mi tocayo Calle: a estos gallos hay que matarlos para ganarlos. Yo tenía un gallito bien acertado que lo echamos a Luis Antonio y pa, le botó un ojo, pa, le botó el otro ojo, pa, lo degolló, no le digo: “ahora es peor la pelea”; él debió matarlo antes de botarle los dos ojos y efectivamente, lo buscó, lo buscó, lo mordió cuatro veces y lo mató; así eran los gallos de Luis Antonio. Cesteros era cubano radicado en Puerto Rico, pero tenía muy buenos gallos. Después el mismo Carlos Feijo, fue a comprarle más animales. La Feria de la Alameda, para mí fue el comienzo del cambio del gallo peruano; hasta ahí, todos criamos el gallo fuerte, el gallo oriental. Nuestra obsesión era ver un gallo que se paseara con arrogancia empujando al otro gallo; cambió todo; todo el mundo quería ese gallo violento de Panamá, gallo heridor de Puerto Rico, y ahí mismo de Chile, Fabres; entonces con esas conexiones, empezó a traer animales nuevos, pero no perdimos nuestra base. Yo siempre sostengo y hasta ahora que el gallo peruano es superior a muchos gallos en el mundo; lo que le falta al gallo es preparación, nada más, porque he visto gallos por ejemplo de Puerto Rico, de República Dominicana, de Panamá, gallos que no son nada del otro mundo, pero tienen una preparación ¿oye?, están los 10 o 15 minutos pegando, pegando, pegando y pegando; el gallo peruano de los 12 minutos que juega, a los tres minutos ya está en el suelo y se cae; le falta preparación. Es cuestión de preparación; el preparador, acostumbrado a ponerle esas armas, para terminar en 2 minutos; entonces ese gallo mata rápido y debe prepararlo para que dure 12 minutos y no 5 o 6 minutos. Las espuelas plásticas van a ser motivo para que el preparador ponga más énfasis en la preparación, porque ya no va a ver el gallo que gane de un tiro de suerte. Yo lo que digo es que el pollón es lo que ha prostituido la afición; por ejemplo hay un coliseo que dice 5,000 soles de pollón, 10,000 soles de pollón; eso se abarrota, se llena; saca la cuenta tú cual es más rentable: jugar en un coliseo que juegan 2,000 soles de pollón o en uno que juegan 10,000 y entran 30 al premio y algunos además entran también de contrabando. En La pascana una vez saqué dos pol
lones, me tocaron trescientos setentitantos soles por los dos, cuando en Monsefu ahí en la cancha de Lima, llegué solo al pollón, solito con 2,000 soles un 28 de Julio, después de 40 peleas. Ese coliseo tuvo poca vigencia, por la mala administración; llegó un momento que nos reunimos veinte aficionados; cada uno, aportamos una cantidad de dinero para mantener, pero las cosas estaban mal hechas desde su origen; no había un contrato de arrendamiento, todo estuvo mal hecho, desordenado, estuvo como tres años, pero sólo fue un canchita bonita, que todos querían hacerla como un Gallo de Oro.  
Open chat
Hola
¿Podemos ayudarte?