II ENTREVISTA REALIZADA POR EL SR CARLOS COGORNO VENTURA AL SR JAVIER MONTOYA

II ENTREVISTA REALIZADA POR EL SR CARLOS COGORNO VENTURA AL SR JAVIER MONTOYA

 

 
 
Javier Montoya Delgadillo
Segunda parte
 
Jesús María, 02 de Junio del 2004.
 
 
Te voy a decir de la experiencia que he tenido en gallos como juez. Más o menos tendré 30 años arbitrando y fue producto de la casualidad que empecé a arbitrar, pues siempre he ejercido mi profesión y como una afición adicional criar gallos y ser juez, pues si no me hubiera gustado, no lo hubiera ejercido. Cual fue digamos la primera idea, que fue lo primero que me impuse, lo primero, fue el conocer en que concepto estaba siendo juez y primero qué era una jugada de gallos donde se gana y se pierde. Hay dos alternativas, se gana o pierde o finalmente empatan; pero es un grupo humano muy diverso, de todos los estratos, felizmente las peleas de gallos no discriminan, porque el gallero grande o el gallero chico dentro del ruedo, los gallos juegan muchas veces hasta entre amigos. La responsabilidad de conducir y juzgar una pelea, no se resume solamente al reglamento. El reglamento desgraciadamente es tan corto en el capítulo en items, en temas, en artículos, que no contemplan toda la casuística de los gallos. Por decirte, la tremenda responsabilidad que tiene un juez en una concentración grande o cualquier día, en juzgar y determinar, dar una sentencia en donde la mitad va a salir ganadora y la otra mitad va a salir perdedora y muchas veces controvertida, porque generalmente el reglamento de gallos tradicional de gallos de pelea que ha sido varias veces modificado como en los últimos 40 años, no contempla todos los casos y deja mucho a criterio del juez, por lo tanto, es cuestionado por los parciales, aquellos que ganan o que pierden. Muchas veces he escuchado viendo arbitrar a otros jueces y lo he sentido también arbitrando que generalmente los que ganan, te respaldan; pero los que pierden (y a veces son malos perdedores), generalmente, quieren justificar en los vacíos del reglamento, que el juez ha tomado partida con alguien. Eso tú no lo podrías evitar si.., o podrías evitar si aplicaras 10 veces, 15 veces. Pero si arbitras 30 años, entonces la gente te empieza a cuestionar y muchas veces infundadamente, porque la naturaleza humana es imperfecta, me refiero tanto en el caso del juez como de los dueños de los gallos participantes, muchas veces mal perdedor, o uno es un mal juez; ya eso depende del conocimiento. Pero a lo que te iba, era que el juez tiene que evaluar su responsabilidad, no solamente entre designar un ganador, sino, en que él tiene que ser bien consciente de la responsabilidad que tiene, para evitar problemas, para saber en qué momento dar una sentencia, para saber en caso que no haya seguridad en un coliseo que no tiene seguridad. A veces el reglamento tampoco te da esas atribuciones. Por ejemplo, te pongo un caso que actualmente es bien utilizado en el reglamento tradicional de gallos: cuando un gallo está perdiendo, los más avisados careadores, tratan de darle un último aire; entonces, hacen uso de una parte que en el reglamento no está considerada y corren inmediatamente hacia el gallo, lo agarran y le dicen al juez “Señor juez, cacho, cacho”; el cacho no está roto, pero tampoco le puedes sentenciar al gallo, sobre todo cuando ya está faltando un minuto y diez segundos, pues el último minuto no se puede levantar el gallo; pero faltando un minuto y diez segundos y el gallo ya está por perder, lo levantan y después insisten en ganar el tiempo; el juez obviamente por cuestiones de seguridad, tiene que verse obligado a ver ese cacho, porque hay mucha plata que se está jugando y el juez no puede caprichosamente decir: “¡una falta!” y el juez tiene que revisar la espuela, porque sino, el careador, aprovecha de ese vacío para insistir: “pero fíjese pues, Ud., no ha…”; entonces con el fin de abreviar tiempo, el juez tiene que inmediatamente revisar la espuela para no dar la oportunidad que el otro reclame mal. En ese caso, una falta y suelta el gallo, pero ganó un tiempo valioso; un tiempo valioso que muchas veces le permite empatar el gallo, entonces la gente que está en el gallo que debería haber ganado, cree que porque el otro señor ha hecho eso, debería haber perdido el gallo, pero desgraciadamente el reglamento lo permite y el más avisado careador, lo hace y lo hace permanentemente y el que se va dando cuenta de eso, generalmente lo hace. Entonces el juez cuando hay de por medio una concentración grande y son dos rivales exacerbados y difíciles, el juez tiene que mantener una ecuanimidad tremenda. Tiene que valorar que de él depende en ese momento la decisión, él carga toda la responsabilidad. Entonces, eso para mí siempre lo he tomado como la parte más importante de todo el arbitraje. Eso ha sido entonces, mi piedra angular, mi punto de partida que es ser consciente de la responsabilidad que siempre he tenido; tratar de ser lo más objetivo y parcial y que mis sentencias sean las más claras y oportunas. Eso, solamente te lo da el temperamento, el temple, la honestidad con la que has sido criado, pues admito que hay jueces y jueces. Ahora, a pesar de esa buena intención, de las cuales muchas veces están empedrados los infiernos, imagínate, en 30 años yo habré arbitrado más de 100,000 peleas y ¿en cuantas me habré equivocado?; yo se que en muchas. Pero eso es lo anecdótico; a veces soy consciente que me he equivocado, porque me he ido de la pelea, en un momento me he distraído y he cometido faltas, porque a veces, antes un juez arbitraba todas las peleas; 480 peleas durante tres, cuatro días, las veía un solo juez; después vinieron los asistentes de los jueces, juez suplente y después dos jueces, después hasta tres jueces pues cada día la afición es más violenta y los ánimos están más exacerbados, porque no es como antes. Al comienzo, cuando las peleas de gallos, no era la afición misma de competir por competir, sino porque se hizo un negocio tanto de coliseo, de asentista, de preparador y de varios frentes y la industria de los alimentos balanceados, de las vitaminas, entonces es un mundo de interés económico que genera una renta múltiple y muchos intereses, eso obvio, también hace que se transforme porque hay dinero, entonces cada vez es más difícil arbitrar y tener un conflicto de intereses en una pelea que se producen a cada rato. Esa es la parte negativa, ¿no?; una parte difícil, porque en estos días ya no se mantiene la tradición del gallero antiguo. ¿Quienes eran los galleros?. Eran los señores, principalmente los que tenían cierta capacidad económica, te hablo estrictamente la verdad, no verás que trato de discriminar, sino que realmente fue así, en cada Provincia habían los señorones, que eran los que criaban gallos, pero después esa afición se fue difundiendo y ya no solamente iban los señores a primera fila y actualmente cualquiera es gallero. Antes la palabra del gallero sí era ley. Ahora, digamos un careador en el momento de carear en un coliseo lleno, se vuelve un hombre que tiene en esos momentos una oportunidad de ser no el gallo como debería ser, sino él, es espectáculo de la pelea y el artífice de la victoria; ojalá se vendiera como un buen careador, porque para mí el buen careador es aquel que suelta bien el gallo sin recurrir a las artimañas y dejar que los gallos peleen como debe ser y como era antes, se admiraba a los careadores que sabían carear. Pero ahora, te demoran las peleas, utilizan mil triquiñuelas, te jalan, te empuja y el gallo está ciego y uno lo jala, el otro lo empuja, que porqué al otro no le cobro una
falta, si él no puso el gallo en su sitio, y esto complica el arbitraje. Otra de las fallas tremendas de este reglamento, cuando los dos gallos quedan ciegos, el que está perdiendo y su gallo no mosquea, trata de sacarlo al gallo y el que está ganando, trata de empujar su gallo. Entonces yo acabaría muy rápido una pelea si a los dos les cobro uno por empujar y al otro por retirarlo y hago tablas la pelea. Como eso queda a criterio del juez, entonces generalmente les llama la atención y hace una raya; pero uno lo retira y el otro lo empuja; entonces en ese caso, los dos están en falta. Pero como es la voluntad de hacer la pelea así, entonces supónte que uno lo jala y el otro lo empuja y el que lo empuja lo mata o el otro se corre; ¿qué vas a hacer?. Simplemente el que se corrió o se murió, perdió porque ambos de manera consentida han cometido una falta. Que bueno sería si el reglamento dijera: “en ese caso sean tablas” y se hacen las tablas, pero no lo dice. A eso me refería, que cuando el juez tiene que pensar en la seguridad, la responsabilidad, el orden. En ese caso si uno lo empujó y el otro lo jaló y si continuaron la pelea en esas condiciones, el que mató ganó, pero generalmente que pasa, que el adversario reclama que el juez se parcializó. Supónte que el gallito sea de don Carlos Cogorno y viene uno y dice “yo soy amigo de don Carlos Cogorno, entonces generalmente el mal perdedor, nunca le da la razón, siempre tiene argumentos. Es más, los careadores figuretis que no son nada, pero que en ese momento se convierten el vedete y que a muchos les gusta eso, hacer el escándalo y si es posible, ganarse un pleitito y pegarle al otro careador o si pueden le pegan al juez, si lo hacen mejor, porque se convierte en el centro del espectáculo. Esa pobreza de afición, existe en estos momentos y quizás ese sea uno de las actitudes más peligrosas. Acuérdate de lo que pasó en Chile. En Chile, mataron al hijo de un presidente por una pelea de gallos. Supónte que se provoque una muerte acá y he visto muchas peleas en los gallos con peligro de haber muertes y otras muy oscuras que han habido, con la publicidad, con los medios como se trabaja el día de hoy, puede darse el caso que prohiban el espectáculo. Ahora, esa es la desventaja de estar jugando con un reglamento que no está a la altura de estos tiempos. Por la palabra del gallero, antes los reglamentos casi ni existían al comienzo y las peleas eran afines. Poco a poco las peleas fueron reglamentándose, hasta que llegó a lo máximo en el último reglamento que se aprobó en el “Gallo de Oro”. Pero a pesar que participaron en su elaboración muy buenos aficionados, no se llegó a perfeccionar y siempre hay muchos vacíos. Por eso es que este reglamento que se trajo de Centroamérica y se aplicó en Surco, ahorró muchos problemas y simplificó y a pesar que aún no es el mejor y actualmente la misma experiencia conforme se ha ido aplicando ese reglamento, se ha reducido a su mínima expresión, en que casi no interviene el juez para nada durante la pelea. Inclusive las espuelas que son un gran comercio para los artesanos que las hacen, están siendo reglamentadas no solo en el material que son sujetas a la especulación comercial; y de una sola muela sacan 4, 5 espuelas; entonces ahora están usando espuelas plásticas que son más duraderas, se pelea en iguales condiciones, no hay el problema que se rompe la espuela, que el cacho, nada. Entonces la tendencia es que haya cada vez, menos problemas dentro del ruedo, menos figuretis dentro del ruedo que tratan de ocasionar problemas. La afición en ese sentido, tiene la seguridad que la apuesta que va a hacer, viéndolo desde el punto de vista del apostador, va a estar garantizada, porque él verá una sentencia muy clara y el gallo o gana o pierde o entabla. Lo que no permite la otra espuela. Con la espuela de pez sierra, a veces un gallo que está casi perdido y el otro gallo está sanito y lo está ganando al capote. Con la espuela plástica, lo acaba por ganar. En cambio con la espuela de espina de pez sierra, pega un tirito en la oreja el gallo perdido y cae el gallo ganador desplomado, muerto. Todo hace que este nuevo reglamento sea la solución a ese tipo de problemas. Con el actual reglamento, ahora cualquiera puede ser juez. Lo difícil es encontrar un ayudante que tenga las condiciones de narrador de la pelea. El que dice: “un minuto para perder”. Te hablo después de 30 años de experiencia, por ello te comento que cualquiera lo puede arbitrar. Cualquiera de los jueces que existen ahora en el Perú, conociendo ese reglamento, pueden arbitrar. Lo que es muy difícil, es encontrar 4, 5 jueces buenos a nivel nacional que puedan aplicar el reglamento tradicional de gallos de pelea que está vigente para la época y habría que tener mucho temperamento y personalidad y ser controlado y tener cierto grado de honradez, de serenidad. Como jueces de primer nivel, puedo mencionar a Hugo Rázuri, Richard Portugal que es un joven valor, conocí un muchacho en Chimbote, no recuerdo su nombre ahorita, pero es un muchacho nuevo que se le ve con temperamento. Jorge Benavente por la edad que tiene, ya está de salida. Lolo Granda fue temporalmente, pero en Camana hay un muchacho Neyra Franco, que tiene futuro y tienen muchas condiciones para ser juez. Aunque te parezca mentira, la apreciación que tengo, es que las peleas de gallos se están convirtiendo en una especie de circo romano. La tendencia por la baja cultura y la poca educación del público que asiste ahora a la mayoría de los coliseos, salvo algunos que son excepciones que confirman lo que te digo, vienen a los que les gusta este tipo de espectáculo, mientras más problemático, mientras más circo, más diversión por ver las peleas, que hay problemas, hay careadores, hay dueños de galpones, que les gusta que caree el careador problemático, el que pitea, desordena y tiene su mancha que reclama. Y si tu a ellos los ajustas y los pones en orden, no vienen al coliseo pues piensan que los perjudicas, porque tú no los dejas hacer lo que ellos quieren. Ellos quieren ser el centro de la atracción y tienen su gente que en ese momento se sienten, dentro del espectáculo. Se trasluce un elemento de complejo de inferioridad. En el fútbol solamente en el Perú ves un juego de ese tipo. Acá es la tierra de nadie para los jueces. En todo orden de cosas, el Perú ha perdido cierta autoridad, porque hay un desborde popular de incultura. Desgraciadamente el sector que más ha crecido, es el sector de menos recursos y cuando hay menos recursos, hay menos acceso a la cultura, menos acceso a la educación y como los gallos es un espectáculo barato y simpático si lo quieres ver desde el punto de vista positivo, porque hasta ahora estamos hablando sólo de las cosas malas, con la esperanza de que esto se transmita a las próximas generaciones y le den la seriedad y la seguridad que merece este espectáculo, pues el criador de gallos tiene que tener un estatus, un estatus entre la gente de bien, entre la gente que ama los animales, entre la gente que ama la raza del gallo combatiente y que haga el espectáculo como un deporte sano, de tradición, que nos eleva el espíritu a nosotros. Cuanto uno quisiera imitar el valor del gallo, lo que representa para la vida, lo que quisiera imitar lo que es un gallo de pelea, a pelear en todo orden de cosas, en todo orden de dificultades que se presenten en l
a vida para poder sobre poner, viendo pelear un gallo y mira los Generales uno de los más grandes conquistadores, hacía pelear a los gallos para que sus soldados, aprendan del valor de los gallos y lo demuestren ellos en la batalla, como Temístocles. Estamos en la etapa que se ha comercializado la lidia de gallos y todo lo que económicamente representa, a todo nivel. Si esto no se reglamenta, ojo que sólo estamos reglamentando la pelea. Hasta ahora no hacemos cumplir el roll de cada coliseo de gallos; quien respalda el trabajo de un juez. Un juez, en otras partes más avanzadas, más civilizadas que las nuestras, el juez en las épocas de que no hay peleas por la muda, los coliseos les dan un sueldo mínimo a los jueces. Los jueces tienen seguro, tienen ciertos beneficios sociales que no los tienen acá. Acá solamente se ve la afición con un solo cristal. Uno tiene que tener una mirada objetiva y generalmente eso hace que el dueño del coliseo o el asentista, haga uso y abuso del coliseo. No solamente de los jueces, porque el que no está de acuerdo con el patrón, lo botan simplemente. Entonces ese tipo de relación tan desprotegida, el juez se encuentra en una tremenda desventaja. Ahora el poco resguardo policial que hay en el coliseo, pues no todos tienen para pagar resguardo policial y acuérdate que la policía es cada vez más escasa, hace que estemos a punto que fuera a suceder algo grave, algún muerto, no solamente por el alcohol que se vende exageradamente, la droga que se consume en los coliseos, como hemos visto desgraciadamente malograrse hijos de amigos, es doloroso. No podemos decirlo, pero es muy doloroso y hemos visto amigos como se van cayendo; todas esas cosas tienen que reglamentarse, tiene que verse desde un punto de vista más social que gallero. En Centroamérica por ejemplo donde yo he tenido la oportunidad de leer los reglamentos más completos y más hermosos que hay sobre los gallos, el juez, narra las peleas de gallos y condiciona las apuestas entre los apostadores. Por ejemplo, si un gallo está degollado y como acá decimos las lobas que van a los coliseos, están esperando que un incauto quiera apostar al gallo degollado y les dan 20 a 15 exactamente y lo asaltan y hay apuestas fuertes y el gallo está muerto y en ese caso si se considera en el reglamento, el juez condiciona la pelea y dice: "señores…"; el juez está atento y por ejemplo apenas hay un degüello, dice: “la pelea está 1,000 a 500” y si en ese momento varía la pelea, dice: “las apuestas en este momento se puso 1,000 a 500, 1,000 a 200, entonces todo el mundo sabe en qué momento va la pelea. Esa parte acá no se reglamenta y hay que ver también la protección al ciudadano en ese sentido, no solamente la protección física sino también la protección económica pues sino, se convierte casi en un delito cuando está dando una usura desmedida. Eso tiene que en un determinado momento proteger al ciudadano, proteger al apostador, para que él no pierda, porque generalmente la irresponsabilidad del jugador que puede ser un jugador de casino, puede ser un jugador de cualquier modalidad de juego de azar, un ludópata, que van a los coliseos y apuestan hasta por gusto. La cosa es que ellos apuestan por todo, entonces hay que protegerlos como lo hacen en Estados Unidos en la ley de casinos. En la ley de casinos, no se si acá estará bien reglamentada, pero no creo, hay cierta reglamentación. Las máquinas, en algún momento les devuelven un porcentaje de lo que se ha tragado; se lo devuelven a los apostadores, entonces dan la alternativa para que tú te retires y también ganes. Eso también nosotros debemos pensar y ver acá. Hace tiempo, el Señor Guillen, convocó a un grupo de aficionados que no representaban la afición nacional. Estuve presente en esa reunión e hicieron un reglamento, digamos sin mayores proyecciones y por interés político de este señor, lo llevó e hizo aprobar el reglamento en Lima. Es el único reglamento aprobado, no hace mucho, no hará 10 años y por ejemplo en la que decía que el juez debería ganar por cada pelea el valor de una entrada como máximo, entre otras cosas. Pensé que era un reglamento que no representaba a la afición, porque por ejemplo yo era juez de Surco y con ese reglamento se asume que porqué uno va a ganar más que otro juez que arbitra en Comas, en el que la entrada por ejemplo está a un sol. Yo pensaba generalmente lo más interesante de ese reglamento, era y que por eso fue aprobado por los galleros que asistieron, que los galleros no iban a pagar porcentaje, sino lo iba a pagar de la taquilla; eso era lo único rescatable un poco para cargarle la responsabilidad. Obviamente eso nunca lo iban a permitir los dueños de coliseos, como que nunca lo aceptaron y cada coliseo se hizo su reglamento y la cosa es que sigue sin deslindarse eso. Se publicó en El Peruano, yo lo tengo. Pero no se aplica y como lo sacó Lima fue sólo para Lima Cercado y no caminó. Pero creo que el mejor reglamento es el reglamento que se emplea en Surco y estoy seguro que algunas muy pocas cosas en algún momento se van a modificar en el de Surco. Ahora, porqué un reglamento es del Club y porqué el de Surco, porque son matices y desgraciadamente cuando hay grupos, siempre representan los intereses del grupo, es más si es una asociación. No le llamaría figuretis, pero sí hay gente que piensa pero no tiene capacidad de negociación para ceder en algunas cosas y en ese momento no todos tenemos espíritu conciliador y amplio para poder sumar. Hay gente que cree que si te opones a una idea eres un enemigo; si das una opinión, es una ofensa; entonces no puedes opinar o defender porque se ofenden. Porque entonces que puedes hablar. Esa para mí, es la parte crítica de todos los reglamentos como te resumo, digamos que el tiempo ha hecho que vaya cambiando el reglamento y no solamente ha cambiado el reglamento, sino ha cambiado al apostador, ha cambiado el gallo. Cuando se inventó el pollón que no había nunca, se mejoró la espuela, se estilizó la espuela. Qué pasó que en ese tiempo, se tenían que comercializar los coliseos, y habían cada vez más coliseos, entonces el coliseo que ponía más pollón es el que traía más gente y más negocio, vendía más cerveza, vendía más comida, más entradas, cobraban la pactada y del cuero salían las correas. Del mismo cuero salían las correas y eso nunca se reglamentó. Entonces, simplemente se ponía en el programa “Pollón 5,000, se repartirán entre todos los gallos que maten o tumben…”; eso hizo que levantara el negocio de las espuelas. Fue una cosa discriminatoria, porque el que no sabía de espuelas como recién se estaban introduciendo, solamente las buenas espuelas, siempre las han tenido los que tenían plata; y cuando dos gallos pelean en diferencia de condición, uno con una buena espuela y otro con una espuela que no tiene precio. Entonces en Centroamérica por ejemplo cambiaron eso; habían espuelas de gallo que costaban 200 dólares, 300 y otras de 100 dólares y obviamente quien se llevaba la ventaja era el que tenía las espuelas de mayor calidad; cosas que nadie se daba cuenta y el espíritu siempre combativo, siempre participativo y que le gusta fomentar las peleas, ha hecho que van superando estas cosas. Pero quienes han cargado
el peso de eso, porque se rompía la espuela a cada rato y el poderoso siempre decía: “que se apure, que se apure” y al pobrecito que se le rompía la espuela a cada rato, le cae golpe encima; “no se demoren tanto”. E inclusive se llegó a reglamentar, antes se cambiaba solamente el cacho despuntado; a quien perjudicaba el cacho despuntado; ¿a quien tenía buena espuela?… pero el pobrecito, se le rompía la espuela, eso le quitaba la oportunidad al que tenía buenas espuelas, entonces dijeron ¡no, no se cambia cacho despuntado!; o sea, seguía la discriminación, siempre tenía la ventaja. Eso ha hecho que se incrementaran los problemas. A lo que íbamos, la calidad de la espuela la obtiene el poderoso; entonces el poderoso se da el lujo de jugar con diferente calidad de espuela, de acuerdo al lugar adonde va. Va probando sus espuelas. Pero el gallero común y corriente, el que hace el esfuerzo, el juega en chuscas…. Esa es la gran verdad y es la triste diferencia entre el que puede y el que no puede. Pero esta parte de las espuelas es tan importante en la historia de los gallos, que la cambió; ha cambiado la historia de los gallos, porque antes recuerdo, de un juez, que toda la vida, quizás por eso me gustó ser juez, en Camana en la tierra donde nací, en una esquina del brazo del río, tras de los extramuros de un pequeño pueblo, había una casita de un señor Torres que era un viejito ya que lo sacaban en su silla, lo sentaban y le ponían una frazada en sus pies por el frío que hacía y en la calle se improvisaba un ruedo con la gente que había; entonces, se desafiaban las peleas y obviamente no habían balanzas, entonces venían donde el Sr. Torres que era el juez y el agarraba y era una especie de una balanza humana. Un gallo en una mano y en la otra y los pesaba; su conciencia y su honradez, era la fiel de la balanza y era un hombre de respeto; eso me gustó a mí del juez, que la gente confiara en ellos. “¡Va la pelea, hay jugada!” decía y las pactaba y jugaban inmediatamente y otras, “este gallo pesa más, no hay pelea”. Entonces todo el mundo confiaba en él y él sentenciaba; entonces a lo que iba respecto a la espuela, los gallos jugaban con su cacho natural frotados con su ajo macho, y lo iban raspando con poto de botella y lo raspaban los ponían como una navaja como una figurita y otros gallos que eran catemos o sea que eran lampiños, los jugaban sin pitones y muchas veces el gallo sin pitones a pata limpia lo mataba. Pero era un gallo de 7 libras. El más pajarraco era de 6 libras y los de 5 libras simplemente no peleaban porque eran muy chiquitos. En ese tiempo no había necesidad y cuando aparecieron las primeras espuelas postizas que yo tengo y que todo el mundo tenía, unas espuelas antiquísimas, unas te obsequié espuelas de cuerno de toro, entonces el hombre ya iba metiendo la mano. El gallo que pegaba generalmente a la cabeza con poder, fue cambiando y se dieron cuenta que el gallo mataba en la cabeza a golpes como el gallo asiático, en el matadero, en la nuca y solamente se concentraba el acierto ahí en la cabeza; pero por decirte un cambio para que ingrese el gallo chileno más chico, más pequeño, más estilizado, a pesar que ahora para nosotros es un gallo dinosaurio. Un gallo que venía de las indias holandesas que había quedado por Chile un gallito que tenía de ingleses, que tenía españoles también, del Asia, y se creó una raza también de 5 libras más o menos y empezaron a venir acá y ese cruce de chileno con japonés, fue el gallo ideal para la espuela incipiente que recién aparecía de pez sierra. Estamos hablando del 70. Ahí uno se percató de que los gallos también mataban al cuerpo por la contundencia del golpe. Habían gallos que mataban al cuerpo utilizando cada vez más la espuela. Fueron haciéndola más aguda, entonces los gallos mataban más; y ojo, esto se da más en el Norte, porque en el Norte nació la espuela de pez sierra, entre Chimbote, Chiclayo y hasta el Ecuador, entonces ellos empezaron a usar la espuela grande sin reserva, sin medida y eran otro tipo de gallo, gallos que no se ve ahora. Es el gallo pasador, es el gallo que entra y pega un revuelo, regresa y pega dos, cuatro, cinco, seis, siete revuelos y muchas veces ahí nomás en los revuelos ya te degolló o te mató o te polloneó y ellos fueron experimentando cada día la espuela más grande, hasta que llegaron a un tope, tú has visto cómo juegan acá en Lima cuando venían los Rengifo por primera vez con las espuelas las que les decían las Chilampa con las que ya desde hace muchos años se jugaban, que no era ningún descubrimiento y el argot criollo les puso las Chilampas, pero no les atribuye a ellos el descubrimiento de eso. Por muchos años se jugaba en el Norte así. Ellos, seleccionaron ese tipo de gallo cuerpero con espuela grande, por eso cuando les compraron los gallos a Wilson Mazuelos, los gallo chilenos que jugaban con cachito natural toda la vida, que eran cabeceros, cruzaron las gallinas de Wilson con los gallos norteños cuerperos, no salió ni chicha ni limonada pues obviamente durante años los han seleccionado con ese tipo de acierto de espuela grande contra otro gallo que hace años fue seleccionado con espuelas chicas, es otro tipo de selección. Quien hizo el cambio gradual en esa época, siempre digo, es más arte que ciencia ¿no?; se desconocían las leyes de la genética en esa época en ese sentido y se han ido fijando características comunes que se heredan. Entonces, más arte que ciencia, se han demorado muchos años y hubo una transición, pero conforme han ido cambiando los años, también han ido cambiando las espuelas y con la llegada de los eventos internacionales, han ido cambiando los gallos, los reglamentos, los negocios y hoy día estamos viendo una realidad diferente a todo producto de la evolución que ha tenido la espuela a través del tiempo. A Trujillo y Chimbote, llegó un odontólogo brasileño que era aficionado a los gallos en Brasil. En Brasil se juega muchos gallos Shamo, Japonés grandazo y en ese tiempo la espuela postiza se calzaba en un gallo recontra viejo jugado de dos mudas o tres mudas o era un gallo que tenía de japonés, que tenía una espuelaza muy gruesa, además tratada y cortada y ahí en esa base, se ponía con esparadrapo, con cinta adhesiva, se ponía un algodón mojado y se ponía sobre el mismo cacho, se calzaba la espuela. Los gallos eran tan saludables y bien criados, que esa espuela aguantaba sin patapioja. Pero cuando se fue achicando el gallo y fue viniendo otro tipo de razas, en Chimbote y en Trujillo que eran ciudades muy cercanas y de mucha rivalidad entre ambas ciudades, apareció la patapioja. Zoilo te puede dar el testimonio de eso; yo le consulté esto a los mejores galleros del momento y que este aficionado, hizo una patapioja, hizo una prótesis. Monteiro, también hizo la patapioja. Con la espuela de pez sierra, se necesita obligatoriamente una patapioja por la contundencia del gallo; no te olvides que antes el gallo japonés, el gallo norteño, prácticamente tú no tenías que prepararlo mucho, porque eran fuertes por naturaleza; eran criados en el campo y yo recuerdo que a mí nos mandaban a traer los gallos a Camana, a chapar los gallos en la noche para que jueguen a otro día. Los
chapábamos en parvada vivos, para que jueguen al otro día y se les afilaban las espuelas naturales. Y les afilaban las espuelas y el otro afilaba, esa era la forma de saber que los gallos eran pollos; o sea, de primera pelea. Ahí les afilaban las espuelas en el ruedo y los jugaban. Pero ya la competencia hizo que el gallero, tuviera más cuidado en la calzada. Así como fue cambiando la espuela y el tipo de gallo, la espuela natural del gallo como acople para recibir la calzada de la espuela postiza, no resistía. Además porque ya al gallo, se le preparaba y muchas veces se le rompía la espuela, entonces necesitaba muchas veces una prótesis adonde apoyar la espuela y es ahí donde hubo una serie de innovaciones y grandes estudiosos. Recuerdo que fui muy amigo de Don Armando Baca Rossi, que en ese tiempo, recién evolucionaba la calzada de gallos y él había sido también navajero. Él aprendió a calzar y eso es sabido, que los galleros de a pico, aprenden a calzar de los navajeros. Los navajeros conocen el punto y es el mismo punto mucho más crítico, mucho más observador. Ahora, obviamente estamos parejos, porque tantos años de calzar postizos en el Perú, uno es tan maestro como otros; pero los navajeros y Don Armando Baca sabía calzar y no solamente en la calzada, sino también en el tipo de espuela, sino en el ángulo, en la curvatura; tenía sus propias tesis que las iba confirmando con su experiencia conforme jugaba los gallos y muchas veces se decepcionaba. El trajo los primeros Españoles que los tenía con quien jugar, porque eran muy pequeños, de otro peso y después los fue cruzando y él fue uno de los primeros importadores. Pienso que en todo el litoral peruano, es como la rueda en Europa que no es patrimonio de una sola cultura; por necesidad si no lo inventa uno lo inventa el otro. Dicen que la necesidad es madre de todos los ingenios. Es como vemos a veces en las películas a un orangután que mete un palito en un hormiguero, se llena de hormigas y se convierte en la primera herramienta y el hombre y todos los monos les ha enseñado por instinto. Igual, el hombre y todos los monos, por necesidad, van descubriendo. Entonces, parece que por generación espontánea de esa idea, en casi todo el Norte en Ecuador, hasta Chimbote, se venía por la necesidad, por el crecimiento, por las peleas de gallos, se calzaban con espinas de guarango que les ponían a los gallos que se rompían, espinas de hueso, canillas de venado, cacho de toro, entonces a eso se llega a la espina y es una lástima, pues esos animales están en extinción. Ahora, los fabricantes de espuelas, hacen uso y abuso y es un desparpajo, porque venden espuelas que no tienen valor, te venden espuelas a S/.70 soles que no sirven para nada. Mira, un campeonato nacional, se jugaron mucha plata entre un gallero internacional con un gallero nacional, jugaron con espuelas recomendadas y compradas aquí en Lima y en las primeras pasadas, se le rompieron las dos espuelas del gallo que venía del extranjero; entonces cómo es posible y cómo van a jugar en igualdad de condiciones cuando solamente se cambia una espuela; entonces no hay igualdad de condiciones; el engaño del que hizo las espuelas sí ha sido. Ese no se libra de culpa, pero el otro aficionado no tiene como saber. Mira a futuro, primero lo más claro que es el reglamento, el de Surco, se va a terminar de imponer a nivel nacional. Cada vez es mayor, porque no hay problemas. Hay galleros que quieren la tranquilidad en la pelea, que tampoco sea el juez el figureti, tampoco pues con muchos elementos de juicio, frecuentemente se pierde control. Ahora, la plata de por medio, hace que te reclamen hasta por gusto. Actualmente fuera de Surco, se utiliza el reglamento por ejemplo en Iquitos, en Tarapoto, en algunos coliseos de acá. Nosotros hemos hecho la prueba de jugar por decirte en Pancho Villa; hicimos cerca de 70 peleas y ni un problema, pero increíble, la gente no apostaba, la gente se miraba, al Domingo siguiente no vino nadie al coliseo y le dijeron al dueño, “si Ud. no cambia este reglamento, no venimos”. Yo creo que es por la difusión del espectáculo y no les gusta el orden. Acá para que una fiesta tenga sabor, tiene que haber puñetes, golpes, entonces la gente que va tu la ves aburrida porque no se divierte, porque no hay nada de eso. Yo regresaba a eso, el problema es te auguro que si este reglamento no se difunde, en cualquier momento va a ver una desgracia que lamentar, que se va a tener que legislar seriamente, por causa de algún coliseo que involucrará perjudicando a los demás. Entonces eso, digamos, tiene que preverse y no hay forma, porque hay tantos intereses en conflicto, los mismos dueños de los coliseos, no aceptan el reglamento porque sino, la gente no viene. La permanencia del coliseo “El gallo de oro” por tantos años, era determinante, el respetar los asientos preferenciales a aficionados con autoridad, calidad y representativos dentro del espectáculo; ¿porqué?, porque era gente que tenía cierto poder y aparte su personalidad, era gente respetable además que el público tenía un referente. Si esa gente aceptaba eso, nadie tenía porqué reclamar; ahora cualquiera entra a primera fila. Yo creo que todos los coliseos han perdido ese activo a nivel nacional, siendo Surco ahorita un referente, donde van los mejores aficionados, los mejores gallos, quizás no los mejores aficionados, pero es un referente. Desgraciadamente es un tiempo que ya pasó y yo creo que los hombres tienen su tiempo. Tienen un concepto diferente de la afición de gallos, donde la palabra, realmente se cumple. Actualmente no se le puede cargar todo el peso del espectáculo al juez y en un espectáculo desordenado, donde muchas veces se hace prácticamente inmanejable y de eso se lavan perfectamente las manos el dueño del coliseo y los asentistas, que no otorgan el apoyo desde atrás al juez, cuando las papas queman y te voy a decir la desprotección social y laboral que tienen los jueces, eso es bien importante. Ahora, la asistencia de gente que no se le debería permitir acceso. Gente que no debe ir, porque atentan contra el comercio del coliseo, contra las ganancias, contra la utilidad; eso es muy perjudicial. Yo creo que debería convertirse en un negocio más humano: primero, en la espuela, para proteger al gallo; ahora, uno ve la diferencia, o es muy ofensiva o tú tienes la oportunidad de ver a tu gallo que cuando ves que está vencido, levántalo, cúbrelo, si quieres lo guardas para camada y si quieres lo tienes de adorno, hasta que termina su vida, sus catorce años, que viva ahí contigo. ¿Es que no se están criando acaso los gallos en serie? Y antes, yo he visto una foto del año 1935, 1940, en el galpón de los señores Larco y en el cordel de jabas, eran 60 jabas, unos de los galleros más grandes del Norte. Entonces no habían galos en serie, sino, te sacaban no más de 8 o 10 gallos de primer nivel. Eso es obviamente es porque antes eran contadas las fiestas nacionales que habían en cada Departamento, en cada Capital de Departamento e iban los representantes de cada Departamento, eso era una competencia difícil, porque eran señores representantes. Quizás eso fue lo que hizo crecer a la afición, porque todos querían identificar eso. Desgraciadamente ha degenerado y cualquiera se sienta en primera fila. Yo creo que sí se puede corregir. Primero, los dueños de coliseo, si tuvieran más visión a largo plazo, de que un buen
espectáculo, va a permitir que venga gente de bien a tu coliseo, porqué no van la gente de bien a tu coliseo, a los conos a jugar; porque tienen miedo que pase algo; tú no llevarías a tu señora a tus hijos a un espectáculo de esos, porque no hay garantías. Entonces si los coliseos se pusieran recios y duros con esa gente, entonces va a permitir que otra gente que tenga mejor estatus, mejor nivel económico, mayor capacidad de consumo, eso sería un negocio más blanco. En cambio los coliseos por ese utilitarismo, se están volviendo en el refugio de todo el lumpen, lo cual no debe ser. Yo te estoy diciendo mi temor, de que eso va a acabar por destruir la afición de gallos. Cada vez es más fácil el tener acceso a la crianza de gallos. No olvides lo que te repito; la afición de gallos se inició por el señorío del aficionado; no quiero ser elitista, pero esa gente de cierto nivel, tenía cierto nivel de comportamiento que te permitía una apuesta decente, saber con quién juega tu gallo, no alterarte, pero ahora que todo el mundo tiene acceso a un coliseo, como no hay tamiz, hace que sea algo incontrolable. Las partes bonitas, como tú ves, a mí me encantan las peleas difíciles, porque son las más emotivas. Mientras que tú estás 100% atento, disfrutando de la pelea y tratando que en el momento oportuno saberlas arbitrar bien, me gusta el reto pues ahí me pruebo. En una buena pelea cuando el juez interviene, en lo menos que pueda. Si va a sentenciar, sino, mejor no interviene y de los recuerdos que tengo por ejemplo de esa pelea que hizo Chilampa que estaba el congresista Wilmer Rengifo contra el español Joaquín Sánchez, una de las tantas que me acuerdo, la gallina negra de Rengifo contra un gallito ajiseco de Sánchez, que la pelea fue violentísima, que no se definía, que con el nuevo reglamento los dos gallos estaban ya para perder y nunca se definía y caía uno y se le contaba, no se cuentan las faltas pero se les contaba el minuto para perder y el otro se levantaba, hasta que el gallo del español cayó aparentemente muerto ya y ya le estabamos contando para perder definitivamente y se levanta y le dispara un tiro muy certero y se desploma el otro gallo y le empiezo a contar un minuto para perder porque estaba caído y casi a mitad que le estoy contando, el otro gallo también se desploma, entonces yo siempre arbitro con dos relojes, y controlo con uno o dos, entonces le empiezo a contar un minuto también al otro, porque había la posibilidad que se levante el que estaba perdiendo que era el de Rengifo, y el del español que había tenido dos caídas ya, contadas al minuto, entonces cuando ya lo estaba para sentenciar, el gallo del español se cae también, entonces yo le seguí contando al que había cumplido el primer minuto lo sentencié y se levantó el gallo del español también moribundo se levantó. Es una de las peleas más difíciles, primero porque era una pelea Internacional realizada en los tiempos modernos, se jugaba mucho dinero y Joaquín Sánchez digamos en ese momento, era la sensación ¿no?, creo que fue la segunda visita; una pelea increíble. La tengo en mi recuerdo, porque la arbitramos bien y la satisfacción que uno tiene cuando salen bien las cosas, esas peleas dan gusto arbitrar e igual como me da gusto cuando un buen juez como el caso por ejemplo de Hugo Rázuri por ejemplo una vez, una pelea muy parecida, jugaba un gallo de Camana contra un gallo de acá de Lima y el gallo de Camana muerto, muerto a muerto y ya estaban con el reglamento antiguo; los dos estaban con dos echadas y el camanejo finalmente lo mató, pero fue una pelea muy bien arbitradas, una de las que yo recuerde bien arbitradas y una pelea es buena cuando el juez arbitra bien y la sentencia bien, entonces, termina bien. En realidad, ese es el reto para mí y creo que para todos los jueces que nos consideramos responsables de asumir una responsabilidad tan grande de arbitrarla bien. Ahora, una anécdota que te cuento, de tantas peleas que he arbitrado, a veces te duele equivocarte con los amigos, en ese caso de Chilala Rivas por ejemplo hace poco, creo que cometí un error que me dolió, porque se lo hizo a quien realmente estimo ¿no? y para mí el gallo se había echado las tres veces ¿no?, pero yo terminé con una sensación de desagrado porque dejé la duda de que no y debo reconocer que quizá, porque él me lo dijo a mí y sin embargo ya faltaban dos minutos para las tablas y sentencié al gallo. Muchos me dieron la razón y obviamente que son los que ganaron en el gallo y otros que como amigos me lo dijeron y esos sinsabores, que los llevo para toda la vida, porque van contra mí, lo que yo quise hacer. Chilala reaccionó muy hidalgamente, muy ejemplarmente, lo que yo después me disculpé con él y me dijo “sí pues ya lo hiciste”; pero de todos modos, eso todavía me dolió más, porque la generosidad de su expresión, obviamente es uno de los dramas que tenemos con nosotros mismos, porque siempre queda como recuerdo. Por eso es que yo creo que así como el reglamento antiguo se presta no solamente a errores de interpretación por parte de uno u otro bando sino también del juez, se complica porque hasta los jueces nos equivocamos. Todo el mundo tenemos una mala tarde, una mala tarde. Siempre quisiera acordarme las cosas más bonitas, pero también siempre me vienen al recuerdo. Una persona que siempre la recuerdo y que yo la considero bien, que es un mártir, que cría tantos gallos, le cuesta ser gallero, que se esfuerza, entonces hacerlo perder de esa manera, siempre es un cargo. Siempre hay un momento. Hasta el día que crea que yo no puedo, caballero me retiraré. Eso es cierto también, la pasión decrece con la edad. El hombre se vuelve más reflexivo, es más cauto, más medido, porque la sabiduría siempre llega en el ocaso de la vida, el resumen; en la edad uno ya casi se equivoca poco por condervador. Creo que el apostador forma parte del todo, de la afición; es el sustento económico de un campeonato de gallos; cómo se consigue, por ejemplo un asentista tiene que poner un pollón que sale de la taquilla; la taquilla obviamente la pagan los apostadores; pero el apostador digamos, también le da el toque mágico que tiene la afición, entre los partidarios de uno y el otro, a parte de lo que significa ganar o perder dinero, esa es la parte de la euforia, inclusive se la transmites al dueño, porque en el momento que está peleando tu gallo, sientes que tienes tus parciales que te apoyan y gritan y te felicitan cuando ganas por ambos lados; cuando uno pierde, `perdemos con hidalguía. Yo siempre recuerdo esas palabras lindas de Don Carlos Pitaluga: “hay que ganar con humildad y perder con hidalguía”. El apostador debe participar con cierto orden; el asunto es el orden, que se respete sus reglas, que pague las apuestas. Hay cierta parte del público que son ordenados, pero también los hay tramposos; esa gente definitivamente no se le debe permitir entrar al coliseo y dentro del público no solamente se mezclan los apostadores netos como apostadores, sino que también hay otra clase de gente que no debería ir, es que hay otra clase de gente y eso ya depende de la administración del coliseo. Si el reglamento de Surco no es asumido por los coliseos de la periferia de la ciudad, podría haber una determinante o un desencadenamiento y una viole
ncia grande que pueda prohibir; pero si el reglamento de Surco, como pareciera que va a ser así, llegara en algún momento a tener acceso a todos los coliseos, tienen el acceso, sino que si fueran aceptados, entonces yo creo que no habría ningún problema; es un reglamento que no permite mayores cosas, que simplemente un buen control que no existan tantas distancias y ¿sabes que falta aquí también?, liderazgo como el que había antes. Recuerdo que bajo la personalidad de Alejandro González del Valle o de otros aficionados que representaban al aficionado y los oían. Esto se podría hablar, pero desgraciadamente ahora los liderazgos mal ejercidos, solamente busca beneficios personales y hay gente que busca el utilitarismo, eso es el mercantilismo y hay gente que puede hacerlo ejercer un liderazgo para tratar de infundir por temor a que pueda afectarse la afición de gallos de pelea. Ahora, otra cosa que no hemos hablado, cual es la relación del gallo de pelea con las aves de engorde, las aves comerciales para la alimentación. Yo estuve en Los Angeles en Enero del año pasado y se hizo una gran concentración de gallos en todo el Estado, un rodeo, algo así; vinieron de todos los Estados y bueno tuvo su atracción sobre todo para muchos latinos, cubanos y sudamericanos que también le gusta las peleas; pero eso ocasionó una mortandad tremenda justamente que se inició en ese evento, hacia Arizona y California; murieron millones de aves de granja; entonces el estado, a través de la veterinaria, las han prohibido. Tengo un recorte del periódico, me lo traje de allá, que iban a prohibir, no se si ya los habrán hecho, en todos los Estados iban a prohibir las peleas de gallos y lo vi, porque estaba en un barrio mexicano, que venían inspectores donde habían gallos, por donde yo estaba, cantaban como 50 gallos, no dejaron ni uno, una racha tremenda. Hay una relación acá que se debe cuidar, porque eso no solamente digamos es la proliferación de la violencia de los coliseos, el alcohol, sino, la relación entre el gallo que es portador de enfermedades y si no se pone un muro sanitario entre el gallo de pelea y el gallo de granja, las aves de corral, entonces los más poderosos obviamente van contra los intereses económicos del país, lo otro es una diversión, entonces eso podría determinar de que se prohiban las peleas de gallos y pudiera ser que en algún momento tuviera mucha fuerza. Yo creo que el manejo político, económico y social del país, va a ser bien difícil que proscriba la afición de gallos, por decir que si existiera la Asociación Protectora de Animales, bajo ese punto. Porque el desarrollo económico que generan las peleas de gallos, ocasionaría sumado a que es una costumbre popular muy arraigada, que gran cantidad de criadores a nivel nacional y cultural que forma parte del acervo, podría causar todo un desborde popular, teniendo en cuenta de cómo está la situación político, social y económica, se crearía un caos; entonces por eso, valdría la pena reglamentar para evitar la prohibición. Pero si encima de eso nosotros mismos no reglamentamos, se crea la droga, los crímenes, va sumando de que ocasionen males, de que ocasionan daño a los criadores de aves de corral, entonces va a llegar un momento de que pesa tanto, que es más fácil y que si a parte de eso no se cuida la población que acuérdate que dentro de la población también hay galleros irresponsables que se juegan la camiseta por un gallo de pelea y apuestan todo lo que tienen y dejan en peligro a la familia, entonces podrán equivocadamente pensar que se trata de un deporte para delincuentes y encima la crueldad de la pelea no se corrige. Pero si la mantienes de manera ordenada. Es interesante; el otro día, yo leía a Marco Aurelio Denegri que decía que de todas las razas la única que mata por placer y mata tan determinante es el hombre. Hay gallo que no se compran con todo el dinero del mundo, se compran con la amistad, porque te lo regalan, te lo dan y la relación entre galleros, es como una logia que cuando te ven mal te ayudan. Por haber sido gallero, cuantas veces me he ganado una serie de favores y también he hecho favores a gente solamente por el hecho de ser gallero. Esa imagen no debemos destruir, no dejemos que no nos avergüence la imagen de un mal gallero. Esa es la parte bonita de los gallos que te crea que nos hace una familia nacional, el gallero es una logia y hay una serie de atenciones, cuando tú vas a otro sitio, te llevan, te invitan, igual cuando tú resepsionas. Además pienso que si no preserváramos esa especie, el gallo de pelea ya hubiera desaparecido. En cuanto a las especies en vías de extinción pueden decir de nosotros los galleros respecto al pez sierra. Eso puede ser un argumento que podemos utilizar en cuanto a las armas de plástico, claro que van a cambiar el gallo. El gallo con espuelas de plástico, tiene que ser un gallo muy poderoso, cabecero, se reduce el tiro de suerte. Pero por el ingenio del hombre, por ejemplo en Surco ahora se juegan campeonatos de cuatro gallos, el menor tiempo entre todos, se gana un premio especial; magnífico, mejor que el pollón, más competencia, o sea, la tendencia ahorita es en ese sentido es un buen referente porque tiene la acogida de los grandes criadores nacionales, pero que increíblemente no está aceptada en los coliseos menores, los de la periferia, por el utilitarismo de los asentistas. Si yo pudiera tener un gallo, me gustaría un gallo de algún galpón que estuviera pasando su mejor momento, al cual le haga seguimiento, pues tengo la suerte de haber arbitrado durante muchos años las peleas de los mejores galpones del país, y tener un control, porque he hecho muchas estadísticas, hemos llevado y visto también. El gallo ideal nace del galpón que durante unos cinco años por lo menos, haya tenido un éxito regular y que conozcas. Te pongo el ejemplo te Tilín Tolón. Tilín Tolón, es un galpon que en los últimos cinco años ha tenido un rendimiento parejo excelente. Que quiere decir, que su línea, es digna de ser llevada, porque no le he visto correr ninguno o muy rara vez; he visto mucha espuela, mucha calidad de gallo, mucho acierto, buena pata, lindos de pluma, gallos completos; buenos tuertos, buenos ciegos y con peleas de calidad, ganando rápido también, ni es un gallo moderno, ni es un gallo antiguo que tiene demasiado asiático, ni es puro; está en el punto para que tú lo lleves si quieres regresar al gallo más grande porque quieres hacer una línea, puedes meterle un gallo fino, bueno, grande como un Japonés o un Asil, entonces lo llevas donde tú quieres o puedes ponerle un gallo puro pajarraco chiquito y ese gallo lo acompaña, entonces vas trabajando una línea de acuerdo a lo que conoces, de acuerdo a lo que te gusta y a la línea que has llevado durante mucho tiempo. Porque a nosotros nos gusta mantener los gallos buenos los gallos de asiáticos. Tenemos ciertos conceptos, entonces no me arriesgaría que un gallo extranjero que viene de afuera no se ni de donde viene ni en que condiciones viene ni se quienes son, ni cómo los han preparado, ni cómo los han criado para una camada, para ser bueno, podría trabajarlo, pero se que voy a demorar mucho, como que he visto que muchos de los gallos que han venido de afuera y he visto jugar a varios y perder bien perdidos, porque esos gallos no están en su clima, no tienen las enfermedade
s que en su país están exterminadas, erradicadas completamente y que tenemos acá y viene a un corral que tiene las siete mil plagas a otro tipo de pelea, con otro tipo de arma, con un clima totalmente diferente, régimen alimenticio, una preparación diferente, el gallo nunca se va a adaptar, generalmente mueren. Pero sí los puedes cruzar con animales trabajados y como es un gallo que también tiene relativa pureza, si ha sido bien seleccionado por el criador. Acá han venido “gallos y gallos” también. Entonces se puede trabajar, pero preferiría un gallo peruano bien cruzado de un buen galpón. A mí que no me cuenten historias de los gallos chilenos que tuvieron sus cinco minutos hace 15 años, hace 20 años y los ecuatorianos son compradores de gallos; no tienen el arte que tenemos nosotros, son jugadores. Más ciencia, hay en Centroamérica y en Estados Unidos; los gallos los sacan en serie, tienen sus galpones bien llevados, sistema de preparación moderna, tienen un buen reglamento, una buena espina, entonces ellos nos llevan ventaja, pero desgraciadamente ese gallo, no es para acá pues un tiro con la espuela de pez sierra, no la aguantan. En cambio el gallo peruano se come esa espuela y la aguanta.
Open chat
Hola
¿Podemos ayudarte?